"Ventana abierta"
La Buena Semilla
He aprendido a contentarme, cualquiera que sea
mi situación.
Filipenses 4:11
Estamos atribulados en todo, mas no angustiados;
en apuros, mas no desesperados.
2 Corintios 4:8
Como entristecidos, mas siempre gozosos.
2 Corintios 6:10
Falta poco
A veces pensamos que nos falta poco para ser
felices: solo necesitamos un poco de dinero, una preocupación menos, una salud
algo mejor, un poco menos de soledad… Siempre es poca cosa lo que nos separa de
la felicidad, pero se renueva sin cesar. Así, a una preocupación le sigue otra
preocupación, y un mal momento da paso a otro mal momento… De este modo, la
felicidad siempre es para mañana. En realidad, lo que nos hace falta es Dios,
es la conciencia de nuestra relación con él, nuestro Padre. Solo él puede hacer
que la felicidad no sea para después de la enfermedad, sino durante la
enfermedad, que no sea para después de las preocupaciones, sino en medio de las
preocupaciones.
La Biblia nos invita a gozarnos siempre.
Pero, ¿cómo? “Regocijaos en el Señor siempre” (Filipenses 4:4). Esa felicidad no depende de las circunstancias
buenas o malas de nuestra vida, pues se alimenta del amor del Señor Jesús.
Conociendo bien la fragilidad interior de cada uno, Dios añade en el mismo
párrafo: “Por nada estéis afanosos”. Mediante la oración, descarguemos en Dios
todas nuestras preocupaciones, tanto pequeñas como grandes. No temamos
entregarle esas circunstancias que paralizan nuestro gozo cristiano. A veces
basta una pequeña nube para impedir que el sol brille. Aprendamos a gozarnos en
el Señor para experimentar el gozo hoy, con él, y en las condiciones de vida
que tenemos ahora.
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