La visita de Benedicto XVI a España, con motivo de la 2ª Jornada Mundial de la Juventud celebrada en nuestro país, la podemos calificar de rotundo éxito.
Si como decía el Santo Padre, en la sociedad actual se está viviendo un eclipse de Dios; esta JMJ, nos ha traído un sol radiante de paz, de tranquilidad y de fe en el mensaje de Cristo.
El Papa nos dijo:
"Muchos que creyéndose dioses, piensan no tener necesidad, ni más raíces ni cimientos que ellos mismos, desearían decidir por sí solos: lo que es verdad o no, lo que es bueno o malo, lo justo o lo injusto, decidir quien es digno de vivir o no y puede ser sacrificado en aras de otras preferencias, conductas tan evanescentes, con una existencia sin horizonte, una libertad sin Dios".
El colofón se produjo el sábado por la mañana en la Misa de Clausura en Cuatro Vientos y en la Vigilia del viernes, con un millón y medio de jóvenes arropando a Su Santidad el Papa.
El Aeródromo de Cuatro Vientos hizo honor a su nombre e hizo pasar un momento increíble a todos los presentes, dando la noticia varias veces la vuelta al mundo.
"El árbol de la vida" del escenario, fue el punto de referencia para los casi dos millones de jóvenes que formaron el campamento más grande del mundo al ocupar un área de 48 campos de fútbol.
Se producía un momento complicado que le vino mágico, cuando arreció la lluvia y el viento empezó a soplar con fuerza.
La Base Aérea de Cuatro Vientos en Madrid, fue el escenario de la Vigilia, que a pesar del viento y la lluvia, consiguió que los peregrinos pasaran de la alegría desbordante de las horas previas, al recogimiento más absoluto en el momento de la Adoración Eucarística.
Benedicto XVI, emocionado, daba las gracias, a los que con ¡vivas! al Papa, hicieron más llevadera las inclemencias del tiempo:
"Os espero a todos.
Os doy las gracias por el maravilloso ejemplo que habéis dado. Igual que esta noche, con Cristo podréis siempre afrontar las pruebas de la vida.
¡No lo olvidéis!
¡Gracias a todos!
Saltándose el protocolo, el Santo Padre se dirigía así a los cientos de miles de peregrinos:
"Queridos jóvenes, he pensado mucho en vosotros en esas horas que no nos hemos visto. Espero que hayáis podido dormir un poco, a pesar de las inclemencias del tiempo. Seguro que en esta madrugada, habréis levantado los ojos al cielo más de una vez; y no sólo los ojos, también el corazón, eso os habrá permitido rezar. Dios saca bienes de todo.
Con esta confianza, sabiendo que el Señor, nunca nos abandona, comenzamos nuestra celebración eucarística, llenos de entusiasmo y firmes en la fe".
En una bellísima homilía, de Su Santidad, lo oíamos al principio, dijo el Papa:
"Cristo se dirige a vosotros con la misma pregunta que hizo a los apóstoles:
"Y vosotros, ¿quién decis que soy yo?"
Respondedle con generosidad y valentía. Decidle:
"Jesús, yo sé que Tú eres el Hijo de Dios".
El Papa recordó a los jóvenes, que el mundo necesita del testimonio de su fe, una fe que va más allá de simples datos empíricos e históricos, que no es fruto del esfuerzo humano o la razón, sino que supone una relación personal con Cristo, la adhesión a su inteligencia y voluntad.
Por eso les ha invitado a fortalecer la fe que se nos ha transmitido, en el centro de sus vidas.
Les recordó que la fe es caminar con Él en la comunión -común unión, comunidad- de la Iglesia:
"No se puede seguir a Jesús en solitario; quien sienta la tentación de ir por su cuenta o dividir la fe según la mentalidad individualista que predomina en la sociedad, corre el riesgo de no encontrar nunca a Jesucristo o de acabar siguiendo una imagen falsa de Él.
Que sea una respuesta valiente, como corresponde a un corazón joven, que le respondan: quiero seguirte con fidelidad, dejarme guiar por tu Palabra. Yo me fío de Ti y pongo mi vida entera en tus manos. Quiero que sea la Fuerza que me sostenga, la Alegría que nunca me abandone".
