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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

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Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

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Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

sábado, 9 de abril de 2011

Informe Especial:

María en el Antiguo Testamento



María profetizada en el Antiguo Testamento



El Antiguo Testamento se refiere a Nuestra Señora tanto en sus profecías como en sus tipos o figuras.

 GÉNESIS 3:15

La primera profecía referente a María se encuentra en los capítulos iniciales del Libro del Génesis (3:15):
“Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu linaje y el suyo; ella te aplastará la cabeza y tú estarás al acecho de su talón”.
Esta versión parece diferir en dos aspectos del texto original hebreo.
En primer lugar, el texto hebreo emplea el mismo verbo para las dos versiones traducidas “ella te aplastará” y “tú estarás al acecho”; la Septuaginta traduce el verbo en ambos casos por terein, estar al acecho; Aquila, Símaco y los traductores sirios y samaritanos traducen el verbo hebreo por expresiones que significan aplastar, magullar; el Itala traduce el terein utilizado en la Septuaginta con el término latino de “servare” , vigilar; S. Jerónimo  sostiene que el verbo hebreo tiene el significado de “aplastar” o “magullar” más que el de “estar al acecho”, “vigilar”. Sin embargo en su propio trabajo, que se convirtió en la Vulgata latina, el santo emplea el término “aplastar” (conterere) en primer lugar, y “estar al acecho” (insidiari) en segundo. Por tanto el castigo infligido a la serpiente y la venganza de ésta están expresadas con el mismo verbo: pero la herida sufrida por la serpiente es mortal, ya que afecta a la cabeza, mientras que la herida causada por ella no es mortal, ya que es infligida en el talón.
El segundo punto de diferencia entre el texto hebreo y nuestra versión se refiere al agente que va a infligir la herida mortal a la serpiente: nuestra versión coincide con el texto actual de la Vulgata en traducir “ella” (ipsa) que se refiere a la mujer, mientras que el texto hebreo traduce hu´ (autos, ipse) que se refiere a la descendencia de la mujer. Según nuestra versión y la traducción de la Vulgata, será la mujer quien obtenga la victoria; según el texto hebreo, ella vencerá a través de su descendencia. Es en este sentido en el que la Bula “Ineffabilis” atribuye la victoria a Nuestra Señora. La versión “ella” (ipsa) no es ni una corrupción intencionada del texto original ni un error accidental, sino que es una versión explicativa que expresa explícitamente el hecho de la participación de Nuestra Señora en la victoria sobre la serpiente, que está contenido de manera implícita en el original hebreo. La fuerza de la tradición cristiana referente a la participación de María en esta victoria puede deducirse del hecho de que S. Jerónimo mantuviera “ella” en su versión a pesar de su familiaridad con el texto original y con la traducción “él” (ipse) en la antigua versión latina.
Dado que es comúnmente admitido que el juicio divino se dirige no tanto contra la serpiente como contra el causante del pecado, la descendencia de la serpiente hace referencia a los seguidores de la serpiente, la “progenie de víboras”, la “generación de víboras”, aquellos cuyo padre es el Diablo, los hijos del mal, imitando, non nascendo (Agustín). Puede darse la tentación de comprender la descendencia de la mujer en un sentido colectivo análogo, abarcando a todos los nacidos de Dios. Pero descendencia puede no sólo referirse a una persona en particular, sino que generalmente tiene dicho significado, si el contexto lo permite. S. Pablo (Gálatas 3:16) da esta explicación de la palabra “descendencia” tal como aparece en las promesas de los patriarcas: “A Abraham y a su descendencia fueron hechas las promesas. No dice a sus descendencias, como de muchas, sino de una sola: “Y a tu descendencia”, que es Cristo”.
Finalmente la expresión “la mujer” en la frase “Pondré enemistad entre ti y la mujer” es una traducción literal del texto hebreo. La Gramática Hebrea de Gesenius-Kautzsch establece la norma: es un rasgo peculiar del hebreo el uso del artículo para indicar una persona o cosa todavía desconocida o que todavía está por describir con claridad, ya se encuentre presente o tenga que considerarse bajo las condiciones del contexto. Dado que nuestro artículo indefinido cumple este propósito, se podría traducir: “Pondré enemistad entre ti y una mujer”. Por tanto la profecía promete una mujer, Nuestra Señora, que será la enemiga de la serpiente en un grado sobresaliente; además, la misma mujer saldrá vencedora sobre el Demonio, al menos a través de su hijo. La rotundidad de la victoria es subrayada por la frase contextual “comerás tierra”, que es según Winckler una antigua y común expresión oriental que denota la máxima humillación.

ISAÍAS 7:1-17

La segunda profecía referente a María se encuentra en Isaías 7:1-17. Los críticos se han empeñado en representar este pasaje como una combinación de sucesos y palabras del profeta escritos por un autor desconocido. La credibilidad del contenido no resulta necesariamente afectada por esta teoría, ya que las tradiciones proféticas pueden quedar registradas por cualquier escritor sin perder por ello su credibilidad. Pero incluso Duhm considera la teoría como un intento aparente por parte de los críticos de averiguar hasta dónde están dispuestos a aguantar pacientemente los lectores; opina que es una verdadera desgracia para la crítica en cuanto tal, el que haya encontrado un mero compendio en un pasaje que describe tan gráficamente la hora del nacimiento de la fe.
Según II Reyes 16:1-4, y II Crónicas 27:1-8, Ajaz, que comenzó su reinado en el 736 a. de J.C., profesaba abiertamente la idolatría, de forma que Dios lo dejó a merced de los reyes de Siria e Israel. Al parecer se había establecido una alianza entre Pecaj, rey de Israel, y Rasín, rey de Damasco, con el propósito de ofrecer resistencia a las agresiones asirias. Ajaz, partidario de los asirios, no se unió a la coalición; los aliados invadieron su territorio, con la intención de sustituir a Ajaz por un gobernante más complaciente, un cierto hijo de Tabeel. Mientras Rasín estaba ocupado en reconquistar la ciudad costera de Elat, Pecaj procedió en solitario contra Judá, “pero no pudieron prevalecer”. Una vez Elat hubo caído, Rasín unió sus fuerzas a las de Pecaj; “Siria y Efraím se habían confederado” y “tembló su corazón (de Ajaz) y el corazón del pueblo, como tiemblan los árboles del monte a impulsos del viento”. Había que hacer preparativos inmediatos para un asedio prolongado, y Ajaz se encontraba intensamente ocupado en las proximidades de la piscina superior, de la cual recibía la ciudad la mayor parte de su suministro de agua. De ahí que Dios le diga a Isaías: “Sal luego al encuentro de Ajaz … al cabo del acueducto de la piscina superior”. El encargo del profeta es de naturaleza extremadamente consoladora: “Mira bien no te inquietes, no temas nada y ten firme corazón ante esos dos cabos de tizones humeantes”. El plan de los enemigos no tendrá éxito: “no aguantará y esto no sucederá”. ¿Cuál será el destino concreto de los enemigos?
· Siria no ganará nada, permanecerá como había estado en el pasado: ” la cabeza de Siria es Damasco, y la cabeza de Damasco es Rasín.”
· Efraím también permanecerá en el futuro inmediato como había estado hasta ese momento: “la cabeza de Efraím es Samaria, y la cabeza de Samaria el hijo de Romelia”; pero al cabo de sesenta y cinco años será destruida, ” dentro de sesenta y cinco años Efraím habrá dejado de ser pueblo”.
Ajaz había abandonado al Señor por Moloc, y había depositado su confianza en una alianza con Asiria; de ahí la profecía condicional referente a Judá “si no crees, no continuarás”. La prueba de fe sigue inmediatamente a continuación: ” Pide al Señor, tu Dios, una señal, o de abajo en lo profundo o de arriba en lo alto”. Ajaz responde con hipocresía: ” no la pediré, no tentaré al Señor”, rechazando así declarar su fe en Dios y prefiriendo la política asiria. El rey prefiere Asiria a Dios, y Asiria vendrá sobre él: “Hará venir el Señor sobre ti y sobre tu pueblo, y sobre la casa de tu padre, días cuales nunca vinieron desde que Efraím se separó de Judá con el rey de los asirios”. La casa de David había ofendido no sólo a los hombres, sino también a Dios con su incredulidad; por ello, “no continuará”, y, por una ironía del castigo divino, será destruida por aquellas mismas gentes a las que prefirió antes que a Dios.
Sin embargo, las promesas mesiánicas hechas a la casa de David no pueden frustrarse: “El Señor mismo os dará una señal. He aquí que una virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y será llamado Emmanuel. Y se alimentará de mantequilla y miel, hasta que sepa desechar lo malo y elegir lo bueno. Pues antes que el niño sepa desechar lo malo y elegir lo bueno, la tierra por la cual temes de esos dos reyes será devastada”.
Dejando de lado una serie de preguntas relacionadas con la explicación de la profecía, debemos limitarnos aquí a la prueba evidente de que la virgen mencionada por el profeta es María, la Madre de Cristo. La argumentación se basa en las premisas de que la virgen mencionada por el profeta es la madre de Emmanuel, y que Emmanuel es Cristo. La relación de la virgen con Emmanuel está claramente expresada en las palabras inspiradas; las mismas indican, asimismo, la identidad de Emmanuel con Cristo.
La relación de Emmanuel con la señal divina extraordinaria que iba a ser concedida a Ajaz nos predispone a ver en la criatura alguien más que un niño corriente. En 8:8, el profeta le atribuye la propiedad de la tierra de Judá: “Y tendiendo sus brazos cubrirán toda tu tierra, ¡oh Emmanuel!”. En 9:6, se dice que el gobierno de la casa de David descansa sobre sus hombros, y se le describe como poseedor de cualidades superiores a las humanas: “nos ha nacido un niño, nos ha sido dado un hijo, que tiene sobre su hombro la soberanía, y que se llamará maravilloso consejero, Dios fuerte, Padre sempiterno, Príncipe de la paz”. Finalmente, el profeta llama a Emmanuel “vara del tronco de Jesé”, agraciado con “el espíritu del Señor, espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de entendimiento y de temor de Dios”; su venida irá seguida de los signos generales de la era mesiánica, y los que queden del pueblo escogido serán de nuevo el pueblo de Dios (11:1-16).
Cualquier oscuridad o ambigüedad que pudiera haber en el texto profético es eliminada por S. Mateo (1:18-25). Después de narrar las dudas de San José y la reafirmación del ángel “lo concebido en ella es obra del Espíritu Santo”, el evangelista continúa: “Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que el Señor había anunciado por el profeta, que dice: He aquí que una virgen concebirá y parirá un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel”. No es necesario que repitamos la explicación del pasaje dada por comentaristas católicos que responden a las objeciones que se han hecho contra el significado obvio del evangelista. De todo lo anterior se puede deducir que María es mencionada en la profecía de Isaías como madre de Jesucristo; a la luz de la referencia a la profecía hecha por S. Mateo, se puede añadir que ésta predijo también la virginidad de María, intacta en la concepción de Emmanuel (7).

