Seguro que la mayoría de padres españoles e hispanoamericanos conocen o han oido hablar de Gloria Fuertes, la poeta
(no le gustaba que la llamaran poetisa) madrileña, que entretuvo a
varias generaciones con sus poemas, libros infantiles e incluso
apariciones en programas míticos de la televisión española como “Un globo, dos globos, tres globos” o “La cometa blanca”.
EN RECUERDO DE GLORIA FUERTES
Gloria Fuertes,
gran poeta y mejor persona, se fue de este mundo un día de Noviembre hace diez
años, dejando atrás una prolífica obra de amor y
poesía. El dibujo que encabeza este comentario lo realizó Idígoras por
encargo de PRODENI en 1995 y en él recoge con maestría los rasgos de plena
humanidad de aquella mujer de verso en pecho*, a quien escoltan o
acompañan un niño y una niña en postura de serena ensoñación, envueltos en
el halo mágico de los versos de un libro que reposa sobre la mesa, mientras
pende en el plano superior el texto de un pequeño poema que resume en veintidós
palabras el sentido último y principal de su existencia, tras haber servido,
como nadie, a la causa de la infancia y haber sembrado de sensibilidad y ternura
esta parcela del mundo donde los niños se ven tantas veces abocados a la
infelicidad.
Por eso, desde
el recuerdo y desde la nostalgia, en nombre de los niños y las niñas de todas
las latitudes, a quienes llegaste y aún llegas con tu abrazo, muchas gracias,
Gloria.
Publicamos
aquí dos poesías que Gloria Fuertes nos dedicó en 1995. Una de ellas, la de
Paco Pica, el niño Ajo, para los lectores de la revista El Cuento Roto, editada
por aquel entonces por PRODENI.
Paco pica, el niño ajo
Paco pica, el niño ajo,
tenía cara de ajo,
ojos de ajo,
dientes de ajo
y pelos de ajo.
Nació en una huerta
que hay a la vuelta
del corral.
Paco pica, el niño ajo,
fue a la escuela con trabajo.
-Este niño huele a ajo,
-decían sus compañeros,
(No estaban bien educados,
todos le daban de lado).
Sólo la niña cebolla
con ojitos entornados,
ya se sentaba a su lado.
La maestra Cebolleta
se da cuenta,
y les regaña muy lenta.
La Maestra.-Yo quiero aquí al niño sano,
que quiera al niño negrito
que quiera al niño africano,
que quiera al niño cojito
que quiera al niño gitano.
que quiera al niñito indio
y que quiera al niño ajo.
Además de compañeros
aquí todos sois hermanos.
(La maestra Cebolleta
era "guay" y muy poeta).
A todos los niños que leen
"El cuento Roto",
con besitos
de
Gloria Fuertes.
Por GLORIA FUERTES
para PRODENI
Madre no sé qué pasó
(Villancico)
Habla el pastorcito:
Madre, no sé qué pasó
esta noche por la sierra,
dicen que nació una estrella,
Madre, no sé qué pasó.
Donde los bueyes estaban,
apareció tanta luz,
que dicen que si María,
que dicen que si Jesús.
Yo me acercaba al Portal
con la oveja blanca y negra,
Madre, no sé qué pasó
pero le dejé la oveja.
Yo me acercaba al Portal
con la pelliza de frío,
Madre, no sé qué pasó
pero se la dejé al Niño.
Madre corra, vaya pronto,
es en el Portal aquel,
es un zagalejo pobre
pero me parece un Rey.
Es muy pequeñito madre,
el Infante del Portal.
Madre, no sé qué pasó
pero yo le quiero ya.
* "Mujer de verso en pecho", es el título de un libro suyo, editado en 1995, por Cátedra
–Letras Hispánicas, Madrid, del que tomamos uno de sus poemas "Con pluma,
no con plomo", para destacar ese compromiso militante con la vida desde su
pacifismo combativo.
Con pluma no con plomo
Pluma,
pluma mía.
Herramienta heredada de trabajo
¡Arma de paz!
¡Tijera cortarayos!
¡Corta penas!
Pluma de servidora
de malas hierbas podadora
de potentes venenosos sarmientos
podadora, en manos
de este pájaro loco desplumado
que aún aletea por mi blusa...
Ya no queda más que ésta mi pluma.
No ataca, se defiende.
¡Con pluma no con plomo!
Cariñoso utensilio violento
Porque os doy con mi pluma en la cabeza.
