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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

jueves, 31 de marzo de 2011

 



The Americano - http://theamericano.com
No querido lector, no se trata de una fábula de Esopo o un cuento infantil, este es un artículo en defensa de la Vida Humana desde la concepción hasta su ocaso.    Ahora, bien, usted puede estar preguntándose qué tiene que ver un perro y una rata con la Defensa de la Vida.  Eso es precisamente lo que explico a continuación.

El fundador de Sacerdotes por la Vida, el Padre Lee Kaylor, en una de sus primeras cartas enviada a los sacerdotes de los Estados Unidos, para animarlos a predicar sobre el tema de la defensa de la Vida, narraba la historia de la rata Skeeki.  Esta rata se hizo muy famosa en un pequeño pueblo del sur de California en el año 1990, porque un artista quería realizar una obra de arte para una galería local.  Su obra consistiría en colocar a la rata Skeeki  sobre el pavimento y, sobre ella, una tela blanca para luego dejar caer desde un tercer piso un bloque de cemento que daría como resultado la “obra de arte”.  Por supuesto que aquello causó  tal revuelo  en la prensa, radio y TV locales que, el día pautado para la elaboración de tan “creativa” expresión artística, se presentaron más de 600 personas para salvar a Skeeky.  El roedor fue finalmente salvado de la muerte.  Hasta aquí la historia de la rata.
Más de 3500 bebés por día -1 cada 26 segundos-, solamente en los Estados Unidos, no contarán con la suerte de la rata Skeeky, ya que serán asesinados por el aborto legal, no solamente matando a un inocente, al ser humano más vulnerable de todos: el no nacido,  sino dejando huellas indelebles físicas, emocionales y espirituales en la madre de la criatura con los efectos subsecuentes en todo el tejido social.
Ahora procedamos con la historia del perro. La historia del Perro Natividad es parecida a la de la rata Skeeky, aunque no corrió con la suerte del pequeño roedor  ya que el otro artista  sí logró su cometido y llevó a término su proyecto aunque, no se angustie querido lector, porque el perro Natividad no fue aplastado por un bloque de cemento, sino que fue presentado en una “Bienal” atado a una pared con el título “Un perro enfermo, callejero” y fue dejado morir de hambre y sed por el autor de tan excelsa obra.
La historia del Perro Natividad está en Facebook y cuenta con más de 154.000 amigos.  En los Estados Unidos fue muy conocido el caso de Terry Shiavo.  Ella fue dejada morir de hambre y sed por su esposo y, para mayor perversión, en contra de la voluntad de sus padres y hermanos quienes se ofrecieron a cuidar de ella.  Nuestra cultura ha logrado introducir un lenguaje que desfigura la verdad de la enfermedad y entonces gustan llamar al asesinato asistido: “muerte compasiva”, “ayudar a morir”… cuando en muchos casos son los familiares y amigos  los que no están dispuestos a acompañar compasivamente la enfermedad de acuerdo con la  dignidad humana de la persona amada.    En este caso un ser humano tuvo el mismo final que un perro en una bienal de arte.  Nuestro Director de Sacerdotes por la Vida, el P. Frank Pavone, me contó que acompañó los últimos momentos de la vida de Terry.   En la mesa de noche de aquella habitación había un hermosa rosa roja muy bien hidratada en un vaso de agua donde estaba colocada y, ahí mismo, a su lado, un ser humano se dejaba marchitar hasta la muerte.  Lo podemos resumir en una expresión: la cultura de la muerte en acción.
Saquemos al aborto y a la eutanasia de la arena meramente político partidista y coloquémoslos  en el lugar donde de hecho están: la violación del primero de todos los derechos humanos, el derecho a la Vida.
Un dato estadístico para terminar.  El holocausto más perverso de la historia de la humanidad está teniendo lugar frente a nuestras narices.  Más de 50.000.000 millones de seres humanos no nacidos han sido abortados desde 1973 solamente en los Estados Unidos, avergonzando así a los Padres de esta gran Nación quienes la fundaron en los valores de la igualdad y libertad vinculadas a la Verdad.
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¿Qué parte de NO... no entiendes?



Con un bebe de brazos, una mujer muy asustada llega al consultorio de su ginecólogo y le dice:

- Doctor, por favor ayúdeme, tengo un problema muy serio. Mi bebé aún no cumple un año y ya estoy de nuevo embarazada...no quiero tener hijos en tan poco tiempo, prefiero un espacio mayor entre uno y otro.....

- Muy bien, ¿qué quiere que yo haga?, le preguntó el médico

- Deseo interrumpir mi embarazo y quiero contar con su ayuda, respondió la mujer.

El médico se quedó pensando un poco y después de algún tiempo le dice:

- Creo que tengo un método mejor para solucionar el problema y es menos peligroso para usted.

La mujer sonrió, pensando que el médico aceptaría ayudarla.

Él siguió hablando: - Vea señora, para no tener que estar con dos bebés a la vez en tan corto espacio de tiempo, vamos a matar a este niño que está en sus brazos. Así usted tendrá un periodo de descanso hasta que el otro niño nazca. Si vamos a matar, no hay diferencia entre uno y otro de los niños. Y hasta es más fácil sacrificar éste que usted tiene entre sus brazos puesto que usted no correrá ningún riesgo.

La mujer se asustó y dijo:

- ¡No, doctor! ¡Que horror! ¡Matar a un niño es un crimen!

- También pienso lo mismo, señora, pero usted me pareció tan convencida de hacerlo, que por un momento pensé en ayudarla.

El médico sonrió y después de algunas consideraciones, vio que su lección surtía efecto.
Convenció a la madre que no hay la menor diferencia entre matar un niño que ya nació y matar a uno que está por nacer, y que está vivo en el seno materno.

¡ EL CRIMEN ES EXACTAMENTE EL MISMO !


el camino la verdad y la via

el camino la verdad y la vida

¿Quiénes nos brindaron la posibilidad de que nosotros, como parte de la humanidad, pudiésemos caminar por esta Tierra?
¿Quién nos permitió nacer?

¡Nuestros padres!

¿Quiénes nos bañaron y vistieron y alimentaron y apagaron nuestra sed?
¿Quiénes cuidaron de nosotros en enfermedad y quiénes nos atendieron hasta que recobramos la salud? ¿Quiénes nos enriquecieron?

¡Nuestros padres!

¿Quiénes nos ayudaron a atravesar esos años de crecimiento?
 ¿Quiénes calmaron nuestros temores y secaron nuestras lágrimas y nos animaron a seguir adelante? ¿Quiénes dijeron: bien hecho?

¡Nuestros padres!

¿Quiénes nos vieron casar y tener nuestras familias?
 ¿Quiénes tomaron a sus nietos sobre sus rodillas para mostrarles su amor?
¿Quiénes les ayudaron a crecer?

¡Nuestros padres!

