"Ventana abierta"
RINCÓN PARA ORAR
SOR MATILDE
¡OH SANTA TRINIDAD, ÚNICO DIOS!
16 Por su parte, los once discípulos
marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.
17 Y al verle le adoraron;
algunos sin embargo dudaron.
Jesús,
una vez resucitado y después de aparecérseles en muchas ocasiones para
fortalecer su fe en Él, les manda en Galilea “subir a un monte”... El monte es
lugar elegido por Dios para revelar a los hombres algo de su designio de
amor... ¿No fue en la montaña del Sinaí donde Moisés recibió la plenitud de la
Ley?... ¿Y no fue, por fin, en el monte Calvario, donde el amor de Dios se
derramó ya de una vez por todas? Ahora, Jesús les manda subir a un monte de
Galilea para entregarles “la prenda” de su unión con Él: el Bautismo, rito
sacramental que da a los creyentes la posesión de dones altísimos: el ser hijos
de Dios y herederos de su Gloria, junto con Jesús, nuestro Hermano mayor; nos
confiere la gracia: el hábito sobrenatural para estar en amistad con Dios… Y
con todo esto, nos perdona los pecados y “nos hace santos e irreprochables en
su presencia”...
“Haced
discípulos de todos los pueblos bautizándolos en el Nombre del Padre y del Hijo
y del Espíritu Santo y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado”... Con
el bautismo los discípulos han de llevar la instrucción y las Palabras de Jesús
a todas las gentes. El evangelizar no es un propósito humano, sino un mandato
divino, ineludible para todo cristiano. Es imposible conocer a Cristo y
convertirse a Él y no desear con toda el alma que todo hombre lo conozca, lo
ame y lo siga…
La
fe en Jesús entra por el oído y todos han de escuchar la Buena Nueva del
Evangelio. Porque la conversión por nuestra palabra es imposible si el Espíritu
Santo no abre primero el oído y después el corazón... Pero el entrar en amistad
con Dios es, sobre todo, obra de la Trinidad Santísima: el Padre, el Hijo y el
Espíritu Santo, que es el Amor entre ambos...
Dios
Trinidad vela para “que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento
de la Verdad”. La Verdad es Cristo: “Yo soy el Camino y la Verdad y la Vida” y
Él nos ha traído la revelación plena de que Dios es Tres Personas y un sólo
Dios verdadero. Esto estaba muy lejos de nuestros conocimientos y deseos, pero
Dios, en Jesús, nos ha hablado del Padre: “el Padre y Yo somos una misma cosa”.
Y nos ha dicho que “Dios es Amor”: “el Espíritu de la Verdad os guiará hasta la
verdad plena”... “Porque hablará de lo que oye y os irá revelando lo que está
por venir”... Aunque es al Espíritu Santo al que se le apropia la santificación
de los fieles; a Jesús, el Verbo, la Redención; y al Padre, la Creación de
todos los seres, al ser Dios Uno, es la Trinidad en su Ser divino la que
santifica, redime del pecado y ha hecho salir de la nada todas las cosas...
¡Hoy
celebramos este sublime Misterio que se nos ofrece a la adoración y a la acción
de gracias, porque nuestro Dios, que es Amor, no ha dejado fuera de Sí nada que
fuera bueno y adorable para el hombre...! Y esto, no porque nos deba nada o
tenga que estarnos agradecido por nuestra existencia, ¡sino por sola su
benevolente misericordia, que es un fuego devorador y no puede parar hasta
arropar y bendecir a la obra que hizo con todo el amor de su Corazón!...
¡Dejémonos
amar por este Dios, todo ternura y suavidad y no le opongamos ninguna
resistencia!... ¡Amén, que así se haga!...
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