"Ventana abierta"
La Buena Semilla
¿No sabéis que los que corren en el estadio,
todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal
manera que lo obtengáis.
1 Corintios 9:24
Corramos con paciencia la carrera que tenemos
por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe.
Hebreos 12: 1-2
Los atletas (1)
Los corredores de 5000 metros planos ponen el
pie en la línea de partida. Están listos… ¡Empieza la carrera! Después de
algunas vueltas a la pista, un corredor adelanta a los demás ¡y gana la carrera!
El apóstol Pablo compara la vida de los
cristianos a una carrera de atletismo, como las que había en Grecia en su
época. Nos presenta dos maneras de competir:
Es necesario correr teniendo como objetivo
llevarse el premio. Advierte que “uno solo se lleva el premio”. Por lo tanto,
lo que se necesita para obtener este premio es una preparación regular,
constante y progresiva. Esto exige “paciencia”. También es importante no perder
de vista la meta de la carrera : “puestos los ojos en Jesús”. La energía es
necesaria, como también soportar los sufrimientos corporales para obtener el
premio.
Como el apóstol, somos exhortados a correr con
paciencia. Debemos desviar nuestra mirada de lo que pudiera distraernos, para
fijarla en Jesús. Se trata de ir hasta la meta sin rendirse antes de llegar
allí. ¿Podría haber un ejemplo mejor que el del Señor, que siguió su camino sin
cansarse nunca?
“Todo aquel que lucha, de todo se abstiene;
ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una
incorruptible. Así que, yo (escribe Pablo) de esta manera corro, no como a la
ventura” (1 Corintios 9: 25-26).
(mañana continuará)
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