MIQUEAS 5:2-3

Una tercera profecía referente a Nuestra Señora se encuentra en Miqueas 5:2-3: “Y tú, Belén de Efrata, pequeño para ser contado entre las familias de Judá, de ti me saldrá quien señoreará en Israel, cuyos orígenes vienen del comienzo, de los días de la eternidad. Los entregará hasta el tiempo en que la que ha de parir parirá, y el resto de sus hermanos volverá a los hijos de Israel”. Aunque el profeta (750-660 a. de C., aproximadamente) fue contemporáneo de Isaías, su actividad profética comenzó un poco más tarde y finalizó un poco antes que la de Isaías. No cabe ninguna duda de que los judíos consideraban que las predicciones anteriores se referían al Mesías.
Según S. Mateo (2:6), cuando Herodes preguntó a los sumos sacerdotes y escribas dónde iba a nacer el Mesías, le respondieron con las palabras de la profecía, “Y tú Belén, tierra de Judá, …”. Según S. Juan (7:42), el populacho judío reunido en Jerusalén para la celebración de la fiesta formuló la pregunta retórica: “¿No dice la Escritura que del linaje de David y de la aldea de Belén, de donde era David, ha de venir el Mesías?”. La paráfrasis caldea de Miqueas 5:2 confirma la misma opinión: “De ti me saldrá el Mesías, que señoreará en Israel”. Las mismas palabras de la profecía no admiten prácticamente otra explicación; pues “sus orígenes son del comienzo, desde los días de la eternidad”.
Más, ¿cómo se refiere la profecía a la Virgen María? Nuestra Señora es mencionada con la frase “hasta el tiempo en que la que ha de parir parirá”. Es cierto que “la que ha de parir” se ha referido también a la Iglesia (S. Jerónimo, Teodoreto), o al grupo de gentiles que se unieron a Cristo (Ribera, Mariana), o también a Babilonia (Calmet); pero, por una parte, no hay apenas relación suficiente entre ninguno de estos sucesos y el redentor prometido; por otra parte, el pasaje debería decir ” hasta el tiempo en que la que es estéril parirá” si el profeta se hubiera referido a cualquiera de dichos sucesos. Tampoco puede “la que ha de parir” referirse a Sión: Sión es mencionada sin sentido metafórico antes y después de este pasaje, de modo que no se puede esperar que el profeta recurra de repente a un lenguaje figurado. Más aún, si se explica así la profecía, no tendría un sentido cabal. Las frases contextuales “el señor de Israel”, “sus orígenes”, que en hebreo implica nacimiento, y “sus hermanos” hacen referencia a un individuo, no a una nación; de ello se deduce que el parto debe referirse a esa misma persona. Se ha mostrado que la persona que gobernará es el Mesías; por ello, “la que ha de parir” debe referirse a la madre de Cristo, Nuestra Señora. Así explicado, todo el pasaje aparece claro: el Mesías ha de nacer en Belén, un pueblo insignificante de Judá; su familia debe estar reducida a la pobreza y la oscuridad antes del momento de su nacimiento; como esto no puede suceder si la teocracia permanece intacta, si la casa de David continúa floreciendo, “por ello los entregará hasta el tiempo en que la que ha de parir parirá” al Mesías.

JEREMÍAS 31:22

Una cuarta profecía referente a María se encuentra en Jeremías 21:22: ” El Señor ha creado algo nuevo sobre la tierra: una mujer ronda al varón”. El texto del profeta Jeremías ofrece no pocas dificultades para el intérprete científico; nosotros seguiremos la versión de la Vulgata latina del original hebreo. Pero incluso esta traducción ha sido explicada de muchas formas diferentes: Rosenmuller y muchos intérpretes protestantes conservadores defienden la versión “una mujer protegerá a un hombre”, mas tal argumento difícilmente podría inducir a los hombres de Israel a retornar a Dios. La explicación “una mujer buscará a un hombre” apenas está de acuerdo con el texto; además, tal inversión del orden natural es presentada en Isaías 4:1 como una señal de la más absoluta catástrofe. La versión de Ewald “una mujer se convertirá en un hombre” es muy poco fiel al texto original. Otros comentaristas ven en la mujer un símil de la Sinagoga o de la Iglesia, en el hombre un símil de Dios, de modo que pueden explicar la profecía “Dios morará de nuevo en medio de la Sinagoga (o del pueblo de Israel)” o “la Iglesia protegerá la tierra con sus valientes hombres”. Pero el texto hebreo difícilmente evoca ese significado; además, esa explicación convertiría ese pasaje en una tautología: “Israel retornará a su Dios, ya que Israel amará a su Dios”. Algunos autores recientes traducen el original hebreo por: “Dios crea algo nuevo sobre la tierra: la mujer (esposa) retorna al hombre (su marido)”. Según la ley antigua (Deuteronomio 24:1-4; Jeremías 3:1), el marido no podía volver a aceptar a su mujer una vez que la había repudiado; pero el Señor introducirá una novedad al permitir a la mujer infiel, o lo que es lo mismo, la nación culpable, volver a la amistad con Dios. Esta explicación se basa en una corrección aventurada del texto; además, no implica necesariamente el significado mesiánico que se espera del pasaje.
Los Padres griegos siguen generalmente la versión de la Septuaginta, “El Señor ha creado salvación en una nueva plantación, los hombres caminarán seguros”; mas S. Atanasio  combina la versión de Aquila dos veces “Dios ha creado algo nuevo en la mujer” con la de la Septuaginta, diciendo que la nueva plantación es Jesucristo, y que lo nuevo creado en la mujer es el cuerpo del Señor, concebido en la mujer virgen sin la participación del hombre. También S. Jerónimo entiende el texto profético de la virgen que concibe al Mesías. Esta explicación del pasaje concuerda con el texto y con el contexto. Como la Palabra Encarnada poseyó desde el primer instante de su concepción todas sus perfecciones, exceptuando aquellas relacionadas con su desarrollo corporal, es correcto afirmar que su madre “conseguirá un hombre”. No es necesario señalar que tal condición en una criatura recién concebida es denominada, con razón, “algo nuevo sobre la tierra”. El contexto de la profecía describe, después de una breve introducción general (30:1-3), la futura libertad de Israel y la restauración en cuatro estancias: 30:4-11, 12-22; 30:23; 31:14, 15-26; las tres primeras estancias terminan con la esperanza del tiempo mesiánico. La cuarta debería esperarse también que tuviera un final similar. Además, la profecía de Jeremías, pronunciada alrededor del 589 a. de C. y entendida en el sentido que se acaba de referir, concuerda con las expectativas mesiánicas contemporáneas basadas en Isaías 7:14; 9:6; Miqueas 5:3. Según Jeremías, la madre de Cristo se diferencia de las otras madres en que su Hijo, incluso cuando aún está en su vientre, tiene todas las propiedades que constituyen la verdadera naturaleza humana. El Antiguo Tetamento se refiere indirectamente a María en aquellas profecías que predicen la encarnación del Verbo de Dios.
Fuente: enciclopedia católica

Tipos proféticos de María en el Antiguo Testamento



Las Antífonas y Responsos que se encuentran en los Oficios recitados en las varias festividades de Nuestra Señora sugieren un número de tipos referentes a Nuestra Señora, los que provienen de pasajes del Antiguo testamento.
La tercera antífona de Laudes de la Festividad de la Circuncisión contempla en “el arbusto que arde sin consumirse” (Exodo 3:2) la figura de María en la concepción de su Hijo sin perder su virginidad. La segunda antífona de Laudes del mismo Oficio contempla en el vellón de lana de Gedeón, húmedo por el rocío mientras que la tierra a su alrededor había permanecido seca (Jueces 6:37-38), un tipo de María recibiendo en su vientre al Verbo Encarnado. El Oficio de la Bienaventurada Virgen aplica a María muchos de los pasajes referentes a la esposa del Cantar de los Cantares y también los referentes a la sabiduría del Libro de los Proverbios 8:22-31 . Un “jardín cerrado, una fuente sellada” mencionado en Cantares 4:12 aplicado a María es sólo un ejemplo concreto de todo lo referido anteriormente.
Sara, Débora, Judit y Ester son utilizadas como tipos de María; el arca de la Alianza, sobre la que se manifiesta la misma presencia de Dios, es utilizada como la figura de María llevando al Verbo Encarnado en su vientre. Pero es especialmente Eva, la madre de todos los vivientes (Génesis 3:20), la que es considerada como un tipo de María, que es la madre de todos los vivientes en el orden de la gracia.

SARA, MUJER DE UNA NUEVA ALIANZA

Sara es la esposa de Abraham, la madre de Isaac y la abuela de Jacob, quien llegó a ser el padre de las doce tribus de Israel. Hay muchos paralelos entre Sara y María de Nazaret. Como María, ella mora en Egipto con su esposo por un tiempo (Génesis 12, 10-20). Nunca tuvo hijos (Génesis 16, 1) hasta que su milagrosa gravidez fue anunciada por un mensajero celestial (Génesis 18, 10). Además, Sara le hace al ángel una pregunta muy similar a la que hizo María.
María le pregunta al ángel:
Lucas 1, 34 — [...] “¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?”
Mientras que Sara dice:
Génesis 18, 12 — [...] “¿Tendré un hijo a esta edad avanzada y siendo viejo mi esposo?”
Aunque estén separadas por miles de años, tanto Sara como María viven en tiempos importantes de la historia. En ambos tiempos Dios establece una nueva alianza con su pueblo.
Génesis 17, 2 — “Yo haré una alianza contigo, y te daré una descendencia muy numerosa.”
Lucas 1, 30-33 — Pero el ángel le dijo: “No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin”.

HANNA, MADRE DE SAMUEL, EJEMPLO DE FE

En tiempos antiguos los hijos eran el tesoro más preciado de una familia. Tener muchos hijos era considerado como una bendición de Dios. Cuando una mujer no podía tener hijos, tenía que sufrir el oprobio social de ser yerma. En muchos casos el marido tomaba una segunda esposa, lo cual hacía muy difícil la vida de la primera consorte. Este era el caso de Hanna, la esposa de un hombre llamado Elcana. Esta fiel mujer era estéril pero eso no la detuvo de orar con fervor a Dios para que le diera hijos.
Cierto año, al tiempo de celebrar un gran festival religioso en Siló, Hanna se acercó al Tabernáculo y oró ardientemente a Dios para que le diera un hijo. Oraba silenciosamente y el sacerdote Elí la observaba a cierta distancia. Elí notó que Hanna estaba muy perturbada y se convulsionaba llorando al rezar. El sacerdote concluyó—equivocadamente— que la mujer había bebido demasiado vino durante la celebración y la reprendió por estar ebria en la casa de Dios.
En este punto recordemos que María, junto con otros cristianos, también fue acusada de haber bebido demasiado después de celebrar el Pentecostés, el día en que la Iglesia niña recibió el Espíritu Santo (ver Hechos 2, 1-13).
1ra Samuel 1, 12-17 — “Mientras ella prolongaba su oración delante del Señor, Elí miraba atentamente su boca. Ana oraba en silencio; sólo se movían sus labios, pero no se oía su voz. Elí pensó que estaba ebria, y le dijo: “¿Hasta cuándo te va a durar la borrachera? ¡Ve a que se te pase el efecto del vino!” Ana respondió: “No, mi señor; yo soy una mujer que sufre mucho. No he bebido vino ni nada que pueda embriagar; sólo me estaba desahogando delante del Señor. No tomes a tu servidora por una mujer cualquiera; si he estado hablando hasta ahora, ha sido por el exceso de mi congoja y mi dolor”. “Vete en paz”, le respondió Elí, “y que el Dios de Israel te conceda lo que tanto le has pedido”.”
Después de recibir la bendición de Elí, Hanna creyó fielmente que Dios iba a responder a su oración. Le prometió a Dios que, si le daba un hijo, le consagraría al Señor para servirle de por vida. La respuesta a esa plegaria fue el profeta Samuel, el gran profeta-sacerdote de Israel que nació ese año. Hanna cumplió su promesa y cinco años después llevó a Samuel para que fuera criado por Elí, que era sacerdote de Dios en ese lugar.
Al igual que María, Hanna fue la madre de un gran profeta consagrado al servicio de Dios desde su infancia. (Comparar 1ra Samuel 1, 24 con Mateo 2, 22-40).
La Canción de Hanna, se encuentra en el segundo capítulo del primer libro de Samuel. Este hermoso poema fue seguramente la inspiración para el Magnificat de María (Lucas 1, 46-55).
1ra Samuel 2, 1-10 — “Entonces Hanna oró, diciendo: “Mi corazón se regocija en el Señor, tengo la frente erguida gracias a mi Dios. Mi boca se ríe de mis enemigos, porque tu salvación me ha llenado de alegría. No hay santo como el Señor, porque no hay nadie fuera de ti, y no hay roca como nuestro Dios. No habléis con tanta arrogancia, que la insolencia no os brote de la boca, porque el Señor es el Dios que lo sabe todo, y es él quien valora las acciones. El arco de los valientes se ha quebrado, y los vacilantes se ciñen de vigor; los satisfechos se contratan por un pedazo de pan, y los hambrientos dejan de fatigarse; la mujer estéril da a luz siete veces, y la madre de muchos hijos se marchita. El Señor da la muerte y la vida, hunde en el abismo y levanta de él. El Señor da la pobreza y la riqueza, humilla y también enaltece. El levanta del polvo al desvalido y alza al pobre de la miseria, para hacerlos sentar con los príncipes y darles en herencia un trono de gloria; porque del Señor son las columnas de la tierra y sobre ellas afianzó el mundo. El protege los pasos de sus fieles, pero los malvados desaparecerán en las tinieblas, porque el hombre no triunfa por su fuerza. Los rivales del Señor quedan aterrados, el Altísimo truena desde el cielo. El Señor juzga los confines de la tierra; él fortalece a su Rey y exalta la frente de su Ungido”.”

