"Ventana abierta"

El recuerdo de la madre siempre es tranquilizador, pero cuando esta Madre es María, la paz inunda nuestra alma, la sonrisa aflora a nuestros labios, la alegría penetra a nuestra vida. Piensa, pues, con frecuencia en María, tenla presente en todos los momentos de tu vida, invócala sobre todo en los tramos más difíciles y comprometidos.
SI VAS CON ELLA, NO PERDERÁS EL RUMBO

ÁNGELUS
LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA
La Virgen nos enseña a vencer la antigua tentación del hombre, que pretende ir a Dios prescindiendo de sus hermanos y olvidándose de ellos, principalmente de los más necesitados, en los que Él se manifiesta y con los que de un modo particular se identifica.
María sirve a la humanidad al asumir la vocación de Madre del Redentor y al preocuparse desde el cielo de cada uno de sus hijos, principalmente de los que sufren.
¿Cómo olvidarte tú de tus hermanos?
VIRGEN MARÍA, "LA IGLESIA SE VUELVE A TI PARA QUE EL EVANGELIO SE HAGA MÁS CARNE, MÁS CORAZÓN DE LOS PUEBLOS".
Padre Nuestro
Ave María...
Gloria...
MARÍA LA DEL DULCE NOMBRE
La Iglesia nos invita a celebrar hoy el Santísimo Nombre de la Madre de Dios. Lo conocemos porque San Lucas lo dejó escrito en su Evangelio: «el nombre de la virgen era María». Y, así, todos los cristianos veneramos este bello nombre de origen hebreo —Miriam—, que siendo la escogida de Dios no podría significar otra cosa que «Señora» o «Princesa» repleta de sabiduría y de luz, pues la Virgen ilumina la plenitud de los cielos y la tierra.
«Dios te salve, María…». Me dirijo lleno de alegría y de gozo a María, la felicito con el corazón emocionado y me entrego enteramente a Ella lleno de confianza y de amor. Me complazco en su ternura y en su bondad, en su generosidad y en su entrega, en su humildad y en su misericordia, y la tomo como ejemplo para mi pequeña vida, llena de pequeñeces y miserias.
«Dios te salve, María…». Me alegro dando gracias porque María ilumina mi camino, señala la estela para llegar al cielo; le pongo en sus manos mis inquietudes y mis anhelos porque Ella los acoge siempre e intercede en el cielo; me acerco a Ella rogándola para fortalecer mi corazón y mi alma; me deleito en contemplarla para imaginarme su belleza; me encomiendo a su protección seguro de que así ningún temor me embargará.
«Dios te salve, María…». Acudo a Ella para que aplaque la dureza de mi corazón, mi egoísmo y mi soberbia, mi autosuficiencia o mi indolencia, esas miserias que anegan mi alma y esos sufrimientos que tantas veces son más fuertes que mis alegrías. Es María, la del dulce nombre, la que ablanda mi corazón de piedra y lo hace más sensible a las cosas de Dios. Invocando el santo nombre de María las artimañas del demonio se desmoronan porque al príncipe del mal lo derribó María.
«Dios te salve, María…». Invoco hoy tu nombre, Madre, porque tengo la certeza de que cada vez que digo María, Dios abre de par en par las puertas de su corazón complacido por su gran obra.
♡El Dulce Nombre de María♡
Ha sido Lucas en su
evangelio quien nos ha dicho el nombre de la doncella que va a ser la Madre de
Dios: "Y su nombre era María". El nombre de María, traducido del
hebreo "Miriam", significa, Doncella, Señora, Princesa.
Estrella del Mar,
feliz Puerta del cielo, como canta el himno Ave maris stella. El nombre de
María está relacionado con el mar pues las tres letras de mar guardan semejanza
fonética con María. También tiene relación con "mirra", que proviene
de un idioma semita. La mirra es una hierba de África que produce incienso y
perfume.
En el Cantar de los
Cantares, el esposo visita a la esposa, que le espera con las manos humedecidas
por la mirra. "Yo vengo a mi jardín, hermana y novia mía, a recoger el
bálsamo y la mirra". "He mezclado la mirra con mis aromas. Me levanté
para abrir a mi amado: mis manos gotean perfume de mirra, y mis dedos mirra que
fluye por la manilla de la cerradura". Los Magos regalan mirra a María
como ofrenda de adoración. "Y entrando a la casa, encontraron al niño con
María, su madre, y postrándose, lo adoraron y abriendo sus cofres, le
ofrecieron oro, incienso y mirra". La mirra, como María, es el símbolo de
la unión de los hombres con Dios, que se hace en el seno de María. Maria es pues,
el centro de unión de Dios con los hombres. Los lingüistas y los biblistas
desentrañan las raíces de un nombre tan hermoso como María, que ya llevaba la
hermana de Moisés, y muy común en Israel. Y que para los filólogos significa
hermosa, señora, princesa, excelsa, calificativos todos bellos y sugerentes.
