El Vía Crucis de la JMJ de Madrid, 19-agosto-2011, está presidida por el Papa Benedicto XVI.
Cuenta con quince pasos -14 estaciones, y uno más en el altar- repartidos entre Colón y la Plaza de Cibeles donde está colocado el de la Virgen de Regla que ya es el último.
Las meditaciones del Via Crucis de la JMJ han sido compuestas por las Hermanas de la Compañía de la Cruz. Orden fundada por Santa Ángela de la Cruz en Sevilla en 1875.
Llamándolas -como las nombramos cariñosamente-
"Hermanitas de la Cruz".
Viacrucis
Antes de comenzar el saludo del Papa en el Vía Crucis, jóvenes de Jordania, Palestina e Israel, portan la Cruz, poniéndola de pie junto a la 1ª Estación. "La Santa Cena".
Saludo y oración del Papa
"Queridos jóvenes:
Nos reunimos aquí evocando la tarde del Viernes Santo para acompañar a Jesús el Hijo de Dios en los misterios de su dramática y gloriosa Pasión. Son misterios de vida y salvación, misterios que nos revelan el amor de Cristo, que nos amó hasta el fin, hasta dar su vida por nosotros.
La contemplación de los misterios de Cristo es un acto de intensa oración, que nos permite unirnos a Cristo y compadecer,
-com-padecer- con Él, abriéndonos a su amor, uniendo nuestras cruces a la suya; y también el amor se hace patente en la compasión.
Por eso, al mismo tiempo que contemplamos la Pasión de Cristo, hacemos presente el sufrimiento de tantos hermanos nuestros que a consecuencia del pecado propio y ajeno transitan por enormes vía crucis, con el peligro de perder la fe y la esperanza.
Hoy queremos hacernos cirineos, que abrazados a la Cruz de Cristo, acogen también en la plegaria, en la caridad el dolor de nuestros hermanos".
Esa ha sido la oración del Papa Benedicto XVI.
Y a continuación, el Papa irá enunciando cada una de la Estaciones de este Vía Crucis, comenzando el recorrido desde Colón, con el 1º paso de La Última Cena de Francisco Salzillo. Una obra de estilo barroco creada -recordamos- en el año 1763 para la Semana Santa de Murcia.
Estación 1:
La última cena
La última cena. La imagen es la Santa Cena, procede de Murcia y su autor es Francisco Salzillo. Es de estilo Barroco y data de 1763.
Evangelio:
Y tomando pan, después de pronunciar la acción de gracias, lo partió y se lo dio, diciendo:
"Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros; haced esto en memoria mía".
Después de cenar, hizo lo mismo con el cáliz, diciendo:
"Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros”.
(Lc 22, 19-20).
Meditación:
Jesús, antes de tomar entre sus manos el pan, acoge con amor a todos los que están sentados en su mesa. Sin excluir a ninguno: ni al traidor, ni al que lo va a negar, ni a los que huirán. Los ha elegido como nuevo pueblo de Dios. La Iglesia, llamada a ser una.
Jesús muere para reunir a los hijos de Dios dispersos
(Jn 11, 52).
"No sólo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno"
(Jn 17, 20-21).
El amor fortalece la unidad.
Y les dice:
"Que os améis unos a otros"
(Jn 13,34).
El amor fiel es humilde:
"También vosotros debéis lavaros los pies unos a otros"
(Jn 13, 14).
Unidos a la oración de Cristo, oremos para que la Iglesia viva unida y en paz en la Tierra del Señor; para que cese toda persecución y discriminación por causa de la fe; y para que todos los que creen en un único Dios vivan en justicia la fraternidad, hasta que Dios nos conceda sentarnos en torno a su única mesa.
Hasta aquí la 1ª. Estación.
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A continuación la cruz va a ser portada por jóvenes de Egipto y de India.
Van escogiendo países de todo el mundo, donde se ve un sufrimiento y lo van compaginando; y se encuentran los distintos países del mundo con el distinto paisanaje de cada Iglesia local.
Quien encabeza esa delegación de jóvenes que portan la cruz de Egipto y de India, es el obispo copto católico de Soaj en el sur de Egipto, Obispo de Ismalilla de los coptos, junto con el Obispo de Cartagena.
Estación 2:
El beso de Judas
El beso de Judas. La imagen es Jesús del Prendimiento con Judas y San Juan, procede de Málaga. Su autor es Antonio Castillo Lastrucci y data de 1961.
