Hagamos una cuna para acoger a Jesús
Mt 1, 18-24
Con cuánto esmero san José le ha preparado una cuna a Jesús. José es un artista, que ha adornado la cama con unos corazones. Pero no, no son meros adornos, son símbolo de su gran corazón y de cómo él está ya con su vida disponible para acoger a Jesús y a María.
María es feliz. Después de haber sentido el silencio, la dificultad, el lanzarse adelante con el niño… recibe la comprensión y el apoyo de José. Y al lado de María: ¿santa Ana, la abuela?, ¿alguna señora sencilla del barrio en el que vivimos?, ¿nuestra propia abuela?, ¿alguna religiosa encantadora que se desvive por los demás…?
José tuvo su proceso, su sueño, su encuentro con Dios. De ahí brotó una experiencia nueva, que le marcó un nuevo horizonte. Hoy este hombre disponible, justo ante Dios, nos invita también a que nosotros seamos ebanistas de la acogida del Mesías en tantas circunstancias y ocasiones como la vida nos propicie que, seguro, que serán de lo más variadas.
Ya está muy cerquita Jesús. Ha sido un adviento con mucho trabajo: orden, limpieza, canastilla-liberadora y, por último, la cunita.
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