En mis primeros años -de niña- obtuve el título de "Estudios Primarios", que era por aquel entonces el que existía antes del Ingreso a estudios más elevados.
Pasé el examen de Ingreso y comencé a estudiar Iniciación para Delineante.
Continué después Aprendizaje de Delineación, estudios que dejé inconclusos por motivos de fuerzas mayores que me impidieron proseguir.
Ya con 40 años -siendo nuestras mis hijas ya mayorcitas- mi marido y yo obtuvimos el título de "Graduado Escolar"; y en uno de los exámenes de evaluación nos propusieron hacer una pequeña poesía sobre los sentimientos que nos inspiraba un niño.
Y comencé así:
Mi niña es muy pequeñita,
despierta en mí gran ternura;
y cuando de noche siento
su movimiento y su aliento,
miro con cariño hacia su cuna.
Quisiera acunarla en mis brazos,
su sonajero, que ella pudiera sonarlo.
Tan bonita es mi niña, tan sonrosada,
que sólo la miro por no despertarla.
Cuando de noche la veo despierta
le hago mil mimos, que,
apacible y tranquila
la acuno en mi pecho
y se queda dormida.
Por la mañana al despertar,
con un gritito nos suele llamar...
Yo corro hacia su cuna,
su padre la lleva a pasear,
y ella nos dice,
con todo el cariño de que es capaz:
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