El trono de "El beso de Judas", va a dar forma a esta 2ª Estación del Vía Crucis de la JMJ con este paso.
Esta imagen fue destruída durante la quema de conventos de 1931, y por esto se encargó una imagen de Jesús y de Judas semejante a la primitiva imagen que el escultor, Eduardo García Lastruci, talló en 1927 para la cofradía.
Evoca también todo este Vía Crucis al Coliseo, en ese martirio de los primeros cristianos , y ahora estos cristianos de hoy que también sufren y que nos lo van atraer evocando el sufrimiento de los jóvenes en todas las partes del mundo: guerras, enfrentamientos, persecuciones por causas de la fe, marginación, terrorismo, catástrofes naturales...
Vamos a vivir con el dolor de Cristo, el dolor del mundo.
Evangelio:
Y, untando el pan, se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote. Detrás del pan, entró en él Satanás. (Jn 13, 26).
Se acercó a Jesús… y le besó. Pero Jesús le contestó:
“Amigo, ¿a qué vienes?”
(Mt 26, 49-50).
Meditación:
En la Cena se respira un hálito de Misterio sagrado. Cristo está sereno, pensativo, sufriente.
Había dicho:
“He deseado comer esta Pascua con vosotros”.
(Lc 22,15).
Y ahora, a media voz, deja escapar su sentimiento más profundo: “en verdad os digo que uno de vosotros me entregará”.
(Jn 13, 21).
Judas se siente mal. Su ambición ha cambiado, a precio de traición, al Dios del Amor por el ídolo del dinero.
Jesús lo mira y él desvía la mirada.
El Señor le llama la atención ofreciéndole pan con salsa, y le dice: “lo que vas a hacer, hazlo pronto”
(Jn 13, 27).
El corazón de Judas se había envilecido y se fue a contar su dinero, para entregar poco después a Jesús con un beso.
Cristo, al sentir el frío del beso traidor, no se lo reprocha; le dice: “Amigo”.
Si estás sintiendo en tu carne el frío de la traición, o el terrible sufrimiento que provoca la división entre hermanos o la lucha fratricida… ¡acude a Jesús! Él asumió las traiciones más dolorosas en el beso de Judas.
Finaliza aquí la 2º Estación.
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Ha tomado el relevo los jóvenes, ahora iraquíes, y encabeza la delegación de esos jóvenes que portan la Cruz hacia la 3ª Estación Monseñor Garduni que es el Obispo Caldeo de Bagdad de la Iglesia en Irak, que de un millón y medio de cristianos que había en Irak, en los últimos 8 años han quedado reducidos a la 3ª parte: que muchos han sido asesinados, que otros han tenido que refugiarse, que emigrar a países limítrofes, vivir en campos de refugiados o buscar la acogida de familiares que vivían en países muy lejanos: en Estados Unidos, en Australia, en Canadá...Y ahí sigue la Iglesia en Irak.
Ciertamente impresiona ver a estos muchachos que han venido a esta cita de la JMJ, trayendo esta experiencia.
Y este testimonio de este Vía Crucis está muy unido a dos actos culturales de la JMJ, que es la "Exposición de Ayuda Necesitada", en la Iglesia de San Jerónimo el Real; así como el musical "Pelícano", que también cuenta el sufrimiento de la Iglesia de hoy por la persecución.
Ya han llegado frente a la 3ª Estación.
Estación 3:
Negación de Pedro
Negaciones de san Pedro.
La imagen es La Negación de san Pedro, procede de Orihuela (Alicante).
Su autor es Federico Coullaut-Varela y data de 1947.
Evangelio:
¿Con que darás tu vida por mí?
En verdad en verdad te digo:
"No cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces".
(Jn13,37).
Y saliendo afuera, lloró amargamente
(Lc 22, 62).
Meditación:
Un cristiano tiene que ser valiente, y ser valiente no es no tener miedo, sino saber vencerlo.
El cristiano valiente no se esconde por vergüenza, o por miedo a manifestar en público su fe. Jesús avisó a Pedro:
“Satanás quiere cribaros como trigo…
(Lc 22, 31),
y yo he rogado por vosotros porque hoy, antes de que cante el gallo, tú me negarás tres veces”.
