¡Hazme bienaventurado, Señor!
P. Javier Leoz
Abriéndome a Ti, para no perderme y sabiendo que, la felicidad, no siempre se alcanza en lo que el mundo me ofrece.
Que, en el dolor, sepa descubrir tu mano y, en el de los demás, que salga a su encuentro la mía. Que, en el llanto, llore mi alma solidaria y, en la persecución, sepa sentir tu presencia.
¡Hazme bienaventurado, Señor!
Sencillo y humilde, para, desde la simplicidad y la fidelidad, encontrarte y hacerte de mi vida mi confidente; y, en la tribulación, fuerte y combativo para que nunca la cruz sea más grande que mis fuerzas, para soportarla y hacerle frente.
¡Hazme bienaventurado, Señor!
Imprime en mi corazón el color de tu amor y, en mi alma, el brillo del Evangelio,
en mis pies la huella que marcan tus caminos y, en mis ojos, el deseo de mirarte para no perderte.
¡Hazme bienaventurado, Señor!
Feliz, por estar junto a Ti. Feliz, de hacer lo que te gusta a Ti. Feliz, por ir contracorriente. ¡Hazme bienaventurado, Señor!
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