"Ventana abierta"
La Buena Semilla
Pedro… comenzó a maldecir, y a jurar: No
conozco al hombre (Jesús). Y en seguida cantó el gallo.
Mateo 26: 73-74
Vuelto el Señor, miró a Pedro; y Pedro se
acordó de la palabra del Señor, que le había dicho: Antes que el gallo cante,
me negarás tres veces. Y Pedro, saliendo fuera, lloró amargamente.
Lucas 22: 61-62
Las crisis (12): El fracaso, la
negación
– El ejemplo (Lucas 22: 55-62): Cuando
Jesús preguntó a sus discípulos: “¿Quién decís que soy yo?”, Pedro respondió:
“Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” (Mateo 16: 15-16). ¡Qué fe! Qué
amor manifestó también cuando dijo: “Aunque me sea necesario morir contigo, no
te negaré” (Mateo 26: 35). Sin embargo,
pocas horas más tarde, negó tres veces que era discípulo de Jesús.
Para Pedro fue un golpe, un fracaso. Pero,
¿sucumbiría a la desesperación? No, Jesús se dio la vuelta y miró a su
discípulo, quien salió y lloró amargamente. Jesús se quedó solo ante el
tribunal, fue condenado a muerte…
Más tarde Jesús resucitado se encontró con
Pedro y le preguntó: “¿Me amas más que estos?”. Pedro respondió: “Sí, Señor; tú
sabes que te amo”. Entonces Jesús le confió el cuidado de los jóvenes
creyentes (Juan 21: 15-16).
- La lección: Al principio Pedro
tenía demasiada confianza en sí mismo. Creía que amaba lo suficiente al Señor
como para no negarlo.
Creer y amar al Señor fervientemente no basta
para guardarnos de negarlo de una forma u otra. Para mantenernos fieles,
permanezcamos cerca del Señor en pensamiento y en oración. Escuchémosle,
contemos con su amor, no con el nuestro. Si caemos en el pecado, hará como hizo
con Pedro: hablará a nuestro corazón y a nuestra conciencia, nos levantará.
Además, nos permitirá servirle.
(continuará el próximo miércoles)
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