El apóstol, por temor a unos criados, lo negó diciendo:
“No lo conozco”
(Lc 22, 57).
Al pasar Jesús por uno de los patios, lo mira… Pedro se estremece recordando sus palabras… y llora con amargura su traición.
La mirada de Dios cambia el corazón. Pero hay que dejarse mirar.
Con la mirada de Pedro, el Señor ha puesto sus ojos en los cristianos que se avergüenzan de su fe; en los que se mueven por respetos humanos y les falta valentía para defender la vida desde su inicio hasta su término natural; y en los que quieren quedar bien con criterios no evangélicos… para que, como Pedro, recobren la valentía y sean testigos convencidos de lo que creen.
Finaliza aquí el texto de la 3ª Estación.
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Es el Obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reish Valls, el que va al frente de este grupo de jóvenes "Pro Vida" que porta la Cruz hasta la 4ª Estación.
Jesús es sentenciado a muerte. La imagen es el Cristo de Medinaceli, procede de Madrid. Su autor es anónimo y data del siglo XVII, de estilo barroco.
Pues la Cruz está delante de esta 4ª Estación que es el Cristo de Medinaceli de Madrid, tan venerado por los madrileños, que muchos primeros viernes de marzo y muchísimos primeros viernes de mes, acuden a venerar al Cristo de Medinaceli, aguantando colas y lo que se les venga encima para conseguir besarle los pies y formularle 3 peticiones.
Estación 4:
Jesús es sentenciado a muerte
Evangelio:
“Es reo de muerte”
(Mt 26, 66).
Entonces se lo entregó para que lo crucificaran.
(Jn 19, 16).
Meditación:
La mayor injusticia es condenar a un inocente indefenso. Y un día la maldad juzgó y condenó a muerte a la misma inocencia.
¿Por qué condenaron a Jesús?
Porque hizo suyo todo el dolor del mundo. Al encarnarse, asumió nuestra humanidad y con ella, las heridas del pecado:
“Las culpas de ellos él soportará”
(Is 53, 11),
para curarnos por el sacrificio de la Cruz.
“Conocedor de todos los quebrantos”
(Is 53, 3 )
“indefenso se entregó a la muerte…”
(Is 53, 11).
Nos impresiona el silencio de Jesús. No se disculpa:
“es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo”
( Jn 1, 29)
Fue azotado, machacado, sacrificado. No abrió la boca para defenderse
(Is 52, 7).
En el silencio de Dios están presentes todas las víctimas inocentes de las guerras que arrasan los pueblos, dejando en ellos una semilla de odio difícil de curar. Jesús calla en el corazón de muchas personas que esperan en silencio la salvación de Dios.
Una afirmación de esta lectura.
Queridas amigas, Hermanas del Sagrado Corazón en Verónica.
El Papa al hablar así de las víctimas inocentes de las guerras que arrasan los pueblos y siembran odios difíciles de curar, yo creo que aquí está reflejado en este Vía Crucis, todo el mapa del sufrimiento humano.
Aquí finaliza la 4ª Estación.
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La Cruz comienza su recorrido hacia la 5ª Estación.
En este caso va a ser portada por un grupo de emigrantes que viven aquí en Madrid.
Encabeza este tramo del recorrido de la Cruz, Monseñor Ciriaco Benavente, Obispo de Albacete.
Se encaminan con la Cruz estos jóvenes hacia la 5ª Estación que es,
"Jesús cargado con la Cruz", de la Real, Ilustre y Fervorosa Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y María Santísima de la Esperanza Macarena de Madrid.
Su autor es José R. Fernández-Andes.
Data de 1942 y es de estilo barroco.
La imagen es Nuestro Padre Jesús del Gran Poder.
Representa a Cristo camino del Calvario con la Cruz a cuestas. Es de estilo barroco, y recordamos también que es muy típico de los tronos. Se llama en cada ciudad de una manera a quienes portan el trono, en este caso se llaman costaleros. Y normalmente este que vamos a ver ahora, Jesús del Gran Poder, lo llevan 36 portadores.
Se repite la ceremonia de poner la Cruz en vertical y apoyarla sobre ese cojín rojo.
Estación 5:
Jesús carga con su cruz
Terminada la burla, le quitaron la púrpura y le pusieron su ropa. Y lo sacaron para crucificarlo
(Mc 15, 20).