DÉBORA Y JAEL, VALIENTES SIERVAS DE DIOS

Débora es un modelo de sabiduría femenina, que juzgó a Israel desde un lugar entre Ramá y Lapidot (Jueces 4, 4). En un tiempo en que los israelitas eran oprimidos por los cananeos, Débora reunió a las tribus de Zabulón y Neftalí para combatir contra Sísara, el comandante cananeo. Débora profetizó que el poderoso opresor de los hebreos iba a hallar su fin a manos de una mujer.
Este es otro modelo profético de María, quien debe cumplir la profecía de Génesis 3, 15 por medio de aplastar la cabeza de Satanás, la serpiente original. La mujer elegida por Dios para terminar con la vida de Sísara es Jael. Ambas, Débora y Jael son tipos proféticos de María.
Jueces 4, 17-23 — “Mientras tanto, Sísara huyó a pie hasta la carpa de Jael, la esposa de Jéber, el quenita, porque Iabín, rey de Jasor, y el clan de Jéber, el quenita, estaban en buenas relaciones. Jael le salió al encuentro y le dijo: “Ven, Señor mío, pasa por aquí. No temas”. El entró en su carpa, y ella lo tapó con una manta. Él le dijo: “Por favor, dame un poco de agua, porque tengo sed”. Ella abrió un recipiente donde había leche y le dio a beber. Luego lo volvió a cubrir. Él le siguió diciendo: “Quédate a la entrada de la carpa, y si viene alguien y te pregunta: “¿Hay aquí algún hombre?, respóndele que no”. Pero Jael, la esposa de Jéber, sacó una estaca de la carpa, tomó en su mano un martillo y, acercándose a él sigilosamente, le clavó la estaca en la sien, hasta hundirla en la tierra. Sísara estaba profundamente dormido, agotado por el cansancio. Cuando ya estaba muerto, llegó Barac, que venía persiguiendo a Sísara. Jael le salió al encuentro y le dijo: “Ven y te mostraré al hombre que buscas”. El entró junto con ella, y vio a Sísara que yacía muerto, con la estaca clavada en la sien.

JUDIT LIBRA A ISRAEL DE SUS ENEMIGOS

El libro de Judit nos cuenta como Dios libró al pueblo judío por medio de una mujer valiente y temerosa de Dios. El nombre Judit significa “judía”. Ella es un ejemplo profético de la perfecta confianza en Dios que tuvo María y del amor de María por el pueblo elegido de Dios (Lucas 1, 38-37). Lo mismo que María, ella intercedió delante de Dios por la salvación de su pueblo.
Judit 9, 5-14 — “Tú has hecho el pasado, el presente y el porvenir; Tú decides los acontecimientos presentes y futuros, y sólo se realiza lo que Tú has dispuesto. Las cosas que Tú has ordenado se presentan y exclaman: “¡Aquí estamos!”. Porque Tú preparas todos tus caminos, y tus juicios están previstos de antemano. Mira que los asirios, colmados de poderío, se glorían de sus caballos y sus jinetes, se enorgullecen del vigor de sus soldados, confían en sus escudos y sus lanzas, en sus arcos y sus ondas, y no reconocen que Tú eres el Señor, el que pone fin a las guerras. ¡Tu Nombre es Señor! Quebranta su fuerza con tu poder, aplasta su poderío con tu ira, porque se han propuesto profanar tu Santuario, manchar la Morada donde habita la Gloria de tu Nombre, y derribar tu altar a golpes de hierro. Mira su arrogancia, descarga tu indignación sobre sus cabezas: concédeme, aunque no soy más que una viuda, la fuerza para cumplir mi cometido. Por medio de mis palabras seductoras castiga al esclavo junto con su jefe y al jefe junto con su esclavo. ¡Abate su soberbia por la mano de una mujer! Porque tu fuerza no está en el número ni tu dominio en los fuertes, sino que Tú eres el Dios de los humildes, el defensor de los desvalidos, el apoyo de los débiles, el refugio de los abandonados y el salvador de los desesperados. ¡Sí, Dios de mi padre y Dios de la herencia de Israel, Soberano del cielo y de la tierra, Creador de las aguas y Rey de toda la creación: escucha mi plegaria! Que mi palabra seductora se convierta en herida mortal para los que han maquinado un plan siniestro contra tu Alianza y tu Santa Morada, la cumbre de Sión y la Casa que es posesión de tus hijos. ¡Que toda tu nación y cada una de sus tribus reconozcan que Tú eres Dios, el Dios de toda fuerza y de todo poder, y que no hay otro protector fuera de ti para la estirpe de Israel!”

LA REINA ESTER, INTERCESORA DEL PUEBLO DE DIOS

La Reina Ester es uno de los más bellos tipos proféticos de Nuestra Bendita Madre. Ella también es un modelo de confianza en Dios y en el poder de la oración y el sacrificio personal. Cuando los enemigos del pueblo de Dios preparan un plan para exterminarlos, ella intercede por su pueblo delante del Rey Asuero, arriesgando su vida en el proceso. Esther es una imagen profética de María, la valerosa Reina del Pueblo de Dios.
Ester 8, 4-6 — “El Rey tendió hacia Ester el cetro de oro. Ella se levantó, permaneció de pie en presencia del Rey y dijo: “Si al Rey le parece bien y quiere hacerme un favor, si lo juzga conveniente y está contento conmigo, haga revocar por escrito los documentos que Amán, hijo de Hamdatá, el agaguita, concibió y escribió para eliminar a los judíos de todas las provincias del Rey. ¿Cómo podré resistir, al ver la desgracia que se abatirá sobre mi pueblo? ¿Cómo podré ser testigo de la desaparición de mi estirpe?”
El tema de María como la Nueva Eva está prefigurado en esta historia. En la antigua corte de Persia, la Reina Vasti es desterrada debido a su desobediencia. Cuatro años más tarde, el Rey Asuero elige a Ester por esposa y reina, al hallar que es hermosa e inteligente. Vasti pareciera prefigurar a la primera Eva, así como María es prefigurada en Ester.
Al poco tiempo unos enemigos envidiosos de los judíos complotan para destruir a todos los judíos del imperio. La única persona que puede salvar a los judíos de una destrucción segura es Ester pero ella no puede hablar con el Rey Asuero a menos que sea llamada al trono real. Por aquel entonces, cualquiera que apareciera delante del Rey sin ser llamado era castigado con la muerte.
Pero Ester está decidida a salvar a su pueblo. Para lograrlo, ella y sus doncellas, junto con todos los judíos de Persia ayunan y rezan por tres días. Al final de esos tres días, Ester entra en la corte del Rey sin ser invitada, para pedir por la vida de su pueblo. Esto nos recuerda claramente el papel de María como intercesora del pueblo de Dios, que ruega a Dios y ofrece sus dolores como sacrificio de la misma manera en que Ester oró y ayunó por el bien de su pueblo.
Al final de la historia, por intercesión de la Reina Ester, los judíos son salvados de sus enemigos a quienes derrotan completamente. Por eso es que el pueblo judío celebra la Fiesta de las Suertes, o Purim. En su origen, el ayuno de Ester y la nación judía se observaba en los días 14, 15 y 16 del Mes de Nisán, en lo que correspondería hoy a los tres días de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. En esto observamos un paralelo: así como Ester y los judíos derrotaron a sus enemigos en la antigua Persia, así Jesús derrotó a sus enemigos en el Calvario el 14 de Nisan, el día de su Pasión, en el Primer Viernes Santo.
Ester se nos presenta en la Biblia como una mujer de fe profunda, valiente, que ama a su pueblo y está dispuesta a arriesgar su vida por aquellos a quienes ama. Ella fue un instrumento de salvación dado por Dios para proteger a su pueblo. También María es instrumento de salvación por Dios. A través de ella recibimos a Jesús. Como Ester, ella es una intercesora permanente ante el trono de Dios, para el bien de sus hijos amados.
Fuente: primeraluz.org y otras