¿Y a quiénes hacemos eco en la canción de la vida?
 ¿La sinfonía de amor de quiénes transmitimos?
¿El gozoso refrán de quiénes sostiene nuestras almas?

¡Nuestros padres!

Doreen (Adams) Ellis, copyright 1978

Es un hecho que nuestro deber es honrar y reconocer el trabajo de nuestros padres.
La Biblia asi lo dice, es un mandamiento con Promesa.

¡Reconoce, honra y agradece a tus padres como nunca antes lo has hecho!.

Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días sean prolongados en la tierra que el Señor tu Dios te da. Exódo 20:12

Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor, porque esto es justo.
Honra a tu padre y a tu madre (que es el primer mandamiento con promesa),
para que te vaya bien, y para que tengas larga vida sobre la tierra. Efesios 6:1-3





¿Que es un embarazo ectópico?




Hola chicas y chicos!, en el día de la fecha intentaré dejarles la duda y aclararselas inmediatamente.

Para eso voy a recurrir a la imágen de la izquierda, donde apreciamos que el bebé se ha instalado en la trompa de falopio, y ese, no es el lugar donde debería estar.

¿Qué es un embarazo ectópico?

Es un embarazo que NO se está desarrollando dentro del útero. Puede el embrión estar instalado en una trompa, en un ovario o en el cuello del útero inclusive.

¿Cuáles son sus causas?

Se considera que el 70% de casos de embarazo ectópico ocurre en mujeres entre 25 y 34 años y que el fumar cigarrillos, usar un dispositivo intrauterino (DIU o T de cobre), tener una enfermedad pélvica inflamatoria, sufrir de endometriosis o haber tenido una fecundación in vitro pueden aumentar el riesgo de sufrirlo.

¿Se soluciona?

Generalmente no. Aún así, existen casos en que el lugar donde el embrión se ha instalado permite su desarrollo, pero en la mayoría de los casos este tipo de embarazos no tienen solución, porque aún no es posible trasplantar de lugar al embrión, y porque además, ponen en peligro la vida de la madre.

¿Se le considera un aborto?

Algunas personas sí lo consideran así. Pero como no existe alternativa, y la vida de madre e hijo está en juego, no existiendo posibilidad de salvar la del hijo (exceptuando casos particulares que serán evaluados), el movimiento Right to Life lo permite.
La práctica no es considerada un aborto porque no existen opciones alternativas.

Saludos!

Fuente recomendada: http://www.hayalternativas.org/

Mi madre.


Después de varios años de matrimonio, descubrí una nueva manera de mantener viva la chispa del amor.
Desde hace poco había comenzado a salir con otra mujer, en realidad había sido idea de mi esposa.
"Tú sabes que la amas." Me dijo un día, tomándome por sorpresa.
 "La vida es demasiado corta, debes dedicarle tiempo."
"¡Pero yo te amo a ti!" Protesté.
"Lo sé. Pero también la amas a ella."
La otra mujer, a quien mi esposa quería que yo visitara, era mi MADRE, quien era viuda desde hacía 19 años, pero las exigencias de mi trabajo y mis 3 hijos hacían que sólo la visitara ocasionalmente.

Esa noche la llamé para invitarla a cenar y al cine.
 "¿Qué te ocurre? ¿Estás bien?" Me preguntó mi madre.
Ella es el tipo de mujer que una llamada tarde en la noche, o una invitación sorpresiva es indicio de malas noticias.
"Creí que sería agradable pasar algún tiempo contigo." Le respondí. "Los dos solos."
Reflexionó sobre ello un momento.
 "Me agradaría muchísimo." Dijo.
Ese viernes mientras conducía para recogerla después del trabajo, me encontraba algo nervioso, era el nerviosismo que antecede a una cita... Y ¡por Dios, cuando llegué a su casa, advertí que ella también estaba muy emocionada con nuestra cita.
 Me esperaba en la puerta con su abrigo puesto, se había rizado el cabello y usaba el vestido con que celebró su último aniversario de boda, su rostro sonreía e irradiaba luz como un ángel.
"Les dije a mis amigas que iba a salir con mi hijo, y se mostraron muy impresionadas." Me comentó mientras subía a mi auto.
 "No pueden esperar a mañana para escuchar acerca de nuestra velada."


Fuimos a un restaurante no muy elegante, pero sí acogedor, mi madre se aferró a mi brazo como si fuera -La primera dama-. Cuando nos sentamos, tuve que leerle el menú. Sus ojos solo veían grandes figuras. Cuando iba por la mitad de las entradas, levanté la vista; mamá estaba sentada al otro lado de la mesa, y me miraba. Una sonrisa nostálgica se le delineaba en los labios.
"Era yo quien leía el menú cuando eras pequeño." Me dijo.
"Entonces es hora de que te relajes y me permitas devolver el favor." Respondí.
Durante la cena tuvimos una agradable conversación; nada extraordinario, solo ponernos al día con la vida del otro. Hablamos tanto que nos perdimos el cine.
"Saldré contigo otra vez, pero sólo si me dejas invitar." Dijo mi madre cuando la llevé a casa. Asentí.
"¿Cómo estuvo tu cita?" Quiso saber mi esposa cuando llegué aquella noche.
"Muy agradable... Mucho más de lo que imaginé." Contesté.
Días más tarde mi madre murió de un infarto masivo, todo fue tan rápido, no pude hacer nada. Al poco tiempo recibí un sobre con copia de un cheque del restaurante donde habíamos cenado mi madre y yo, y una nota que decía:
La cena la pagué por anticipado, estaba casi segura, de que no podría estar allí,
pero igual pagué 2 platos uno para ti y el otro para tu esposa,
jamás podrás entender lo que aquella noche significó para mí.
Te amo.
En ese momento comprendí la importancia de decir a tiempo: "TE AMO" y de darles a nuestros seres queridos el espacio que se merecen; nada en la vida será más importante que Dios y tu familia, dales tiempo, porque ellos no pueden esperar.
Exodo 20:12 "Honra á tu padre y á tu madre, porque tus días se alarguen en la tierra que el Señor tu Dios te da."
El Buen Pastor.


Hola Amig@s:

Estoy encantada de volvernos a encontrar en nuestra "Ventana abierta".


Muchas gracias por vuestras visitas, eso me anima a continuar con mi blog.
Lo mismo que yo me nutro de estos artículos -unos recogidos de la red; otros, escritos que tenía desde bastantes años atrás- ahora en este blog puedo darles rienda suelta para que todo aquel o aquella que lo desee, pueda también beneficiarse de ellos.
Besos a tod@s


"Hace algunos años, en las montañas de Suiza, un joven pastor comprobó que le faltaba un cordero de su rebaño.
En plena noche salió a buscarlo, y lo halló en una pendiente escarpada, paralizado de miedo, como es de suponer.

