¿Qué es ser buen católico o mal católico?
Catequesis en la familia cristiana.
Primera parte.
Este miércoles se discutía en clases sobre uno de los aspectos básicos de la convivencia de una sociedad, “la justicia”, una ciudad justa aplica sus criterios con los que ha sido alimentada, el alimento es de imaginar lo recibe de los senos de las familias y damos razón que la familia es el núcleo de una sociedad, lo que se mama dentro del seno familiar es lo que aflora ya como consecuencia de esos cimientos, pero…Si la sociedad pierde su confianza en sus mismos miembros por la forma de actuar de ellos, ¿qué puede esperar a las nuevas generaciones?, una de la doctrina básica de un cristiano es que debe de ser sal de la tierra (cfr. Mt 5, 13) pero si el cristiano no da testimonio de esta actitud, ¿será buen cristiano?, entonces para que pueda dar ese testimonio y sea sal se tiene que educar y formar como tal, es ahí donde podemos percibir la necesidad de una catequesis en la familia bien estructurada, en la XXXIII JORNADAS DE VICARIOS DE PASTORAL de hace varios años se tocó un punto que puede ayer, hoy y siempre cambiar sustancialmente ese actuar digno del hombre en la sociedad y es la razón por la cual presentamos este trabajo, elaborado en esa XXXIII jornada y que va directo hacía la familia por parte de la Conferencia Episcopal Española.
LA FAMILIA CRISTIANA: UN ESPACIO DONDE
EL EVANGELIO ES TRANSMITIDO Y
DESDE DONDE ÉSTE SE IRRADIA
XXXIII JORNADAS DE VICARIOS DE PASTORAL
COMUNICACIÓN DE D. FERNANDO GONZALO-BILBAO FERNÁNDEZ
VICARIO GENERAL DE VITORIA
ÍNDICE
La familia hoy
• En medio de profundos cambios
• Una realidad socialmente valorada
• En perspectiva eclesial
I. LA FAMILIA CRISTIANA:
UN ESPACIO DONDE EL EVANGELIO ES TRANSMITIDO
La familia cristiana comunidad de amor.
• En la alianza matrimonial
• En la vida familiar
• Con Dios al fondo
La familia cristiana:
comunidad que anuncia y educa en la fe
• Los motivos del anuncio
• En verdadero intercambio
• Desde la experiencia
• Con la ayuda de Dios
La familia cristiana, una comunidad que ora
• A partir de la vida
• Ora en común
• Y enseña a orar
II. LA FAMILIA CRISTIANA:
UN ESPACIO DESDE DONDE EL EVANGELIO SE IRRADIA
Transformar desde dentro
• Desde la propia vida familiar
• Comprometidos en la vida pública
• Construyendo el Reino
Un testimonio interpelador
• Desde un estilo de vida familiar
• De unos valores auténticos
Anuncio explícito
• Comunicar la propia experiencia de fe
• En actitud dialogante
• Anuncio de una “vida nueva”
PRESENTACIÓN
Unas pistas para la reflexión y el diálogo en grupos
El director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Pastoral, al preparar las XXXII Jornadas de Vicarios de Pastoral sobre al tema “La familia transmisora de la fe”, convocó a cuatro Vicarios de distintas diócesis -concretamente de Madrid, Sevilla, Tarragona y Vitoria para elaborar unas pistas que facilitaran el posterior diálogo en grupos de trabajo en torno a la situación actual de la familia cristiana, evangelizada y evangelizadora, en nuestras iglesias.
Esta intervención, al igual que la titulada “El servicio pastoral a la familia”, no pretende ser una ponencia, sino sólo servir de base de lanzamiento al trabajo de grupos sobre la familia evangelizadora. Sólo trata de aportar un posible marco de encuadre para ese diálogo entre todos los participantes en las Jornadas.
Al preparar estas pistas de reflexión hemos tenido especialmente presente la
documentación seleccionada para estas Jornadas por el Secretariado de la Comisión de Pastoral y especialmente: Evangelii nuntiandi y Familiaris consortio. Además hemos tomado abundantes ideas y expresiones de la Carta Pastoral Redescubrir la familia, de los Obispos de Pamplona y Tudela, Bilbao, San Sebastián y Vitoria (1995), y del texto de la conferencia La Iglesia ante las transformaciones contemporáneas de la familia de Mons. D. Juan María Uriarte.
