¿Y tú de dónde eres? Yo soy de la zona de peligro donde el herodes del terrorismo nos ha obligado a escapar para salvar nuestras vidas. Allí lo hemos dejado todo.
¿Y tú de donde has venido? Yo de Centro y Sudamérica esperando encontrar mejores condiciones de vida en USA. Pero estamos indocumentados, somos ilegales.
¿Y tú, hermano, de dónde has venido? De las ardientes arenas del desierto buscando encontrar en Europa mayores
posibilidades de vida. Pero somos indocumentados.
¿Y tú José, de dónde vienes con tu esposa María y ese Niño que lleváis?
Nosotros venimos de Belén. El Ángel nos ha avisado que Herodes está buscando a nuestro Hijo para matarlo. No sabemos qué hacer. No conocemos la lengua. No tenemos a nadie que nos acoja. Y somos indocumentados. Somos una familia extraña y sin derechos en esta tierra.
La primera familia emigrante fue sin duda la familia de María, José y el Niño.
Es el prototipo de las familias desarraigadas.
Unas emigrantes por falta de condiciones de vida.
Otras emigrantes por miedo a la muerte.
Otras emigrantes por falta de posibilidades en su tierra.
Pero era el sufrimiento de la imposibilidad de comprender el misterio.
Pero nacido el niño, la familia se siente amenazada.
También aquí intervine el Ángel no para hacer el anuncio de algo nuevo que comienza, sino para hacer el anuncio del peligro de muerte.
Dolor de José que ve al Niño amenazado de muerte.
Dolor de María que ve al Niño amenazado de muerte por el poderoso Herodes.
Y el niño que es sacado de la cuna para convertirse en emigrante que huye.
No para buscar mejores posibilidades de vida.
Sino para huir de una muerte que pende sobre el Niño.
¿Y es Dios un niño que desde la cuna sufre la persecución y la oscuridad de una noche huyendo de aquellos a quienes él viene a salvar.
¿Y por qué no recibimos a los que hoy viven con lo que tienen puesto y emigran como ilegales corriéndose el riesgo de ser apresados, devueltos a sus países o simplemente considerarlos como unos ilegales parias a los que nadie les sonríe y todos los miran como a extraños indeseables?
Pero nos olvidamos de que, a pesar de ser la familia del Hijo de Dios, para por el sufrimiento de la persecución y de la muerte encima.
Y le echamos en cara lo buenos que somos y lo bien que nos comportamos.
Le argumentamos cómo a los malos todo les va bien y a nosotros que somos buenos todo nos sale mal.
Y yo me pregunto:
¿Y acaso la Sagrada Familia se merecía esta experiencia dolorosa?
¿Y a caso la Sagrada Familia no eran todos, no solo buenos, sino Santos?
¿Y por qué Dios permitió que su hijo tuviese tan triste y dolorosa experiencia a su entrada en el mundo?
Y nos debe hacer comprender que Dios nos puede amar mucho y sin embargo, no priva de su libertad ni siquiera a los malos que amenazan de muerte a su propio Hijo.
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