Por desdicha, en el camino de vuelta debió de dar un paso en falso, porque resbaló el pastor y cayó en un barranco.
Al día siguiente, se les halló a ambos en el fondo del precipicio.
El cordero protegido en la caída por el brazo del pastor, estaba vivo, pero el pastor había muerto. Había dado su vida por salvar a su ovejita".

Esa auténtica y conmovedora historia, ilustra notablemente lo que dice el Evangelio.
Como ese pastor, Jesús fue en busca de hombres perdidos y que corrian peligro de muerte eterna.


Al precio de su propia vida vino a buscar y salvar a los que estaban perdidos.


Todos merecíamos el juicio y el castigo eterno, pero Jesús murió en la Cruz para salvarnos.
Él, sin pecado, llevó los pecados de todos los que lo aceptan como su Salvador personal.


"De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
El que cree en el Hijo tiene vida eterna, pero el que rehusa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él".


La vida en los tiempos bíblicos

Trasquila de las ovejas



Por las referencias  bíblicas, la trasquila de las ovejas era otro tiempo especial para festividades en el antiguo hogar hebreo. Fue en los  tiempos de la trasquila cuando tuvo lugar el  contratiempo entre el rey David y el rico Nabal. Otro ejemplo es la fiesta de la trasquila de Absalón, en el cual el  asesinato de Absalón fue perpetrado. Sin duda, en muchos hogares píos era un tiempo de acción de gracias a Dios por la lana que obtenían de sus ganados.

Protección de las ovejas de animales y ladrones



Las ovejas necesitan ser cuidadas contra ladrones no sólo cuando están en el campo, sino también en el aprisco (lugar donde se recoge el rebaño). Los ladrones de Palestina no son aptos para abrir cerraduras, pero algunos de ellos pueden escalar las paredes y entrar en el aprisco, donde cortan las gargantas de tantas ovejas como pueden y luego con cuidado las suben sobre la pared con cuerdas.
Otros de la banda las reciben y luego todos tratan de escapar para no ser capturados.
El pastor debe estar constantemente en guardia para tales emergencias y debe estar listo para actuar rápidamente y proteger sus derechos sobre el ganado.

Cuidado especial de los corderitos y de las ovejas con sus crías



Cuando llega el tiempo de ahijar (procrear) el pastor debe tener gran cuidado de su rebaño. La tarea se vuelve más difícil porque a menudo se hace necesario mover el rebaño a nuevos lugares para encontrar pastos.
Las ovejas que pronto serán madres, lo mismo que aquellas que ya tienen sus corderitos deben permanecer cerca del pastor cuando van de camino. Los pequeños corderitos que no puedan seguir el paso del resto del rebaño son llevados en el seno de su ropa, haciendo del cinto una bolsa.

Poniendo nombre a las ovejas




Actualmente el pastor oriental se deleita en poner nombre a algunas de sus ovejas, y si su rebaño no es grande, a todas sus ovejas. Las conoce y las nombra por ciertas características individuales, por ejemplo: “Blanca pura”, “Listada”, “Negra”, “Café”, “Orejas Grises”, etc. Esto indica la tierna afición que el pastor tiene para cada una de sus ovejitas.

Cuidado y pastoreo de las ovejas



Cuando se hace necesario separar varios rebaños de ovejas, un pastor tras otro se paran y gritan: «¡Tajúuu! ¡Tajúuu!» u otra llamada propia de ellos. Las ovejas levantan la cabeza y, después de una revoltura general, comienzan a seguir cada una a su pastor. Están enteramente familiarizadas con el tono de la voz de su pastor. Algunos extraños han usado la misma llamada, pero sus esfuerzos para que las ovejas los sigan siempre fracasan.

Contando ovejas…


La oveja (hembra del carnero) se menciona 298 veces en la Biblia.*
El carnero (rumiante doméstico, de grandes cuernos enrollados en espiral, que se cría para aprovechar su carne y su lana) se nombra en los textos bíblicos un total de 168 ocasiones.
El cordero (hijo de la oveja que no pasa de un año) se cita 180 veces.
Tal es la importancia de estos animales en la vida de los israelitas de los tiempos bíblicos que en los idiomas originales de las Escrituras aparecen con 12 palabras hebreas diferentes, algunas haciendo distinción en cuanto a la edad, el sexo y la raza.
Todos los matices son importantes para entender a cabalidad el significado metafórico que tiene la oveja en la Biblia, sobre todo en el Nuevo Testamento:
• La mayoría de las versiones modernas traducen correctamente de Números 28.3 corderos “sin tacha”, y no “sin mancha”, ya que se refiere a imperfecciones generales más que a manchas de color.
• El significado de separar las ovejas de los cabritos en Mateo 25.32 se aclara cuando se conoce que en un rebaño mixto estos animales pueden parecerse mucho y es preciso examinarlos de cerca.
• Oveja se usa como figura del hombre indefenso, descarriable, manso, sociable, incapaz de bastarse a sí mismo o volver solo al redil.
• Mas el Nuevo Testamento anuncia también la gran paradoja de Juan 1.29: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”.
Hoy en día no se ven fácilmente por el mundo hermosos y sugerentes hatos de ganado lanar, ni muchas personas que sepan de ovejas y pastores, pero tampoco hay muchas maneras de darnos una mejor imagen del drama humano y la misericordia de Dios que la que nos ofrece Mateo 9.36, cuando nos narra:
“Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.”

NOTA:

* Todas las cifras y citas están tomadas de la Traducción Reina-Varela de 1960.




¿Mejor que sigan ciegos?