Salmo 45 Profecía sobre la Virgen María y su legado



En los salmos encontramos bellas oraciones y cantos, así como múltiples profecías. Hace algún tiempo, buscando citas bíblicas relacionadas con la Madre de Cristo, nuestra querida Virgen María, sentía que me faltaba citar una muy importante, pues en el antiguo testamento solo encontraba dos citas muy breves, en el Génesis y en el libro del profeta Isaías.
Estaba seguro de que debía existir algo más. Pensando en ello por algún tiempo, se me vinieron a la mente dos versículos llenos de inspiración del Saimo 45:
“Escucha hija, mira y pon atento oído,
olvida a tu pueblo y la casa de tu padre,
y el rey se prendará de tu belleza.
El es tu Señor, ¡Póstrate ante el!”
Eso era lo que mi corazón buscaba. Si bien se interpreta tradicionalmente como un cántico o poema por el matrimonio de un rey con su nueva reina, pude percibir en él un significado mucho más profundo, así que me dediqué a la tarea de escrutarlo con cuidado y amor, encontrando un tesoro, que deseo compartir.
“…a tu diestra una reina,
con el oro de Ofir.”
En este versículo, anuncia el salmista, que a la diestra del Señor, habrá una reina con oro, es decir, enjoyada, honrada, destacada.
“Escucha, hija, mira y pon atento oido,
olvida a tu pueblo y la casa de tu padre,
y el rey se prendará de tu belleza.
El es tu Señor, ¡Postrate ante Él!”
Los padres enseñan a una doncella a amar al Señor, olvidando sus ataduras mundanas, manteniéndose pura para Él. Así, le dicen, el Rey, es decir, el Señor, se prendará de su belleza. Esto se cumple en María, según relata San Lucas, como el ángel se dirigió a ella:
“No temas María, porque has hallado gracia delante de Dios.” (Lc 1, 30)
Y aún más, le anuncia que quedará encinta y dará a luz un hijo, que será el Mesías, esperado durante siglos por los judíos:
“El será grande y será llamado Hijo del altísimo y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; Reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin.” (Lc 1,31-33)
“La hija de Tiro con presentes,y los más ricos pueblos recrearán tu semblante”
Los pueblos gentiles le ofrecerán regalos y ofrendas. Recrearán, es decir, reproducirán su semblante, su rostro, su imagen. Tal como sucede desde el inicio del cristianismo, hasta hoy en día, en que los pueblos continúan venerando a la Madre del Señor y recordándola con cariño, por medio de las múltiples imágenes que de ella se han elaborado a través de los veinte siglos de cristianismo.
“Toda espléndida, la hija del Rey,
va adentro, con vestidos en oro recamados.
Con sus brocados es llevada ante el Rey.”
Solo existe una mujer en la humanidad que puede cumplir con esto:
¿Cuál otra mujer, podría ser hija de Dios y a la vez, ser llevada a Él como esposa?. Está así unida maravillosamente al misterio de la Santísima Trinidad, pues es hija amada y predilecta de Dios Padre, esposa de Dios Espíritu Santo y madre de Dios Hijo. Ello a pesar de su frágil condición humana. Ninguna otra criatura, ni antes ni después, ha podido gozar de una unión más íntima y perfecta con el Señor.
“Vírgenes tras ella, compañeras suyas,
donde Él son introducidas;
entre alborozo y regocijo avanzan,
al entrar en el palacio del Rey.”
En su esplendor y acompañada por un séquito de vírgenes, sus damas de honor, las almas que en la tierra consagraron su virginidad a Dios, es María llevada a la Gloria de Dios. El séquito no ha terminado aún de entrar al palacio del Rey, pues sigue fluyendo el cortejo de todas las almas que ofrecieron su virginidad a Dios, acompañando a la Reina en su entrada al palacio del Señor, en la Jerusalén celestial.
“En lugar de padres, tendrás hijos;
príncipes los harás por toda la tierra.”
Jesús, en la Cruz, nos entregó a María como Madre, haciéndola así Madre de innumerables hijos, repartidos por toda la tierra, que por la unción del Espíritu Santo, han sido consagrados como reyes, sacerdotes y profetas. Esto lo podemos ver en las escrituras de San Juan:
“Jesús, viendo a su Madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su Madre: Mujer, ahí tienes a tu hijo. Luego al discípulo: Ahí tienes a tu Madre. Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa.” (Jn 19, 26-27)
Al aceptar Jesús su sacrificio por los pecadores, nos invitó a compartir su reino y por lo tanto, nos convirtió en príncipes de su reinado:
“…porque fuiste degollado y compraste para Dios con tu sangre hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación; y has hecho de ellos para nuestro Dios un reino de Sacerdotes y reinan sobre la tierra.” (Ap 5, 9b-10)
“¡Logre yo hacer tu nombre memorable
por todas las generaciones,
y los pueblos te alaben por los siglos de los siglos!”
San Lucas mismo nos recuerda, en boca de la misma María, esta misma profecía en el bello canto del Magnificat:
“…porque ha puesto los ojos en la humillación de su esclava,
por eso todas las generaciones me llamarán bienaventurada,…” (Lc 1, 48)
Desde entonces, y aún hoy en día, continuamos los cristianos recordando con amor y admiración a María, esa piadosa y humilde mujer, Madre de Dios y Madre nuestra.
Por Georg von Köller

El Rosario rezado con los Salmos



Este rosario tiende a la actividad mental y personal, o sea a la meditación. No conserva la parte repetitiva y pedagógica popular del Rosario tradicional. Para no romper totalmente con la forma tradicional tan arraigada en el pueblo, se aconseja que sólo se rece un misterio con el nuevo esquema para ir así acostumbrando la mente popular a la nueva forma de orarlo.

Para mantener la forma activa comunitaria tradicional del rosario entonado en voz alta, sugerimos que en los misterios haya una rotación constante de LECTORES. Así se siente más la actividad comunitaria. Es necesario por lo tanto que se distribuyan varios folletos y se vuelvan a recoger como se hace con El Oficio de la Horas en las parroquias cuando estos se celebran con la comunidad. Si se quiere, las partes salmodiadas se pueden entonar comunitariamente (como se hace en El Oficio de las Horas), y el Lector sólo entona la parte intencional. El ORGANIZADOR es el que debe cuidar estos detalles para que el Rosario sea tan dinámico como el tradicional.

 

LOS MISTERIOS DEL ROSARIO Y SALMOS QUE NOS AYUDAN A PROFUNDIZARLOS

En seguida enunciamos los misterios y le invitamos a que los combine con algunas partes de los salmos que por las palabras que contienen los ligan a los sentimientos y a lo que dijeron los personajes del misterio meditado. Son los salmos una guía certera para expresar los sentimientos que se generan al contemplar los misterios del Rosario. No es necesario que lea todo el salmo o toda la parte sugerida, basta que elija aquella frase del Divino Espíritu que más le conmueva, pues de eso se trata, de mover el corazón a la piedad. Sugerimos a veces frases propias que incitan el corazón al sentimiento y es muy importante que invoque con frecuencia al Divino Espíritu como compañero para que le explique las palabras de La Divina Escritura que Él mismo inspiró y en los cuales puede ver la vida de Jesús, de María y su propia vida.
Si usted ora solo o tiene la responsabilidad y el don de dirigir el santo rosario, le damos un listado al inicio de salmos con los que puede acompañar y hacer las variaciones que el Espíritu le dicte como pertinentes para profundizar la meditación de los misterios que corresponden a ese día.
En cada misterio rezaremos de dos a cinco avemarías y las avemarías faltantes las reemplazaremos con trozos de salmos y pequeñas sugerencias que nos ayuden a profundizar en el misterio meditado. Así evitamos que el rosario se prolongue más allá del tiempo que lleva el rezo de un rosario tradicional. Recuerde: Jesús y María conocían los salmos que fueron apoyo firme de su oración y luz para dirigir sus sentimientos hacia Dios Padre en el acontecer de sus vidas. 

MISTERIOS GOZOSOS

Se celebran los lunes y los sábados
Para meditar estos misterios le recomendamos los siguientes salmos: el 40 (39), el 103 (102), el 113(112), el 119(118), el 131(132), el 139(138), el 146(145), el 55(54), el 8. Nota importante: colocamos entre paréntesis la enumeración litúrgica de los salmos que aparece en los misales y en algunas Biblias
Introducción (Al Organizador le corresponde leer u omitir la introducción según vea conveniente).
Se llaman gozosos porque celebran el momento en que Dios viene hasta el hombre en manera la más cariñosa de todas las posibles. Contrarrestando la Soberbia del Maligno que tentó al primer hombre: Seréis como Dios, ahora es Dios en su segunda Persona que se entrega Niño en brazos de una mujer. Todavía hay espíritus rebeldes que no aceptan esta suprema muestra de amor y de ternura pero Jesús lo dirá: Yo soy la Puerta y si no os hacéis como niños, no entraréis al Reino (Jn 10,9 y Mt 18,3). Los niños junto con los cuidados que sus madres les brindan, son uno de los rostros de la vida de Dios. Es María, la primera que en suprema pureza y sencillez, con fe profunda, es capaz de aceptar y vivir, con plenitud, este rostro tierno y delicado de Dios. Meditemos cómo sucedió esto, ayudados de los salmos 8, 40 y 131 donde se palpa que no todo es gozo sino un batallar en la pobreza del destierro.

· Organizador
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Los Misterios que vamos a meditar son los gozosos. Pero primero profesemos nuestra fe : Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra….etc.

1° MISTERIO GOZOSO: LA ANUNCIACIÓN.


· Organizador o el encargado de anunciar este misterio
Ella se turbó y el ángel le dijo : Serénate María, Dios se ha complacido en ti y te va a dar el don de un Hijo (Lucas 1,27 y siguientes)
En este misterio la virgen Madre como toda mujer a la cual se le encomienda la misión de tener un hijo, como a todo hombre al que se le encomienda la vida y una misión en ella, siente ansiedades o alegría ante la nueva perspectiva, siente miedo de la nueva empresa o seguridad y gozo ante el nuevo camino que se abre. En los salmos encontramos estos sentimientos: Alegría y júbilo o angustia.

· 1° lector

Padre con la Virgen Madre que ansiaba tener una misión en la vida exultamos de gozo con el salmo 34, (2-11) que nos recuerdan su Magníficat expresión de alegría de la elegida como Madre del Mesías: Bendeciré a Yahvé en todo tiempo, en mi boca su alabanza, en Yahvé se gloría mi alma, óiganlos los humildes y alégrense. Engrandeced a Yahvé conmigo. El pobre ha gritado y Yahvé lo ha oído y le salva de todas sus angustias. Acampa el ángel de Yahvé en torno a los que le temen. Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el hombre que se cobija en Él. Los ricos quedan pobres y hambrientos mas los que buscan a Dios de ningún bien carecen.
El lector reza un padrenuestro y el avemaría:

· 2° lector

Virgen madre, junto contigo nos entregamos a los designios de Dios, de Quien recibimos la vida, y decimos con el salmo 40:
Dichoso el hombre que pone su confianza en Dios y no es rebelde, ni anda tras la mentira. Oh Dios! Cuántas maravillas en tus designios con nosotros. No quieres sacrificios, no pides dádivas y por eso digo: Aquí estoy para hacer tu voluntad. Yo te divulgo Dios y proclamo públicamente mi fe en ti. No me avergüenzo de mi fe. Tú no contengas tus ternuras para mí y que tu verdad y tu amor constantes me guarden
El lector reza un avemaría

· 3° lector

Por el temor natural de su misión de madres y ante la angustia que sentimos frente a la vida, oremos junto con todas las mujeres actualmente embarazadas diciendo las palabras del salmo 40, 13 y ss.
Dios mío, ven en mi ayuda, pues me envuelven desdichas y mis culpas me dan caza, no puedo ver claro y el corazón se me oprime pues me siento culpable. Yo pobre y desdichado, oh Señor, piensa en mí, Tú mi socorro y libertador
El lector reza un avemaría

· otro lector

(salmo18, 31-33) Yahvé mi luz y salvación, ¿a quién he de temer? Yahvé mi refugio, ¿por qué he de temblar? Cuando todos los malhechores me quieren devorar, aunque estalle una guerra contra mí, estoy seguro en mi Dios. Una cosa he pedido a Dios, una cosa estoy buscando, morar en la casa de Yahvé todos los días de mi vida para gustar su dulzura y cuidar su Templo. Él me dará cobijo en su cabaña, me esconderá en lo oculto de su tienda, sobre una roca me colocará.
Para que todas las niñas embarazadas sientan esta fe de Dios con ellas recemos: El lector reza el avemaría y Gloria al Padre.