Y cargando Él mismo con la Cruz, salió al sitio llamado
“de la calavera”
(Jn 19, 17).
Meditación:
Cruz no sólo significa madero. Cruz es todo lo que nos hace difícil la vida. Entre las diversas cruces que existen, hay una, la más profunda y dolorosa, que está muy arraigada en el interior del hombre: es la cruz del pecado, que endurece el corazón y pervierte las relaciones humanas.
Del corazón salen todos los males.
(Mt 15, 19).
La Cruz que ha cargado Jesús sobre sus hombros para morir en ella, es la sobrecarga de todos los pecados de todos los hombres.
“Los míos también”.
“Llevó nuestros pecados en su cuerpo”
(1Pe 2, 24).
Jesús muere para reconciliar a los hombres con Dios. Por eso hace a la Cruz “Redentora”. Pero la cruz, por sí sola, no nos salva. Nos salva el Crucificado.
Él hizo suyo el cansancio y el agotamiento de los que no encuentran trabajo; hizo suyo el dolor de los inmigrantes que reciben ofertas laborales indignas; y el sufrimiento de los que padecen actitudes racistas, o de los que mueren en el empeño, intentando conseguir una vida más justa y más humana.
Una afirmación de esta lectura.
Muchas veces el realismo de la cruz significa el realismo de todo lo humano, y lo humano son los sufrimientos y las alegrías.
Y muchas veces se ha achacado, que nos hemos olvidado de esa dimensión horizontal, de la dimensión social, de la propuesta de fe.
Pues bien, recordemos que aquí ha estado y están presentes especialmente el dolor de los inmigrantes que reciben ofertas laborales indignas, el sufrimiento de los que padecen actitudes racistas o los que mueren en el empeño intentando conseguir una vida más justa y más humana.
No se puede desligar esa unidad de la que hablaba Benedicto XVI esta mañana, que es la unidad de la verdad, la dimensión social de la dimensión transcendente de la persona, la vida real de la persona, la vida real de los pueblos, de las naciones, con esa afirmación de la aceptación revelación de Dios.
Ha concluído aquí la 5ª Estación.
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Ha terminado esta 5ª Estación, y van a tomar el testigo de la Cruz un grupo de jóvenes liberados de la droga.
La Cruz permanece todavía en vertical delante de Jesús del Gran Poder, y se disponen a poner de nuevo la Cruz de la JMJ en posición horizontal camino de la 6ª Estación.
El paso que vamos a ver ahora es Cristo Caído, camino del Calvario de Mariano Benlliure, es una de las últimas esculturas realizadas por el escultor español, y es por tanto una escultura que se suma a la madurez artística de toda una vida dedicada a este arte, y el escultor entrega la obra a la Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Caída y María Santísima de la Amargura en el año 1942.
Este trono es de Úbeda en Jaén.
Estación 6:
Jesús cae bajo el peso de la Cruz
Jesús cae bajo el peso de la Cruz. La imagen es Cristo caído camino del Calvario, procede de Úbeda (Jaén). Su autor se Mariano Benlliure y Gil. Data de 1942 y es de estilo neoclásico.
Evangelio:
Triturado por nuestros crímenes (Is, 53,5).
Jesús cayó bajo el peso de la Cruz varias veces en el camino del Calvario (Tradición de la Iglesia de Jerusalén).
Meditación:
La Sagrada Escritura no hace referencia a las caídas de Jesús, pero es lógico que perdiera el equilibrio muchas veces. La pérdida de sangre por el desgarramiento de la piel en los azotes, los dolores musculares insoportables, la tortura de la corona, el peso del madero… no hay palabras para describir tanto sufrimiento.
Todos tenemos experiencia de haber tropezado y caído al suelo. ¡Con que rapidez nos levantamos, para no hacer el ridículo!
Contempla a Jesús en el suelo y a los que le rodean: le miran con sorna y alguno le da un puntapié para que se levante por sí mismo. ¡Qué ridículo, qué humillación!
Dice el salmo: “Y yo gusano, que no hombre, vergüenza de la gente, asco del pueblo; al verme se burlan de mí, hacen muecas, menean la cabeza” (Sal.22.7-8).
Jesús sufre con todos los que tropiezan en la misma piedra y se desploman sin fuerzas, víctimas del alcohol, de las drogas o de otras dependencias que los esclavizan; para que -apoyados en Él, y en quienes los socorren- se levanten.
