Informe Especial:
La Virgen María en otras religiones
La Virgen María en el Islam
María (o Mariam como ellos le llaman) es un punto de encuentro en el diálogo con los musulmanes, ya que ellos honran a María como la madre de Jesús (un gran profeta), reconocen su Inmaculada Concepción, su virginidad antes, durante y después del parto y la veneran con devoción.
Pero lo más sorprendente es la vinculación que existe entre los musulmanes y la aparición de Fátima, que posiblemente sea la puerta para la conversión.
En siete capítulos (suras) distintos del Corán (el texto sagrado de los mahometanos) se hace alusión a María, así por ejemplo en la capítulo 19, que lleva el título María, queda de manifiesto su virginidad en la maternidad y en el 66, con el titulo de prohibición, Mahoma la propone como ejemplo de vida para sus esposas y para todas las mujeres de los creyentes. En el último versículo, el 12 de capítulo 66, el Corán dice:
« ¿Queréis que yo os dé un ejemplo de fiel a seguir, válido para todos los creyentes del mundo?».
Allí se propone como ejemplo a María.
Esto quiere decir: tener esperanza, tener un modelo a seguir, tener una mujer tan pura a la que mirar para ir adelante, una mujer que tenía plena confianza en Dios. Ella es el ejemplo de la confianza, confianza total en el Absoluto, en el Dios que es la suma perfección y belleza.
El puesto, por consiguiente, de María en el Islam es muy elevado y el P. Perbal, advertía a este propósito: “Mientras que los judíos calumniaban a la mujer de su nación, a la hija de sus reyes, el Islamismo la defendía y la defiende, la glorifica siempre. Para ellos, Mariam es la Madre virgen e Inmaculada del profeta sublime, Jesús, el más santo de los profetas; para ellos es una “oualiya”, es decir, una santa elevada por el Señor a la más alta santidad, de forma que es la favorecida con la “isma”, es decir, con la plenitud de la perfección, y de esta manera está como superior a todas las mujeres”
SOBRE EL ISLAM
El Islam es la única gran religión pos-cristiana en el mundo.
Como tuvo su comienzo con Mahoma en el siglo VII, pudo reunir ciertos elementos del cristianismo y del judaísmo, junto a otras costumbres de Arabia.
El Islam adopta la doctrina de la unidad de Dios, Su Majestad y Su Poder Creativo, donde Jesús no es Dios sino un Profeta.
El Occidente Europeo cristiano, apenas escapó la destrucción a manos de los musulmanes.
Una vez fueron detenidos cerca de Tours, y otra vez, un tiempo después, a las puertas de Viena.
La Iglesia de todo el norte de África fue prácticamente destruida por el poder musulmán.
En el presente los musulmanes comienzan a levantarse de nuevo.
Si el Islam es una herejía, tal y como lo cree Hilaire Belloc, entonces sería la única herejía que nunca disminuyó. Otras han tenido su momento de vigor para luego más tarde entrar en un decaimiento doctrinal al morir su líder, y finalmente evaporarse en un vago movimiento social. El mahometanismo, por el contrario, solo ha experimentado su primera fase. Nunca hubo tiempo en que disminuyera, ni es su números ni en la devoción de sus fieles.
QUÉ DICE EL CORÁN SOBRE MARÍA
El Corán, que es la Biblia de los Musulmanes, contiene muchos pasajes concernientes a La Santísima Virgen. Primero, el Corán cree en Su Inmaculada Concepción, también en su parto virginal. El Tercer capítulo del Corán coloca la historia de la familia de María en una genealogía que se remonta a Abraham, Noé y Adán. Cuando se comparan los relatos del Corán y del evangelio apócrifo sobre el nacimiento de María, somos tentados a creer que Mahoma dependía mucho de este último. Los dos libros describen la avanzada edad y esterilidad de la madre de María. Cuando, a pesar de todo, concibe, la madre de María proclama, según el Corán: “Oh Señor, te ofrezco y consagro a ti lo que ya está en mi. Acéptalo de mí”.
Cuando nace María su madre exclama: “¡y yo te la consagro con toda su descendencia bajo tu protección, Oh Dios, contra Satanás!”.
“Oh Mariam, Dios te ha escogido, te ha hecho pura y te ha elegido antes que a todas las mujeres de todos los mundos”. Un “hadit”, es decir, un texto de la tradición, proclama también que María es Inmaculada: “Todo hijo de Adán, apenas nacido, es tocado por Satanás, con excepción del Hijo de María y de su Madre”
El Corán pasa por alto a José en la vida de María, pero la tradición musulmana conoce su nombre y tiene algo de familiaridad con él. En esta tradición José habla con María, quien es virgen. Al preguntarle como fue que ella concibió a Jesús sin padre, María le contesta: “¿No sabes tú que Dios, cuando creó el trigo no necesitó semilla, y que Dios, por Su poder, hizo crecer los árboles sin ayuda de la lluvia? Todo lo que Dios hizo fue decir “Hágase”, y se hizo”.
En el tercer capítulo, de los versículos 34 en adelante, el Corán habla de la pureza total de maría.
En un versículo, a propósito de María, se habla de libertad. La mujer de Imran, que es la madre de María, reza a Dios diciendo: «Dios, yo te dedico aquella que tengo en el seno y la dedico para que sea libre, libre en absoluto».
Esta palabra se usa sólo una vez en el Corán y sólo para María. Esta libertad es una libertad absoluta de todo aquello que puede ser visto como pecado, como un mal, como un fallo, como una debilidad. María es pura de todo esto. Y luego viene la afirmación de Dios: «Yo lo acepto».
El Corán también contiene versos sobre La Anunciación, la Visitación y el Nacimiento. Contiene pinturas de Ángeles acompañando a La Santa Madre y diciendo: “Oh María, Dios te escogió y purificó, y te eligió sobre todas las mujeres de la tierra”.
En el décimo-noveno capítulo del Corán, existen 41 versos sobre Jesús y María.
Hay tal defensa a la virginidad de María aquí, que el Corán, en su cuarto libro, atribuye la condenación de los judíos a la monstruosa calumnia de ellos contra la Virgen María.
María es el único nombre propio femenino mencionado en el Corán y aparece 34 veces, de las cuales 24 relacionado con Jesús.
INMACULADA CONCEPCIÓN
Según el Corán, la concepción de María fue la más pura y santa “Y cuando los ángeles dijeron; ¡María! Alá te ha escogido y purificado. Te ha escogido entre las mujeres del universo”.
Cuando la mujer de Imran supo que tendría un hijo hizo un voto a Dios: “Te ofrezco un voto, a Tu exclusivo servicio, lo que hay en mi seno. ¡Acéptamelo! Tú eres Quien todo lo oye, Quien todo lo sabe”.
“Y cuando dio luz una hija dijo: Le he puesto por nombre María y la pongo bajo Tu protección contra el maldito demonio, y también a su descendencia”.
De ésta forma no le fue posible a Satanás tocarla, un hadith (tradición) atribuido al mismo profeta dice: “Todo hijo de Adán, es tocado por un demonio en el momento mismo de nacer. La criatura así tocada emite un grito. Solamente María y su hijo hicieron excepción de esta regla”.
Se puede ver en esta preservación especial de parte de Dios una alusión al dogma cristiano de la Inmaculada Concepción. De este modo, mientras que todos, sin excluir los mismos profetas y sus madres, nacen manchados con el pecado original heredado del primer padre, tanto el Corán como los exegetas y toda la tradición musulmana atestiguan unánimemente que el Ala preservó de él a María y a su hijo.
VIRGINIDAD DE MARÍA
El Corán nos trasmite detalladamente en dos textos el relato de la Anunciación del ángel a la Virgen María, en los capítulos 3 y 19 y también se extiende en el relato del nacimiento de Cristo en varios versículos de distintos capítulos, encontramos por ejemplo: “Y a la que conservo su virginidad. Infundimos en ella nuestro Espíritu e hicimos de ella y de su hijo signo para todo el mundo”, “Y a María, hija de Imran, que conservo su virginidad y en la que infundimos de nuestro Espíritu…”.
La anunciación la sitúan en Jerusalén y no en Nazaret como queda atestiguado por el evangelio de Lucas. Al presentársele el ángel a María le anuncia que él es el enviado para darle un hijo puro, zakia, es la palabra en árabe que aparece para designar la pureza de su hijo, es decir, exento de culpa, que crece en el bien y en la santidad. Ella pregunta como sucedería eso si ella no es una mujer de mala vida, el ángel la tranquiliza diciéndole que para Ala no es imposible. Los exegetas del Corán hablan de una abertura en el vestido de la Virgen por la cual el ángel soplo.
Los musulmanes reconocen en toda este capítulo (19) un signo evidente de que ella conservo su virginidad antes, durante y después del parto, llamando infiel o impío aquel que se atreva a ponerlo en duda:
“y son impíos por haber dicho contra María una calumnia monstruosa”.
La expresión “ibn Mariam” (hijo de Maria) que aparece varias veces en el Corán, también pone de manifiesto que no nació Jesús con intervención de ningún hombre, ya que existía la costumbre y aun hoy es conservada de emparentar al hijo con el padre y no con la madre. Al establecer esta relación de Jesús con su madre, refuerza la creencia en la virginidad de María.
EL SIGNIFICADO DE FÁTIMA
María es para los musulmanes la verdadera Sayyida o Señora.
El único posible serio rival en su credo sería la hija del mismo Mahoma, cuyo nombre es Fátima. Pero después de la muerte de Fátima, Mahoma escribió:
“Tú serás la mas bendita entre todas las mujeres del paraíso, después de María”.
En una variante del texto, Fátima dice:
“Sobrepasó a toda mujer excepto a María”.
Esto nos lleva al punto:
¿Por qué la Santa Madre, en el siglo XX, se reveló en la pequeña aldea de Fátima, para que todas las futuras generaciones la conocieran como “Nuestra Señora de Fátima”?.
Ya que nada sucede desde el cielo si no es con la mayor fineza de detalle. Creo que la Santísima Virgen escogió ser conocida como “Nuestra Señora de Fátima”, como promesa y signo de esperanza para el pueblo musulmán, y como asegurándoles que ellos, que le manifiestan tanto respeto, un día aceptarán también a su Divino Hijo.
Evidencia para respaldar estas opiniones se encuentra en el hecho histórico de que los musulmanes ocuparon Portugal durante siglos. Cuando al fin los echaron fuera, el último jefe musulmán tenía una hermosa hija llamada Fátima. Un joven católico se enamoró de ella y por él, ella no solo se quedó cuando se retiraron los musulmanes, sino que también abrazó la Fe. El joven esposo estaba tan enamorado de ella que le cambió el nombre al pueblo donde vivía por el de Fátima. Por lo tanto, el lugar donde la Virgen apareció en 1917 tiene una conexión histórica con Fátima, la hija de Mahoma y con la conversión de los musulmanes.
La última prueba de la relación de Fátima y los musulmanes es la entusiasta recepción que los musulmanes en África, la India y otros lugares le dieron a la estatua peregrina de Nuestra Señora de Fátima. Los musulmanes asistieron a servicios de la Iglesia en honor a Nuestra Señora y permitieron procesiones religiosas, y hasta oraciones frente a sus Mezquitas. En Mozambique, los musulmanes que no se convirtieron comenzaron a ser cristianos después que la imagen de Nuestra Señora de Fátima fue erigida.
Fuentes: Enciclopedia Mariana Theotocos, www.conocereisdeverdad.org, Arzobispo Fulton J. Sheen, www.corazones.org, Hna. María de Roncesvalles, teóloga musulmana Sherazade Hushmand
La Virgen María y la Tradición Ortodoxa
Las Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa, está compuesta por iglesias que actúan independientemente pero se encuentran en comunión entre sí; son las herederas del primer cristianismo de oriente (del Imperio Bizantino) y hoy reside allí el grueso de sus fieles.
Practican una veneración y honra especial a María, como la Madre de Dios, al punto que sus íconos que representan las advocaciones marianas llevan el prefijo de Madre de Dios, así por ejemplo la madre de Dios de Kazan, la Madre de Dios de Kursk, la Madre de Dios de Iver, etc..
Hay una larga tradición de íconos marianos ortodoxos que producen el prodigio de exhalar crisma (aceite bendito y curativo), lágrimas, sangre.
Se registran dos diferencias principales respecto a la teología mariana con la iglesia Católica Romana: no aceptan la Inmaculada Concepción porque piensan que María fue concebida en pecado original como todos los hombres, y no aceptan concebir a María como corredentora.
CÓMO ES LA IGLESIA ORTODOXA
La Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa es una comunidad cristiana, cuya antigüedad, según su tradición católica, se remonta a Jesús y a los doce apóstoles, a través de una ininterrumpida sucesión apostólica. Es la tercera de las tres grandes iglesias o comunidades cristianas, después de la Iglesia católica romana y el conjunto de iglesias protestantes, y cuenta con más de 225 millones de fieles en todo el mundo.
La Iglesia ortodoxa se considera la heredera de todas las comunidades cristianas de la mitad oriental del Mediterráneo (esto lleva a ciertas tensiones con iglesias orientales unidas a Roma). Su doctrina teológica se estableció en una serie de concilios, de los cuales los más importantes son los primeros Siete Concilios, llamados “ecuménicos”, que tuvieron lugar entre los siglos IV y VIII. Tras varios desencuentros y conflictos, la Iglesia católica ortodoxa y la Iglesia católica romana se separaron en el llamado “Cisma de Oriente y Occidente”, el 16 de julio de 1054. El cristianismo ortodoxo se difundió por Europa oriental gracias al prestigio del Imperio Bizantino y a la labor de numerosos grupos misioneros.
Existen catorce (o quince, según el estatuto que se reconozca a la Iglesia ortodoxa en América) iglesias ortodoxas autocéfalas, es decir, que poseen la capacidad de nombrar sus propios obispos (incluyendo el patriarca, arzobispo o metropolitano que encabeza la iglesia) y de resolver sus problemas internos sin acudir a ninguna autoridad superior. Aunque actúan de forma independiente, las iglesias autocéfalas se encuentran en comunión entre sí.
DIFERENCIAS DOCTRINALES
Tienen varias diferencias doctrinales, litúrgicas y de tradición con la Iglesia Católica Romana.
La Iglesia ortodoxa sostiene que la Virgen María fue concebida en pecado original como las demás criaturas. La Iglesia romana, por definición del Papa Pío IX, en el año 1854, proclamó dogma de fe la Inmaculada Concepción.
La Iglesia ortodoxa no acepta la figura de la Virgen María como corredentora, a pesar de su veneración particular.
La Iglesia ortodoxa rechaza la adición del “Filioque” en el Símbolo Niceno-Constantinopolitano, aprobada por Roma, por lo que no admite la procedencia del Espíritu Santo del Padre y el Hijo, sino únicamente del Padre.
La Iglesia ortodoxa considera que la consagración del pan y del vino en el Cuerpo y la Sangre de Jesús en la misa se efectúa por el Prefacio, las Palabras del Señor y la Epíclesis y no tan solo por las Palabras del Señor (las palabras dichas por Cristo en la Última Cena) como enseña la Iglesia romana.
La Iglesia ortodoxa niega la existencia del purgatorio.
Otras Diferencias
La Iglesia ortodoxa enseña que las decisiones de un Concilio Ecuménico son superiores a las decisiones de cualquier jerarca eclesiástico. Así mismo, no admite la infalibilidad del Obispo de Roma en ningún caso. La infalibilidad es una prerrogativa de toda la Iglesia, y no de una persona.
La Iglesia ortodoxa sólo admite 7 concilios ecuménicos. La Iglesia romana 21.
La Iglesia ortodoxa no admite la supremacía universal de derecho del Obispo de Roma sobre toda la iglesia cristiana. Todos los obispos son iguales. Sólo reconoce una “primacía de honor” (primus inter pares).
En la Iglesia ortodoxa el ministro ordinario del Santo Crisma es el sacerdote; en la Iglesia romana lo es el obispo, y el sacerdote sólo extraordinario.
En la Iglesia ortodoxa se pueden ordenar hombres casados con una mujer de buena reputación, de tal forma que hay diáconos y presbíteros casados, mientras que otros clérigos, tradicionalmente aquellos con votos monacales, deben ser hombres célibes. Una vez ordenados no se pueden casar, o volver a casar, si es el caso. Los obispos, a partir de la Edad Media, son elegidos de entre los monjes. En la Iglesia católica romana funciona de la misma manera para los ritos orientales en cuanto al celibato, pero no en el rito latino, donde todos los clérigos, sin excepción, deben ser célibes.
La Iglesia ortodoxa no tiene (y no admite) ordenes, ni congregaciones. La forma de que un feligrés desee hacer votos de vida consagrada es por medio de los monasterios o los sketes.
La Iglesia ortodoxa oficialmente tiene lenguas vernáculas como lenguas litúrgicas desde mucho más temprano (siglo IX) que la Iglesia católica romana (siglo XX). En 867 el Papa Adriano II le otorgó una bula por la que se reconocía el uso del antiguo eslavo en la liturgia, elevándole también al iniciador de ello, san Metodio, al rango obispal.
En la Iglesia ortodoxa no se admiten las representaciones tridimensionales, como las estatuas de santos, sino únicamente imágenes planas, o bidimensionales, tales como pinturas o mosaicos, tradicionalmente llamados iconos. Además los íconos son pintados en un rito de oración que requiere del canto gregoriano.
La liturgia ortodoxa no utiliza instrumentos musicales, sólo la voz humana.
La Iglesia ortodoxa nunca organizó cruzadas. La Iglesia católica romana apoyó en ocasiones la invasión y conquista de tierras cristianas ortodoxas por los denominados cruzados (véase El saqueo de Constantinopla, Cruzadas Bálticas).
La Iglesia ortodoxa nunca practicó la venta de las indulgencias.
COMO CONCIBEN LOS ORTODOXOS A LA VIRGEN MARÍA
Para un cristiano ortodoxo, la Santísima Virgen María es la Madre de Dios y por lo tanto, se le debe veneración y honra. María, tiene un lugar privilegiado en la Iglesia Ortodoxa, pues que ha llevado una vida de castidad y pureza, de tal manera que Dios la consideró digna de ser la mujer, en la cual se encarnó el Verbo de Dios. Y esta elección divina no se basó sobre la predestinación, sino sobre la plenitud de las virtudes que ella manifestaba. Dios miró su corazón invadido por la fe y la humildad; esto está claro en sus palabras: “…porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava.”(Lucas 1:47). María se humilló y Cristo descendió; ambas cosas, humildad y descenso, se unieron en la realización de la Encarnación Divina.
El largo proceso de purificación e iluminación de la raza judía, tan vivamente descrito en el Antiguo Testamento, alcanzó su culminación en la santísima Madre de Dios. En ella hallaron cumplimiento la fe y el heroísmo de muchas generaciones del pueblo elegido. Aceptó con humildad el reto de la Anunciación; durante la vida de su Hijo, permaneció en último término; y estuvo con los Apóstoles el día de Pentecostés, cuando el nuevo período de la historia de la humanidad comenzó con el advenimiento del Espíritu Santo.
Un teólogo ortodoxo escribe: “el alma de la piedad ortodoxa, es una calurosa veneración de la Virgen María, la Madre de Dios”. Su nombre es constantemente invocado en las oraciones litúrgicas comunitarias y personales, porque se la ama no solamente como la madre de Cristo, sino también como la madre de toda la humanidad, pues abraza en su caridad a toda la familia humana, de la que su Hijo es el único Redentor.
La función de María en la Encarnación es doble. Por un lado, ella asegura la continuidad de la raza humana. Su Hijo es Hijo de David, Hijo de Abraham y de todos los padres progenitores. Por otro lado, Él exhibió una nueva fuente de generación. El fue el nuevo Adán.
La Encarnación está estrechamente ligada con dos conceptos ortodoxos acerca de la Virgen María: a) Su perpetua virginidad; b) Su denominación de Theotokos.
En el texto de San Lucas (1:26-37), se ve al arcángel Gabriel manifestándose a María. Ésta, maravillada por las palabras del ángel, comenzó a dialogar con él, hasta que finalmente ella misma acepta la propuesta divina diciendo: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.” Libremente ella aceptó la voluntad de Dios, por lo tanto, en el divino misterio de la encarnación del Salvador, no fue un simple instrumento sin opinión. La voluntad divina fue transmitida por el ángel y la voluntad humana se pone de manifiesto en la respuesta de la Virgen.
No podemos negar la lucha de María por alcanzar y perfeccionar las virtudes. Tampoco podemos rechazar la idea de su libertad. Ella opinó y eligió a Dios. Allí encontramos el acuerdo divino-humano: Dios ofrece a la Virgen ser la Madre y ella acepta voluntariamente y con alegría.