2° MISTERIO GOZOSO: LA VISITA A LA PRIMA ISABEL.
María se encaminó con presteza a la región montañosa entró en casa de Zacarías y saludó. Apenas oyó Isabel el saludo, el niño saltó en su seno y ella gritó llena de júbilo: bendita tú porque has creído y bendito el fruto de tu vientre. (Lucas 1,39)
Exultemos de alegría con estas dos mujeres y su fe profunda en Dios:
Virgen madre, que vas presurosa por los montes, te acompañamos en la alegría que participas a tu prima Isabel con el salmo (18,34-49) : Yahvé hace mis pies ligeros como de cierva y en las alturas me sostiene de pie, persigo a mis enemigos, los quebranto, sucumben bajo mis pies, me ciñes para el combate, exterminas a los que me odian, los machaco como polvo, como al barro los piso, me pones a la cabeza de las gentes, los pueblos que no conocía me sirven, los hijos de los extranjeros me adulan. Viva Yahvé, bendita mi roca, el Dios de mi salvación sea ensalzado. Tú me liberas de mis enemigos, me libras del hombre violento.
El lector o encargado reza el padrenuestro y el avemaría

· Organizador o el encargado de anunciar este misterio


· 1° lector

Al eco de tu canto de alegría Virgen presurosa por las montañas de Galilea exultamos de gozo contigo diciendo con el salmo (salmo 18,34-49): Gritad justos en honor a Yahvé, dad gracias con la cítara, cantadle un cántico nuevo: por su palabra fueron hechos los cielos. Él reúne las aguas del mar como en un odre. Ante Él todos tiemblan, pues habló, mandó y se hizo. Yahvé mira de lo alto y ve a todos los hijos de Adán, Él forma el corazón de cada uno y repara en todas sus acciones. Los ojos de Yahvé están sobre quienes le temen, sobre aquellos que esperan su amor para librar su alma de la muerte y sostener su vida en la penuria. Nuestra alma en Yahvé espera, Él es nuestro socorro y escudo. En Él se alegra nuestro corazón, y en su santo nombre confiamos.
El lector reza un avemaría

· 2° lector

Virgen Madre, tú la humilde y sencilla, contigo la amada, expresamos la alegría de tu Magníficat, con el hermoso salmo 131:
No está inflado mi corazón, Dios mío, ni mis ojos son altaneros. No he tomado un camino de grandezas, ni de prodigios que me vienen anchos. Guardo lisa y silenciosa mi alma, y mi alma está como niño destetado en el regazo de la madre. Mi pueblo espera en Dios ahora y siempre.
Cantar llenos de alegría el Avemaría y decir Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en un principio…

3° MISTERIO GOZOSO: EL NACIMIENTO DE JESÚS.
Y dio a luz a su primogénito, lo envolvió en pañales y lo reclinó en un pesebre porque no tuvieron sitio en la posada (Lucas 2,6)
Virgen madre te acompañamos en tu angustia, pues después del viaje de tres días en estado de preñez, nadie te quiere recibir y al ver la dureza de los hombres ante tu estado oramos con fervor con el Salmo 4: Cuando clamo, respóndeme Dios mío, mi justiciero. En la angustia Tú me abres las salidas. Vosotros hombres duros de corazón, amantes de la mentira, que se rigen por apariencia y vanidad. Sabed que Dios me cuida en mi aparente pobreza. El me ha dado más alegría que cuanto vosotros abundáis en bienes.
Pidiendo por las mujeres embarazadas para que tengan fe que Dios las acompañará en su misión aunque a veces parezcan grandes las dificultades recemos el padrenuestro y el avemaría.

· Organizador o el encargado de anunciar este misterio


· 1° lector

Oh virgen tranquila al lograr tener a tu Hijo en la pobreza del pesebre: Ahora que oyes el canto de paz de los ángeles decimos con el mismo salmo 4: Me acuesto en paz y en seguida me duermo, pues Tú Yahvé eres mi refugio.
El lector reza un avemaría

· 2° lector

Al nacer el Niño, al ver el hermoso regalo de un niño entre nosotros, participamos jubilosos con la Virgen Madre que lo tiene entre sus brazos, brillantes sus ojos de pureza y admiración. Decimos con el Salmo 8: Padre, quiero cantar tu nombre que se alza por encima de los cielos. Por boca de los niños, aún de los que maman, has sacado una alabanza contra tus enemigos, para reprimir al adversario y al rebelde. Veo la luna, las estrellas y los cielos y me pregunto: ¿qué es el hombre para que lo ames, lo cuides y lo hagas dueño de tus obras? Hermoso es tu nombre por toda la tierra.
Dios Niño entre nosotros te alabamos, te bendecimos por tu sencillez, por tu pureza por tu entrega tan cariñosa, tan hermosa a la criatura
El lector reza un avemaría

· 3° lector

En el paraíso la soberbia del maligno tentó al hombre diciéndole: Seréis como Dios (Génesis 3,4), pero Dios ha derribado toda soberbia con la presencia de un Niño, por eso el Salmo 8 dice: Por boca de los niños, aún de los que maman, has sacado una alabanza contra tus enemigos, para reprimir al adversario y al rebelde.
Repitamos el hermoso salmo 131: No está inflado mi corazón, Dios mío, ni mis ojos son altaneros. No he tomado un camino de grandezas, ni de prodigios que me vienen anchos. Guardo lisa y silenciosa mi alma, y mi alma está como niño destetado en el regazo de la madre. Mi pueblo espera en Dios ahora y siempre. Pidamos la sencillez y humildad de la Virgen Madre que lo tiene entre brazos para que podamos contemplar a Dios en los niños.
El lector reza el avemaría y Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

4° MISTERIO GOZOSO: PRESENTACIÓN EN EL TEMPLO.
· Organizador o el encargado de anunciar este misterio

Vivía entonces en Jerusalén, Simeón, hombre justo, y el Espíritu Santo le había revelado que antes de morir contemplaría al Mesías. Impulsado por el Espíritu fue al templo y al entrar los padres con el Niño, Simeón lo tomó y dijo: Deja Señor que este siervo muera en paz pues ya mis ojos contemplaron a tu Salvador. (Lucas 2,25)
Para meditar este misterio cuando La Virgen subía a la ciudad bulliciosa de Jerusalén, es muy hermoso el salmo 55(54). Sus frases nos muestran la ciudad que no quiere recibir a Dios, ni le importa la virgen madre que lo lleva y se siente aislada sin que nadie conozca el don que lleva en sus manos. Cuántas madres sienten la inmensidad de Dios en sus hijos pero las rodea el cerco estrecho de un mundo lleno de indiferencia ante el don que Dios les ha encomendado.
Salmo 55: Escucha, Padre mi oración, pues estoy agitada, y quisiera huír, tener alas de paloma para alejarme al desierto. Veo discordia y altercado en la ciudad, rondan día y noche por sus murallas, y dentro de ella veo iniquidad y malicia, y aún el que era mi conocido y amigo me es extraño. Está el mal entre ellos y van a la muerte, pero yo te invoco, y a la tarde, al amanecer y al mediodía, a todo momento me quejo y gimo para que me oigas. Y Tú me escuchas, reinas siempre y humillas a los que no quieren enmendarse, a los que andan sin temor de Dios, a los que violan sus promesas y mienten con palabras dulces, los hundes en la fosa pero yo confío en Ti
El lector reza el padre nuestro y el avemaría

· 1° lector

Pidamos a Dios que abra nuestros ojos como a Simeón para poderlo contemplar ya en este mundo y que su percepción nos dé la paz para morir tranquilos. Salmo 146:
Yahvé abre los ojos a los ciegos, endereza a los encorvados, protege al forastero y sostiene a la viuda y al huérfano. Yahvé ama a los justos y tuerce el camino de los impíos. Yahvé reina por siempre, tu Dios de edad en edad.
El lector reza 3 avemarías y Gloria

5° MISTERIO GOZOSO: LA PÉRDIDA Y HALLAZGO DEL NIÑO.

· Organizador o el encargado de anunciar este misterio

Su madre se le quejó: – Hijo, ¿por qué te has portado así con nosotros? Tu padre y yo, angustiados, te hemos estado buscando. Jesús les contestó: Pero ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debo estar en la Casa de mi Padre? Pero ellos no comprendieron el alcance de su respuesta. Con ellos regresó a Nazaret y les estaba sujeto. Su Madre conservaba todas estas cosas en su corazón y Jesús crecía en edad, en sabiduría y en gracia delante de Dios y de los hombres. (Lucas 2,46 y siguientes)
Señora que buscas angustiada a tu Hijo, junto a ti Señora los que buscamos el rostro de Dios oramos
Salmo 42: Como jadea la cierva buscando el agua, así jadea mi alma en pos de Ti, Señor. Tiene mi alma sed de Dios. ¿Cuándo podré ver su rostro? Son mis lágrimas mi pan, de día y de noche, y me dicen: ¿Dónde está tu Dios?
El lector reza el padre nuestro y el avemaría

· 1° lector

Acompañemos a La Virgen que no sabe qué rumbo tomar para buscar a su Hijo diciendo con el salmo 25: Muéstrame tus caminos, Yahvé enséñame tus sendas, guíame en tu verdad. Tú eres mi salvación y estoy esperando todo el día. Acuérdate de tu ternura y de tu amor que son de siempre. Tú eres bueno pues muestras a los pecadores el camino, conduces a los humildes, y a los pobres enseñas tus senderos. Todos tus caminos son amor y verdad para quien los guarda. Mis ojos están fijos en Ti que sacarás mis pies del cepo. Mírame y tenme piedad que estoy solo y desdichado, alivia los ahogos de mi corazón, y hazme salir de mis angustias. Inocencia y rectitud me amparen que en Ti espero.
El lector reza el avemaría

· 2° lector

Todos los que buscamos a Dios decimos contigo María y con el salmo 63: Dios, tú mi Dios, yo te busco, sed de ti tiene mi alma, en pos de ti languidece mi alma. Como cuando en el santuario te veía, al con­templarte, pues tu amor es mejor que la vida, así quiero en mi vida bendecirte. Yo exulto a la sombra de tus alas. Mi alma se aprieta contra ti.
El lector reza un avemaría y canta otra con alegría de la madre que estrecha su hijo hallado y dice Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en un principio… Oremos con aquellos que estén angustiados: Oh Jesús, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo a las almas ante todo a las más necesitadas de tu divina misericordia
Ofrezcamos la Salve por el Papa y por todos los peregrinos: Dios te Salve Reina y Madre etc.