EL EVANGELIO ES TRANSMITIDO Y
DESDE DONDE ÉSTE SE IRRADIA
COMUNICACIÓN DE D. FERNANDO GONZALO-BILBAO FERNÁNDEZ
VICARIO GENERAL DE VITORIA
La familia hoy
• En medio de profundos cambios
• Una realidad socialmente valorada
• En perspectiva eclesial
• En la vida familiar
• Con Dios al fondo
• En verdadero intercambio
• Desde la experiencia
• Con la ayuda de Dios
• Ora en común
• Y enseña a orar
• Comprometidos en la vida pública
• Construyendo el Reino
Un testimonio interpelador
• Desde un estilo de vida familiar
• De unos valores auténticos
Anuncio explícito
• Comunicar la propia experiencia de fe
• En actitud dialogante
• Anuncio de una “vida nueva”
El director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Pastoral, al preparar las XXXII Jornadas de Vicarios de Pastoral sobre al tema “La familia transmisora de la fe”, convocó a cuatro Vicarios de distintas diócesis -concretamente de Madrid, Sevilla, Tarragona y Vitoria para elaborar unas pistas que facilitaran el posterior diálogo en grupos de trabajo en torno a la situación actual de la familia cristiana, evangelizada y evangelizadora, en nuestras iglesias.
Al preparar estas pistas de reflexión hemos tenido especialmente presente la
documentación seleccionada para estas Jornadas por el Secretariado de la Comisión de Pastoral y especialmente: Evangelii nuntiandi y Familiaris consortio. Además hemos tomado abundantes ideas y expresiones de la Carta Pastoral Redescubrir la familia, de los Obispos de Pamplona y Tudela, Bilbao, San Sebastián y Vitoria (1995), y del texto de la conferencia La Iglesia ante las transformaciones contemporáneas de la familia de Mons. D. Juan María Uriarte.
La familia cristiana:
un espacio donde el Evangelio es transmitido
y desde donde éste se irradia.
La secularización ha despojado en la actualidad a las realidades sociales del matrimonio y la familia del aspecto sagrado que las envolvía en otro tiempo. Estas realidades hoy son contempladas socialmente como profanas, desprovistas en sí mismas de sentido religioso.
En todo caso, se reconoce que ese sentido religioso les es atribuido subjetivamente por los creyentes que participan de ellas.
Los cambios en la vida y estructura familiar son de gran calado y afectan intensamente a muchos miembros de la comunidad cristiana. Esas transformaciones familiares son una llamada y una oportunidad para replantear y actualizar la misión de la comunidad cristiana familiar.
añoles 2005, patrocinado por la Fundación Santa María, la familia sigue manteniéndose como la institución más valorada por la gran mayoría de los españoles entre 15 y 24 año. Para ellos, la familia, , supone un refugio vital que aporta seguridad ante las situaciones difíciles o a la hora de tomar decisiones, y representa una gran carga de afectividad, además de procurar un techo, alimento y vestido. De hecho formar una familia es uno de los proyectos vitales de los jóvenes, y entienden que para que sea tal, se deben tener hijos. Esta valoración positiva de los jóvenes hacia la familia puede estar condicionada, según observación del director del
informe, por su propia situación actual, ya que “están atados a la familia de origen por las dificultades que tienen para emanciparse”. Otros datos de este informe señalan que los jóvenes: Valoran el matrimonio pero lo retardan; valoran tener hijos pero los reducen en número; tienden a ser más fieles a la
pareja, a pesar de aumentar separaciones y divorcios. Más allá de esa valoración subjetiva por parte de los jóvenes, la familia sigue siendo hoy especialmente relevante para la persona y para la sociedad porque cumple una importante
misión respecto de sus miembros y un imprescindible quehacer respecto de la sociedad. Respecto de sus miembros, la familia potencia la estabilización emotiva de adultos y de niños y jóvenes, que encuentran en ella: afecto, comprensión, aceptación personal incondicionada, interés por su bienestar y desarrollo, trato individualizado, serenidad emotiva, espontaneidad en la relación, intimidad, gratuidad y variados cuidados.
