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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

domingo, 15 de mayo de 2011

Inmaculada Concepción.

“Ventana abierta”

Inmaculada Concepción.

Capítulo  2.

José Ribera (1591-1652) pintó esta Inmaculada Concepción para el retablo mayor de la Iglesia de las Agustinas de Salamanca, encargada en 1635 por el Conde de Monterrey,( Virrey de Nápoles)
 
¡Hola amigos! En el anterior capítulo les hablaba a ustedes desde el punto inicial de la Virgen María, y era “María  como Criatura de Dios”. Esta vez quisiera dar un paso más y contemplar a María –nos instruye el P. Santiago Martín- en otro de sus atributos, quizá el primero junto al de Criatura de Dios, como Inmaculada: “La Inmaculada Concepción de María” decimos al proclamar el dogma. No crean ustedes que este dogma ha sido siempre aceptado unánimemente desde el principio por todos, ha tardado mucho en abrirse camino entre todos los creyentes, entre todos los católicos. Grandes Santos amantes de la Virgen, devotos de Ella, como por ejemplo S. Bernardo, no lo veían así, creían que estaba reñido con aquella afirmación de S. Pablo: “Todos pecaron” en el sentido de que Jesucristo había sido el Redentor de todos. “Si todos pecaron –decía S. Bernardo- la Virgen María también tenía que haber pecado aunque sólo fuera el pecado original”. El propio Santo Tomás, este gran sabio de nuestra Iglesia, decía que la Inmaculatización no le había venido a la Virgen en el momento de la Concepción, sino a lo largo del embarazo. La devoción popular estaba en contra de estas opiniones, decía que Aquella que era tan Buena, que era la Madre siempre Fiel, no podía haber conocido nunca –ni siquiera en la Concepción- el pecado, ni tan siquiera el pecado original.
Y fue un teólogo franciscano, el que resolvió el problema, recordando que hay dos tipos de medicina:
-La medicina curativa que te quita una enfermedad que ya has contraído.
-y la medicina preventiva que te cura, pero a base de evitar que te contagies de esa enfermedad.
Por lo tanto María, es también salvada por su Hijo, pero salvada de una manera distinta; a Ella se le aplica la medicina preventiva, y a los demás el otro tipo más corriente de medicina.
Dicho esto y aclarado el concepto de “El Dogma de la Inmaculada”, tenemos que preguntarnos: ¿Qué nos enseña ese dogma? ¿Qué tiene que ver con nuestra vida? Yo les diría –continúa explicando el Padre S. M- que había que fijarse en María como Inmaculada, para verla como Aquella que es el modelo de todas las virtudes. Por ejemplo, la mayor parte de nosotros, cuando tenemos una necesidad, cuando tenemos un problema acudimos a Ella, ¡y hacemos bien! No hagan ustedes caso a los que dicen que no hay que ir a rezar a la Virgen, o a los Santos, o a pedirle a Dios; a Dios no le cansa que le pidamos, ¡tenemos que pedir! El propio Señor dijo: “Pedid y se os dará”. Tenemos que pedir, pero no sólo pedir, tenemos también que dar gracias; y además a la hora de pedir, tenemos que pedir algo que no sea sólo material, por ejemplo, la santidad.
Este 8 de Diciembre contemplamos a María como La Inmaculada.  El P. Santiago Martín nos invita a que le digamos a la Virgen María: ¡Ayúdame a ser como Tú! ¡Ayúdame a luchar contra el pecado! ¡Ayúdame a ser mejor, más generoso/a, menos rencoroso/a, menos vengativo/a, a ser una persona más disponible para ayudar a los demás! ¡Ayúdame a ser como Tú, que mi amor por Ti y tu amor por mí, me inmaculatice de algún modo, que ese amor sea como una especie de impermeable que me proteja del pecado, que de esta forma la Gracia de Dios para luchar contra el pecado. Que le pidamos a la Virgen las virtudes, que nos ayude a ser cada día un poco mejores.

Redención fue para Vos, preservaros Dios, María,
que antes de encarnar tenía virtud la Sangre de Dios.
Sin tiempo Dios con morir, la humanidad redimió,
eternamente ordenó haberla de redimir.
Y el redimiros a Vos, no es sólo en tiempo, María,
que en la eternidad tenía virtud la Sangre de Dios.

¡Sálvame, Madre mía! –te pido en mis oraciones-,
Y con tu amor infinito se colman mis ilusiones.
Tu nombre, Virgen María, pronuncio en mis oraciones,
Y cuanto más te venero, más quiero decir tu nombre.
De noche cuando me acuesto, a Dios le pido soñarte,
Y al amanecer despierto, tan sólo para adorarte.





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