María dijo que sí con la cabeza.
Cuando terminó, todos se fueron y la señorita le dijo a Jorge que no tenía que pedir tanto.
Cuando sus padres se tuvieron que ir, Jorge cambió inmediatamente la carta, aunque se pidió quince cosas.
Cuando llegaron sus padres les dijo que había quitado diez cosas de la lista.
Los padres pensaron: Bueno, no está mal.
Y dijeron: ¿Y eso lo vas a compartir con tus amigos?
Y fueron a una tienda, pero se habían agotado.
Fueron a todas partes, pero nada.
El niño mientras iba en el coche vio una estrella y rezó esto:
Ya sé que no rezo mucho, perdón, pero quiero encontrar un Belén y un árbol de Navidad.
De pronto, se les paró el coche, se bajaron, y se les apareció un ángel que dijo a Jorge:
Has sido muy bueno en quitar cosas de la lista, así que os daré el Belén y el árbol.
Pasaron tres minutos y continuó el ángel:
Miren en el maletero y veréis.
Mientras el ángel se alejaba, Juan dijo: ¡Eh, muchas gracias! Pero, ¿qué pasa con el coche?
Y dijo la madre:
¡Anda, si ya funciona! ¡Se ha encendido solo!
Y el padre dio las gracias de nuevo.
Cuando Jorge se levantó y fue a ver los regalos que le habían traído, se llevó una gran sorpresa.
Le habían traído las veinticinco cosas de la lista.
Enseguida, despertó a sus padres y les dijo que quería repartir sus juguetes con los niños más pobres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario