Fiesta de la Virgen de la Salette
Padre José
Había una vez en una hermosa familia, una chica que se casó y se fue a vivir con la familia de su esposo.
Padre José
Había una vez en una hermosa familia, una chica que se casó y se fue a vivir con la familia de su esposo.
Allá ella tenía muchos sufrimientos.
Un día ella volvió a su casa y se lo contó a sus padres.
Su papá era un buen cocinero y la llevó a la cocina y sacó tres ollas: En la primera él puso una papa.
En la segunda un huevo
En la tercera puso un poco de yerba de mate.
Después hirvieron durante 10 minutos y abrió la primera olla y le dijo a su hija que tocara la papa cocida.
Ella respondió que estaba muy blandita.
Entonces su papá le explicó que antes esa papa estaba muy dura pero cuando aceptó el calor del agua, se puso blanda.
Lo mismo nuestra vida, cuando nosotros aceptamos el calor del sufrimiento, entonces podemos cambiar nuestro corazón duro por un corazón de misericordia.
Luego abrió la olla con el huevo y le explicó que antes de haberlo hervido, éste era muy delicado y fácil de romper, cuando aceptó el calor del agua lo hizo más fuerte.
Lo mismo pasa con nosotros, cuando aceptamos el calor del sufrimiento podemos vencer todo los obstáculos de nuestra vida, pudiendo mejorar de este modo nuestro estilo de vida.
Entonces él abrió la última olla y le pidió a su hija que probara el sabor del agua.
Ella probó y respondió que el agua tenía el sabor del mate.
Entonces él explicó:
Es igual que cuando nosotros aceptamos el calor del sufrimiento, entonces comprendemos que nuestros sufrimientos tienen un sentido en nuestra vida.
Además podemos observar la vida de nuestros hermanos y podemos participar de sus sufrimientos.
Queridos hermanos en nuestra vida también podemos encontrar alguna clase de sufrimiento al igual que en el cuento. Por eso necesitamos aceptar nuestro sufrimiento para mejorar nuestro estilo de vida.
El sufrimiento también es parte de nuestra vida.
Cuando examinamos la vida de la virgen María y los santos, ellos llegaron a su destino a través del camino del sufrimiento.
Ellos entregaron sus vidas en las manos de Dios y pusieron su confianza en Él.
Igual que cuando nosotros ponemos nuestra confianza en Él, es entonces cuando podremos aceptar nuestros sufrimientos y así llegaremos a nuestro destino.
Hoy celebramos la fiesta de nuestra patrona. En el día de la fiesta de la virgen de La Salette, el evangelio de hoy Jesús nos entrega a su madre para que sea por siempre nuestra madre.
María siempre acompañando a su Hijo amado hasta su último día en este mundo aceptando todos los sufrimientos.
Dios eligió a María como la madre de Jesús pero también ella recibió muchos dolores en su vida.
Cuando analizamos la vida de María desde el establo hasta el calvario, podemos ver un largo camino de sufrimientos.
La profecía de Simeón, “a ti misma una espada te atravesará el alma.” La huida a Egipto, La pérdida del Niño Jesús en Jerusalén, Jesús en el camino hacia el Calvario, La situación al pie de la Cruz etc.… Hoy ella está sufriendo por nuestras culpas.
Si examinamos todas las apariciones de la Virgen María podemos ver un mensaje muy importante; la conversión.
En La Salette María les dijo a los niños “Si mi pueblo no se somete, me veré obligada a dejar caer el brazo de mi Hijo que es tan fuerte y pesado que no puedo contenerlo más…. Pueden rogar mucho y obrar bien, pero jamás, jamás podrán pagar las penas que por ustedes he sufrido.”
Sí, sabemos cuál es el masaje de la Virgen, pero nosotros no queremos ponerlo en práctica.
Si nosotros no podemos cambiar nuestras vidas según los mensajes de Dios, entonces ¿qué sentido tiene la celebración de esta fiesta? Por eso aceptemos su mensaje y hagamos cambios necesarios en nuestra vida.
María esta siempre con nosotros y acompañándonos en nuestra vida. Por eso no perdamos nuestra confianza y apoyo en la Virgen. Toda nuestra vida, estamos recibiendo la protección de la virgen, entonces es nuestra responsabilidad cumplir nuestro compromiso con Dios ayudando a quienes necesitan nuestra caridad.
Dios quería una persona para hacer una relación con el hombre, por eso Él eligió a María y le envió a su Hijo en este mundo.
Lo mismo, para hacer una buena relación con Dios necesitamos a una persona, entonces vamos a elegir a María como nuestra mediadora.
