"Ventana abierta"
HOY EL RETO DEL AMOR ES ACUDIR AL CONVERSOR
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que
pases un feliz día.
¿ME CONVERTIRÉ?
Hace unos días, las hermanas cantoras me invitaron a
prepararme la Calenda del día de la Anunciación para ayudar ese día a una de
ellas. Al igual que hacemos en Nochebuena, en la víspera de esta fiesta
cantamos la Buena Noticia del Amor que Dios nos tiene, que nos envió a su Hijo
único haciéndose Hombre, encarnándose en la Virgen María.
Para poder preparármela me dieron la partitura y... ¡una
cinta de casete! La hermana me decía que lo sentía mucho, pero que solo lo
tenía grabado en casete. Y, entre risas y bromas, le dije que ni se preocupara,
que lo podíamos convertir a MP3 y así ya lo teníamos más actualizado.
Pero, de pronto, aquello de “convertir” la cinta a MP3
me redescubrió el sentido de esta palabra. Porque ya estamos llegando al final
de la Cuaresma, y parece como que ya nos vamos dando cuenta de que todos
aquellos propósitos de “convertirnos” se han ido desvaneciendo por el camino:
que si queríamos hacer esto y al final no pudimos, que si aquellos ayunos y
luego no me lo tomé tan en serio... y así con mil propósitos.
Sin embargo, la cinta de casete me dio la clave. Nuestra
conversión no se trata de que hagamos muchas cosas por ser mejores, pues eso no
nos cambia el corazón. Nuestra conversión ha de ser realmente un cambio de
formato, como el casete, una transformación de nuestro corazón. Y eso no está a
nuestro alcance: podríamos lograr mil propósitos y seguir con el corazón igual.
Nuestra conversión no es a ser buenos, sino a Cristo. Es Él, al amarnos, el que
nos hace buenos.
Pero esa es la buena noticia: nosotros lo que realmente
necesitamos es ponernos en manos de “nuestro Conversor”, para que nos configure
interiormente, nos convierta a Su formato y así tengamos una vida nueva en Él.
Dios mismo prometió: “Yo mismo os daré un corazón nuevo
y un espíritu nuevo” (Ez 36, 26-28). Es un regalo que está ahí y es para ti.
Hoy el reto del amor es acudir al Conversor. Cuántas
cosas he visto cambiar en mi interior estando a Sus pies... Busca un hueco para
estar con Él, para dejarte transformar, para presentarle todo lo tuyo y dejar
que se lo apropie, para que así le pertenezca todo a Él.
La mayor conversión del corazón comienza cuando depositamos nuestra vida y nuestra confianza en Cristo, solo así dejamos que sea Él quien infunda en nuestro ser la fuerza de su Amor.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
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