El ángel aseguró a María que sería la madre del Hijo del Altísimo. Como creemos en la Santísima Trinidad, creemos que Jesucristo es Dios y el Unigénito Hijo de Dios el Padre. Por lo tanto, los cristianos Ortodoxos creen y proclaman que la Virgen María es la Madre de Dios. Hay grupos de cristianos que consideran que esto es un error, pero ¿por qué no podemos llamar a la Virgen, Madre de Dios?… San Mateo, haciendo referencia a una profecía de Isaías, dice: “ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que significa: Dios con nosotros.” (Mateo 1:23) Entonces Emmanuel es Dios. Por otro lado el ángel le dice a José: “Dará (la virgen) a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.”(Mateo 1:21) La palabra Jesús es en hebreo Yehosu’a, que significa Yahveh salva (o el Señor salva) Entonces Jesús es el Hijo del Padre, el Hijo del Altísimo, Emmanuel, Yahveh el Señor. Y en consecuencia, la Virgen María es la madre del Hijo de Dios, la madre del Hijo del Altísimo, la madre de Emmanuel, la Madre de Yahveh, en definitiva la Madre de Dios.
Pero algunos dicen que María dio a luz la naturaleza humana de Jesús y no la divina. Eso es cierto. Entonces, ¿por qué la llamamos Madre de Dios? …La llamamos Madre de Dios, porque Jesús es una sola persona, a pesar de tener dos naturalezas. Ambas naturalezas están unidas sin confusión ni mezcla en la persona de Jesucristo. Si hablamos de nosotros, no decimos que nuestro padre y nuestra madre son los que engendraron mi cuerpo, sino todo mi ser. Así tampoco podemos dividir al Señor.
Cuando Jesús se dirige al Padre, no le dice: “Oh Padre de mi esencia” o “Oh Padre de mi naturaleza divina,” sino lo llama “Padre mío”. Todas las evidencias son claras, es por eso que para el cristiano ortodoxo, María es la verdadera Madre de Dios y a ella honramos y engrandecemos en cada Divina Liturgia, en cada oración y en todo momento nos encomendamos a sus intercesiones ante su Hijo, el Salvador y Redentor de nuestras almas.
Ella es el Paraíso místico, la Puerta infranqueable del Señor, el Puerto seguro, la Muralla y protección de los que buscan a Dios, la que intercede ante Cristo Dios por la salvación de nuestras almas, la Defensora infalible de los cristianos, la siempre bienaventurada, santísima, Purísima Madre de Dios.
LA VIRGEN MARÍA EN LA LITURGIA ORTODOXA
En la Liturgia Ortodoxa se venera a la Madre de Dios, se la recuerda, se menciona su nombre y se pide su intercesión.
Por las oraciones de la Madre de Dios, Salvador, sálvanos.
Conmemorando a la santísima, purísima, bendita y gloriosa Señora nuestra, la Madre de Dios y Siempre Virgen María…
Verdaderamente es justo el celebrarte, Madre de Dios, siempre bienaventurada y exenta de pecado, Madre de nuestro Dios. Eres más venerable que los querubines y más gloriosa que los serafines. Te magnificamos, pues diste a luz al Verbo Dios, sin dejar de ser virgen. Tu eres la verdadera Madre de Dios.
CELEBRACIONES LITÚRGICAS MARIANAS EN LA IGLESIA ORTODOXA
1) Anunciación (25 de marzo)
2) Dormición (15 de agosto)
3) Nacimiento de la Madre de Dios (8 de setiembre)
La fiesta del nacimiento de la Madre de Dios, probablemente tiene su origen en Jerusalén, a mediados del siglo V. Porque allí fue donde se mantuvo viva una tradición según la cual la casa natal de María se encontraba junto a la puerta de la Piscina Probática. San Juan Damasceno (675-749), en uno de su himnos dice:
“Entonad vuestra alabanza, regocijaos y no tengáis miedo, porque en la santa Piscina Probática nos ha sido engendrada la Madre de Dios, por quien el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo le plugo ser engendrado”
(Homilía sobre la Natividad de María, 6, PG 96, 661-670)
El porqué se escogió el mes de setiembre, puede ser porque si tomamos las palabras de san Juan Damasceno que dice: “Hoy es el comienzo de la salvación del mundo”, y consideramos que el nacimiento de María es el comienzo histórico de la obra de redención, probablemente se ha querido situarlo a principios de dicho mes pues con él se daba inicio en el imperio bizantino al año civil y también al año eclesiástico.
San Andrés de Creta (+740) dirá:
“La celebración de hoy es para nosotros el comienzo de todas las fiestas”
(PG 97, 805)
¿Por qué el octavo día?… Porque el octavo día sucede a los seis días de la creación y al sábado. Es el día del Señor y anuncia el futuro de la vida eterna.
La fiesta del nacimiento de María se basa sobre un relato que aparece en un escrito apócrifo llamado Protoevangelio de Santiago que se remonta al siglo II. A él hacen referencia muchos de los Padres que escribieron acerca de la vida de la Madre de Dios, tales como Gregorio el taumaturgo, Atanasio de Alejandría, Gregorio de Nisa, Dionisio el Aeropagita, Máximo el confesor, entre otros.
¿Por qué María fue engendrada por una estéril?… San Juan Damasceno responde: “Era necesario que a ella, la maravilla de las maravillas, se le preparase una entrada al mundo con otras maravillas, y para que, poco a poco, de las situaciones más pobres y miserables, brotasen las más grandiosas realidades” Y agrega: “era necesario que naciese primogénita la que había de engendrar al Primogénito de toda la creación, en quien todo el universo tiene su fundamento”
4) Presentación de María en el Templo (21 de noviembre)
LA VIRGEN MARÍA EN LA ICONOGRAFÍA ORTODOXA
1) La Virgen del Signo
Es la virgen orante que con el niño recibe el nombre de virgen del signo. Cristo está representado en un círculo, fuera y delante del vientre de Su madre.