Y ya en el Ángelus, Benedicto XVI les pidió a todos los jóvenes presentes en Madrid, que lleven por todo el mundo el conocimiento y el amor de Cristo, convirtiéndose en apóstoles del siglo XXI y mensajeros de su alegría.
Que tras su encuentro con Cristo, no pueden hacer otra cosa que ir contracorriente en medio de una sociedad donde impera la cultura relativista que renuncia a buscar y a poseer la verdad.
El Señor -les dijo- les envía en este momento de la historia, lleno de grandes desafíos y oportunidades, a que siga resonando por toda la tierra la Buena Nueva de Cristo, dando así testimonio de lo vivido en esta JMJ. de 2011.
"Os invito a que déis un audaz testimonio de vida cristiana ante los demás; así seréis fermento de nuevos cristianos y haréis que la Iglesia despunte con pujanza en el corazón de muchos".
En su saludo alemán, Benedicto XVI les recordó que la fe no es una teoría, sino que creer significa entrar en una relación personal con Jesús, vivir la amistad con Él en comunión, en común unión, en comunidad con los demás:
"No tengáis miedo de ser católicos, y dad siempre testimonio de ello a vuestro alrededor, con sencillez y sinceridad".
El Cardenal Arzobispo Antonio María Rouco Varela, también recordaba el momento que se vivió en el Aeródromo de Cuatro Vientos:
"Esto son también señales que el Señor nos da, e incluso la lluvia de ayer, para decirnos: lo que importa es la gracia, y no tanto vuestros pequeños o grandes lucimientos. "Hay que ser humildes a la hora de ir a mi encuentro y dejarse llevar por mí".
El balance que se puede hacer de la JMJ, es más que extraordinario, algo que hay que mirarlo desde la acción de Dios sobre la Iglesia y los jóvenes.
El magisterio del Papa en estos días ha girado en torno a Cristo, en el que tenemos que enraizar nuestra fe.
Una exposición, un anuncio, un llevar al corazón de cada joven que vive y que se deja iluminar por la fe.
El Señor es quien te salva y está cerca de ti, en Él tienes que enraizar, edificar tu vida sin tener miedo, manteniéndote firme en la fe.
La presencia de este gigante de la fe ha sido decisiva porque vive lo que anuncia, y se lo ha dado a los jóvenes con una gran fuerza de convicción.
Yo pienso, que para muchos jóvenes va a ser el sí definitivo a la fe que han recibido. Luego para muchos también, quizás para decenas de miles, pues va a ser el día en que su vocación dentro de la comunión - común unión, comunicad- y de la vida de la Iglesia va a clarificarse:
El Señor te pide que seas sacerdote, dile que sí.
El Señor te pide que te consagres a Él, dile que sí.
El Señor te pide que no tengas miedo en dar el sí al matrimonio con tu novia y fundar una familia cristiana, dile que sí.
Decenas de miles de vocaciones; y para el matrimonio yo siempre digo: "hombre, a mí me gustaría que de la JMJ, saliese por lo menos 500 mil matrimonios".
El Padre Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, comentó en el Palacio de Congresos, la reacción del Papa, cuando el viernes empezó a arreciar la lluvia en Cuatro Vientos:
"Lo de ayer fue un testimonio muy eficaz de la capacidad de concentración que se pudo llegar a tener durante el rezo y delante del Papa y del Sacramento de la Eucaristía, delante de Cristo, esto ha sido muy emotivo".
"Creo que ha sido un éxito, y esa palabra éxito resume perfectamente, lo que han sido estos cuatro días. Muchísima gente. Sobre todo me gustaría destacar lo que transmitía la gente, es decir, lo que transmitía simplemente sus caras, la alegría, el gusto por estar ahí, el buen ambiente, realmente algo enormemente reconfortante en los tiempos en que vivimos ver a tanta gente tan contenta, tan feliz, con tanta ilusión, muchos voluntarios, mucha gente trabajando, otra que venía desde muy lejos..."