Gloria Fuertes murió el 27 de noviembre de 1998
Hace 11 años, el día 27 de noviembre de 1998, moría víctima de una grave enfermedad la poeta (que no poetisa) española
Gloria Fuertes.
Autorretrato
Gloria
Fuertes mantenía celosamente un juego de datos con el fin de preservar su
intimidad. Pero más o menos su biografía tendría que decir:
Gloria
Fuertes nació el 28 de julio de 1917 en el madrileño barrio de Lavapiés en el seno de
una familia humilde, de madre, costurera y sirvienta, y casi muere en el parto,
tal como ella misma refleja en sus versos. Debido a la profesión de su padre,
bedel, la familia cambió varias veces de residencia en Madrid.
A
los tres años ya sabía leer y a los cinco escribía cuentos y los dibujaba, para
luego coserlos con hilos para encuadernarlos. Esos fueron sus libros infantiles.
Sus
primeras lecturas fueron el
TBO y los cuentos de Pinocho
que editaba la editorial Calleja, ya que según ella manifestó en
varias ocasiones le asustaba Blancanieves muerta, y le parecía un horror que en
el cuento de Caperucita la abuela fuera devorada por el lobo. Su cuento
preferido era Pinocho, y sus más preciados juguetes, los que encontraba por la
calle.
Ya
de mayorcita, su madre la matriculó en el Instituto de Educación Profesional de
la Mujer en todas las asignaturas propias
de su sexo: Cocina,
Bordados a mano y a máquina, Higiene y Fisiología, Puericultura, Corte y
Confección, Taquigrafía y Mecanografía, pero ella no quería ser ni
modista, como su madre, ni niñera, así que también se matriculó en Gramática y
Literatura. Su madre no podía entender sus aficiones, impropias de la hija de
un obrero, como eran los deportes y la poesía.
En
1934 fallece su madre: “A
los quince se murió mi madre, se fue cuando más falta me hacía.”
Durante
la guerra empieza a trabajar de contable y de secretaria en la fábrica de
Talleres Metalúrgicos, y entre cuenta y cuenta escribía cuentos y poemas. Sus
lecturas favoritas de juventud son los poemas de Bécquer, Rubén Darío y Gabriel
y Galán, lo que más le influye a la hora de escribir es ¿Cómo no? la Guerra
Civil. Esta experiencia dramática de la guerra agudizó su sentido de protesta.
Escribe
su primer libro de poemas a los 17 años, Isla
ignorada, aunque no lo publica hasta 1950.
Soy
como esa isla ignorada
que late acunada
por árboles jugosos
en el centro de un mar que no me
entiende,
rodeada de nada, sola sólo.
En
1935 publicó sus primeros versos y dio sus primeros recitales de poesía en
Radio Madrid y Radio España. Se movía por Madrid con una falda-pantalón y
corbata en bicicleta, y compraba libros a hurtadillas en la cuesta de Moyano.
Su
primer amor, un obrero que desapareció durante la guerra, y cuando más tarde
vuelve a enamorarse de un médico lo metieron en la cárcel.
Debido
al horror de la guerra su visión de la vida es triste y no entiende el absurdo
de luchar por cosas sin importancia, pero ignorar la destrucción de niños. El
tema antibélico estará presente en su poesía de forma contundente:
El
día que se implante la Paz,
sobre la Tierra
caerá una nevada tenaz
y duradera.
Una
vez acabada la guerra comienza a relacionarse con el mundo de las letras en
revistas como Pelayos,
o Chicos, Chicas y
Chiquitito publicando cuentos de humor desde 1940 hasta 1955.
Colabora en la Revista Infantil Maravillas, suplemento
infantil del diario Arriba, portavoz de la Falange. Allí publicó sus aleluyas,
las historietas de una niña de 9 años llamada Coletas y las de Pelines, un niño de 6
años.
Gloria
para escribir poesía infantil «se
hacía niño», y se expresaba contenta y graciosa, imaginativa,
fantástica, ideando un argumento que les hiciera gracia a los niños desde el
primer momento y con un vocabulario sencillo. A la hora de escribir para los
adultos expresaba problemas y cambiaba el humor fácil por la risa amarga, las
llenaba de metáforas y dobles sentidos, pero…, nunca utilizaba palabras que
tuviera que buscar en el diccionario, su lenguaje era claro, sencillo y llano
como ella misma fue a lo largo de su vida.