Suspendido misteriosamente parece escapar a las reglas de la gravedad de la Tierra. Puesto que es Dios, a quien todo el Universo no puede contener, sin embargo se ha confinado al vientre de la Virgen.
La alusión a las palabras del profeta Isaías no se puede omitir aquí: “Por lo tanto el Señor Dios os dará un signo, la virgen está encinta y dará a luz un hijo que llamará Emmanuel que quiere decir Dios con nosotros” (Is. 7:14)
El rostro del niño es el de un adulto, con una frente ancha que representa su plenitud de sabiduría. Tiene un rollo que contiene las escrituras y bendice con Su mano derecha.
El gesto de las manos con su palma hacia arriba expresa la espera del don que va a recibir, y al mismo tiempo una preparación total para quedar llena del altísimo. Estas manos levantadas son la renuncia a cualquier intervención autónoma en la historia. Crean un receptáculo invisible que sólo Dios puede llenar y del que fluye como de una vasija de una fuente la verdadera agua de vida.
2) La Virgen Hodigitria
El nombre significa “la que señala el camino.” La Virgen mira majestuosamente al espectador y señala con su mano derecha al niño que tiene en su brazo izquierdo. El niño está vestido con vestiduras brillantes para recordarnos Su Divinidad. Se presenta siempre como un adulto, bendiciendo con una mano y sosteniendo un rollo con la otra. Se lo ve como Emmanuel, consciente de Su rol de Salvador. La Madre, vestida con un manto púrpura oscuro, no ejerce un rol protector hacia su Hijo, sino más bien lo presenta a la humanidad, rogándole al mismo tiempo. Su mano derecha, en un gesto de gran riqueza, parece recibir y ofrecer al mismo tiempo. La expresión de su rostro es seria, plena de real serenidad.
3) Virgen de la Ternura
Representa el tierno afecto recíproco entre la Madre y el Hijo. La Mirada de la Virgen está dirigida hacia el vacío. Tiene en el rostro una expresión de profunda tristeza. Sus manos apenas tocan al niño. Parecen inmovilizadas por el pensamiento que la absorbe y contribuye aún más a dar esa expresión de intensa contemplación y melancolía.
El niño está representado con un impulso expresivo de ternura. Él, que conocía la tristeza oculta de Su madre, acerca su mejilla contra la de ella para consolarla. Su rostro, más brillante que el de María, manifiesta ese deseo de darle esperanza. Ella se inclina hacia Él implorando Su misericordia para aquellos que han solicitado su protección mediante su súplica delante de su Hijo.
Fuentes: charla del Padre Víctor Villafañe en el Encuentro Arquidiocesano de Catequistas 2003, OrthodoxWiki y otras
Los Reformadores Protestantes
y la Virgen María
Este artículo muestra como la posición de Lutero y Calvino respecto de María es más reconocedora de la Virgen María que las que se están divulgando en estos tiempos por la mayoría de los evangélicos.
Lo cual parecería confluir en el mismo sentido, pues se notan signos de un minimismo marianodentro del catolicismo, que resalta de María su fidelidad y oración, y esconde su carácter de Reina.
El autor de este artículo, Arraiz, dice: muy curiosa siempre me ha parecido el rechazo que por la Virgen María tienen algunas denominaciones protestantes. Las raíces de dicho rechazo parecen más bien originarse en rechazar lo que ellos consideran un “exceso” en la devoción que el católico tiene por la madre del Señor. Pero este rechazo que los lleva a alejarse de todo lo que suene a “católico”, les impide rechazar todo razonamiento, por más bíblico que sea, que redunde en la veneración de la Virgen. En la mayoría de los casos, sobre todo las sectas (1), deforman la doctrina católica para hacerla parecer herética (2), afirmando así que la Iglesia enseña a “adorar” a María e incluso en algunos casos llegan a afirmar que los católicos creemos que María es una “diosa”.
Lo cierto es que esto siempre no fue así, muchos protestantes tienen por grandes eruditos bíblicos y modelos a imitar a los reformadores protestantes, y desconocen profundamente que muchas de sus posturas hoy, difieren un universo de las posturas de los reformadores. En el caso de las doctrinas relacionadas a la Virgen María precisamente pasa lo mismo.
