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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

viernes, 16 de abril de 2021

Los niños en Misa. Viernes, 16 - Abril - 2021

 "Ventana abierta"

Los niños en Misa

ALFREDO QUIRÓS GIL

A propósito de los niños que lloran, juegan o gritan en Misa, aquí apunto un cuento de Enrique G-M:

"En aquellos días, el niño de Susana y Jacobo, al que pusieron por nombre Marcos, tenía unos meses. Cuando se enteraron sus padres de que Jesús el Nazareno iba a hablar en un monte cercano, pensaron que era su oportunidad de escucharle. Habían oído hablar mucho de él, pero nunca pasó tan cerca de su casa, y ellos no estaban en condiciones de hacer grandes caminatas. Susana todavía estaba débil y no tenía con quién dejar al niño. Pero a un lugar cercano, podrían llevarlo.

Esa mañana, Marcos les retrasó bastante, como siempre. Le tocaba comer, no quería, había que darle la papilla con muchísima paciencia y parafernalia, y sin perder los nervios. Luego hubo que cambiarle porque se había puesto perdido.

Por el camino tuvieron que darle de beber, por el calor. Y volverlo a cambiar. Para cuando llegaron, no quedaba sitio, y se quedaron de pie en última fila. Apenas se escuchaba y no se veía.

Enseguida se felicitaron de su mala posición. Marcos rompió a llorar desconsoladamente, sin disimular. Cuanto más le chistaban, más chillaba el niño, tal vez creyendo que lo jaleaban. Los que estaban cerca les miraban sonrientes, comprensivos, pero Jacobo sabía que ellos habían hecho también sus sacrificios para oír a Jesús y, víctima de sus repeinados prejuicios de clase media, no quería molestar.

Cogió a Marcos en brazos y se fue dando grandes zancadas más atrás aún, a una arboleda retirada desde la que se podía ver a la gente del monte muy pequeñita y, arriba del todo a Jesús, haciendo leves gestos con las manos para acompañar unas palabras inaudibles, que serían preciosas.

Susana no quiso quedarse sola allá, como una egoísta, dijo, y se unió a su marido y al persistente llorón. 'A estas horas en casa suele dormir la siesta, el pobre', le excusaba, tratando de que Jacobo desarrugara el entrecejo.

Se enteraron de que todo había acabado cuando pasaron junto a ellos los grupos que volvían. Iban muy contentos porque habían asistido al milagro de los panes y lo peces, y habían saciado un hambre antigua. Cantaban y saltaban. Les dieron unos trozos de pan, menos mal.

Ahora que su llanto no importaba, se quedó dormido Marcos, Susana y Jacobo volvieron a su casa derrengados, sin preguntarse en voz alta, para no despertar a la criatura, si aquello había merecido la pena o no.

Años más tarde, Marcos lo escribiría en su Evangelio. Porque se lo habían contado, claro; pero su corazón se encendía con aquel episodio del que ignoraba que fue testigo y que amenizó musicalmente.

Si alguna vez le asaltaban dudas de fe o desfallecimientos, le bastaba, no sabía por qué, recordar la multiplicación de los panes y los peces".

(Dice Enrique que este cuento se le ocurrió el pasado domingo, en Misa, o más bien en sus alrededores, mientras acunaba a su niña. por si tenía a bien dormirse o, al menos, callarse un poco, o llorar más bajo)

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