Jaime Mayor Oreja, Diputado por el Partido Popular desde el año 2004, estuvo presente en la misa del sábado:
"Fue realmente increíble, como ayer y anteayer, yo creo que la alegría, la ilusión, la paz, la felicidad que tenemos ahora, los que hemos participado de estos actos es muy, muy profunda.
El Papa vio el mérito que tiene esta nueva generación, que tiene una fuerza interior brutal, para reivindicar sus valores y sus convicciones.
Una de las cosas más espectaculares que se ha vivido a lo largo de toda la semana en Madrid, ha sido a los jóvenes evadiéndose de las provocaciones y respondiendo a ellas con una sonrisa.
Pero, hombre, estamos muy preocupados, y yo creo que con motivo, por la crisis económica; pero la actual crisis de valores que estamos viviendo, yo creo que tampoco es baladí.
Es verdad que muchos lo venimos diciendo desde hace hace tiempo, la crisis no es económica y financiera solamente, es también una crisis de valores; es más, me atrevo a decir, no sólo tenemos tiempos de crisis, vivimops tiempos nuevos, donde se va a tener que vivir de otra forma, de otra manera, de ahí la importancia de las palabras de un hombre como el Papa, que fundamentalmente en su trayectoria, en sus libros y en sus discursos, está siempre presente la búsqueda de la verdad.
Nosotros vamos a vivir una realidad presidida por una verdad a "sartenazos" que es la que vamos a ir viviendo, lo que estamos viviendo ya hace tiempo. Estamos descubriendo que vivíamos en la mentira, y que ahora lamentablemente vivimos la verdad. Entonces el acto, las palabras del Papa, el significado de un mundo nuevo a través de unos valores renovados, yo creo que es lo que adquiere de este especial "Encuentro de la Juventud", una dimensión muy singular.
El Papa les ha dicho a los jóvenes, que el mundo necesita su testimonio de fe, que necesita más que nunca a Dios.
Yo lo vuelvo a decir, vivimos tiempos nuevos, vamos a vivir la verdad, a descubrir la verdad a "sartenazos". Los políticos no se van a atrever a decir la verdad en Europa, de que son tiempos nuevos, de que tenemos que saber vivir de otra forma y de otra manera, y es evidente que los valores, la fe, los principios, las convicciones, tienen que estar más presente que nunca en nuestro modo nuevo de vivir. Vamos a tener que cambiar de actitudes personales a golpe de "sartenazo", pero lo vamos a hacer; y de ahí la importancia, que haya unos jóvenes que estén dispuestos, sin duda, a seguir el camino de la verdad.
no es fácil para una ciudad recibir de golpe y porrazo a más de un millón de personas.
Pretendían decir que habían dos concepciones enfrentadas, los laicos, los indignados, los que se manifestaban por las calles de Madrid. No digo nada de eso, hay una gran multitud, todo lo demás han sido cosas de orden, de índole menor, algunos energúmenos pero que en modo alguno nosotros podemos aceptar que ha habido como dos concepciones enfrentadas en las calles de Madrid. Sólo ha habido una manera de afrontar el futuro; entonces, yo soy el primero que no quiero ni entrar a hablar ni un minuto de algunas provocaciones, algunos programas que he visto, donde se ha intentado dar importancia a lo que en mi opinión no ha sido equiparable en modo alguno.
Yo creo que a algunos, especialmente a los políticos, nos han ridiculizado, porque han tenido el valor que muchos políticos no tenemos, eso es un reto para nosotros. Estos tres días está muy bien, pero esto también nos tiene que obligar a cambiar, no podemos seguir siendo tan cobardes en muchas cuestiones, en muchos momentos; tenemos que, también, buscar la verdad, no tener tantos complejos, decir exactamente la crisis de valores que estamos viviendo, y defender con naturalidad, sin ánimo polémico, nuestras propias convicciones. Yo creo que muchos jóvenes nos han puesto en evidencia a una generación de políticos entera.
En estas Jornadas Mundiales de la Juventud tan intensas como las que hemos vivido en Madrid, me quedo con un sentimiento de esperanza; yo tengo más esperanza que hace tres días. Yo, de verdad, estoy profundamente esperanzado.
