"Ventana abierta"
La Buena Semilla
¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo
bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo
amargo por dulce, y lo dulce por amargo!
Isaías 5:20
Aborreced lo malo, seguid lo bueno.
Romanos 12:9
El bien y el mal
En los países cristianizados, hasta hace poco
tiempo, la conciencia colectiva todavía reconocía una distinción entre el bien
y el mal, fundada en la enseñanza de la Biblia, aunque muchos no lo supieran ni
reconocieran su autoridad. Hoy, sobre numerosos puntos que la Biblia condena,
se prohíbe decir: “Está mal”. El alejamiento de Dios y un ateísmo más o menos
marcado borran toda referencia moral. Aún más, so pretexto de secularidad, de
libertad, la rebelión contra Dios gana terreno.
Pero la Biblia, la Palabra de Dios, sigue
siendo la referencia inmutable del cristiano que quiere ser fiel. Ella siempre
le enseña lo que está bien y lo que está mal a los ojos de Dios. Le muestra la
actitud que debe tener frente a lo que está mal. Lo conduce a hacer el bien en
sus relaciones con sus semejantes.
Dios no pide al creyente que trate de mejorar
una situación que la Palabra condena, ni que se comporte en el mundo como si éste estuviese en orden, ni que se acostumbre a las cosas que ensucian la
mente. Incluso en medio de un mundo inmoral, Dios enseña al creyente un camino
de pureza aprobado por él. El cristiano aprende a discernirlo mediante la fe,
para su bien (Hebreos 5:14). Es el camino que Jesús el Salvador, el hombre perfecto, trazó (Hechos 10:38).
Cristianos, recordemos la oración que Jesús hizo por los que salvó: “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal”(Juan 17:15).
No hay comentarios:
Publicar un comentario