MISTERIOS LUMINOSOS

Se rezan el día jueves
Proclamados por el papa Juan Pablo II, celebran a Jesús como Mesías y Rey, el anunciado por las Sagradas Escrituras. Por eso para meditar estos misterios se pueden rezar salmos de triunfo, donde se revele la plena potestad de Dios sobre lo creado, potestad entregada a JESÚS, entre ellos el 121 (120), 91 (90) 145 (144), 66 (65), 68 (67), 72 (71), 73 (74) y ante todo el solemne salmo 89 (88) en donde se anuncia todo el plan salvífico y lo que iba a pasar con el MESÍAS y sus seguidores.
Introducción (Al Organizador le corresponde leer u omitir la introducción según vea conveniente).
No sabemos desde cuándo Jesús tuvo plena conciencia de ser el HIJO DE DIOS. Es una conciencia, que como en todo cristiano, se va madurando con el acontecer de la vida. En Jesús está vivencia tiene un matiz más profundo porque por naturaleza y no por adopción, es Hijo. Ya desde los doce años llamó : Mi Padre a Dios (Lc3,49), y dio muestras de conocer muy bien las Sagradas Escrituras donde El Espíritu Divino había escrito sobre el Hijo de Dios que iba a venir y que Él sabía por lo que le contaba su Madre, que se estaban cumpliendo. Ratos muy sublimes debió pasar La Sagrada Familia cuando juntos leían el Libro Sagrado, y a medida que La Madre comentaba lo que había acontecido en Belén y en el Templo, misterios gozosos que ya meditamos, el Niño les mostraba lo que al respecto se había escrito. Por eso se lee en Proverbios (8,30) tal como lo traduce la liturgia cuando celebra las fiestas de la virgen: Yo (La Sabiduría) era su encanto cotidiano, todo el tiempo jugaba en su presencia con la bola de la tierra, y gozaba con los hijos de los hombres. Y en otro lado: Ni una jota de lo escrito dejará de cumplirse (Mt5, 18). Pobre Madre, gozosa de La Sabiduría: Su Hijo, que no sospecha la tragedia del Calvario. Esa LUZ hogareña que no pudo ser apagada por la persecución de Herodes, ni por el destierro a Egipto, ni por las incidencias de la vida cotidiana como la pérdida del Niño en el templo, llegó a plena madurez y dejó el hogar para entregarse a los hombres. Es Juan, el Bautista, el primer hombre que oficialmente declara a Jesús como el Mesías. Tal vez ya María lo sabía. Esta manifestación pública de Jesús como Mesías, Dios con nosotros, iba a ser puesta a prueba por la incredulidad de los hombres como lo afirma el texto sagrado (Sabiduría 2,12ss): Tendamos lazos al justo que nos fastidia y se enfrenta a nuestro modo de obrar, al que se ufana de ser Hijo de Dios y lleva una vida distinta. Veamos si sus palabras son verdaderas, sometámosle al ultraje y al tormento para conocer su temple, condenémosle a una muerte afrentosa pues según Él, Dios le asistirá. Pero antes de ser puesto a prueba por los hombres el Espíritu lo lleva al desierto para que los espíritus malignos lo tienten y sean testigos de su poder sobre ellos. Meditemos cómo Jesús es Dios con nosotros.

• Organizador

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Los Misterios que vamos a meditar son los luminosos. Pero primero profesemos nuestra fe : Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra….etc.

1° MISTERIO LUMINOSO: BAUTISMO DE JESÚS.

• Organizador o el encargado de anunciar este misterio


• 1° lector

Pidamos que Jesús rija nuestra vida diciendo con el Salmista:
Salmo 72(71) Señor: Confía tu juicio a tu Ungido para que rija a tu pueblo con justicia, a tus humildes con rectitud. Que Él defienda a los humildes de tu pueblo, socorra a los hijos del pobre. Que se postren ante Él los jefes de las naciones, que todos los pueblos le sirvan y le obedezcan, porque Él librará al pobre que clamaba, al afligido que no tenía protector.
El lector reza tres avemarías y Gloria al Padre, y al Hijo,….

2° MISTERIO LUMINOSO: LAS BODAS DE CANÁ.
• Organizador o el encargado de anunciar este misterio



• 1° lector

Refiriéndonos a Jesús Nuestro intermediario para llegar al Padre digamos con el salmo:
Salmo 73(74) Yo siempre estaré contigo. Tú tomas mi mano derecha, me guías según tus planes y me llevas a un destino glorioso. ¿No te tengo a ti en el cielo? y contigo ¿qué me importa la tierra? Se consumen mi corazón y mi carne por Jesús, mi herencia perpetua. Para mí lo bueno es estar junto a Jesús, hacer del Señor mi refugio y contar todas sus acciones
El lector reza tres avemarías pidiendo que se haga la voluntad del Padre, así en la tierra como en el cielo, y dice Gloria al Padre, y al Hijo,….

3° MISTERIO LUMINOSO: PREDICACIÓN DEL REINO.
• Organizador o el encargado de anunciar este misterio

Y les dio poder sobre los espíritus malos y les mandó que no llevasen nada para el viaje, fuera del bastón. Ni pan, ni provisiones, ni dinero (Marcos 6,8 y siguientes)
Jesús es cada vez más consciente de su pleno poder y reprocha con frecuencia la falta de fe de sus seguidores. Recordemos que con la presencia de Dios entre nosotros la angustia, la enfermedad, las necesidades materiales, y la misma muerte pueden ser asumidas en el poder de Aquel que tántas veces dijo a sus discípulos: No tengáis miedo (Lc5, 10; 12, 4 ,7). Estad alegres (Jn 16,20-24, 15,11)
Salmo 121: Levanto mis ojos a los montes. El auxilio me viene del Señor que hizo el cielo y la tierra. Tu guardián no duerme, no permitirá que tu pie resbale. El señor guarda tus entradas y tus salidas.
El lector reza el padrenuestro y el avemaría

• 1° lector

Salmo 68(67) Se levanta Dios, que se dispersen sus enemigos. Bendito el Señor que cada día lleva nuestras cargas. El Señor nos hace escapar de la muerte. Es quien da fuerza y poder a su pueblo.
El lector entona tres avemarías y Gloria al Padre

4° MISTERIO LUMINOSO: TRANSFIGURACIÓN EN EL TABOR.

• Organizador o el encargado de anunciar este misterio
Jesús se transfiguró y vieron a Elías y a Moisés que conversaban con Jesús. Los cubrió una nube y resonó una voz: Este es mi Hijo muy Amado. Escuchadle (Marcos 9,2 y siguientes)
Jesús en este episodio demuestra que Él domina la esfera terrena y la esfera sobrenatural. Habla con Moisés que había muerto y con Elías arrebatado a los cielos en carro de fuego. Con sus milagros se muestra Rey y Señor de este mundo y de los espíritus rebeldes que expulsa. Pero su poder va más allá al comunicarse con los que lo habían anunciado y habían sido su figura en el Antiguo Testamento. Por eso decimos jubilosos con el salmo 66:

• 1° lector
Salmo 66 (65) Que se postre ante ti la tierra entera. Venid a ver las obras de Dios sus temibles proezas. Alegrémonos con Dios que con poder gobierna eternamente Sus ojos vigilan a las naciones. Él nos ha conservado la vida y no dejó que cayéramos en el peligro.
El lector reza el padrenuestro y tres avemarías pidiendo que nuestra fe en Jesús sea cada vez más fuerte.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

5° MISTERIO LUMINOSO: LA INSTITUCIÓN DE LA EUCARISTÍA.

• Organizador o el encargado de anunciar este misterio

¿Seréis capaces de beber el cáliz que he de beber ? (Mateo 20,23)
Jesús llegado a plenitud, en plena identidad con el Padre, todo lo domina. En los evangelios, ante todo en el de San Juan, se nota tenso pero lleno de júbilo porque va a ser sometido a la máxima prueba. Sabe que sus discípulos no resistirán: heriré al Pastor y se dispersarán las ovejas (Mr 14,27). Pero volverán a Él. En una ceremonia sencilla y llena de significado nos invita a recibir plenamente su misterio: ¿Seréis capaces de beber el cáliz que he de beber? (Mt20, 23). El sacrificio que va a realizar se condensa en esta ceremonia tan simple. Como explica Juan Pablo II en la carta encíclica Ecclesia de Eucharistia 3, 5, 10, 11, 30, la celebración eucarística, no se puede confundir con una mera celebración de la palabra. Sólo se entiende dentro del Triduo Pascual: Cena del jueves, Crucifixión el viernes y Resurrección al amanecer del sábado, Sacrificio pleno de Cristo que se repite y está en manos de los sacerdotes y su Iglesia y en el cual Jesús prolongando su sacrificio presenta continuamente al Padre los dolores, angustias de la Iglesia Itinerante o sea de los que cada día toman su cruz y completan en sí lo que falta a las tribulaciones de Cristo (Col 2,4). Cuando Jesús invita a comulgar con Él, nos invita a su sacrificio y a la fe profunda que nuestra muerte diaria está unida a la del que venció la muerte en La Cruz, signo inconfundible del Cristianismo en el que toma pleno sentido el dolor y la muerte por la que debemos pasar junto con Jesús. Digamos con el salmista:

• 1° lector

Salmo 30 (29): Yo te ensalzo, Padre, porque me has levantado, tú has sacado mi alma del seol, me has recobrado de entre los que bajan a la fosa. No permitiste que los enemigos se burlaran de mí
El lector reza el Padrenuestro y el avemaría

• 2° lector

Recordemos el sacrificio de Jesús descrito en el solemne salmo 89 (88), 39ss. Mas con todo has rechazado y despreciado a tu Ungido, rompiste la alianza con tu Siervo, has abreviado los días de su juventud y le has cubierto de ignominia. ¿Hasta cuándo Yahvé te esconderás? ¿Dónde están tus primeros amores que juraste a David por tu fidelidad? Llevo en mi seno todos los ultrajes de los pueblos. Bendito sea Yahvé por siempre. Amén. Amén.
El lector reza tres avemarías y Gloria al Padre, y pide que sin temor a ninguna prueba sigamos al Maestro tomando su cáliz con alegría y venciendo la muerte como Él.
Oremos por los más angustiados: Oh Jesús, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo a las almas ante todo a las más necesitadas de tu divina misericordia
Pidiendo por los peregrinos y el Papa, recemos La Salve

MISTERIOS DOLOROSOS

Se rezan los martes y viernes
Salmos que recomendamos para meditar los misterios dolorosos: el 28 (27), 38 (37), 31 (30), 22(21), 69 (68).
Los sentimientos que Jesús tuvo en los momentos de su máxima prueba, están expresados en muchos salmos. La Virgen Madre y Jesús conocían perfectamente los salmos, himnos antiquísimos que El Divino Espíritu regaló al pueblo para que expresara sus sentimientos delante de Dios según fueran las vicisitudes diarias. Vamos a meditar los misterios dolorosos apoyados con las palabras de algunos salmos que expresan lo que estaba Jesús viviendo en ese momento

• Organizador

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Los Misterios que vamos a meditar son los dolorosos. Pero primero profesemos nuestra fe : Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra….etc.

1° MISTERIO DOLOROSO: LA AGONÍA EN EL HUERTO.
• Organizador o el encargado de anunciar este misterio

Y sumido en angustia, insistía más en su oración. Su sudor se hizo como gotas espesas de sangre que caían en tierra. Levantándose de la oración vino donde sus discípulos y los encontró dormidos por la tristeza. Les dijo: ¿Cómo es que estáis dormidos? Levantaos y orad para que no caigáis en tentación (Lucas 22, 44-47)
Jesús junto a tu angustia colocamos, la angustia de los que sufren la guerra, la drogadicción, el desempleo, la soledad, el sin sentido de la vida, los encadenados por un vicio, las madres que sufren por sus hijos y unidos a tu plegaria, decimos con el salmo 69, 2:
Dios mío, sálvame que me llega el agua al cuello y me estoy hundiendo en un cieno profundo y no puedo hacer pie.
El lector reza el padre nuestro y el avemaría

• 1° lector

Salmo 69, 4: Estoy agotado de gritar y se me nublan los ojos de tánto aguardar a mi Dios
El lector reza el avemaría.

