Los mejores métodos de catequesis los puede echar a perder el catequista.
La Iglesia al estar viviendo momentos de una renovación total en sus estructuras ha generado también una exigencia para quién apoya a la Iglesia con sus carisma de enseñar, de trasmitir fe, me refiero al catequista, el catequista como ya es sabido hoy desempeña un papel fundamental en la estructura formativa del pueblo, por lo tanto es obvio que la exigencia a su persona es fundamental, no sólo en el ámbito de conocimientos, sino de espiritualidad que debe de vivir y comunión con la misma Iglesia. También se está consciente que son hombres y mujeres muy trabajadores pues ofrecen gran parte de su tiempo de forma gratuita a no ser un curso donde tenga un costo, allí muy probablemente sea apoyado con una pequeña cantidad para gastos de traslado y material.
Uno de los problemas que enfrenta ya al frente de grupo, es la deficiente visión parroquial y catequética que tenga sobre la aplicación de los métodos que ha asimilado, estos métodos pueden ser los mejores, los mejor plateados y programados por los encargados de la catequesis, así como el material de apoyo con el que cuenta y los objetivos que se han establecidos con la enseñanza que se va a ofrecer. Algunas ocasiones cuando se hace acto de presencia por x motivo en la sesión de un catequista se puede vislumbrar como es su enseñanza, que rasgos tiene, como motiva está y hasta si es confiable lo que tramite; uno de los enemigos de un catequista es la aplicación de los métodos de catequesis de manera deficiente e insuficientemente, veamos algunos aspectos que pueden desmeritar ese método cuando es aplicado erróneamente:
METODOS DEFICIENTES E INSUFICIENTES EN LA CATEOUESIS
1. Emplear la Biblia como “fuente de historietas”.
El catequista muchas veces cuenta el relato como se contaría algo de la Revolución Mexicana, algo de la historia de México, algún tema de acontecimiento universal, luego se sacan aplicaciones moralizantes desde un punto que confunden y hacen ver a la Biblia como un libro moralizante. La Biblia se reduce a una pequeña enciclopedia de anécdotas de un lejano pasado, que aconteció pero que no aplica en nuestro tiempo, se interpreta literalmente, perdiendo esa sabiduría el libro sagrado, siendo fuente de enseñanza vital donde Dios tiene la enseñanza para la vida.
2. Limitarse a formulaciones que se obligan a memorizar, formulaciones que pueden ser en sí mismas buenas: oraciones, mandamientos, sacramentos…
sin embargo como ya es sabido es necesario que los que se están formando entiendan, comprendan y vivan intensamente la fe, vivan plenamente en conocimiento, porque se debe de aprender esas formulaciones, no como los pericos, sino con afán de que se deleite en hacerlo, meditándolo de noche y de día, guardándolo en su corazón y mente.
3. Acaparar la palabra como si el Espíritu Santo hablara única y exclusivamente por el Catequista.
Es uno de los prejuicios más fuertes que hacen que el ministerio de un catequista se pierda, la exclusividad de la santidad para él, que bueno buscar la santidad y que la tenga, la mejor manera de hacerlo sin duda es siendo humilde y poniendo los carismas al servicio de la comunidad, al que se está formando, irradiando de forma natural esa presencia de Dios en la vida del catequista , sin que pida pompas y tambores para decir que él es el elegido del Espíritu santo, esto desvirtúa mucho la enseñanza pues llega un momento en que se hace cada cosa fuera de lugar, que puede dañar la manera de concebir la fe del que se está formando, claro que no dudamos de las manifestaciones de Dios, la sencillez para un catequista dará mejor testimonio de ese poder de Dios.
4. Suprimir la Palabra de Dios, la oración, el compromiso y limitarse a mucho y buen material. Método activista sin espiritualidad.
Es tan delicado este punto que nos puede perder en la enseñanza integra que debe de recibir el que se está formando, hacer a un lado la palabra de Dios suele hacerse muy continuamente, algunos llevan libros de autores que escriben bien algún tema que quieren tocar cuando el libro número uno en enseñanza es la sagrada palabra de Dios, olvidan con frecuencia hacer sus oraciones de inicio y al finalizar la enseñanza, no incluyen a los participantes en la oración, sólo ellos oran a la carrera; por otro lado el no ir comentando que vivir la fe representa un compromiso con los demás, se tiene que hablar de nuestra fe, de nuestro sentir cristiano y sólo con un compromiso se puede hacer.
5. Limitar la catequesis a consejos “para ser bueno”. Ejemplos, sonoramas parece que tienen que concluir con ‘ya ven, ustedes también deben portarse bien”. Simple moralización.
No se duda que debemos de buscar la conversión de los hermanos, es base de un catequista, pero la catequesis no se desarrolla para “dar consejos de ser buenos”, son métodos perfectamente delineados para dar al que está en formación los cimiento de la fe, darle la buena nueva, conduciéndolo a que tome la salvación ya dada por Cristo Jesús, la debe de tomar él por criterio propio viendo que lo que se le está enseñando lo va a ser mejor en todo, conduciéndolo a ser un buen hombre o una buena mujer para su familia, amigos, escuela, dando testimonio de ser un buen cristiano, la catequesis tiene métodos bien definidos y busca que el que se forma crezca íntegramente, mental, espiritual y en conocimiento de dios, enraizando su corazón al de Jesús.
6. Método de improvisación: “Ya veremos”, “Todo saldrá bien”… o peor aún: “Luego nos dirán lo que hay que hacer”.
Estamos conscientes que enseñar es una tarea difícil sobre todo cuando exige tiempo para preparar temas, exposiciones con frecuencia de tiempo, sabemos que se va a enseñar una hora o dos horas y que va a requerir quizá hasta 6 o 7 horas de preparación, por lo tanto es necesario que se busque el mejor método para preparar sus temas, el lugar y espacio, tener la fuente de consulta cercas y lo más importante auxiliarse alguien que pueda con sus consejos encontrar el método eficiente para preparar los temas, generándose en el un catequista responsable, prudente y calculador en las actividades de Dios, improvisar puede que te salga bien una dos o quizá 3 veces, pero después te cobrará la factura, vas a caer en errores bastantes fuertes, en contradicciones y tal vez en ridículo con los demás, improvisar corre el riesgo de hacer de ti un mal catequista quién a base de habito se olvido de preparar sus temas como debe de ser.
Es bueno saber que la Iglesia cuenta contigo para enseñar al pueblo, orar mucho a Dios para que el don se perfeccione para su gloria y el que da todo sin echar en cara nada puede conceder lo que le pida en nombre de nuestro Señor Cristo Jesús catequista del pueblo por excelencia.
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