Y
aunque nunca se sintió ligada a ningún movimiento y se definía como «autodidacta y poéticamente
desescolarizada», la crítica la unió a dos movimientos literarios
como la Generación del 50, y al Postismo (Celaya, Blas de Otero, José Hierro,
García Nieto, Ángel Crespo o Buosoño entre otros) porque escribían sobre los
mismos temas: la soledad, el dolor, la injusticia social, el amor, Dios, la
muerte… es en estos años cuando surge una vertiente de la poesía española
marcada por la queja más o menos explícita contra la opresión.
Gloria
Fuertes supo llegar al pueblo y a los niños como nadie. Y es que ella decía que
«antes de contar las
sílabas, los poetas tienen que contar lo que pasa».
Fue
una de las voces iniciales de la poesía femenina de posguerra junto con Carmen
Conde y Ángela Figuera, y junto a Adelaida Lasantas, María Dolores de Pueblos y
Acacia Uceta funda en 1947 el grupo femenino «Versos con faldas» que se dedica durante
dos años a ofrecer lecturas y recitales por cafés y bares de Madrid.
Fue
fundadora y directora de la revista poética Arquero, (1950-1954) junto
a Antonio Gala, Rafael Mir y Julio Mariscal.
En
1952 estrena su primera obra de teatro en verso Prometeo en el Teatro del
Instituto de Cultura Hispánica y se publica Canciones para niños.
En 1954 publica en Caracas Antología Poética y Poemas del suburbio,
En
1954 publica en Caracas Antología Poética y Poemas del suburbio, donde se
refleja su solidaridad con las clases marginadas de la sociedad urbana, también
aparece Aconsejo beber hilo en la colección Arquero y en Caracas Todo
asusta (1958) con el que recibe la primera mención del Concurso
Internacional de Poesía Lírica Hispana. También por estos años publica la obra
infantil Pirulí, y organiza la primera Biblioteca Infantil ambulante por
pequeños pueblos, llevando libros adonde éstos no llegan por falta de dinero o
por el analfabetismo que todavía existía en España.
Entre
1960-1970 publica algunas de sus obras más conocidas: Que estás en la tierra (1962),
Ni tiro, ni veneno, ni
navaja, en 1965 con el que obtiene el Premio Guipúzcoa, Poeta de guardia, en
1968, uno de los mejor considerados por la crítica y Cómo atar los bigotes del tigre,
en 1969 con el que consigue el accésit del Premio Vizcaya de Poesía:
Mis
mejores poemas,
sólo los lee una persona;
son unas cartas tontas
con mucho amor por dentro
faltas de ortografía
y agonía precoz…
Con Cangura para
todo, en 1968 obtuvo una mención de honor en el Premio Andersen de
literatura infantil.
Publica Antología poética (1950-1969) en 1970.
En
1972 obtiene la beca de la Fundación Juan March para literatura infantil, y
siguió publicando libros de cuentos como La
pájara pinta, y La
oca loca.
En
1973 aparece Sola en la sala, como testimonio de su propia soledad, de su
insatisfacción amorosa, Cuando amas aprendes geografía, así
como numerosos títulos infantiles: Don
Pato y Don Pito, El camello cojito,
Las tres reinas magas, entre otros…
Se
convierte en una prolífica poeta, y la poesía constituye el motor de su vida. Publica Obras incompletas (1975) donde
reúne poemas de sus libros anteriores.
Comienza
a colaborar activamente en diversos programas infantiles de TVE, como Un
globo, dos globos, tres globos, del que compone hasta la sintonía, y La
cometa blanca (a partir de 1982) convirtiéndose así definitivamente en
la poeta de los niños y es que con los niños le gustaba enredar adivinanzas,
pareados y juegos de palabras disparatados y ripios. Fue designada por el
diario Pueblo como la «figura más popular».
En
1995 publica Historia de Gloria:
(amor, humor y desamor) y Mujer de verso
en pecho.
Los
versos de Gloria Fuertes están llenos de frases hechas, de máximas y
proverbios, registros infantiles. Juega con el lenguaje como jugaría un niño: El
libro loco de todo un poco, La ardilla y su pandilla, Coleta
payasa, ¿qué pasa?, Don Pato y Don Pito, El
hada acaramelada, El
abecedario de don Hilario, Pelines, Doña Pito Piturra…
Doña
Pito Piturra
tiene unos guantes,
Doña Pito Piturra
muy elegantes.