Estación 7:
El Cirineo ayuda a llevar la cruz
El Cirineo ayuda a llevar la Cruz de Jesús. La imagen es Nuestro Padre Jesús Nazareno, procede de León. Su autor es anónimo. Data del siglo XVII y es de la Escuela Castellana.
Evangelio:
Mientras lo conducían, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que volvía del campo (Lc 23, 26).
Y lo forzaron a llevar su Cruz (Mat, 27,32).
Meditación:
Simón era un agricultor joven y fuerte que venía de trabajar en el campo. Los soldados le obligaron a llevar la Cruz de Nuestro Señor, no movidos por la compasión, sino por temor a que se les muriese en el camino.
Simón se resistió, pero tuvo que aceptar a la fuerza. Y al encontrarse con Jesús su corazón fue cambiando, hasta terminar compartiendo los sufrimientos de aquel ajusticiado desconocido que llevaba en silencio un peso muy superior a sus débiles fuerzas.
¡Qué importante es que los cristianos sepamos descubrir los sufrimientos de las personas que pasan a nuestro lado y nos necesitan!
Jesús se siente aliviado con la ayuda del Cirineo.
También miles de jóvenes de nuestro tiempo, de toda raza, credo y condición, marginados de la sociedad, encuentran cada día a cireneos que se entregan generosamente, se abrazan a la cruz con abnegación y se disponen a caminar a su lado.
Aquí concluye la 7ª Estación
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Estación 8:
La Verónica enjuga el rostro de Jesús
La Verónica enjuga el rostro de Jesús. La imagen es La Verónica, procede de Jerez de la Frontera. Su autor es Francisco Pinto. Data de 1976 y su estilo es neobarroco.
Evangelio:
Jesús se volvió hacia ellas y les dijo:” Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad por vosotras y por vuestros hijos” (Luc 23, 27-28).
El Señor lo guarda y lo conserva en vida, para que sea dichoso en la tierra, y no lo entrega a la saña de sus enemigos (Sal, 41,3).
Meditación:
Le seguía una multitud del pueblo y un grupo de mujeres que se golpeaban el pecho y se lamentaban llorando. Jesús se volvió y les dijo: “No lloréis por mí, llorad por vosotras y por vuestros hijos” (Luc 23, 28).
Llorad –les dice el Señor-, no con ese llanto de tristeza que endurece el corazón y lo predispone para cometer nuevos crímenes… Llorad, con un llanto suave de súplica al cielo, pidiendo misericordia y perdón.
Una de aquellas mujeres, conmovida al ver el rostro del Señor lleno de sangre, tierra y salivazos, atravesó valiente por entre los soldados y se acercó hasta Él. Se quitó el velo y le limpió la cara suavemente.
Un soldado la retiró con violencia, pero, al mirar el velo, vio que llevaba plasmado el rostro ensangrentado y doliente de Cristo.
Jesús se compadece de las mujeres de Jerusalén y deja impresas sus facciones en el paño de la Verónica.
Esas facciones nos recuerdan las de tantas personas que viven bajo regímenes ateos que las destruyen y desfiguran, privándolas de su dignidad.
Estación 9:
Jesús despojado de sus vestiduras
Jesús despojado de sus vestiduras. La imagen es Jesús despojado de sus vestiduras por dos sayones, procede de Granada. Su autor es Manuel Ramos Corona, data de 1989 y es de estilo barroco cartujano.
Evangelio:
Lo crucifican y se reparten sus ropas, echándolas a suerte (Mc 25, 24).
De la planta del pie a la cabeza no queda parte ilesa (Is 1,6).
Meditación:
Mientras preparan los clavos y las cuerdas para crucificarle, Jesús permanece de pie. Un soldado despiadado se le acerca y le quita la túnica, dando un fuerte tirón.
Las heridas comienzan a sangrar de nuevo, causándole un terrible dolor. Más tarde, los soldados se repartirán sus vestidos.
Jesús queda desnudo ante la plebe. Le han despojado de todo, como a un objeto de burla. No cabe mayor humillación y desprecio.
Los vestidos no sólo cubren el cuerpo, sino también lo que cada uno guarda en su interior: la intimidad, la dignidad. Jesús pasó por este bochorno y quiso cargar con todos los pecados que van contra la integridad y la pureza. “Cargó en su cuerpo con nuestros pecados” (1Pe.2, 24).