Son muchas las personas, los jóvenes, ¡es un milagro! ¿eh? que en el ambiente que les hemos dejado, puedan con la naturalidad con la que lo hacen, defender unos valores, unas convicciones y unos principios... Por eso, mi sentimiento es un sentimiento de profunda esperanza.
Yo ya desde hace tiempo, estoy muy preocupado con la situación del devenir de Europa, en general de las sociedades occidentales -y vuelvo a insistir- vamos a sufrir la verdad a "sartenazos", sin embargo hoy, cuatro días después desde el arranque de estas Jornadas, yo tengo más esperanza, porque hay personas que saben, no sólo lo que piensan, sino que se adelantan a los tiempos nuevos que vamos a vivir.
Este es mi testimonio de esperanza y de fe en el futuro.
La periodista Paloma Gómez Borrero también se expresó de esta manera:
Las Jornadas Mundiales de la Juventud -esta es la 26- empezaron con Juan Pablo II.
Todo el mundo está deseando recibir una Jornada de la Juventud.
La hemos tenido en Manila, la hemos tenido en París, se ha tenido en Toronto, en Sidney hace tres años... Ha habido como digo 26.
Esta es una Jornada en la que los jóvenes se quieren reunir, ver que no están solos, encontrarse entre ellos...
Es como puentes de amistad, de fe, de libertad y de ilusión.
Esa gente está deseando tener una roca.
No son todos católicos, lo ha dicho una chica alemana. Le dijo al Papa cuando le hablaba en alemán:
"No creo, querría creer, querría que me diera una respuesta, porque yo necesito respuestas".
El joven necesita respuestas. El joven es generoso. Al joven hay que canalizarlo porque tiene que haber tolerancia por un lado y tolerancia por el otro.
El Papa no ha venido a España por... El Papa viene a una Jornada Mundial de la Juventud, donde hay 192 países representados. Jóvenes que han querido venir, incluso unos jóvenes italianos que han venido andando, no sé desde dónde; incluso unos chinos que se han tenido que cambiar de nombre porque en su país, porque venían de la Iglesia patriótica que está prohibido..., entonces han tenido que ponerse otros nombres, y uno de ellos se ha puesto José Pérez, y lo ves que es chino, chinísimo. (Risas).
Han venido porque querían venir, porque después de tres años se quieren reunir, para, formando un momento de unión, pasarlo bien, encontrar, encontrar ellos mismos, quizás preguntas que se hacen los jóvenes hoy, que se hacen muchas.
Y eso que decía el Papa de "los dioses", yo muchas veces he oído a los jóvenes decir uno al otro:
¡Oye tío, pero ¿qué te crees, que eres Dios, que me vas a imponer a mí lo que te parece? A mí no me importas tú nada!
O sea, no ha dicho el Papa más que cosas que decimos muchos.
El Papa no nos impone nada. Si tú mañana no quieres ir a misa, nadie te va a decir nada. Si tú no quieres hacer lo que dice el Papa, no te va a pasar nada.
La Iglesia, digamos el cristianismo, es una Iglesia de misericordia y de perdón.
Se han montado confesonarios.
Yo no veo la Teología del pecado -como dicen otros- porque la gente se puede confesar cómo, cuando y donde quiera.
Lo que da la Iglesia no lo da nadie. Lo digo porque hablan de los "chiringuitos" que han montado -como dicen- que ese dinero que ha costado, bien podían habérselo dado a los pobres.
¡Pero si la Iglesia está dando de comer ahora a media España, por medio de Cáritas...!
El jueves día 18 fue mi cumpleaños. Yo, la verdad, es que nunca hubiera querido cumplir años, me había plantado en el santo, y resulta que se entera el Papa, y me felicita, y se ha enterado medio mundo.
El portavoz del Papa y en su nombre, estando en el avión me felicitó con estas palabras:
"Nos referimos a Paloma Gómez Borrero, a la que todos felicitamos y lo hacemos junto a usted".
Le respondí:
"Una vez más, gracias a Su Santidad".
Estimados/as. amigos/as, al final nos podemos quedar con una imagen, un sonido y una sensación.