Camilo
José Cela la definió como «una de las más luminosas voces poéticas españolas»
Por
las páginas de sus cuentos pasan niños, niñas, animales, profesores, montañas,
arroyos, lápices, números, payasos, buzos, poetas y hasta un chino llamado
Chin-cha-te.
Gloria
decía que escribir para niños tenía una gran responsabilidad, ya que lo que
pretende es despertar en ellos el amor por la vida, por la gente, las plantas,
los animales, pero sin dejar el humor ni la fantasía porque la risa es muy
necesaria y constantemente repetía que hay adultos que nunca han sido niños y
son seres penosos. Sin pretenderlo, tuvo un gran afán pedagógico ya que
consiguió que aprendiéramos la tabla de multiplicar, recitáramos los ríos de
España o escribiéramos bien:
Verso
para la ortografía
a lavar ropa con uve,
alabar a Dios con be.
Huevo con hache y tomate
apto de aptitud con pe…
En
1997 publicó Pecábamos como ángeles, una selección de su poesía amorosa en
la que nos presenta su vertiente más apasionada.
Cuando
murió el 27 de noviembre de 1998 estaba
rodeada de sus amigos íntimos, los que siempre estuvieron ahí.
Triunfé
con mi poesía
pero no asistí a mi triunfo.
Si tengo algo mejor que hacer
tampoco asistiré a mi entierro.
Gloria nació en el castizo y modesto
barrio de Lavapiés, en el Madrid antiguo, el 28 de julio de 1917. De
familia humilde, su madre era costurera y su padre bedel. De los 2 a los
14 años asiste a diversos colegios. A los 14 años se matriculó en el
Instituto de Educación Profesional de la Mujer, donde obtuvo diplomas de
Taquigrafía y Mecanografía, Gramática y Literatura así como en Higiene y
Puericultura, aunque sus aficiones eran muy diferentes a las propias de
las mujeres de su época, sin embargo su interés por la literatura
comenzó a la temprana edad de cinco años, cuando ya escribía y dibujaba
sus propios cuentos.
Cuando cuenta con 17 años, fallece su
madre y empieza a trabajar como contable en una fábrica, donde comienza a
escribir poemas. Ya adulta, estudia Biblioteconomía e Inglés en el
International Institute y organizó la primera biblioteca Infantil
Ambulante para pequeños pueblos.
En el año 1961 viaja a los Estados
Unidos al obtener una beca Fullbright de Literatura Española, e imparte
clases de literatura y español para americanos en varias universidades.
Como ella misma comentaría después: “La primera vez que entré en una universidad fue para dar clases en ella”. Siempre se definió como autodidacta y poéticamente desescolarizada.
Su trabajo se vió pronto reconocido
obteniendo en 1947 el 1º premio de “Letras para canciones” de Radio
Nacional de España. Seguiría cosechando galardones como la primera
mención del concurso Lírica Hispana, de Caracas, con su obra “Todo asusta”, el Premio Guipúzcoa de poesía con “Ni tiro, ni veneno, ni navaja” o el Premio Lazarillo con “Cangura para todo”.
También le concedieron el Diploma de
Honor del Premio Internacional Andersen para Literatura Infantil y una
Beca March para Literatura Infantil, que le permite dedicarse por entero
a la literatura.
En los años setenta realizó algunas
intervenciones en espacios infantiles de televisión como “Un globo, dos
globos, tres globos” y “La cometa blanca”. Esto la daría gran fama entre
el público más pequeño.
Desde este momento empezaría una
actividad incansable realizando lecturas, recitales, recibiendo
homenajes… siempre cerca de los niños, publicando continuamente, tanto
poesía infantil como de adultos.
Tuvo siempre muy clara su afición
empezando a escribir versos a los catorce años, a los quince los leía en
Radio España de Madrid y a los diecisiete dio forma a su primer libro
de poemas, “Isla ignorada”, que sería publicado en 1950.
Fue redactora de la Revista Infantil “Maravillas”,
donde publicó semanalmente cuentos, historietas y poesía para niños.
También escribió para el suplemento infantil del diario Arriba, en el
que publicó las historietas de Coletas y Pelines, una niña y un niño,
que se hicieron muy populares entre los pequeños y colaboró en la
revista femenina “Chicas” donde publicó cuentos de humor. Al
mismo tiempo estrenó varias obras suyas de teatro infantil y poemas
escenificados en varios teatros, cafés y bares de Madrid.
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