"Ventana abierta"
La Buena Semilla
(Jesús dijo:) De cierto os digo que en cuanto
lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.
Mateo 25: 40
Seguir el ejemplo del Maestro
Un presidente a menudo observaba a los alumnos
de una escuela que jugaban detrás de la casa presidencial. Un día vio a varios
niños burlarse de otro porque iba pobremente vestido.
El presidente, entristecido por el sufrimiento
del niño, supo que el padre del jovencito de 9 años
había perdido la vida como soldado en el ejército, y que su madre mantenía a
sus hijos lavando ropa.
La semana siguiente el niño llegó a la escuela
con ropa nueva. Orgulloso contó a la clase que el presidente había ido a su
casa y había llevado a toda la familia a comprar ropa nueva, que les había
comprado abundantes provisiones y una buena cantidad de carbón. Para terminar
sacó de su bolsillo una carta dirigida a la clase, firmada por el propio
presidente, que decía: “Por favor, escriban este versículo en la pizarra: “En
cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo
hicisteis“ (Mateo 25: 40).
Un poco más tarde el presidente se presentó en
la escuela. Fue a hablar a los alumnos sobre lo que había observado en el patio
y explicó el sentido del versículo que todavía estaba escrito en el tablero.
Los niños, conmovidos por aquel mensaje de la Biblia, cambiaron de actitud.
El presidente hubiese podido explicar
simplemente la lección, pero quiso poner en práctica la Palabra de Dios, para
luego explicarla, porque conocía Su poder para convencer los corazones.
”Como queréis que hagan los hombres con
vosotros, así también haced vosotros con ellos“ (Lucas 6: 31).
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