Jesús padece con todos los que sufren; con los que son víctimas de genocidios, violencias, violaciones y abusos sexuales, crímenes contra niños y adultos… ¡Cuántas personas desnudadas de su dignidad, de su inocencia, de su confianza en el hombre!
Estación 10:
Jesús clavado en la Cruz
La Crucifixión. La imagen es La Crucifixión, procede de Zamora. Su autor es Ramón Álvarez. Data de 1884 y es de estilo postromántico.
Evangelio:
Y cuando llegaron al lugar llamado“ La Calavera”, lo crucificaron allí, a Él y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda (Lc 23,33).
Meditación:
Han conducido a Jesús hasta el Gólgota. No va solo: le acompañan dos ladrones, que también son crucificados. “Y con Él a otros dos, uno a cada lado” (Jn 19, 18).
El Cordero que quita el pecado del mundo se hace pecado y paga por los pecados de los demás; por nuestros pecados.
El gran pecado del mundo es “la mentira de Satanás”. A Jesús lo condenan por declarar la Verdad: es el Hijo de Dios. La verdad es el argumento para justificar su crucifixión.
Es imposible describir lo que padeció físicamente el cuerpo de Cristo al ser colgado en la Cruz. Sufrió también moralmente, al verse allí, desnudo, entre dos malhechores y abandonado de los suyos.
Jesús clavado en la Cruz acoge el sufrimiento de todos los que viven clavados a situaciones dolorosas: tantos padres y madres de familia; tantos jóvenes que, por falta de trabajo, viven en la precariedad, sumidos en la pobreza y la desesperanza, sin recursos necesarios para sacar adelante a sus familias y llevar una vida digna.
Estación 11:
Jesús muere en la Cruz
Jesús Muere en la Cruz. La imagen es el Cristo de la Legión, procede de Málaga. Su autor es Francisco Palma y data de 1942, de estilo neobarroco.
Jesús, clamando con voz potente, dijo: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Y dicho esto, expiró (Lc 23, 46).
Pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas (Jn 19, 33).
Meditación:
Era sábado, el día de la preparación para la fiesta de la Pascua. Pilato dispuso que quebraran las piernas de los ajusticiados para acelerar su muerte, de forma que no quedaran pendientes de las cruces durante la fiesta.
Cuando uno de los soldados se acercó a Jesús vio que estaba muerto y, para asegurarse, le traspasó el corazón con una lanza. Así se cumplieron las Escrituras: “no le quebraron hueso alguno”
(Jn19, 16).
El sol se oscureció y el velo del Templo se rasgó por la mitad. Tembló la tierra… Es momento sagrado de contemplación. Momento de adoración… y de situarse frente al cuerpo de nuestro Redentor: sin vida, machacado, triturado, clavado en una Cruz… Ha pagado el precio de nuestras maldades, de mis maldades…
¡Señor, pequé, ten misericordia de mí, pecador!
Jesús muere por mí. Jesús me alcanza la Misericordia del Padre. Jesús paga todo lo que yo debía.
¿Y yo? ¿Qué hago por Él?
Ante el drama de tantas personas que viven en el mundo crucificadas por diferentes discapacidades… ¿estoy luchando por extender y proclamar la dignidad de la persona y el evangelio de la Vida?
Estación 12:
El descendimiento
El descendimiento. La imagen es el Santísimo Cristo de la Salud, procede de Cuenca. Su autor es Luis Marco Pérez y data de 1946.
Evangelio:
Pilato mandó que se lo entregaran (Mt 27, 57).
José, tomando el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sabana limpia (Mt 27, 59).
Meditación:
Acerquémonos a la Virgen y compartamos su dolor. Cristo ha muerto y hay que bajarlo de la Cruz.
¿Qué pasaría por la mente de su Madre? ¿Quién me lo bajará? ¿Dónde lo colocaré? María diría, dentro de su alma, lo mismo que en Nazaret: ¡Hágase!; unida a la entrega incondicional de su Hijo: “Todo está consumado”.
Llegó entonces José de Arimatea junto con Nicodemo. Aunque los dos pertenecían al Sanedrín, no habían tenido parte en la muerte del Señor.
Le habían pedido a Pilato el cuerpo del Maestro para colocarlo en un sepulcro nuevo que tenía José de Arimatea en un campo de su propiedad, muy cerca del Calvario.
