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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

lunes, 30 de mayo de 2011

“Ventana Abierta”
El amigo del hijo. (2)
Hola amig@s:

De nuevo ante ustedes en nuestra “Ventana abierta”.

Esta es una historia verídica, que le ocurrió a un soldado que pudo regresar a casa después de haber peleado en la guerra de Vietnam.

Le habló a sus padres desde San Francisco, nada más desembarcar:
“Mamá, papá. Voy de regreso a casa, pero les tengo que pedir un favor; traigo a un amigo que me gustaría que se quedara con nosotros”.
“¡Claro! –le contestaron- nos gustaría conocerlo!”

“Hay algo que deben saber –continuó diciendo el hijo- él fue herido en la guerra.
 Pisó una mina de tierra y perdió un brazo y una pierna.
Él no tiene a donde ir, y quiero que se venga a vivir con nosotros a casa”.

“Siento mucho el escuchar eso hijo, pero con nosotros no puede estar” –le contestó su padre-.

 “A lo mejor podemos encontrar un lugar en donde él se pueda quedar” –añadió su madre-.

“No, mamá y papá, yo quiero que él viva con nosotros”.


“Hijo –le dijo el padre- tú no sabes lo que estás pidiendo. Alguien que esté tan limitado físicamente puede ser un gran peso para nosotros.

Nosotros tenemos nuestras propias vidas que vivir, y no podemos dejar que algo como esto interfiera en ellas.

Yo pienso que tú deberías regresar a casa y olvidarte de esta persona. Él encontrará una manera en la que vivir solo”.


En ese momento el hijo colgó el teléfono.
Los padres ya no volvieron a saber nada más de él.


Tiempo después, recibieron una llamada telefónica de la policía de San Francisco, su hijo había muerto después de que se había caído  de un edificio.
Fue lo que les dijeron.
La policía creía que era un suicidio.


Los padres destrozados por la noticia volaron a San Francisco y fueron llevados a la morgue de la ciudad  a que identificaran a su hijo.

Ellos lo reconocieron y entonces se quedaron horrorizados cuando descubrieron algo que no sabían, su hijo tan sólo tenía un brazo y una pierna.

Los padres de esta historia son como muchos de nosotros.

Encontramos muy fácil amar a esas personas que son hermosas por fuera o que son entretenidas y simpáticas, pero no nos gusta la gente que nos hace sentir alguna inconveniencia o que nos hace sentir incómodos.

Preferimos estar alejados de personas que no son muy saludables, hermosas o inteligentes como lo somos nosotros.

Afortunadamente, hay una persona que no nos trata de esa manera.
Alguien que nos ama con un gran amor, que siempre nos recibirá en su familia, no importa lo destrozados que estemos, física o mentalmente.

Esta noche, antes de que nos metamos en la cama para dormir, recemos una oración a Dios para que Él nos dé la fuerza para que podamos aceptar a la gente tal como es, y para que nos ayude a ser más comprensivos con esas personas que son diferentes a nosotros.




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