Respecto de la sociedad, la familia ayuda al futuro ciudadano a interiorizar los valores sociales comunes y le motiva para el trabajo, la cooperación cívica y
las relaciones de amistad. La familia prepara especialmente al niño y al adolescente para que se adapte a las exigencias de la vida escolar y de las normas cívicas de convivencia.
El Conc. Vatic. II dijo de la familia cristiana que era una «especie de Iglesia doméstica» (Lumen gentium, 11) para expresar cómo constituye una imagen viva y una representación del misterio mismo de la Iglesia. Y desde entonces esa misma expresión ha sido reiterada prácticamente por todos los documentos eclesiales importantes relativos a la familia. La comunidad familiar, imagen y representación del misterio de la Iglesia, es fiel a su vocación cuando realiza, a su escala, los grandes quehaceres de la Iglesia: adorar, vivir unida, testificar la fe y servir a la comunidad humana.
historia, mediante la participación en la vida y misión de la Iglesia. (49)
La familia no es sólo destinataria de la atención pastoral de la Iglesia. Es también sujeto de la acción evangelizadora. “La futura evangelización depende en gran medida de la Iglesia doméstica”(FC52)
I. LA FAMILIA CRISTIANA:
UN ESPACIO DONDE EL EVANGELIO ES TRANSMITIDO
No todas las familias de los cristianos son familias cristianas. La vida matrimonial y familiar es «cristiana» en la medida en que está inspirada por los valores evangélicos, avivada por la fe, la esperanza y la caridad, y animada por el Espíritu en la realidad familiar entretejida a partir de lo cotidiano.
Hoy la presencia viva de la fe persiste en las familias cristianas que, con mayor o menor vigor, conciben el ámbito matrimonial y familiar como un espacio de encuentro con el Señor, de transmisión de la fe, de iniciación a la oración y a la celebración religiosa, de estilo de vida coherente con el Evangelio, de inserción en la comunidad de fe, de testimonio y compromiso cristiano.
La familia cristiana reproduce en su vida interna, a pequeña escala, el dinamismo de la comunidad eclesial. Por eso podemos analizar su tarea evangelizadora según las acciones propias de cada uno de los servicios eclesiales básicos: la caridad, la palabra y la celebración de la fe.
La familia cristiana, constituida como la Iglesia a imagen de la Trinidad, ha de ser también ella una comunidad de amor que sin quedar encerrada en sí misma, se abre a la sociedad y a las exigencias universales del amor cristiano.
En consecuencia, la familia cristiana habría de ser el lugar humano privilegiado para descubrir la dimensión religiosa de toda relación de alteridad y de comunicación interpersonal, a partir de la experiencia de la comunidad íntima de vida y de amor que en ella se desarrolla. La belleza del amor y la alegría de vivirlo son don y manifestación del amor de Dios y así han de ser vividos por quienes conscientemente los comparten con Él.
En el corazón de la alianza matrimonial ciertamente está el amor como motor, pero todo no se reduce al vínculo afectivo. Ese vínculo es también solidaridad, memoria de una historia vivida en común, comunidad de bienes, proyecto compartido, fecundidad, fidelidad a la palabra dada. Es, por tanto, confianza en el otro, en la relación mutua y, para los creyentes,
en la gracia.
Los acontecimientos dichosos o tristes que se comparten y celebran en familia no son superficiales, sino realmente profundos. Los valores más profundos y los bienes más valiosos son compartidos gratuitamente en el marco de la vida familiar. Es ahí donde los cristianos son llamados a compartir también, dentro del conjunto de relaciones que en ella se desarrollan, el tesoro de su experiencia de fe. A la luz de la fe, la vida matrimonial y familiar, llamada a encarnar la igualdad del hombre y la mujer, a respetar la singularidad de sus componentes y a vivir en la unidad solidaria del amor, es un signo de la Nueva Alianza entre Dios y la familia humana. La finalidad sacramental del matrimonio es convertir a los esposos en señal visible del amor de Dios.
A través de las relaciones vividas en la familia, se puede despertar en los hijos la experiencia de la relación filial con Dios, y la percepción de que todo hombre o mujer, especialmente el pobre y el necesitado, es un hermano en el que se refleja el rostro de Jesucristo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario