"Ventana abierta"
A mi querida Hermandad Nuestro Padre Jesús Cautivo,
María Santísima de los Dolores
y San Antonio de Padua, en Torreblanca. Sevilla.
TIEMPO DE ADVIENTO
El tiempo de Adviento, es el tiempo fuerte que la liturgia nos ofrece para renovar nuestra esperanza cristiana, y prepararnos para recordar un año más el nacimiento del Señor.
Adviento es tiempo de Esperanza, tiempo de Deseo, y nuestra esperanza y nuestro deseo no es otro que la llegada de Cristo.
La memoria que hacemos estos días del Misterio de la Encarnación del Hijo de Dios, no es sino un profundo deseo de que Cristo llegue de verdad allí donde los hombres necesitan de su Presencia.
Cristo es la Buena Noticia, la Salvación. Y la Presencia de Cristo tiene que ser como ese Sol que va disipando la niebla de tantas malas noticias: la injusticia, el pecado, la miseria, el hambre...
Que este tiempo de Adviento, sea tiempo de Esperanza, es decir tiempo de Trabajo y de Caridad, para que se haga presente en todos los pueblos esa Luz de Cristo que se nos anuncia.
En Adviento comenzamos un nuevo Año Litúrgico, comenzamos a girar en torno al Sol sin ocaso que es Cristo.
Por eso el Año Litúrgico está estructurado de una manera especial - a diferencia de la estructura del año civil del ciclo solar - se adelanta al año civil.
Este tiempo de Adviento es una realidad maravillosa que tenemos en la Iglesia, es el tiempo más evocador, más sugerente, más abierto..., es tiempo de estreno, los estrenos siempre son positivos.
Adviento significa Venida. La Iglesia invita a todos los cristianos a preparar la Venida del Señor.
El Adviento no se puede entender sin la referencia a la Navidad y a la Epifanía, es decir a la Manifestación de Señor, a la Encarnación del Señor.
No estamos solos, Dios no olvida al hombre, Dios se va a hacer cercano al hombre,¡ tan cercano que se hace Hombre!.
La llamada de Adviento, el anuncio de la Venida de Jesús a nuestra historia, a nuestra vida, va dirigida a cada uno de nosotros, son nuestras lágrimas las que quiere enjugar, y nuestras heridas las que quiere vendar con solicitud; eso es Adviento, para que luego podamos celebrar la Navidad que se repite año tras año.
Pero a la vez que somos buscadores de Dios, se nos invita a ser anunciadores de Dios, a comunicar nuestra esperanza a los demás; si vivimos de verdad la Esperanza, tenemos también que saber portar y llevar Esperanza.
Es como una persona que hace el pan, y piensa: "Levadura ¿para qué? con una buena harina, unas manos fuertes que trabajen bien la masa, eso es más que suficiente para que salga bueno el pan; una pizca de levadura ¿ para qué?" Entonces lo mete en el horno y el pan no sube, el pan no sale como tiene que salir; y ahora sí que piensa en la levadura que dejó de echarle y le da el valor que tiene.
Si nos comparamos nosotros a ese pan, veremos que con una pizca de levadura se pueden suavizar muchas tensiones como se producen en la vida: con una pizca de levadura de cariño, un encuentro, una palabra amable, un saludo cariñoso, un guiño de ojo, un abrazo, una sonrisa, una caricia, una pizca de tu tiempo, de tu escucha, de tu ayuda...,todo esto dulcifica y suaviza tantas asperezas como muchas veces existen.
¿ Seremos Adviento para alguien porque comunicamos alegría, esperanza?
¿Porque cuidamos de los enfermos, de los abandonados'
¿Porque nos acercamos al que sufre, al que está solo..., y eso no solamente a los que son de trato agradable
- faltaría más - sino también a los que han sido menos agraciados por la vida o nos caen mal - o como solemos decir -nos son menos simpáticos, menos fáciles de tratar?
Dios quiere vendar, curar toda herida, pero a la vez nos encarga que también nosotros vendemos heridas a nuestro alrededor y no vayamos, por el contrario, produciendo heridas. ¡Así seremos Adviento!
¿Por qué lloras tú? -un día me dijeron-. Hay lágrimas que afirman, lágrimas que niegan, lágrimas que protestan, que suplican, que defienden, que esconden, que mienten...
¿por qué lloras tú? ¿Cómo lloras? ¿De qué color son tus lágrimas? ¿Qué dicen?
Lloró Jesús por Lázaro. Lloró María al pie de la Cruz. Lloran los azotados por las guerras, los odios y el hambre. ¿Por qué lloras tú?.
¡Ven Señor! Sólo Tú tienes la solución a tantos males que nos atormentan...¡Ven Señor no tardes!
Vuestra hermana en el Señor: Angelita Grueso.
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