Te deseo y temo verme cara a cara con la total Pureza. Comprendo que es hora ya de despertar y dar un salto hacia la Luz. Pero ¡Ven Señor! yo sé que puesto de cara frente a tí; todo irá mejor. A tu luz, todo yo floreceré como un prado ante el sol. Tú vendrás, Tú el Misericordioso, el Compasivo, el Bueno. Al encontrarme con tu Venida curarás todas mis cegueras, porque éste es mi mal, Señor, este vivir de espaldas a la Luz ¡Ven Señor!.
Me han dicho que vendrás de inmediato, que nacerás de nuevo como en Belén, vas a nacer de nuevo este año de aquí a pocos días, yo no sé muy bien cómo, pero se repetirá el paso de tu Estrella y el fluir de los humildes a tu portal.
¡ Cómo se estremece mi carne al aceptar que puedes nacer de nuevo!
¡ Hay tantos rincones en mi vida donde aún no has nacido Tú!
¡ Hay tantos estrados de mi ser que aún son paganos!
¡ Hay tantos impulsos de mi corazón que aún yacen en tinieblas, que aún no han brillado con tu Luz!
¡Ven Señor!
¿Cómo siendo Tú el nacido para siempre mis pobres ojos descubren tanto tus ausencias alrededor?
¿Quién nos redimirá de tantos males? ¡Ven Señor, no tardes!
Que tu paso en esta Navidad haga nacer tu Luz donde los hombres no supimos alumbrar. ¡Ven Señor!
Cuando Tú nazcaz, queremos recibirte. ¡Cómo necesitamos tu venida; sin Tí, se nos pudren las más hermosas esperanzas! ¡Ven Señor!
¿Quién nos librará de esta tiniebla de la corrupción?
¿Quién alzará la voz para poner el orden que no pueden establecer los foros internacionales?
¡Rey de la Paz!, bésanos las heridas y volverán los niños a cantar sin el tronar de fondo de las ametralladoras. ¡Ven Señor!
De aquí a pocos días vendrás, y se reunirán Contigo todos los creyentes, y Tú, secarás las lágrimas de sus ojos, vendarás sus heridas; ahí también estaré yo, pon tus dedos en mis ojos para que me vea y te vea. Que vea tu misericordia y vea mi gran miseria. ¡Ven Señor!
¡Ven Señor! sólo Tú tienes la solución a tantos males que nos atormentan.
"Mirad a nuestro Salvador que viene. No temáis" (Isaías 35,4).
"El Señor llega con poder. Iluminará los ojos de sus siervos" (Isaías 40,10).
"Ven Señor. Visítanos con tu Paz" (Salmos 105,4).
"Mirad: La Virgen está en cinta y dará a luz un Hijo y le pondrá por nombre Dios con nosotros" (Isaías 7,14)
¡Ven Señor, no tardes!
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