EL NOMBRE Y LA MISIÓN
En la Historia de la
Salvación es Dios quien impone o cambia el nombre a los personajes a quienes
destina a una misión importante. A Simón, Jesús le dice: "Tú te llamas
Simón. En adelante te llamarás Kefá, Pedro, piedra, roca, porque sobre esta
roca edificaré mi Iglesia". María venía al mundo con la misión más alta,
ser Madre de Dios, y, sin embargo, no le cambia el nombre. Se llamará,
simplemente, MARIA, el nombre que tenía, y cumple todos esos significados, pues
como Reina y Señora la llamarán todas las generaciones. María, joven, mujer,
virgen, ciudadana de su pueblo, esposa y madre, esclava del Señor. Dulce mujer
que recibe a su niño en las condiciones más pobres, pero que con su calor lo
envuelve en pañales y lo acuna. María valiente que no teme huir a Egipto para
salvar a su hijo. Compañera del camino, firme en interceder ante su hijo cuando
ve el apuro de los novios en Caná, mujer fuerte con el corazón traspasado por
la espada del dolor de la Cruz de su Hijo y recibiendo en sus brazos su Cuerpo
muerto. Sostén de la Iglesia en sus primeros pasos con su maternidad abierta a
toda la humanidad. María, humana. María, decidida y generosa. María, fiel y
amiga. María fuerte y confiada. María, Inmaculada, Madre, Estrella de la
Evangelización.
EL DULCE NOMBRE DE MARIA VENCE
1683, 11-12 de
Septiembre. Batalla de Viena vs invasión turca.
En 1682 el Sultán Mehmet IV declaró la guerra y escribió al
emperador Leopoldo I: "Primero nosotros le ordenamos a que nos espere en
su ciudad de residencia, Viena, para que le podamos decapitar... (...) Nosotros
lo exterminaremos a usted y a todos sus seguidores... (...) Los niños y los adultos
serán expuestos a las más atroces torturas antes de ultimarlos en la manera más
ignominiosa imaginable..."
Kara Mustafa Pasha,
frente al ejército Otomano del Sultán, llegó a las puertas de Viena y la sitió
el 14 de julio. El emperador Leopoldo y la mayoría de las tropas y ciudadanos
huyeron de la ciudad, quedando en ella solo 5000 civiles y 11,000 soldados al
mando de Ernst Rüdiger von Starhemberg. El número de invasores era superior a
los defensores, 20:1. Se propusieron destruir sus murallas socavándolas y
dinamitándolas. En Septiembre, los defensores estaban sin comida y extenuados.
Los turcos lograron abrir boquetes en la muralla y la ciudad estaba al borde de
la derrota cuando providencialmente les llegó auxilio.
Juan Sobieski n.1629,
coronado rey de Polonia en 1674, bien llamado el "León del Norte"
vino al rescate. Partió de Cracovia el 15 de Agosto. En camino las tropas
visitaron el santuario de la Virgen de Cñestochowa, patrona de Polonia, se
consagraron a ella y Sobieski puso a Polonia bajo su protección. El 6 de
Septiembre, los polacos cruzaron el Danubio 30km, N.O. de Viena y se unieron
con las fuerzas imperiales y otras que habían respondido a la llamada de formar
una Liga Santa de defensa con el respaldo del Papa Inocencio XI. (Luis XIV de
Francia no respondió y más bien aprovechó la oportunidad para atacar ciudades
alemanas).
El 11 de Septiembre
las tropas de Sobieski llegaron a Viena. Aunque los turcos les superaban en
número (según cálculos de Sobieski, 76,000 vs 300,000), sabían que el futuro de
Europa y de la cristiandad estaban en juego. El 12 de Septiembre, temprano en
la mañana, Sobieski fue a Misa y se puso en manos de Dios.
La victoria salvó a
Europa y frustró el plan de conquista islámica de Europa. Sobieski dio todo el
crédito por la victoria a Dios. Dijo: "Veni, vidi, Deus vicit". En agradecimiento
a Nuestra Señora por la victoria obtenida, el Papa Inocencio XI extendió la
fiesta del Dulce Nombre de María a la Iglesia Universal, el 12 de Septiembre.
Ntra. Sra. del Dulce Nombre. Sevilla
Según costumbre de
los judíos, ocho días después del nacimiento de la Virgen, sus padres le
impusieron el nombre de María. La liturgia, que ha fijado algunos días después
de la Navidad la fiesta del santo nombre de Jesús, ha querido instituir también
la fiesta del santo nombre de María poco después de su Natividad.
El nombre hebreo de
María, en latín Domina, significa Señora o Soberana; y eso es ella en realidad
por la autoridad misma de su Hijo, soberano Señor de todo el universo.
Gocémonos en llamar a María Nuestra Señora, como llamamos a Jesús Nuestro
Señor; pronunciar su nombre es afirmar su poder, implorar su ayuda y ponernos
bajo su maternal protección.
España y el Dulce Nombre de María
España fue la primera
en solicitar y obtener de la Santa Sede autorización para celebrar la fiesta
del Dulce Nombre. Y esto acaeció en el año 1513. Pero fue el Papa Inocencio XI
quien decretó, el 25 de noviembre de 1683, que toda la Iglesia celebrara solemnemente
la fiesta de este nombre excelso, para perpetuar la victoria que los austriacos
y polacos, mandados por Juan Sobieski, consiguieron de los turcos ese año en
Viena.
Textos tomados del Libro "Los cinco minutos de María" del Padre Alfonso Milagro.