• 2° lector

Pidamos fortaleza para aquellos que están siendo probados y que en estos momentos estén participando de las angustias de nuestro hermano Jesús: decimos con el salmo 69, 6:
Dios mío, Tú conoces mi debilidad, no se te ocultan los hechos de mi vida, que por mi causa no queden defraudados los que esperan en Ti. Yo soy un pobre mal herido, respóndeme con la bondad de tu gracia.
El lector reza el avemaría

• 3° lector

Oigamos estas hermosas palabras de triunfo con que acaba el mismo salmo 69,31-37 dando gracias a Dios por aquellos que superan sus pruebas:
Alabaré el nombre de Dios con cantos pues el Señor escucha a sus pobres. Alábenlo el cielo y la tierra las aguas y cuanto bulle en ellas.
Cantar el avemaría y al final se dice:
Por la angustia de Jesús y la fuerza con que la superó: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amen.
Oremos por los más angustiados: Oh Jesús, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo a las almas ante todo a las más necesitadas de tu divina misericordia

2° MISTERIO: LA FLAGELACIÓN.

• Organizador o el encargado de anunciar este misterio

Tomó entonces Pilatos a Jesús y mandó a azotarle (Juan 19,1)
En el salmo 35,11ss el Divino Espíritu nos enseña a orar en momentos como los que Jesús está pasando en su flagelación:
Testigos falsos se levantan. Me hacen preguntas de lo que nada sé. Se me paga mal por bien. Mi alma está desolada. Ellos se ríen, se reúnen contra mí, desgarran sin descanso. Burla tras burla, rechinando sus dientes contra mí. Oh Señor: ¿hasta cuándo te quedarás mirando? Señor, no te estés mudo, no te estés lejos de mí. Despiértate, levántate a mi juicio.
Señor: regálanos tu silencio, tu paciencia, tu perdón cuando nos encontremos burlados como tú. Regálanos esos hermosos sentimientos que dirigías a tu Padre, cuando nos sintamos aporreados por la vida.
El lector reza el padre nuestro y el avemaría

• 1° lector

Salmo 59, 2, 3: Líbrame de mis enemigos, Dios mío, de mis agresores protégeme, líbrame de los agentes del mal, de los hombres sanguinarios sálvame
El lector reza el avemaría

• 2° lector

Salmo 62, 2, 5, 11: En Dios sólo el descanso de mi alma, de él viene mi salvación. Hasta cuándo atacaréis a un solo hombre. Doblez sólo proyectan. Su placer es seducir. Con mentira en la boca bendicen, y por dentro maldicen. En Dios solo descansa alma mía. No os fiéis de la opresión, no os ilusionéis con la rapiña, no apeguéis el corazón a las riquezas cuando aumenten que de Dios es la fuerza y suyo el amor.
El lector canta el avemaría y reza Gloria al Padre. Oremos por los más angustiados: Oh Jesús, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo a las almas ante todo a las más necesitadas de tu divina misericordia

3° MISTERIO DOLOROSO: LA CORONACIÓN.

• Organizador o el encargado de anunciar este misterio


• 1° lector
Padre junto a tu Hijo coronado de espinas y vestido con túnica de burla colocamos a todos los destrozados por la envidia del Maligno: los locos que deambulan por la calle, los limitados, los enfermos, nuestros ancianos, y todos los rostros de los que ansiosos buscamos tu rostro. No de mala gana, Padre, recibamos el dolor, sino con el espíritu manso y de perdón que tienen en este instante tu Hijo y la Madre para que al vernos y servirnos podamos alentarnos con las divinas palabras expresadas en tu salmo 2,6: Ya tengo consagrado a mi Rey en el monte santo, y le digo: tú eres mi Hijo, hoy te he engendrado.
Cantar un avemaría y rezar Gloria. Oremos por los más angustiados: Oh Jesús, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo a las almas ante todo a las más necesitadas de tu divina misericordia

4° MISTERIO DOLOROSO: TOMA LA CRUZ A CUESTAS

• Organizador o el encargado de anunciar este misterio

Si quiere seguirme: Tome su cruz cada día y sígame (Lucas 9,23) Y llevando Él mismo su cruz a cuestas fue caminando hacia el sitio llamado el Calvario. (Juan 19,17)
En el camino diario de la vida decimos con el salmo 142, 2 ss: A Yahvé mi clamor imploro, ante Él derramo mi lamento y expongo mi angustia: Tú conoces mi sendero, el camino por donde voy lleno de lazos. Nadie me conoce, nadie que cuide mi alma. A Ti clamo y te digo: Eres mi refugio, mi porción entre los vivos. Atiende mi clamor porque estoy abatido, saca mi alma de la cárcel te daré gracias y todos los justos se alegrarán por tu favor para conmigo
El lector reza el padrenuestro y el avemaría

• 1° lector

Digamos con todos los que están siendo probados las palabras del salmo 3,2-4: Padre, cuán numerosos son mis adversarios, cuántos los que dicen: No hay salvación para Él en Dios. Pero, Tú, mi Dios, me ciñes, realzas mi cabeza. El lector reza el avemaría

• 2° lector

Acompañemos con el salmo 143,7 ss a aquellos cuya cruz se les vuelve muy pesada: Respóndeme pronto Yahvé que el aliento me falta, no me escondas tu rostro pues estoy bajando a la fosa. Haz que sienta tu amor en la mañana, dame a conocer el camino a seguir, a ti acudo para que me enseñes porque tú eres mi Dios. Tu divino Espíritu me guíe y en ti me darás vida, por tu justicia sacarás mi alma de la angustia y por tu amor aniquilarás a los enemigos de mi alma. Yo soy tu servidor.
El lector reza el avemaría

• 3° lector

Vamos a cantar la última avemaría con júbilo por aquellos que como Jesús llevan su cruz y animan a los demás a llevarla como lo hizo Él : Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad por vosotras pues si así se trata a la leña verde,¿ cómo será con la seca ? (Lc23,28 y siguientes)
Cantar el avemaría y rezar Gloria al Padre Oremos por los más angustiados: Oh Jesús, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo a las almas ante todo a las más necesitadas de tu divina misericordia

5° MISTERIO DOLOROSO: LA CRUCIFIXIÓN.

• Organizador o el encargado de anunciar este misterio
Los hermosos salmos 22, 31 y 69 los oró Cristo y su santa Madre en la cruz de una manera viva, o sea con hechos y sentimientos. En ellos se manifiesta una profunda angustia, y al mismo tiempo una fe inconmovible, perdón y comprensión plena. Oremos este hermoso salmo 22 que comienza con las palabras de Cristo: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? en que se revela la lejanía de Dios del mundo a causa del pecado.
Con Jesús y con todos aquellos que están pasando momentos muy difíciles, decimos estas palabras del salmo 22: Padre, ¿por qué nos has desamparado? De día clamamos y no nos respondes, y en la noche solo silencio. Somos como gusanos y no como hombres. Somos burla y mofa y nos dicen: Confían en Dios, que Dios los salve. Pero nosotros acudimos a Ti, pues Tú nos sacaste del vientre materno, nos confiaste a los pechos de nuestras madres. Desde el vientre de nuestras madres eres nuestro Dios. No andes por lo tanto lejos de nosotros que la angustia nos cerca. Te alabaremos porque no has desdeñado nuestra miseria, has oído nuestro clamor y nuestra alma vivirá para Ti.
El lector rezar el padrenuestro y el avemaría

• 1° lector
Otro salmo hermosísimo y lleno de confianza que Cristo oró en forma viva en la cruz, es el salmo 31 en donde se encuentran sus palabras: Padre, en tus manos encomiendo mi Espíritu.
Vamos pues a orar con el salmo 31: En ti Yahvé me cobijo, no sea confundido jamás, sé para mí roca de refugio. En tus manos encomiendo mi espíritu, pues tú me rescatas. Tú que has conocido mi miseria, y has conocido la angustia de mi alma. Tenme piedad pues sufro angustia, sucumbe mi vigor y soy espanto para mis familiares
El lector reza el avemaría

• 2° lector
En este momento supremo de tu angustia decimos con el salmo 31 (30), 15, 16: Pero yo confío en ti Yahvé y digo: Tú eres mi Dios. Está en tus manos mi destino. Haz que alumbre tu rostro a tu siervo, sálvame por tu amor. Qué grande es tu bondad
El lector reza el avemaría

• 3° lector

Vamos a cantar la última avemaría después de leer el triunfo de Jesús en su prueba más dolorosa según lo narra el salmo 30 (29), 2-6:
Yo te ensalzo, Padre porque me has levantado, Tú has sacado mi alma del Seol, me has recobrado de entre los que bajan a la fosa. No permitiste que los enemigos se burlaran de mí pues clamé a ti y me sanaste. De un instante es tu cólera, de toda una vida tu favor. Salmodiad a Yahvé los que le amáis.
Cantar el avemaría y rezar Gloria Oremos por los más angustiados: Oh Jesús, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo a las almas ante todo a las más necesitadas de tu divina misericordia
Por el Papa y la iglesia peregrina recemos La Salve

MISTERIOS GLORIOSOS

Se rezan los domingos y miércoles

• Organizador

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Los Misterios que vamos a meditar son los gloriosos. Pero primero profesemos nuestra fe : Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra….etc.

1° MISTERIO GLORIOSO: LA RESURRECCIÓN

• Organizador o el encargado de anunciar este misterio

Vio a Jesús y no lo reconoció y creyendo que era el jardinero, le dijo : Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo iré por él. Jesús la llamó: María. Ella lo reconoció y exclamó en arameo: Rabbuni, esto es: Maestro. Jesús le indicó: déjame por ahora, ya que aún no he subido al Padre. Vete mas bien a llevar este mensaje a mis hermanos: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios. (Juan 20, 14 y siguientes)
Con Cristo triunfante de la muerte y el salmo 30 (29), decimos: Yo te ensalzo, Padre, porque me has levantado, tú has sacado mi alma del seol, me has recobrado de entre los que bajan a la fosa. No permitiste que los enemigos se burlaran de mí pues clamé a ti y me sanaste. Yo en mi paz decía: No vacilaré pero retiraste tu rostro y quedé conturbado. De un instante es tu cólera, de toda una vida tu favor. Salmodiad a Yahvé los que le amáis.
El lector reza un Padre nuestro y tres avemarías

• 1° lector

Con la fe que participaremos de este Cristo que entregamos a la iglesia triunfante, repetimos con tu salmo 18 (17), 2-7 lo que vivieron Jesús y su madre cuando eran peregrinos como nosotros:
Yo te amo Yahvé mi fortaleza, mi roca, mi baluarte que me has salvado de la violencia. Mi escudo, mi cuerno de salvación, mi altura inexpugnable, mi refugio. Invoco tu nombre y quedo a salvo de mis enemigos. Las olas de la muerte me envolvían, los lazos del seol me rodeaban, delante de mí había trampas de muerte. Clamé a Yahvé en mi angustia y escuchó mi voz desde su templo. La tierra fue sacudida y vaciló. Retemblaron las bases de los montes
Cantar exultantes el avemaría y luego decir:
Por los misterios que acabamos de meditar y las divinas palabras que lo contienen digamos: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en un principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amen

2° MISTERIO GLORIOSO: LA ASCENSIÓN.
• Organizador o el encargado de anunciar este misterio

Los once discípulos se encaminaron a Galilea, a la montaña que Jesús les había señalado, y allí al verlo, lo adoraron. Pero algunos dudaron: Jesús entonces declaró a sus discípulos: Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id pues a hacer discípulos míos a todos los pueblos. Bautizadlos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo y enseñadles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo (Mateo 28,16 y siguientes)
Para celebrar tu ascensión a los cielos decimos con el salmo 24 (23)
¿Quién subirá al monte de Yahvé? ¿Quién podrá estar en su recinto santo? El de manos inocentes y puro corazón. El que a la vanidad no lleva su alma, ni con engaño jura. Puertas levantad vuestros dinteles, alzaos puertas eternas para que entre el Rey de la gloria. ¿Quién es el rey de la gloria?, Yahvé, el fuerte, el valiente, Yahvé, valiente en la batalla. Puertas levantad vuestros dinteles, alzaos puertas eternas.
El lector entona el Padrenuestro y el avemaría