El relato del ciego de nacimiento al que Jesús devuelve la vista se presta a muchas lecturas. Y lo primero que me viene a la mente es ¿de cuántos ciegos se habla aquí?
Está el ciego de nacimiento.
Están los fariseos que tampoco quieren a ver el milagro.
Están los mismos padres que no quieren meterse en líos.
Y está otra realidad bien importante:
Todos le reconocen mientras está ciego.
Nadie quiere reconocerle cuando recobra la vista.
Ciego no es solo aquel que en su vida ha visto los colores.
Ciegos somos cuantos no vemos lo que tendríamos que ver:
Ciego es el que no acierta a ver a los demás como hermanos y sólo los ve como “compradores”, “vendedores”, “consumidores”.
Ciego es el que no quiere ver las necesidades de los hermanos, y sólo ve la propia billetera, su chequera o su granero.
Ciego es el que sólo ve con los ojos de la cara, pero su corazón y su espíritu carecen de ojos.
Ciego es el que no acierta a ver la acción de Dios en la historia o en nuestra vida.
Por eso me encanta la reflexión que hace Mariola López cuando escribe: necesitamos cristianos capaces de “descubrir puertas donde antes veíamos muros”. “Hoy nos tientan muchas ceguras: no se ven los que no cuentan económicamente y hay millones de personas consideras invisibles. Estamos amenazados por la ceguera de la seguridad, y los diferentes nos resultan extraños.
Vivimos cegados por la prisa y la auto concentración; y las fracturas humanas, las divisiones de cualquier rango, embotan nuestros sentidos y nos ciegan sobre nuestra unidad esencial”.
Tal vez nosotros mismo podamos tener buena vista, pero pareciera nos encanta ver ciegos a los demás. Todo el mundo conocía el ciego mientras era ciego. Nadie dudaba de su identidad. El problema surgió cuando el ciego recobró la vista. Ahora nadie quiere reconocerle. Para unos es él mismo. Para otros simplemente se parece. Para otros no es él.
¿No nos estará sucediendo algo parecido a nosotros?
Preferimos que la gente siga ciega-ignorante porque es más fácil de manejar.
Preferimos que la gente siga ciega, y no reconozca sus derechos, porque así nos complica menos nuestra vida.
Preferimos que la gente siga ciega, y no sea consciente de las injusticias que sufre, porque así no reclama sino que se resigna.
Preferimos que los mismos creyentes no conozcan la verdad de la Iglesia, porque así se sienten menos incómodos.
Preferimos que los mismos creyentes no conozcan los defectos que se esconden en la Iglesia tapados con demasiadas prohibiciones y condenas, así guardamos más el silencio.
El problema está cuando la gente comienza a ver porque alguien le ha abierto los ojos. Entonces ese “no es profeta”, sino es un revoltoso social.
Entonces ese “no es profeta”, sino alguien que se mete en política.
Cuando la Iglesia se pone a favor de los marginados y les habla de sus legítimos derechos ya se está metiendo en líos, como Jesús, porque pone en riesgo y peligro la estabilidad y las ansias y egoísmos de los poderosos.
¿No ha sido, en parte, éste el problema de los indígenas de nuestras selvas peruanas?
Cuando algún misionero les abrió los ojos, se revelaron y reclamaron sus derechos.
Fe entonces que muchos se enteraron de que nuestros indígenas y ribereños existían.
Y recién se enteraron que abnegados misioneros les abrieron los ojos sobre sus legítimos derechos a sus tierras, a sus ríos y a su salud.
Cuando al Premio Nobel A. Muhammad Yunus, conocido como el “banquero de los pobres se le preguntó: ¿Cuál era la mejor lección que aprendió de los pobres? su respuesta fue clara: “Lo más grande que he aprendido es que cada ser humano posee un potencial ilimitado; la lástima es que nos conformamos con arañar la superficie”.
El diálogo del ciego, que ahora ve, con los fariseos ¡cuánto se parece a los reclamos sociales de los que hasta ahora estaban ciegos de sus derechos! “Nosotros sabemos que ese es un pecador”. “Empecatado naciste tú de pies a cabeza, ¿y nos vas a dar lecciones a nosotros? Y lo expulsaron”.
También hoy se expulsa a los que comienzan ver.
Y también se quiere expulsar y aún sacar del país a quien se atreve a abrir los ojos de los que no veían.
Clemente Sobrado C. P.www.iglesiaquecamina.com
(Si este mensaje te dice algo, compártelo con tus amistades)


miércoles, 30 de marzo de 2011

Mientras tanto...



 

Muchas veces pasamos mirando las tormentas;
ahora, dediquémonos a mirar el sol. 
El sol siempre estará, aunque oculto detrás de poderosas nubes, 
o del otro lado del mundo, listo para nuevamente aparecer. 
Gold MIx Dividers
Es simplemente una cuestión de tener una conciencia correcta. 
Las calamidades y tragedias, los problemas y molestias que todos, 
en un grado u otro, experimentamos, no pueden ocultar la vida que existe. 

De hecho, es en la noche que más deseamos el sol; 
es cuando hay algún problema que más queremos 
que lo bello interior surja en toda su plenitud. 

Así que, disfrutemos la expectativa, mientras los problemas existen.




 
LLEVA USTED LOS TRES SACOS?



La verdadera ciencia de la vida consiste 
en aprovechar al máximo el día presente,
el día de hoy, olvidando el pasado
 y dejando en paz el futuro.

Hay personas que cargan sobre 
sus débiles hombros tres sacos a la vez: 

un saco pequeño, fácil de llevar: 
es el saco de penas, trabajos y alegrías 
de un solo día, el día de hoy. 

Un segundo saco pesado, abrumador: 
el del pasado: son esas gentes que vuelven
 y vuelven a recordar las penas pasadas,
 los fracasos que tuvieron, 
las heridas que sufrieron.
 Se empeñan en rascar las heridas, 
y así, siempre están sangrando 
y nunca se curan. 

Y todavía se empeñan 
en llevar un tercer saco muy pesado: 
el del futuro. 

Son los que miran al mañana 
con miedo, esperando siempre lo peor.
Llevar hoy la carga de mañana, 
unida a la de ayer, hace vacilar
 y tambalearse al más fuerte; 
pero nadie nos manda vivir así. 
Nadie nos manda llevar al mismo
 tiempo los tres sacos.



El Señor de la vida hizo las cosas 
más sencillas, y nos dijo: 
"Bástale a cada día su afán". 

Él creó el día para trabajar, 
luchar y esforzarnos; 
y creó la noche para dormir, 
descansar y olvidar. 

Así en realidad la vida consta 
de un solo día. Cada noche podríamos 
decir que nos morimos por una horas 
cuando dormimos, para resucitar 
nuevamente al despertar por la mañana.
¿Por qué no vivir un solo día por vez? 
El pasado ya pasó, no volverá; 
déjalo en paz. Si puedo sacar de mi pasado 
alguna buena lección, está bien, la saco; 
pero, si no, lo dejo, lo olvido. 

Nada gano recordando mis problemas
 y amarguras de ayer. 

El futuro, por otra parte, 
aún no llega, no se si llegará, 
¿por qué me preocupo?

Lo único que tengo, 
lo único de lo que soy dueño es 
de este día de hoy; 
por tanto lo voy a vivir
 y disfrutar como si fuera 
el único día que voy a tener.


"El ayer es sólo un sueño y el mañana 
sólo una visión. Pero el hoy bien
 vivido hace de todo ayer un sueño 
de felicidad y de cada mañana una visión 
de esperanza; mira, pues, bien a este día.”

Ante una ardua tarea solemos 
pensar en toda la vida. 
¿Por qué no conformarnos con llevar 
nuestra carga de un día?.
 Todo mundo puede soportar su carga, 
por pesada que sea, hasta la noche; 
todo el mundo puede realizar su trabajo,
 por duro que sea, durante un día.

 Todos pueden vivir pacientemente, 
de modo amable y sano hasta que 
el sol se ponga, y esto es realmente 
lo que la vida significa.
Tengo un día de vida y nada más. 
Con él puedo hacer maravillas o destruirlo.
 Lo que no puedo es vivir una semana,
 un mes, un año a la vez. 
Se vive HOY.