La imagen:
La del viernes a las 7 de la tarde, con Benedicto XVI, recibiendo a Andrés, a ese niño de 4 años, enfermo de cáncer, poniéndole las manos en la cabeza; una imagen entrañabilísima, la que se vivió el segundo día de Benedicto XVI.
El sonido:
las actuaciones que se tenía a la puerta de la Nunciatura Apostólica; pero nos podemos quedar con dos:
Con el grupo flamenco y esa Salve rociera.
Y con la tuna el viernes a las 11 de la noche cantándole ese "Asómate, asómate al balcón..." que finalmente no se tuvo.
La sensación:
La del viernes a las 7,5 de la tarde cuando era la primera vez que el papamóvil salía de la Nunciatura Apostólica, y se abrió la puerta saliendo, la gente estaba desatada porque tenía muchas ganas de verle, se puso la carne de gallina, se hizo un nudo en el estómago, y se piensa en ese momento ¡aguanta, por favor, ahora!, porque era impresionante la sensación, y porque tenemos nuestras creencias y nuestros sentimientos.
Nos podemos quedar también, con las palabras que dirigió el Santo Padre a los jóvenes de lengua francesa, diciendo:
"No tengáis miedo a decir que sois católicos".
También, cuando el Papa dijo:
"En la Iglesia sólo se puede vivir en comunión, en estos días lo hemos vivido con una tremenda intensidad".
Además, cuando dijo una chica portuguesa:
"Un futuro diferente porque hemos estado aquí y somos mejores".
Cuando el Papa dijo en la Misa del Envío, al final:
"Que seáis testigos alegres del amor de Cristo".
Nos podemos quedar también con la alegría:
"Sed apóstoles en este siglo XXI, mensajeros de alegría.
No le defraudéis".
caminamos en Cristo nuestro amigo, nuestro Señor.
¡Gloria siempre a Él!
¡Gloria siempre a Él!
Caminamos en Cristo, firmes en la fe.
¡Gloria siempre a Él!
¡Gloria siempre a Él!
Caminamos en Cristo, firmes en la fe.
Tu sangre nos renueva y nos embriaga,
Tus pies nos encaminan a la vida,
Tus penas son el precio de mi alma,
Bautismo de mi carne en ti salvada,
Encima de tu piedra edificada,
Bebiendo de tu savia ensangrentada,
¡Oh! Cristo nuestro Amigo, nuestro Señor,
¡Haznos firmes en Ti...!
Con el fondo aún del himno de la Jornada Mundial de la Juventud, nos quedamos con el mejor recuerdo de esta JMJ. Madrid 2011, las palabras de Benedicto XVI en su despedida en Barajas:
"Ha llegado el momento de despedirnos.
Estos días pasados en Madrid, con una representación tan amorosa de jóvenes de España y de todo el mundo, quedarán hondamente grabados en mi memoria y en mi corazón.
Gracias a Vuestra Majestad por sus cordiales palabras, y por haber querido acompañarme tanto en el recibimiento, como ahora al despedirme.
Gracias a las autoridades, nacionales, autonómicas y locales, que han mostrado fina sensibilidad por este acontecimiento internacional.
Gracias a los miles de voluntarios que han hecho posible el buen desarrollo de todas las actividades de este Encuentro,los diversos actos: literarios, musicales, culturales y religiosos del festival joven, los catequistas y los obispos en los actos centrales celebrados con el sucesor de Pedro.
Gracias a quienes se han encargado de la seguridad y el orden, así como a los que han colaborado prestando los más variados servicios de este cuidado de la música y de la liturgia hasta el transporte, la atención sanitaria, los avituallamientos.
España es una gran nación con una convivencia sanamente abierta, general y respetuosa, sabe y puede progresar, sin renunciar a su alma profundamente religiosa y católica.
Manifiesta una vez más al desplegar su capacidad técnica y humana en una empresa de tanta transcendencia, de tanto futuro, como es el facilitar, que la juventud funda sus raíces en Jesucristo el Salvador.
¡Gracias Carlos!
¡¡¡Hasta siempre, porque la tierra de María Santísima es tu casa!!!
¡Muchas gracias, Santo Padre!
¡UN ABRAZO!
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