• 1° lector

Como iglesia peregrina que sólo en fe conocemos tu triunfo, exultamos junto a ti con las maravillas que proclama el salmo 19:
Los cielos cuentan la gloria de Dios, el firmamento proclama su grandeza. El día al día comunica su mensaje, la noche a la noche transmite su noticia. Por toda la tierra se adivinan sus rasgos. En el mar construyó una tienda para el sol y sale como un atleta a correr su carrera, jubiloso como esposo recién levantado de su cama. Sean gratos ante ti el susurro de mis palabras y el latir sin tregua de mi corazón
El lector reza el avemaría

• 2° lector
Cristo que entras ante el Padre, nosotros los peregrinos queremos que lleves ante toda la iglesia triunfante, lo que tú orabas cuando eras peregrino tal como aparece en el salmo 9 y 10, 2-18:
Te doy gracias Yahvé de todo corazón. Cantaré tus maravillas, quiero alegrarme y exultar en ti. Mis enemigos retroceden, perecen delante de tu rostro. Has borrado su nombre para siempre. Pero Yahvé se sienta para siempre, es refugio para el oprimido, ciudad fortificada en tiempos de angustia. En Ti confíen los que saben tu nombre, pues Tú, Yahvé, no abandonas a los que te buscan. Ten piedad de mí, mira mi aflicción. Tú eres el que me recobras de las puertas de la muerte para que yo cuente gozoso tu salvación. Van los impíos al seol, los que se olvidan de Dios a la muerte. Pero el pobre no quedará olvidado, nunca perderá la esperanza, el desdichado.
Cantar exultantes el avemaría y decir Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en un principio…

3° MISTERIO GLORIOSO: LA VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO.

• Organizador o el encargado de anunciar este misterio


• 1° lector

Ven creador Espíritu de los tuyos la mente a visitar, a encender en tu amor los corazones que de la nada te gustó crear. Dios te salve María etc.
Tú, promesa magnífica del Padre que el torpe labio vienes a soltar, con tu luz ilumina los sentidos, los afectos inflama con tu amor. Dios te salve María etc.
Con tu fuerza invencible fortifica la corpórea flaqueza y corrupción. Dios te salve María etc.
Lejos expulsa al pérfido enemigo. Danos pronto tu paz. Dios te salve María etc.
• 2° lector
Siendo Tú nuestro guía toda culpa logremos evitar. Dios te salve María etc.
Dénos tu influjo conocer al Padre. Dénos también al Hijo conocer y en Ti, del Uno y Otro, Santo Espíritu creer. Dios te salve María etc.
Lava todo lo manchado, riega lo que es árido, sana lo que sufrió golpe mortal, doblega lo que es rígido, calienta lo que es gélido, lo descarriado ven a gobernar. Dios te salve María etc. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en un principio etc.

4° MISTERIO GLORIOSO: LA ASUNCIÓN.

• Organizador o el encargado de anunciar este misterio

¿Quién es Ésta que va subiendo cual aurora naciente, bella como la luna, brillante como el sol, terrible como un ejército formado en batalla ? (Cantar de los Cantares 6, 10 y siguientes)
Virgen madre con el salmo 45, 11 ss decimos:
Hija, mira y a mí tu oído inclina, deja el amor de tu padre y nación, que el Rey está prendado de tu esplendor. Él es tu dueño, pon tu alma en sus manos que los pueblos vendrán con dones soberanos y los poderosos esperan de ti su favor. La Hija del rey va radiante de gloria, recamada de oro y entre brocados es llevada al Rey. Tras ella va un coro de vírgenes doncellas, danzando alegres, primorosas y bellas. Los pueblos todos honrarán tu historia.
El lector reza el padrenuestro y el avemaría

• 1° lector

Con el salmo 18, 21-28 digamos: Yahvé me recompensa conforme a mi justicia, me paga conforme a la pureza de mis manos, porque he guardado sus caminos, he sido ante Él irreprochable. Yahvé es piadoso con el piadoso, intachable con el que no tiene tacha, con el puro es puro y con el ladino es sagaz. Yahvé salva al humilde y abate a los altaneros. Virgen Madre, alégranos junto a ti.
El lector reza el avemaría

• 2° lector

Virgen madre que entras a la gloria decimos con el salmo 16, 5 ss:
Yahvé la parte de mi herencia, me asignas un recinto de delicias, mi heredad es primorosa para mí. Por eso se me alegra el corazón, mis entrañas retozan, y hasta mi carne en seguro descansa, pues no has de abandonar mi alma al seol, ni dejarás a tu amigo ver la fosa. Me enseñarás el camino de la vida, hartura de goces delante de tu rostro, a tu derecha delicias para siempre.
Cantar jubilosos un avemaría y luego decir:
Llenos de gozo por tu alegría decimos al que te colmó de bienes:
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en un principio etc.

5° MISTERIO GLORIOSO: LA CORONACIÓN DE MARÍA COMO REINA DE LO CREADO.

• Organizador o el encargado de anunciar este misterio

Un gran portento apareció en el cielo: Una mujer, cubierta por el sol, apoyadas sus plantas en la luna, coronada su sien con doce estrellas… dio a luz un varón… y a la mujer le fueron concedidas dos alas de águila potente para emprender el vuelo a su refugio en el desierto. (Apocalipsis 12, 1 – 5, y 14).
Contigo Virgen Madre, después del Cristo, la más sencilla, la de ojos claros y limpios como los del Niño que tuviste en los brazos, la desapercibida, la obediente como el Hijo, la casta sin concupiscencias, la del perdón y la angustia como el Cristo postrado, la del amor y comprensión a toda criatura con generosidad sin límites junto a tu Hijo en la cruz, te proclamamos reina y decimos con el hermoso salmo 103 que con frecuencia orabas:
Bendice, alma mía, al Señor, no olvides sus muchos beneficios. El perdona todas tus culpas, cura tus dolencias, rescata tu vida de la fosa. Te colma de amor y ternura. Otorga el derecho a los oprimidos, señaló el camino a Moisés, es tardo a la cólera y lleno de amor. No guarda rencor, aleja de nosotros nuestras rebeldías. Es tierno como un padre con sus hijos y sabe de qué estamos plasmados, se acuerda que somos polvo. El hombre pasa como flor del campo, como un soplo ya no existe. Pero el amor de Dios es de siempre y para siempre para los que le temen. Bendigamos a Dios en todas sus obras y en todos los lugares.
El lector reza el Padre nuestro y el avemaría

• 1° lector

Desde siempre reina porque estabas junto al Rey y le decías entregada con el salmo 23:
Eres mi Pastor, nada me falta, me apacientas con frescura y reposo en tu agua fresca. Me guías con justicia y no me dejas caer por amor a tu nombre. Aunque caminé por valle tenebroso, nunca tuve miedo pues Tú estabas junto a mí
El lector reza el avemaría

• 2° lector
Con el salmo 48 (47), 12 ss decimos:
El monte Sion se regocija, exultan las hijas de Judá a causa de tus juicios. Andad por Sion, corred en torno de ella, enumerad sus torres, recorred sus palacios para contar a la edad venidera que así es Dios, nuestro Dios por los siglos de los siglos, Áquel que nos conduce.
Cantar el avemaría con júbilo
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en un principio….
Pidiendo por el Papa y por toda la iglesia peregrinante recemos la salve…..

Este Rosario nació en la Parroquia de San Juan Bautista de la Salle (Barrio Country Sur, Bogotá, Colombia).
Fuente:  http://www.elrosarioylossalmos.net/


Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Yo pediré al Padre que os dé otro Abogado para que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la Verdad que el mundo no puede recibir, porque ni lo ve, ni lo conoce. Vosotros sí lo conocéis porque se queda con vosotros y en vosotros morará. No os dejo huérfanos. (Juan 14, 15 y siguientes)
Divino Espíritu, reconocemos que Tú eres el que alienta toda vida y te manifiestas de múltiples maneras en la creación. Reconociéndote en nuestras manos, en nuestro latir, en nuestra voz, en la fuerza de nuestros brazos, exultamos sin temor con todas las maravillas que proclama tu salmo 29.
El Dios de la gloria truena, es Yahvé sobre las inmensas aguas. Voz de Yahvé con fuerza. Es Yahvé que desgaja los cedros. Voz de Yahvé que afila llamaradas. Voz de Yahvé que sacude desiertos que estremece encinas. Yahvé da el poder a su pueblo, bendice a su pueblo con la paz
El lector reza el padrenuestro y el avemaría
Y desnudándole le cubrieron con un manto de grana. Entretejieron una corona de espinas. Se la pusieron sobre la cabeza y una caña por cetro en su mano derecha. Y con la rodilla doblada en tierra, le escarnecían diciendo: Dios te salve Rey de los judíos. (Mateo 27,28)
Al ver al Cristo en esta hermosa figura, tan deplorable, vestido de loco, nuestro hermoso Dios humilde, manso, humillado podemos decir con el salmo 44, 12ss:
Como ovejas de matadero nos entregas, nos haces objeto de burla, gritos de insulto y de blasfemia, odio y venganza. Nos llegó todo esto sin haberte olvidado, nos cubres con la sombra de la muerte sin haber traicionado tu alianza. ¿Es que no te das cuenta Padre de nuestra situación? Por Ti se nos mata cada día, se nos trata como ovejas de matadero. Despierta ya. ¿Por qué duermes? ¿Por qué ocultas tu rostro? Nuestra alma está hundida en el polvo. Rescátanos por tu amor.
El lector reza el padrenuestro y el avemaría
Y como faltara el vino, le dice su Madre: No tienen vino. Jesús le responde: Qué tengo que ver contigo. Mi hora no ha llegado. La Madre indicó a los que servían: Haced lo que Él os diga. (Jn 2,5)
Este pasaje nos manifiesta que aunque todo está escrito y Ni una jota de lo escrito dejará de cumplirse (Mt5, 18), podemos precipitar la llegada del Reino a nosotros, así como María precipitó la hora de Jesús, y como lo dice Pedro en su segunda carta: Esperad y apresurad el día de la Venida del Señor, viviendo en paz y siendo inmaculados e irreprochables (2P3, 12,14).
Reconozcamos a Jesús de tal forma que en nosotros se precipite su plena manifestación.
El lector reza el padrenuestro y el avemaría
Y desde el cielo resonó esta voz: Este es mi Hijo, muy Amado. Escuchadle. (Lucas 3,20)
A medida que rezamos el padrenuestro y el avemaría, reconozcamos a Jesús como el anunciado por las Escrituras prefigurado por David según estas palabras del Salmo 89.
Salmo 89 (88), 21 y siguientes: He ungido con óleo santo a mi siervo David. Mi mano será firme para él, también mi brazo le hará fuerte. No le ha de sorprender el enemigo, el hijo de iniquidad no le oprimirá. Yo aplastaré sus adversarios ante él. Heriré a los que le odian. Mi lealtad y mi amor irán con él, por mi nombre se exultará su cuerno, pondré su mano sobre el mar, sobre los ríos sus derecha. Él me invocará: Tú, mi Padre y yo haré de Él mi primogénito.
El lector reza el padrenuestro y el avemaría

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