Hoy es otro día hermoso que Dios me regala.
Un día lleno de luz ya bendecido
y abundante de su amor. 

martes, 29 de marzo de 2011

Semana de Dios y Semana del hombre.


Es una semana de muerte y sepultura, pero también de un amanecer pascual con un sepulcro vacío y un Cristo resucitado y con nosotros. (Foto: Flickr Roberto García)

La Semana Santa que comenzamos es una semana donde pasa de todo. Resulta curioso que en siete u ocho días sucedan tantas cosas. Y no sé si llamarla la “Semana Grande de Dios”, o la “Semana Grande de los hombres”, porque, a decir verdad, es la semana central de la vida de Jesús y también la semana central de los hombres. Dios y los hombres son los grandes personajes de esta semana. Aunque la peor parte la lleva Dios.
Y por más que los hombres quedemos mal, sin embargo, somos los más beneficiados de esta semana.
Es la peor semana de Dios entre los hombres, porque nos hemos ensañado con Él. En pocos días, lo hemos juzgado, condenado, crucificado y muerto en la Cruz. Uno se pregunta ¿cómo es que Dios se somete al capricho y a la libertad de los hombres? ¿Y cómo los hombres son capaces de tratar así a Dios?
Pero esa es la realidad de esta semana. Los hombres empeñados en eliminar a Dios y Dios empeñado el salvar a los hombres. Los hombres empeñados en juzgar y condenar a Dios y Dios empeñado en amar y salvar a los hombres.
La verdad que no resulta fácil entender el comportamiento de Dios dejándose manejar, dejándose juzgar y condenar a muerte por los hombres. Pero no resulta menos difícil comprender el atrevimiento de los hombres haciéndose jueces de Dios. Por eso, la Semana Santa revela la verdad de Dios de cara a los hombres y la verdad de los hombres de cara a Dios. Es el momento de entrar en el corazón de Dios y también de entrar en el corazón del hombre; de lo que es capaz de hacer Dios por el hombre y lo que es capaz de hacer el hombre con Dios. Claro que los hombres no hablamos de Dios, sino de un revoltoso, de un iluso que dice llamarse Hijo de Dios. Y hasta cierto punto pareciera verdad. Se puede condenar y eliminar a Dios pensando que se trata de un peligro para nosotros. Por algo dijo Jesús en la Cruz: “Padre, perdónales porque no saben lo hacen”. ¿Sabían de verdad los Sumos Sacerdotes y los escribas que estaban juzgando a Dios? ¿Sabían los hombres, como Pilato que estaban sentenciando a Dios? Es posible que no. Pero no por eso quedan justificados. Aunque no fuese Dios tampoco se puede condenar tan fácilmente a un hombre, y pero todavía cuando se lo reconoce inocente. Además, ¿no había demasiados intereses humanos y religiosos de por medio? No entenderemos el comportamiento de Dios si no conocemos el corazón de Dios, pero tampoco conoceremos al hombre sin conocer la verdad de su corazón.
Por eso, queridos amigos, durante esta semana todos estamos llamados a situarnos dentro del conjunto de personajes que aquí aparecen.
Es posible que el nombre de Pilato hoy pueda llevar tu nombre y mi nombre.
Es posible que el nombre de Herodes hoy pueda llevar tu nombre y también el mío.
Es posible que el nombre de Pedro hoy pueda llevar tu nombre y mi nombre.
Es posible que el nombre de Cireneo hoy pudiera ser mi nombre y el tuyo.
Porque en realidad, los autores de la Pasión de Jesús somos todos. Unos de una manera y otros de otra.
¿Y cuál creen ustedes que debiera ser nuestra experiencia sobre Jesús en estos días de Semana Santa?
En primer lugar, yo les invitaría a todos a olvidarse de todas esas películas que lo único que hacen es destacar los sufrimientos, la sangre, lo terrible de la Pasión. No negamos que la Pasión fue algo de verdad serio y tremendo, sobre todo la crucifixión y muerte.
Pero si nos quedamos sólo con los sufrimientos no habremos descubierto la verdad de la Pasión. Es posible que también aquí el árbol nos impida ver el bosque. El sufrimiento es importante. Pero tenemos que mirar más allá de los sufrimientos.
Porque la verdad de esta semana es la revelación del amor de Dios.
Los sufrimientos pudieran crearnos la conciencia de que el cristianismo es un dolorismo. Y los dolores de la Pasión no son sino la revelación de cuánto nos ama Dios. Si no descubrimos el amor que Dios nos tiene no hemos entendido nada de cuanto celebramos esta semana.
Juan lo dice bien claro: “Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que el mundo se salve”. Más que Semana Santa, a mí me encantaría pudiéramos llamarla “La Semana del Amor”.
La historia de la Pasión es una historia de amor. Un amor que se expresa en el dolor y el sufrimiento. Pero ni el dolor ni el sufrimiento pueden ser el fin. El fin es que nosotros nos sintamos amados por Dios. Al fin y al cabo, los únicos pedazos de alma y de vida que valen la pena en nosotros son aquellos que hemos entregado por amor a nuestros hermanos. Más que exclamar ¡cuánto sufrió! Sería mejor que todos pudiésemos gritar: ¡Cuánto nos amó y nos ama! Más que lamentarnos de cuanto sufrimos, mejor nos preguntamos ¿cuánto amamos?
Pero, amigos, la Semana Santa no termina en la Cruz. Si terminase en la Cruz, todo terminaría en muerte. Y esto no es verdad. La Semana Santa termina en la Pascua. Y esto nos tendría que llevar a revalorizar las celebraciones litúrgicas de la Vigilia Pascual. Porque es en la Vigilia Pascual donde: Las tinieblas se hacen luz. La muerte comienza a tener sabor de vida.
Es semana de muerte, pero también semana de vida. Es Semana que nos habla de muerte y de sepultura, pero también nos habla de un amanecer pascual con un sepulcro vacío y un Cristo nuevo resucitado y con nosotros, hombres y mujeres nuevos resucitados con El. Que todos podamos amanecer el domingo con un corazón nuevo, transformado por el misterio de su Muerte y Resurrección y que juntos, podamos entonar gozosos el ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA, EL SEÑOR RESUCITÓ.
Clemente Sobrado C. P.

