Aquí nos encontramos de nuevo en nuestra “Ventana abierta”, con el primer artículo después de la Introducción anterior ya expuesta, donde les prometí que durante una larga temporada entraríamos en los comienzos de Tercer Milenio, de la mano de la Virgen María, bajo su protección. Y quiero empezar hablando de algo que normalmente no se dice, me refiero a la Virgen María como Criatura de Dios. Y digo que no se dice normalmente -nos explica el P. Santiago Martín- porque para muchos, este aspecto de Dios Creador, de Dios Señor, es algo pasado de moda, es algo que incluso algunos empiezan a dudar hasta dentro de la Iglesia; y tiene tal fuerza el concepto de Dios Padre que es la plenitud de la Revelación mostrada por Jesucristo, que para algunos esa palabra “Padre”, hace olvidar todo lo demás; es como si diciéndole a Dios “Padre”, ya no hubiera nada más que decirle. Me parece algo equivocado, y creo además-continúa comentando el P. S.M- que es una antigua herejía que se está poniendo de moda otra vez, la herejía de de considerar el Antiguo Testamento despreciable, como si no tuviera nada que enseñarnos, como si solamente fuera importante el Nuevo Testamento; es una tontería, porque es como querer empezar una casa por los últimos pisos del edificio; la casa necesita una buena base, unos buenos cimientos y los primeros pisos, para después coronar magníficamente la obra. Cristo vino a completar la Revelación, no a empezarla, y desde luego no a destruirla. Por eso, fijándome en María, lo primero que tengo que decir de Ella, es que es una Criatura de Dios, una Criatura del Creador. ¡Fíjense! La palabra hijo aplicada al hombre, aplicada también a María, es una palabra que podemos dar sólo en cuanto se es hijo en el Hijo; sólo Jesús era auténtico Hijo, nosotros somos hijos adoptivos, y lo somos en cuanto nos bautizaron, sin embargo todos somos criaturas de Dios: también el budista es criatura de Dios, también el ateo. Y en cuanto a criatura, somos seres amados por Dios, no quizá de la misma manera o quizá con un matiz distinto que el Hijo, pero somos amados por Dios.
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Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.
Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.
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Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...
Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.
Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
domingo, 15 de mayo de 2011
María como Criatura de Dios.
Aquí nos encontramos de nuevo en nuestra “Ventana abierta”, con el primer artículo después de la Introducción anterior ya expuesta, donde les prometí que durante una larga temporada entraríamos en los comienzos de Tercer Milenio, de la mano de la Virgen María, bajo su protección. Y quiero empezar hablando de algo que normalmente no se dice, me refiero a la Virgen María como Criatura de Dios. Y digo que no se dice normalmente -nos explica el P. Santiago Martín- porque para muchos, este aspecto de Dios Creador, de Dios Señor, es algo pasado de moda, es algo que incluso algunos empiezan a dudar hasta dentro de la Iglesia; y tiene tal fuerza el concepto de Dios Padre que es la plenitud de la Revelación mostrada por Jesucristo, que para algunos esa palabra “Padre”, hace olvidar todo lo demás; es como si diciéndole a Dios “Padre”, ya no hubiera nada más que decirle. Me parece algo equivocado, y creo además-continúa comentando el P. S.M- que es una antigua herejía que se está poniendo de moda otra vez, la herejía de de considerar el Antiguo Testamento despreciable, como si no tuviera nada que enseñarnos, como si solamente fuera importante el Nuevo Testamento; es una tontería, porque es como querer empezar una casa por los últimos pisos del edificio; la casa necesita una buena base, unos buenos cimientos y los primeros pisos, para después coronar magníficamente la obra. Cristo vino a completar la Revelación, no a empezarla, y desde luego no a destruirla. Por eso, fijándome en María, lo primero que tengo que decir de Ella, es que es una Criatura de Dios, una Criatura del Creador. ¡Fíjense! La palabra hijo aplicada al hombre, aplicada también a María, es una palabra que podemos dar sólo en cuanto se es hijo en el Hijo; sólo Jesús era auténtico Hijo, nosotros somos hijos adoptivos, y lo somos en cuanto nos bautizaron, sin embargo todos somos criaturas de Dios: también el budista es criatura de Dios, también el ateo. Y en cuanto a criatura, somos seres amados por Dios, no quizá de la misma manera o quizá con un matiz distinto que el Hijo, pero somos amados por Dios.
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