"Ventana abierta"
Sí, es verdad, ya un año más… Y ha pasado sin
apenas darnos cuenta…
La vida ha ido girando poco a poco y,
efectivamente llega un día en que recordamos el momento en que comenzó nuestro
largo camino de casados.
No ha resultado difícil ni tampoco sencillo, porque suele ser una relación
diferente, especial, y ya en unión de dos.
Continuamos siendo dos personas individuales, con nuestros pros
y nuestros contras, pero al mismo tiempo ya unidos formando un solo cuerpo y una sola alma y con
la posibilidad de ir coincidiendo en los mismos pensamientos y gustos.
Comenzamos un libro con sus páginas en blanco, y desde entonces gracias a Dios, aún continuamos
escribiendo nuestra vida en común dichosa, feliz y duradera.
Cada vez que llega esta fecha hermosa de nuestro
Aniversario de Bodas (hay quien piensa que con el pasar del tiempo se va
dejando por lo general un poco de lado, tal vez atrás, en el olvido, celebrándolo
con menos entusiasmo, y lo consideran como si fuese un atleta que ha llegado ya
a su meta…)
En nuestro caso no lo entendemos así. Si antes lo
celebrábamos con nuestros padres, continuando después con nuestras hijas, hoy
lo seguimos festejando con los nuevos miembros de la familia que han aparecido
para alegrarnos la existencia que son nuestros nietos queridos.
Es como si fuéramos, es verdad, unos atletas que
ya culminamos nuestra veloz carrera, pero que ahora volvemos a comenzar de
nuevo otra carrera más sosegada y tranquila, intentando poner en ello todo lo
que nos queda de fuerza, pero esta vez a favor de los más jóvenes y de los
nietos.
Qué bonito es poder recordar aquel día en que
estos abuelos Manolo y Mª Ángeles nos convertimos en marido y mujer, y sentir
la alegría de llegar un año más acercándonos al ciclo del aniversario de las
“BODAS DE ORO” al cumplir precisamente el 8 de Diciembre 40 años de matrimonio.
Es cierto, y quien diga lo contrario mentiría, hemos pasado esos años
compartiendo sonrisas y lágrimas, porque hay de todo en la viña del Señor, pero
eso sí, caminando siempre juntos, tomados de nuestras manos sorteando todos los
peligros que nos puedan haber acechado.
Son 40 años compartiendo vida, sonrisas, lágrimas,
y continuamos, gracias a Dios, avanzando.
Han transcurrido dentro de estos años -como digo-
muchas cosas, algunos rincones que han quedado vacíos lo han llenado otros
miembros que han conformado de nuevo la familia
pero siempre recordando a los que se nos han ido.
Aún así
consideramos que es necesario seguir sonriendo, y cómo no, es necesario hacerle
una vez más un guiño a las desgracias y continuar mirando el camino con
esperanza, para hacer realidad todos los sueños…
Queremos seguir viendo crecer a nuestros nietos
para hacer que sus vidas estén repletas de ilusiones, para poder compartir
todos juntos la alegría; y si por desgracia llega también la tristeza,
sintiéndonos acompañados.
¡¡¡Bendícenos siempre, Dios Mío!!!
¡¡¡Y Gracias infinitas por habernos concedido crear nuestra
hermosa familia!!!
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