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Jesus y la samaritana

Martes 29 de marzo de 2011

Estamos en Cuaresma.
Y hay demasiadas preocupaciones en el aire; el mes de marzo es intenso.
Además aun se estremece el suelo, por sismos reiterados en diferentes puntos del planeta. Guerras y desencuentros humanos. Inquietudes múltiples. Parece que es excesivo para nosotros .
Creo que sería un muy buen momento para detenernos en nuestras urgencias y revisar el Evangelio:
Jn.4 , 5-42.
! DÁME de BEBER ¡¡

JESÚS Y LA SAMARITANA




Diálogo esperanzador y de salvación es éste. Porque es un diálogo propiciado por el mismo Jesús.
EL es así siempre. Quiere dialogar de esta forma con cada uno de nosotros. A solas y conocedor de todo lo que encierra nuestro corazón. Tal cual somos; nos conoce desde siempre, pero busca que nosotros le reconozcamos a Él.
Esta situación es particularmente clara, para señalarnos que las desuniones entre los seres humanos, están presentes desde que el mundo existe. No era posible pensar que un hombre judío, le dirigiera la palabra a una samaritana; los samaritanos eran considerados un pueblo impuro y despreciable por el pueblo de Israel. En una clara actitud de acercamiento y de ''romper el hielo'' , Jesús no sólo le habla , sino que se presenta como un hombre necesitado: '' dáme de beber''. Y no lo hace con el aire de superioridad con que los judíos trataban a los samaritanos.
Ni con la arrogancia de los hombres hacia las mujeres; no.
Jesus supo buscar ayuda y acogida en el corazón de aquella mujer Las necesidades básicas nos unen, echando por tierra nuestras diferencias. Ese es un lenguaje que todos comprendemos, porque también todos sabemos de cansancio, soledad, sed de felicidad.
Jesus supo crear entre ambos un clima de humanidad y cercanía, al que la mujer no estaba acostumbrada. Ella se sorprende al descubrir que El sabía todo de su vida. Además ÉL le habla del '' Don de Dios'' y del ''Agua Viva'', conceptos absolutamente nuevos para ella, y se le despierta la necesidad de conocer ese ''manantial interior'' que da fecundidad espiritual y Vida Eterna. Ese anhelo de vida plena, que nos habita a todos y le dice: '' Señor dáme de beber''
De esta forma, Jesús nos muestra el camino que nos lleva a la unión con los hombres y mujeres de todas las condiciones imaginables; sin segregar ni despreciar a nadie.
El mensaje de cuaresma es potente ( para el que lo quiere ver ) : si intentamos superar las distancias creadas desde el egoísmo, orgullo , soberbia, prejuicios o vanidad y abrimos nuestros corazones endurecidos, reconociendo nuestras necesidades espirituales profundas , empatizando además con las de todos nuestros hermanos, especialmente los más segregados y humillados por la sociedad, descubriremos entre todos que: Dios es Amor y sólo Amor.

PAZ y BIEN

JESÚS
- "Dame de beber."
- ..."Si conocieras el don de Dios y quién es el que dice: "Dame de beber", tú misma se lo hubieras pedido y él te habría dado agua viva."
-"El que bebe de esta agua vuelve a tener sed, pero el que beba del agua que yo le daré, no volverá jamás a tener sed."
LA SAMARITANA
-Cómo tú que eres judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?..."
-Señor no tienes nada para sacar el agua y el pozo es profundo. ¿De dónde sacas esa agua viva? ¿Eres acaso más poderoso que nuestro padre Jacob?..."
-“Dame de esa agua para que no sufra más sed, ni tenga que volver aquí a sacarla."
-"Ve y llama a tu marido."
-"No tengo marido..."
Jesús continuó: -"Es verdad lo que dices, que no tienes marido, has tenido cinco y el que tienes ahora tampoco es tu marido."
-"...ni aquí ni en Jerusalén., los verdaderos adoradores, adorarán al Padre en Espíritu y Verdad."

-"Señor, veo que eres un profeta... Pero ¿dónde adorar a Dios, aquí o en Jerusalén?
-“Yo sé‚ que el Cristo está por venir.
Cuando él venga nos aclarará todo.”
¡ÉSE SOY YO, EL QUE HABLA CONTIGO!
La mujer dejó su cántaro y corrió a la ciudad y dijo a la gente:
¡Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho!
¿No será el Mesías?"





¿Qué es ser buen católico o mal católico?

Catequesis en la familia cristiana.
Primera parte.

 

Este miércoles se discutía en clases sobre uno de los aspectos básicos de la convivencia de una sociedad, “la justicia”, una ciudad justa aplica sus criterios con los que ha sido alimentada, el alimento es de imaginar lo recibe de los senos de las familias y damos razón que la familia es el núcleo de una sociedad, lo que se mama dentro del seno familiar es lo que aflora ya como consecuencia de esos cimientos, pero…Si la sociedad pierde su confianza en sus mismos miembros por la forma de actuar de ellos, ¿qué puede esperar a las nuevas generaciones?, una de la doctrina básica de un cristiano es que debe de ser sal de la tierra (cfr. Mt 5, 13) pero si el cristiano no da testimonio de esta actitud, ¿será buen cristiano?, entonces para que pueda dar ese testimonio y sea sal se tiene que educar y formar como tal, es ahí donde podemos percibir la necesidad de una catequesis en la familia bien estructurada, en la XXXIII JORNADAS DE VICARIOS DE PASTORAL de hace varios años se tocó un punto que puede ayer, hoy y siempre cambiar sustancialmente ese actuar digno del hombre en la sociedad y es la razón por la cual presentamos este trabajo, elaborado en esa XXXIII jornada y que va directo hacía la familia por parte de la Conferencia Episcopal Española.


LA FAMILIA CRISTIANA: UN ESPACIO DONDE
EL EVANGELIO ES TRANSMITIDO Y
DESDE DONDE ÉSTE SE IRRADIA


XXXIII JORNADAS DE VICARIOS DE PASTORAL
COMUNICACIÓN DE D. FERNANDO GONZALO-BILBAO FERNÁNDEZ
VICARIO GENERAL DE VITORIA


ÍNDICE


La familia hoy
• En medio de profundos cambios
• Una realidad socialmente valorada
• En perspectiva eclesial


I. LA FAMILIA CRISTIANA:

UN ESPACIO DONDE EL EVANGELIO ES TRANSMITIDO


La familia cristiana comunidad de amor.

• En la alianza matrimonial
• En la vida familiar
• Con Dios al fondo


La familia cristiana:

 comunidad que anuncia y educa en la fe


• Los motivos del anuncio
• En verdadero intercambio
• Desde la experiencia

• Con la ayuda de Dios


La familia cristiana, una comunidad que ora


• A partir de la vida
• Ora en común
• Y enseña a orar


II. LA FAMILIA CRISTIANA:

 UN ESPACIO DESDE DONDE EL EVANGELIO SE IRRADIA


Transformar desde dentro

• Desde la propia vida familiar
• Comprometidos en la vida pública
• Construyendo el Reino
Un testimonio interpelador
• Desde un estilo de vida familiar
• De unos valores auténticos
Anuncio explícito
• Comunicar la propia experiencia de fe
• En actitud dialogante
• Anuncio de una “vida nueva”


PRESENTACIÓN


Unas pistas para la reflexión y el diálogo en grupos
El director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Pastoral, al preparar las XXXII Jornadas de Vicarios de Pastoral sobre al tema “La familia transmisora de la fe”, convocó a cuatro Vicarios de distintas diócesis -concretamente de Madrid, Sevilla, Tarragona y Vitoria para elaborar unas pistas que facilitaran el posterior diálogo en grupos de trabajo en torno a la situación actual de la familia cristiana, evangelizada y evangelizadora, en nuestras iglesias.

