"Ventana abierta"
Archidiócesis de Sevilla
Mons. Asenjo: “No se puede ser profesor de
Religión sin una fe profunda que empapa toda nuestra vida”
El pasado sábado se
celebró en la capilla del Arzobispado la Eucaristía con la Missio canónica,
el envío de los profesores de Religión por parte del Arzobispo, monseñor Juan José Asenjo, que desgranó en su
homilía la esencia de la labor que tiene encomendada este numeroso colectivo de
la Iglesia diocesana. Monseñor Asenjo les recordó que constituyen “un grupo
especialmente importante en el organigrama diocesano, un grupo de un marcado
carácter apostólico y evangelizador”
Subrayó que el profesor de
Religión “vive en la verdad siendo creyente”, y al respecto recordó los casos
que se han comprobado en Alemania, “donde se ha discutido si para ser profesor
de Religión había que ser creyentes”. “Allí hay hasta profesores de Teología
que son ateos, lo que supone una contradicción escandalosa”, apuntó. En esta
línea, afirmó que un profesor de Religión tiene que ser una persona creyente,
“no solamente en el plano intelectual, ético o cognoscitivo, sino creyente
también en un plano más vivencial, en cuanto que admite a Jesucristo como Señor
de su vida. Eso –añadió- es ser creyente”. “No se puede ser profesor de
religión sin una fe profunda que empapa toda nuestra vida. Creyentes y orantes,
conscientes de que la oración es lo que da vigor, autenticidad y fecundidad a
nuestra vida”, señaló.
“No os guardéis vuestra fe para vosotros solos”
En otro momento de su homilía,
el Arzobispo de Sevilla afirmó “sin oración nos faltará capacidad para mostrar
con autenticidad el mensaje cristiano, hablaríamos de oído”. Corazón de
apóstol, esta fue otra faceta subrayada por monseñor Asenjo: “Tratáis de educar
los corazones de vuestros alumnos. No os guardéis vuestra fe para vosotros
solos, mostradla con entusiasmo, tratando de compartir con vuestros alumnos lo
mejor que tenéis. Sois evangelizadores”.
Debido a las cautelas propias
de este tiempo de pandemia, sólo se invitó a participar en la Eucaristía a los
coordinadores de zona, si bien el resto de profesores pudo seguirla a través de
la retransmisión que se hizo en directo por los medios de comunicación
diocesanos. Les recordó que no predican a ellos mismos, “predicáis a
Jesucristo, y sois mandatarios de la Iglesia. No enseñáis la verdad cristiana
desde vuestros gustos y convicciones o sensibilidades. Anunciáis el Evangelio
desnudo, químicamente puro, sin borrar aquellas páginas del Evangelio que casan
menos con la sensibilidad actual. Es el Evangelio integro”, afirmó.
Finalmente, monseñor Asenjo pidió a los profesores de Religión que amen a sus alumnos, “y que ellos perciban que los queréis”. “Sois transmisores de la verdad que salva, de la que es fuente de esperanza. Si por alguien os tenéis que distinguir que sea por los más pobres, sencillos y necesitados”, concluyó.
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