LUTERO Y LA VIRGEN MARÍA
Hoy día el protestantismo entero desconoce que María es madre de Dios, en su afán de disminuirla le ha negado el título que la Iglesia le ha concedido desde siempre, comenzando por Isabel quien inspirada por el Espíritu Santo le llamó “madre del Señor” (Lucas 1,43) (3) hasta la Iglesia primitiva que no dudaba en llamarla la Theotókos (Madre de Dios) (4). Sin embargo, Lutero nunca dudó en darle este título que le concedió hasta el final de sus días:
Martín Lutero, 24 Dezember 1539: LW 47,860
“Así juzgó Dios a su Madre: La ley de Dios la condenaba como adúltera. 2) Así quedaba maltrecho su honor. 3) Su vida quedó en peligro y su honor matrimonial dañado. María fue concebida en pecado como los demás hombres; y, aunque ella fuera purificada del pecado original, no le habría bastado para un tal nacimiento. Por eso, es el Espíritu Santo el protagonista, el que la purifica y toma las puras cotas de sangre de su corazón; pues todo tiene que ser purificado”
Martín Lutero, Auslegung des Magnificat, 1522: LW 7,572
“Las grandes cosas que Dios ha realizado en María se reducen a ser la Madre de Dios. Con esto le han sido concedidos muchísimos otros bienes, que nadie podrá nunca comprender. De ahí se deriva todo su honor, toda su bienaventuranza y que ella sea en medio de toda la raza humana una persona del todo singular e incomparable. Ella ha tenido con el Padre celeste un niño, y un niño tal…Se comprende todo su honor, cuando se la llama Madre de Dios. Nadie puede decir otra cosa mayor de ella, aunque uno tuviera tantas lenguas como follaje tiene la hierba, como estrellas el cielo o arena las playas. Hay que meditar en el corazón lo que significa ser Madre de Dios”.
Igual sucede con el dogma de la virginidad perpetua de María, negado hoy por todos los protestantes, sin embargo Lutero también creía firmemente en su virginidad antes y después del parto.
Martín Lutero, 28 Dezember 1544: LW 49,646
“Y ningún hombre, ni siquiera el demonio, tiene que saber cómo puede suceder que una mujer virgen quede encinta sin varón. Pues porque ahí estarán las tres divinas Personas. La obra ha de ser realizada por las tres, aunque esa actuación acabe únicamente en la persona del Hijo”
Martín Lutero, 1537/1538: LW 46,723
En textos como Juan 2,12; 7,2; Mateo 12,46; Hechos 1,14 uno se preocupa y pregunta cómo el Señor Jesús pudo tener hermanos, dado que él era el hijo único de María, y la virgen María no fue madre de ningún otro hijo. Entonces algunos responden que eran hijos de un matrimonio precedente de José, antes de estar con María; éstos fueron llamados después “hermanos de Cristo”; otros dicen que José tuvo junto con María otra mujer, tal como estaba permitido entre los judíos…Yo creo que “hermanos” aquí significa “primos”, dado que los judíos y la Sagrada Escritura llamaban a todos los primos “hermanos”
Martín Lutero, Tischrede n.4435 Ergänzungen, 1539: LW 48,579
“María permaneció virgen, pues tras sentirse madre del Hijo de Dios, no deseó ser madre de otro hombre, sino permanecer en esta gracia”
Martín Lutero, Predigt 24 Dezember 1540: LW 49,174
“A José le cabe un gran honor ante Dios. A él le fueron confiados el Hijo de Dios y su Madre. Así José es un carpintero, que actúa como cualquier hombre de pueblo y que trabaja en lo oculto. [b]Pero quedó escrito para nosotros para que sepamos que Cristo vino y que su madre fue virgen, aunque bajo el velo de esposa se ocultaba la virgen antes y después del nacimiento”
Martín Lutero, 1535 bis 1545: LW 43,22
“La carta a los Hebreos dice que Sara pidió por la fe la fuerza de la concepción, para que comprendas que ella quedó encinta de Abraham siguiendo el curso normal de la naturaleza, no a través de un milagro. Este sí aconteció en la virgen María que concibió en su seno, pero de su propia semilla, no de la semilla de un hombre. Para ello el Espíritu Santo la cubrió con su sombra”
CALVINO Y LA VIRGEN MARÍA
Calvino se pronunció frecuentemente en defensa de la virginidad de María, refuta al igual que San Jerónimo más de un milenio atrás, el argumento de que Mateo 1,25 implica que José tuvo relaciones con María, y también refuta el trillado argumento protestante que trata de insinuar, que porque Jesús es llamado primogénito, María tuvo otros hijos (5).
Juan Calvino. JCO 45,70; cf. JCO 46,271-272
“A partir de Mateo 1,25, Elvidio creó mucha confusión en la Iglesia, porque de él dedujo que María había permanecido virgen únicamente hasta el primer nacimiento y después tuvo otros hijos con su marido. La perpetua virginidad de María fue defendida vigorosamente por Jerónimo. Es suficiente decir que es insensato y falso deducir de estas palabras qué sucedió después del nacimiento de Cristo. Es llamado el primogénito no por otra razón sino para que sepamos que él nació de la Virgen. En este texto se niega que José hubiera tenido concurso marital con María antes de nacer el niño; todo está limitado a este tiempo. Pero nada se dice de lo que sucedió después”.
Juan Calvino, Johannis Calvini Opera quae supersunt omnia (=JCO)(Verlag C. A. Schewedtke und Sohn, Braunscheweig 1863 ff.), Bände 45; Commentarius in Harmoniam evangelicam (“Harmonia evangelica” 1555), Band 46; Sermons sur I’Harmonie évangélique 1558, 1560, 1562. JCO 36,156
“Es indudable que el profeta habla de una auténtica virgen, que ha de concebir no según las normas de la naturaleza, sino a través de la actuación de gracia del Espíritu Santo. Este es el misterio, que Pablo magníficamente ensalza:
“Dios ha aparecido en la carne”.
