"Ventana abierta"
La Buena Semilla
El Señor Dios llamó al hombre, y le dijo:
¿Dónde estás tú?
Génesis 3: 9
¿Dónde estás tú?
Mediante su seducción, el diablo logró hacer
dudar a los seres humanos de la sabiduría y la bondad de Dios su Creador. El
orgullo, la duda y la desconfianza los condujeron a desobedecer abiertamente el
mandamiento de Dios. Así Adán y Eva, nuestros primeros padres, cedieron al
pecado y perdieron la paz de la comunión con Dios. Su relación con su Creador
fue rota. Además, esta situación de desobediencia alteró su relación mutua,
pues Adán atribuyó a Eva la responsabilidad de su falta común.
¿Y cómo reaccionaron los dos cuando la voz de
su conciencia los acusó? Se escondieron, pensando que podrían escaparse de la
mirada de Dios. No hubo confesión, ni arrepentimiento, ni una palabra que
manifestara su reconocimiento de haber arruinado la situación.
Aún hoy los hombres quieren vivir sin Dios.
Muchos han caído tan bajo en su ceguera y su rebelión contra Dios que ni
siquiera se dan cuenta de las tristes condiciones en las cuales se encuentran.
“¿Dónde estás tú?”, nos dice Dios. Él sabe perfectamente
la respuesta, pero con bondad nos llama a cada uno, como lo hizo con Adán. Dios
busca a los que se reconocen perdidos. Él nos amó primero, y nos amó tanto que
dio a su Hijo Jesucristo para salvarnos. Y Jesús aceptó llevar sobre sí mismo
el castigo que merecía nuestro orgullo, nuestras dudas, nuestras
desobediencias, nuestras ofensas… todo aquello de lo cual nuestro corazón
rebelde está lleno. Ahora, con base en el sacrificio de su Hijo en la cruz,
Dios ofrece a cada ser humano su gracia y su perdón. ¡Aferrémonos ahora mismo a
su gracia…! ¡No nos escondamos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario