"Ventana abierta"
La Buena Semilla
Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero. Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?
Juan 11: 24-26
Yo soy la resurrección y la vida (5)
Lázaro, el amigo de Jesús, había muerto hacía más de cuatro días, y todos pensaban: si Jesús hubiese llegado antes, hubiese podido sanarlo. Mientras hay vida, hay esperanza, ¡pero ya no había vida! “Tu hermano resucitará”, afirmó Jesús a Marta, la hermana de Lázaro. Ella sí creía en una resurrección futura, pero Jesús le reveló que él mismo era la resurrección y la vida. Mediante su propia resurrección, Jesús triunfaría sobre la muerte. La Palabra dice que la muerte no pudo retenerlo (Hechos 2: 24).
Jesús, pues, reveló a Marta el verdadero significado del milagro que iba a cumplir resucitando a su hermano: proclamó su victoria sobre la muerte: “¿Crees esto?”, le preguntó. Marta respondió: “Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios” (Juan 11: 27). Su dolor persistía, pero ella confiaba en Jesús, pues conocía su sabiduría, su poder y su amor. Mientras la muerte aún estaba presente, recibió la promesa, no solo de que su hermano resucitaría, sino de que Jesús daría la vida eterna a todos los que creyesen en él.
¿Qué significan estos versículos para nosotros hoy en día? Son de mucho consuelo, pues nos aseguran que los creyentes que han muerto resucitarán para estar con el Señor. El que cree en Jesús posee desde ahora esta vida nueva, que no es solo una vida infinita, sino una vida en relación eterna con Jesús, quien me amó hasta el punto de soportar en mi lugar el juicio que merecían mis pecados.
(continuará el próximo martes)
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