Juan Calvino, JCO 45,30
“Cuando María supo que de ella nacería el Hijo de Dios, recibió un mensaje inaudito, y ésta fue la razón por la que excluyó la relación sexual con un hombre. Por eso exclamó desconcertada: “¿Cómo sucederá esto?”…No era ésta una pregunta contra la fe. La hizo movida por la admiración; no por la desconfianza”
Juan Calvino. JCO 45,426
“¿No es este el hijo del carpintero?. (Mateo 13,55) Por designio admirable de Dios vivió Cristo hasta los treinta años en lo oculto de la casa de sus padres. Esto fue extraña e injustamente motivo de tropiezo para que la gente de Nazaret, en lugar de conocerlo con temor como enviado del cielo. ¡Si hubieran descubierto que era Dios el que actuaba en Cristo! Pero intencionalmente ellos pensaban en José, en María y en todos los parientes y sus relaciones entre ellos, para ocultar la luz que se manifestaba. Como “hermanos” eran designados –según la costumbre judía- sobre todo los parientes de sangre. Pero de ello dedujo ignorantemente Elvidio que María había tenido más hijos, porque alguna vez habla de “hermanos de Cristo”
H. ZWINGLI Y LA VIRGEN MARÍA
Zwingli explica que el matrimonio con José fue unicamente para que José apareciera como esposo y la protegiera de la ley, y así poder dar al niño y a ella protección y cuidado.
H. Zwingli, Eine Predigt von der reinen Gottesgebärerin María: ZSW 1,391-392
“Cuando se cumplió el tiempo designado por Dios, envió a su mensajero Gabriel a la joven María (Magd María), que estaba desposada con el piadoso José. La sabiduría divina se muestra en que el desposorio con José no pretendía establecer una relación matrimonial entre ellos en orden a engendrar hijos, sino para que la hija María, después de encontrarse encinta, no fuera apedreada según la ley judía, que estaba establecida para quienes concebían sin marido. El que José apareciera como esposo, la protegía de la ley. También se desposó con él para que ella y el niño encontraran en él un protector y cuidador”
Explícitamente declara que es virgen, antes, en y después del parto:
H. Zwingli, Eine Predigt von der reinen Gottesgebärerin María: ZSW 1,392-393
“Hay que considerar aquí el honor que el evangelista Lucas y también Mateo le tributan por su elevada pureza; ella es joven pura e intacta antes del parto, en el parto y después del parto, es decir, siempre.Entre los hombres es imposible que una madre sea al mismo tiempo virgen; para Dios todo es posible, porque todas las criaturas obedecen a su voz”
CONCLUSIÓN
Hoy día muchos protestantes piensan que el católico que cree que María es Virgen, es porque nunca se ha encontrado con los pasajes que hablan de los “hermanos” de Jesús, la mayoría no sabe, que todos esos argumentos fueron refutados hace más de un milenio, y más recientemente incluso, por los reformadores protestantes. Lo mismo, para los reformadores, siempre venerar a María fué una característica que no podía faltar en un cristiano.
Fuente: José Miguel Arráiz
Notas
(1) Diferenciando por su puesto el abismo que hay entre las comunidades eclesiales protestantes y las sectas protestantes.
(2) Falacia del muñeco de paja: Consiste esta falacia en deformar las tesis del contrincante para debilitar su posición y poder atacarla con ventaja. Se diferencia de la falacia ad hominem en que ésta elude las razones para concentrarse en el ataque a la persona. La falacia del muñeco de paja, ataca una tesis, pero antes la altera. Para ello, disfraza las posiciones del contrincante con el ropaje que mejor convenga, que suele ser el que recoge los aspectos más débiles o menos populares.
(3) La expresión “Madre del Señor” es equivalente a “Madre de Dios”, ya que en el Nuevo Testamento el título Señor (del griego Kyrios) se da a Cristo, quien es Señor y Dios. De la misma manera la Septuaginta (versión griega de los Setenta del siglo 2 a.C) traduce Yahveh por “Señor” (del hebreo Adonai). Ver por ejemplo como en el mismo capítulo el ángel le dice: “el Señor está contigo” para referirse a Dios.
(4) Según sabemos ya Alejandro de Alejandría habría llamado a María “La Theotókos” (Cf. “Nuestro Señor Jesucristo ha recibido real y no aparentemente un cuerpo de la Theotókos”: Alejandro de Alejandría. Ep. Ad Alex. Const. N.12 en TEODORETO. Historia eclesiástica, I,3: OG 82,908), aparece también en un papiro egipcio que registra una de las oraciones marianas más antiguas “Sub tuum praesidium” (Cf. G. GIAMBERNARDINI, II Sub tuum Praesidium nella tradizione egiziana, en Mar 96 (1969), 324-362. Testimonios numerosos también de Gregorio Nacianceno, en su carta 101: PG 36,181, Cirilo de Alejandría, Orígenes (Según el historiador Sozomeno (Hist. Eccl. 7,32: EG 866)), San Ambrosio, etc. etc.
(5) Los protestantes alegan que como Jesús es llamado (Juan 3,16.18) y primogénito de María (Lucas 2,7) implican que Jesús es el primero de entre varios hijos. El argumento falla desde su base, ya que primogénito no implica la existencia de otros hijos, sino “primer nacido”, o “hijo preeminente”. Así mismo Cristo es llamado “primogénito” del Padre en Hebreos 1,6 y no por eso deja de ser unigénito.
Bibliografía
Mariología, José C.R. García Paredez
Patrología, Johannes Quasten
Abreviaturas
JCO = Jean Calvino Opera
LW = Luther Werke
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