Estaba aprisionado por la losa del sepulcro,
y me has sacado afuera.
Estaba vendado y me desataron.
Dicen que ya olía a podrido.
Vuelvo a oler a vida.
Dicen que olía mal.
Y vuelvo a oler a perfume de vida.
Ni siquiera llegaste para mi entierro.
Y has llegado a tiempo para resucitarme.
No has llegado a tiempo cuando estaba enfermo.
Y has llegado a tiempo ahora que estoy muerto.
Y siempre llegas a tiempo.
Siempre llegas tarde para nuestras prisas.
Y siempre llegas a tiempo para tus esperas.
Yo me olvidé cuando fue la última vez que estuve vivo.
Que nadie se atreve abrir mi sepulcro.
Y tú mandas rodar la piedra que me encierra.
Porque le amabas y querías.
Era tu amigo.
¿Cuántas lágrimas has derramado ya sobre mí?
Porque sé que también me amas y me quieres.
Porque sé que también eres mi amigo.
Y me quieres aunque todavía esté muerto.
Y me quieres para que también yo viva.
Y me quieres para que también en mi vida muerta,
“Se manifieste la gloria del Padre”.
Ordena que se suelten mis ataduras.
Las tuyas quedaron como recuerdo en tu sepulcro.
Ordena que recupere mi libertad.
Tú la recuperaste al resucitar.
Ordena que vuelva a andar.
Hay muertos que huelen mal.
Hasta que tú los llamas. Y los mandas salir afuera.
Y mandes les den de comer.
Y les mandas comiencen de nuevo a caminar.
“Hermano, sal afuera”.
Sal del sepulcro de tu muerte espiritual.
Sal del sepulcro de muerte de tus resentimientos.
Sal del sepulcro de muerte de tus odios y rencores.
Sal del sepulcro de muerte de tu falta de esperanza.
Sal del sepulcro y comienza a vivir de nuevo.
Sal del sepulcro y comienza a andar otra vez.
Porque “tú eres la vida”.
Eres la esperanza de todos los que estamos muertos.
Y el que experimentarás la oscuridad del sepulcro.
Pero entonces será tu Padre quien grite en tu tumba:
“¡Hijo, resucita!”.
Y tu sepulcro volverá a quedar vacío.
Y los tuyos desconcertados por tu ausencia.
La ausencia llena de presencia.
No. No serás el jardinero que te ha levantado del sepulcro.
Serás tú mismo volviendo a llamarnos por nuestro nombre.
Serás tú el que te aparecerás y de nos devuelvas la alegría
De tu PASCUA.
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