Seguramente María, nuestra madre de los cielos nos ayudará a convertir nuestros corazones y así llegaremos a nuestro destinó
Padre:Joeph Peethuruthel
Un día ella volvió a su casa y se lo contó a sus padres.
Su papá era un buen cocinero y la llevó a la cocina y sacó tres ollas: En la primera él puso una papa.
En la segunda un huevo
En la tercera puso un poco de yerba de mate.
Después hirvieron durante 10 minutos y abrió la primera olla y le dijo a su hija que tocara la papa cocida.
Ella respondió que estaba muy blandita.
Entonces su papá le explicó que antes esa papa estaba muy dura pero cuando aceptó el calor del agua, se puso blanda.
Lo mismo nuestra vida, cuando nosotros aceptamos el calor del sufrimiento, entonces podemos cambiar nuestro corazón duro por un corazón de misericordia.
Luego abrió la olla con el huevo y le explicó que antes de haberlo hervido, éste era muy delicado y fácil de romper, cuando aceptó el calor del agua lo hizo más fuerte.
Lo mismo pasa con nosotros, cuando aceptamos el calor del sufrimiento podemos vencer todo los obstáculos de nuestra vida, pudiendo mejorar de este modo nuestro estilo de vida.
Entonces él abrió la última olla y le pidió a su hija que probara el sabor del agua.
Ella probó y respondió que el agua tenía el sabor del mate.
Entonces él explicó:
Es igual que cuando nosotros aceptamos el calor del sufrimiento, entonces comprendemos que nuestros sufrimientos tienen un sentido en nuestra vida.
Además podemos observar la vida de nuestros hermanos y podemos participar de sus sufrimientos.
Queridos hermanos en nuestra vida también podemos encontrar alguna clase de sufrimiento al igual que en el cuento. Por eso necesitamos aceptar nuestro sufrimiento para mejorar nuestro estilo de vida.
El sufrimiento también es parte de nuestra vida.
Cuando examinamos la vida de la virgen María y los santos, ellos llegaron a su destino a través del camino del sufrimiento.
Ellos entregaron sus vidas en las manos de Dios y pusieron su confianza en Él.
Igual que cuando nosotros ponemos nuestra confianza en Él, es entonces cuando podremos aceptar nuestros sufrimientos y así llegaremos a nuestro destino.
Hoy celebramos la fiesta de nuestra patrona. En el día de la fiesta de la virgen de La Salette, el evangelio de hoy Jesús nos entrega a su madre para que sea por siempre nuestra madre.
María siempre acompañando a su Hijo amado hasta su último día en este mundo aceptando todos los sufrimientos.
Dios eligió a María como la madre de Jesús pero también ella recibió muchos dolores en su vida.
Cuando analizamos la vida de María desde el establo hasta el calvario, podemos ver un largo camino de sufrimientos.
La profecía de Simeón, “a ti misma una espada te atravesará el alma.” La huida a Egipto, La pérdida del Niño Jesús en Jerusalén, Jesús en el camino hacia el Calvario, La situación al pie de la Cruz etc.… Hoy ella está sufriendo por nuestras culpas.
Si examinamos todas las apariciones de la Virgen María podemos ver un mensaje muy importante; la conversión.
En La Salette María les dijo a los niños “Si mi pueblo no se somete, me veré obligada a dejar caer el brazo de mi Hijo que es tan fuerte y pesado que no puedo contenerlo más…. Pueden rogar mucho y obrar bien, pero jamás, jamás podrán pagar las penas que por ustedes he sufrido.”
Sí, sabemos cuál es el masaje de la Virgen, pero nosotros no queremos ponerlo en práctica.
Si nosotros no podemos cambiar nuestras vidas según los mensajes de Dios, entonces ¿qué sentido tiene la celebración de esta fiesta? Por eso aceptemos su mensaje y hagamos cambios necesarios en nuestra vida.
María esta siempre con nosotros y acompañándonos en nuestra vida. Por eso no perdamos nuestra confianza y apoyo en la Virgen. Toda nuestra vida, estamos recibiendo la protección de la virgen, entonces es nuestra responsabilidad cumplir nuestro compromiso con Dios ayudando a quienes necesitan nuestra caridad.
Dios quería una persona para hacer una relación con el hombre, por eso Él eligió a María y le envió a su Hijo en este mundo.
Lo mismo, para hacer una buena relación con Dios necesitamos a una persona, entonces vamos a elegir a María como nuestra mediadora.
Seguramente María, nuestra madre de los cielos nos ayudará a convertir nuestros corazones y así llegaremos a nuestro destinó
Padre:Joeph Peethuruthel
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