Cristo ha fracasado, y ha hecho suyos todos los fracasos de los hombres.
El Hijo del Hombre comparte la suerte de los que son considerados, por distintas razones, como
la escoria de la humanidad: porque no saben, porque no pueden, porque no valen…
Y comparte la suerte de las víctimas del Sida, que -con las llagas de su cruz- esperan que alguien se ocupe de ellas.
Estación 13:
Jesús en brazos de su Madre
Jesús en brazos de su Madre. La imagen es La Quinta Angustia, procede de Valladolid. Su autor es Gregorio Fernández y data de 1625, de estilo barroco.
Evangelio:
Una espada te traspasará el alma (Lc 2,34).
Ved si hay dolor como el dolor que me atormenta (Lam 2, 12).
Meditación:
Aunque todos somos culpables de la muerte de Jesús, en estos momentos tan dolorosos la Virgen necesita nuestro amor y cercanía. Nuestra conciencia de pecadores arrepentidos le servirá de consuelo.
Situémonos con actitud filial a su lado y aprendamos a recibir a Jesús cada día con la ternura y amor con que Ella recibió en sus brazos el cuerpo destrozado y sin vida de su Hijo. ¿Hay dolor semejante a mi dolor?
Mientras preparaban “conforme a la costumbre judía” (Jn 19,40) el cuerpo del Señor para darle sepultura, María -adorando el Misterio que había guardado en su corazón sin entenderlo- repetiría conmovida, con el profeta: “pueblo mío, ¿qué te he hecho?
(Mq 6, 3).
Al contemplar el dolor de la Virgen hacemos memoria del dolor y de la soledad de tantos padres y madres que han perdido a sus hijos a causa del hambre, mientras que las sociedades opulentas, engullidas por el dragón del consumismo y de la perversión materialista, se hunden en el nihilismo de sus vidas vacías.
Estación 14:
Jesús es colocado en el sepulcro
La sepultura. La imagen es Cristo Yacente, procede de Segovia. Su autor es Gregorio Fernández. Data del siglo XVII.
Evangelio:
Y como para los judíos era el día de la Preparación, y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús. (Jn 19, 42).
José de Arimatea rodó una piedra grande a la entrada del sepulcro y se marchó (Mt 27, 60).
Meditación:
En vista de la proximidad de la fiesta, prepararon con rapidez el cuerpo del Señor para colocarlo en el sepulcro.
Era un sepulcro nuevo en el que nadie había enterrado. Una vez que hubieron dispuesto el cuerpo en su interior, hicieron rodar la piedra de la puerta, dejando la entrada completamente cerrada. Si el grano de trigo no muere…
María, en el silencio de su soledad, aprieta la espiga que lleva en su corazón como primicia de la Resurrección.
Esa espiga recuerda el trabajo humilde y sacrificado de tantas personas que se entregan generosamente al servicio de Dios y del prójimo; sus vidas dan fruto en la medida en que se unen a la muerte de Jesús.
Y esa espiga evoca también la acción de los buenos samaritanos que, cuando se desatan las fuerzas de la naturaleza -tsunamis, terremotos, huracanes- saben compartir con corazón grande los sufrimientos de quienes les rodean.
Estación 15:
La soledad de la Virgen
La Soledad de la Virgen. La imagen es la Virgen de la Regla, procede de Sevilla. Se atribuye a la gubia de Luisa Roldán. Data del último tercio del siglo XVII y es de estilo palio de corbatas.
Oración final del Santo Padre
Madre y Señora nuestra, que permaneciste firme en la fe, unida a la Pasión de tu Hijo, al concluir este Vía Crucis, ponemos en ti nuestra mirada y nuestro corazón.
Aunque no somos dignos, te acogemos en nuestra casa, como hizo el apóstol Juan, y te recibimos como Madre nuestra.
Te acompañamos en tu soledad y te ofrecemos nuestra compañía para seguir sosteniendo el dolor de tantos hermanos nuestros que completan en su carne lo que falta a la pasión de Cristo, por su cuerpo, que es la Iglesia.
Míralos con amor de Madre, enjuga sus lágrimas, sana sus heridas y acrecienta su esperanza para que experimenten siempre que la Cruz es el camino hacia la gloria, y la Pasión el preludio a la Resurrección.
Amén.
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