Esta intervención, al igual que la titulada “El servicio pastoral a la familia”, no pretende ser una ponencia, sino sólo servir de base de lanzamiento al trabajo de grupos sobre la familia evangelizadora. Sólo trata de aportar un posible marco de encuadre para ese diálogo entre todos los participantes en las Jornadas.
Al preparar estas pistas de reflexión hemos tenido especialmente presente la
documentación seleccionada para estas Jornadas por el Secretariado de la Comisión de Pastoral y especialmente: Evangelii nuntiandi y Familiaris consortio. Además hemos tomado abundantes ideas y expresiones de la Carta Pastoral Redescubrir la familia, de los Obispos de Pamplona y Tudela, Bilbao, San Sebastián y Vitoria (1995), y del texto de la conferencia La Iglesia ante las transformaciones contemporáneas de la familia de Mons. D. Juan María Uriarte.


 

La familia cristiana:

un espacio donde el Evangelio es transmitido
y desde donde éste se irradia.


La familia hoy
En medio de profundos cambios

El cambio social y cultural que vivimos en estos tiempos implica una transformación de pautas de relación, de estilos de vida e incluso de las instituciones y afecta profundamente a diversos aspectos de nuestra existencia personal y colectiva. La familia es una realidad que en modo alguno escapa a la influencia de esos cambios y, en consecuencia, se ve intensamente afectada por ellos.
La secularización ha despojado en la actualidad a las realidades sociales del matrimonio y la familia del aspecto sagrado que las envolvía en otro tiempo. Estas realidades hoy son contempladas socialmente como profanas, desprovistas en sí mismas de sentido religioso.
En todo caso, se reconoce que ese sentido religioso les es atribuido subjetivamente por los creyentes que participan de ellas.
Los cambios en la vida y estructura familiar son de gran calado y afectan intensamente a muchos miembros de la comunidad cristiana. Esas transformaciones familiares son una llamada y una oportunidad para replantear y actualizar la misión de la comunidad cristiana familiar.

Una realidad socialmente valorada

Según datos recientemente publicados al presentar el informe Jóvenes esp
añoles 2005, patrocinado por la Fundación Santa María, la familia sigue manteniéndose como la institución más valorada por la gran mayoría de los españoles entre 15 y 24 año. Para ellos, la familia, , supone un refugio vital que aporta seguridad ante las situaciones difíciles o a la hora de tomar decisiones, y representa una gran carga de afectividad, además de procurar un techo, alimento y vestido. De hecho formar una familia es uno de los proyectos vitales de los jóvenes, y entienden que para que sea tal, se deben tener hijos. Esta valoración positiva de los jóvenes hacia la familia puede estar condicionada, según observación del director del
informe, por su propia situación actual, ya que “están atados a la familia de origen por las dificultades que tienen para emanciparse”. Otros datos de este informe señalan que los jóvenes: Valoran el matrimonio pero lo retardan; valoran tener hijos pero los reducen en número; tienden a ser más fieles a la
pareja, a pesar de aumentar separaciones y divorcios. Más allá de esa valoración subjetiva por parte de los jóvenes, la familia sigue siendo hoy especialmente relevante para la persona y para la sociedad porque cumple una importante
misión respecto de sus miembros y un imprescindible quehacer respecto de la sociedad. Respecto de sus miembros, la familia potencia la estabilización emotiva de adultos y de niños y jóvenes, que encuentran en ella: afecto, comprensión, aceptación personal incondicionada, interés por su bienestar y desarrollo, trato individualizado, serenidad emotiva, espontaneidad en la relación, intimidad, gratuidad y variados cuidados.
Respecto de la sociedad, la familia ayuda al futuro ciudadano a interiorizar los valores sociales comunes y le motiva para el trabajo, la cooperación cívica y
las relaciones de amistad. La familia prepara especialmente al niño y al adolescente para que se adapte a las exigencias de la vida escolar y de las normas cívicas de convivencia.

En perspectiva eclesial

La familia es pues una realidad social importante, pero no es por eso por lo que centramos nuestra atención en ella. Ni siquiera lo hacemos por razones de “estrategia pastoral”; no miramos a la familia sólo como “un ambiente” social, entre otros, en el que los creyentes han de hacer presente el Evangelio. En estas pistas de reflexión vamos a contemplar la familia desde su perspectiva eclesial. En esa perspectiva la familia -la familia cristiana- no es una mera “forma sociológica” sino un verdadero “lugar teológico”. La familia cristiana es “un espacio donde el Evangelio es transmitido y desde donde éste se irradia”, según la expresión de Pablo VI (EN 71), que hemos adoptado como título y estructura de esta reflexión.
El Conc. Vatic. II dijo de la familia cristiana que era una «especie de Iglesia doméstica» (Lumen gentium, 11) para expresar cómo constituye una imagen viva y una representación del misterio mismo de la Iglesia. Y desde entonces esa misma expresión ha sido reiterada prácticamente por todos los documentos eclesiales importantes relativos a la familia. La comunidad familiar, imagen y representación del misterio de la Iglesia, es fiel a su vocación cuando realiza, a su escala, los grandes quehaceres de la Iglesia: adorar, vivir unida, testificar la fe y servir a la comunidad humana.
Así podemos contemplar la misión de la familia desde su participación en la vida y en la misión evangelizadora de la Iglesia. Esta perspectiva nos ayuda a descubrir más plenamente la identidad y las funciones de la familia cristiana, llamada a cumplir dentro de sí misma estas tres misiones: personalizar, socializar, evangelizar. En esta perspectiva eclesial Familiaris Consortio subraya especialmente ciertos aspectos:
la familia cristiana está puesta al servicio de la edificación del Reino de Dios en la
historia, mediante la participación en la vida y misión de la Iglesia. (49)
en la medida en que la familia cristiana acoge el Evangelio y madura en la fe, se hace comunidad evangelizadora. (52)
el ministerio de evangelización asume las características típicas de la vida familiar, hecha de amor, sencillez, concreción y testimonio cotidiano. (53)
también la fe y la misión evangelizadora de la familia cristiana poseen la dimensión misionera de difundir la fe “hasta los últimos confines de la tierra”. (54)
La familia no es sólo destinataria de la atención pastoral de la Iglesia. Es también sujeto de la acción evangelizadora. “La futura evangelización depende en gran medida de la Iglesia doméstica”(FC52)

