"Ventana abierta"
Dominicas Lerma
Comentarios a la Palabra de Dios
DOMINGO XXV (T. ORDINARIO)
CICLO
A
- LA JUSTICIA DE DIOS ES GRACIA -
Is. 55, 6-9
6
Buscad a Yahveh mientras se deja encontrar, llamadle mientras está cercano.
7
Deje el malo su camino, el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Yahveh,
que tendrá compasión de él, a nuestro Dios, que será grande en perdonar.
8
Porque no son mis pensamientos vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son
mis caminos - oráculo de Yahveh -.
9
Porque cuanto aventajan los cielos a la tierra, así aventajan mis caminos a los
vuestros y mis pensamientos a los vuestros.
- Este capítulo 55 pertenece a la última
parte del 2º Is., el “Libro de la Consolación” y aquí el profeta hace una última exhortación a
participar de los bienes de la nueva alianza y a convertirse mientras aún es
tiempo, a volver a Jahvé porque es misericordioso. Está el pueblo
judío cautivo
(v. 6-7) - Está
el pueblo judío cautivo en Babilonia, pero a través de Ciro de Persia, Dios
tendrá piedad de su pueblo y volverán pronto a Jerusalén. Jahvé les envía un
libertador, pero han de convertirse y volverse a Jahvé.
- El que busca a Dios, le encuentra (Sal.
145, 18) (Dt. 4, 7). Pero para ello ha de buscarle en verdad, es decir, abandonando
las obras de la mentira, que es el pecado.
- También (Zac. 1, 3) invita a una conversión
similar, pues Dios es clemente, pero donde hallamos la mejor imagen de la
piedad del Señor para con el pecador es en la parábola del hijo pródigo (Lc.
15, 20).
(v. 8-9) - ¿Por qué cree el pecador que su
conducta no tiene remedio?. Porque imagina que el pensamiento del hombre, lo
razonable en el hombre, es la lógica de Dios y se equivoca. Dice S. Pablo que
el hombre espiritual discierne las cosas de Dios y nadie puede juzgarle a Él
porque él piensa con el Espíritu (I Cor. 2, 15). La distancia del pensamiento
del hombre carnal es tan grande como el cielo y la tierra, que quiere decir
para la mente del escritor: inconmensurable, Dios piensa como Dios y sus
pensamientos nos están velados, de aquí que la misericordia y liberalidad
divinas no quepan en nuestras categorías mentales. Esto quedará bien patente en
la parábola de Mt. de los obreros llamados a la viña.
Fp. 1, 20c-24.27
20c
Cristo será glorificado en mi cuerpo, por mi vida o por mi muerte,
24
mas, por otra parte, quedarme en la carne es más necesario para vosotros.
25
Y, persuadido de esto, sé que me quedaré y permaneceré con todos vosotros para
progreso y gozo de vuestra fe,
26
a fin de que tengáis por mi causa un nuevo motivo de orgullo en Cristo Jesús
cuando yo vuelva a estar entre vosotros.
27
Lo que importa es que vosotros llevéis una vida digna del Evangelio de Cristo
(v. 20c) - La
actividad total, la vida, las luchas y sufrimientos de Pablo estaban orientados
a Cristo. Ha puesto toda su existencia, su ser somático a su servicio, de tal
manero que su mismo cuerpo podía ser lugar de la epifanía de Cristo al
mundo y ha de ser en cualquier evento del futuro.
- El campo de tensión de su esperanza y de la
de todo cristiano viene determinado por la alternativa: en vida o en
muerte. Todo ello llega a ser místicamente la vida y los sufrimientos y la
muerte de Cristo que habita en él y es en él glorificado (I
Cor. 6, 20) (Rm. 14, 8).
(v. 21) -
Estas posibilidades de vida y muerte ponen ante el Apóstol las preguntas
fundamentales de la existencia humana ¿qué es la vida? ¿qué es la muerte?.
- Frente a la muerte vemos su respeto,
testimonio de la magnitud de su fe cristiana y de su amor
a Cristo. La vida es Cristo: no se sabe quién es sujeto y quien
es objeto si se dice que Cristo es la vida o que la vida es Cristo. De aquí se
sigue que el morir es ganancia. No dice Pablo qué ganancia sea
ésta, pero está claro que sobrepasa las dimensiones terrenas: sólo muriendo se
llega a esta posesión por tanto.
(v. 22-24) - Pablo no es un masoquista
de la vida. Una vez más es partidario de la vida “en carne” pues su obra no ha concluido todavía: “estoy persuadido”, dice (v. 25), sino tiene la oportunidad de seguir produciendo
frutos para Cristo.
- Ante la disyuntiva de elegir entre el deseo
personal y la necesidad objetiva (ambas cosas le importan), Pablo, en espíritu
de oración, traspasa la situación exterior humana y se sitúa ante Dios. En la
fe se resuelve su problema: la comunidad todavía le necesita, debe
quedarse, no es que se crea insustituible sino que ha reconocido dentro de sí
mismo la disposición divina, ¡qué difícil es tener una visión clara de uno mismo ante
Dios!...
(v. 27) - Y ahora habla a la comunidad: es necesario para la perseverancia de la misma que la palabra permanezca viva en medio de ella y que se proclame siempre entre sus miembros. El Evangelio ha de ser su norma de vida.
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