Gracias por enviar a tus ángeles que nos cuidan.
Gracias Señor por Tu palabra, porque ella nos ilumina.
Gracias por enjugar cada lágrima.
Gracias por darnos tantos regalos de amor.
Por cada hora, aun cuando no todas sean iguales de buenas.
Gracias Señor por el pan que nos das.
Por la risa del niño que se vuelve caricia.
Por el mar y la nube.
Por el don de sentir en plenitud la vida.
Gracias Señor por el ayer que se prendió al recuerdo.
Por el hoy que vivimos y por el mañana que nos espera con sus brazos repletos de misterio.
Gracias a través de mis labios, desde mi alma,
en nombre de aquellos que se olvidaron de dártelas, gracias Señor.
“Tú que me has dado tanto dame una cosa más, un corazón agradecido:
No agradecido al ritmo de mis deseos, como si tus bendiciones se escatimaran en ciertos días, sino un corazón que te alabe con cada latido".
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