I. LA FAMILIA CRISTIANA:

UN ESPACIO DONDE EL EVANGELIO ES TRANSMITIDO



La responsabilidad de la evangelización recae sobre todos los creyentes. La familia cristiana participa en la misión de la Iglesia, que es la evangelización, y lo hace a partir de la condición de bautizados de cada uno de sus miembros y con el dinamismo que brota del carácter sacramental del matrimonio cristiano. La familia cristiana puede y debe ser “un espacio donde el Evangelio es transmitido ”.
No todas las familias de los cristianos son familias cristianas. La vida matrimonial y familiar es «cristiana» en la medida en que está inspirada por los valores evangélicos, avivada por la fe, la esperanza y la caridad, y animada por el Espíritu en la realidad familiar entretejida a partir de lo cotidiano.
Hoy la presencia viva de la fe persiste en las familias cristianas que, con mayor o menor vigor, conciben el ámbito matrimonial y familiar como un espacio de encuentro con el Señor, de transmisión de la fe, de iniciación a la oración y a la celebración religiosa, de estilo de vida coherente con el Evangelio, de inserción en la comunidad de fe, de testimonio y compromiso cristiano.
La familia cristiana reproduce en su vida interna, a pequeña escala, el dinamismo de la comunidad eclesial. Por eso podemos analizar su tarea evangelizadora según las acciones propias de cada uno de los servicios eclesiales básicos: la caridad, la palabra y la celebración de la fe.

 La familia cristiana: comunidad de amor

Familiaris consortio (n 50) señala que la familia cristiana está llamada a tomar parte viva y responsable en la misión de la Iglesia de manera propia y original, en cuanto comunidad íntima de vida y de amor.
La familia cristiana, constituida como la Iglesia a imagen de la Trinidad, ha de ser también ella una comunidad de amor que sin quedar encerrada en sí misma, se abre a la sociedad y a las exigencias universales del amor cristiano.
En consecuencia, la familia cristiana habría de ser el lugar humano privilegiado para descubrir la dimensión religiosa de toda relación de alteridad y de comunicación interpersonal, a partir de la experiencia de la comunidad íntima de vida y de amor que en ella se desarrolla. La belleza del amor y la alegría de vivirlo son don y manifestación del amor de Dios y así han de ser vividos por quienes conscientemente los comparten con Él.

En la alianza matrimonial

La relación personal más íntima y profunda que existe entre seres humanos es la unión de los esposos. El matrimonio cristiano hace de esa realidad un signo del amor de Dios. Hombre y mujer comprometidos en fidelidad mutua están llamados a compartir todos sus bienes, estableciendo entre ellos una comunicación sincera y profunda. Comparten ideas y sentimientos, proyectos y esperanzas, esfuerzos, alegrías y sufrimientos para llevar adelante un proyecto de vida en común.
En el corazón de la alianza matrimonial ciertamente está el amor como motor, pero todo no se reduce al vínculo afectivo. Ese vínculo es también solidaridad, memoria de una historia vivida en común, comunidad de bienes, proyecto compartido, fecundidad, fidelidad a la palabra dada. Es, por tanto, confianza en el otro, en la relación mutua y, para los creyentes,
en la gracia.

En la vida familiar

La familia, comunidad de vida y de amor, ha de saber adecuar los vínculos de la comunión afectiva al desarrollo de la personalidad propia de cada uno de sus miembros en el ejercicio de su propia libertad y responsabilidad. La familia cristiana ha de ofrecer el clima humano necesario para que la persona vaya descubriendo y afirmando en su proceso evolutivo, los valores de «la verdad, la justicia, la libertad y el amor» en los que se fundamenta una convivencia auténticamente humana y cristiana.
Vivir la experiencia de una comunidad familiar en la que sus miembros saben comunicarse por medio del diálogo respetuoso, en la tolerancia de la diversidad y en la búsqueda de convergencia en los valores comunes, sin renunciar al valor supremo del amor ni sacrificarlo a otros intereses, constituye una aportación fundamental en la transmisión del Evangelio en la familia.
En la vida familiar, la clave del amor se manifiesta especialmente mediante la ayuda y protección a sus miembros más débiles o necesitados. Y esa solidaridad funciona frecuentemente, no sólo en el núcleo familiar reducido sino también en su forma más extensa, en las familias con miembros enfermos o ancianos, o en situación de paro. La familia sigue siendo en muchos casos la institución más cercana y eficaz del “Estado de bienestar”.

Con Dios al fondo

La familia se deja evangelizar en la medida en que siente la llamada permanente a vivir un proyecto de vida elaborado desde una actitud creyente, a través de los acontecimientos, los problemas, las dificultades y las alegrías de cada día. Todas las áreas de la existencia humana son espacio vital abierto a una experiencia humilde, pero real, «con Dios al fondo».
También lo es la experiencia conyugal y familiar.
Con mirada limpia y de fe, a Dios se le puede descubrir en las experiencias normales de la vida cotidiana: en el deseo de la felicidad familiar, en el mutuo amor a veces frágil e inconstante, en las tristezas y en la añoranzas inexplicables, en los anhelos y preguntas más hondas, en las decisiones responsables, en la búsqueda sincera… Dios es Amor y, por eso, el amor y la amistad verdadera pueden ser la mejor experiencia para vislumbrar su presencia cercana. En el fondo de la ternura compartida, del encuentro familiar, de la solidaridad generosa ¿no está vibrando de algún modo el amor de Dios? “A Dios nadie lo ha visto nunca. Si nos amamos mutuamente, Dios está con nosotros y su amor está realizado entre nosotros” (1 Jn 4,12)
Los acontecimientos dichosos o tristes que se comparten y celebran en familia no son superficiales, sino realmente profundos. Los valores más profundos y los bienes más valiosos son compartidos gratuitamente en el marco de la vida familiar. Es ahí donde los cristianos son llamados a compartir también, dentro del conjunto de relaciones que en ella se desarrollan, el tesoro de su experiencia de fe. A la luz de la fe, la vida matrimonial y familiar, llamada a encarnar la igualdad del hombre y la mujer, a respetar la singularidad de sus componentes y a vivir en la unidad solidaria del amor, es un signo de la Nueva Alianza entre Dios y la familia humana. La finalidad sacramental del matrimonio es convertir a los esposos en señal visible del amor de Dios.
A través de las relaciones vividas en la familia, se puede despertar en los hijos la experiencia de la relación filial con Dios, y la percepción de que todo hombre o mujer, especialmente el pobre y el necesitado, es un hermano en el que se refleja el rostro de Jesucristo.
La familia cristiana en cuanto comunidad concreta de vida y amor es un espacio en el que se puede vivir al pié de la letra la afirmación de Benedicto XVI: “El cristiano sabe cuando es tiempo de hablar de Dios y cuando es oportuno callar sobre Él, dejando que hable sólo el amor. Sabe que Dios es amor (1Jn 4,8) y que se hace presente en los momentos en que no se hace más que amar” (Deus Caritas est 31)