"Ventana abierta"
La Buena Semilla
Los que buscan mi vida arman lazos.
Salmo 38:12
Por el camino de la sabiduría te he encaminado,
y por veredas derechas te he hecho andar.
Proverbios 4:11
La trampa
Por ser cristiano, Iván fue llevado a Siberia a
un campo de trabajo. Allí el invierno era especialmente duro; la temperatura
bajaba hasta 50ºC bajo cero, e Iván debía trabajar fuera. La jefatura del
campamento le ofreció otro trabajo en una habitación con calefacción, pero con
la condición de colaborar con ellos en un detalle: compartiría el dormitorio
con otros prisioneros cristianos y daría a la policía el informe exacto de sus
conversaciones y actividades. La propuesta era tentadora, pues ya no tendría
que pasar frío ni hacer trabajos forzados. “Simplemente nos gustaría saber de
qué habla esa gente”, le dijeron los jefes del campamento. Iván comprendió la
trampa: se trataba de traicionar a sus hermanos. “¿Sabe qué hizo Judas después
de haber traicionado a Jesús?”, preguntó Iván al que le hizo la propuesta.
El hombre sacudió la cabeza, pues no sabía. “Se
suicidó, dijo Iván… y yo quiero vivir, vivir para Cristo o morir para su
gloria”.
La conversación se detuvo ahí. “Tuve que
regresar al frío, pero mi corazón estaba cálido”, declaró más tarde ese fiel
creyente.
Y nosotros, cristianos, ¿estamos dispuestos a renunciar a las ventajas materiales, para permanecer fieles al Señor? Un compromiso con el mal en nuestra vida personal, en nuestras relaciones profesionales, familiares, o con el enemigo, Satanás, siempre tiene consecuencias muy tristes. Pero la paz y el gozo acompañan la fidelidad a Dios y a su Palabra, cueste lo que cueste. En Hebreos 11: 35-36 se nos habla de fieles que “fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección”.
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