"Ventana abierta"
RINCÓN PARA ORAR
SOR MATILDE
JESÚS, ES NUESTRO ETERNO SACERDOTE
12 El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dicen sus discípulos: « ¿Dónde quieres que vayamos a hacer los preparativos para que comas el cordero de Pascua?... » 22 Y mientras estaban comiendo, tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio y dijo: « Tomad, este es mi cuerpo. »
23 Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio, y bebieron todos de ella.
24 Y les dijo: « Esta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos.
25 Yo os aseguro que ya no beberé del producto de la vid hasta el día en que lo beba nuevo en el Reino de Dios.»(Mc. 14, 12.22-25)
He aquí el relato de la Institución de la Eucaristía que Jesús hizo en el rito de la cena de Pascua. Este gesto de Jesús es tan sorprendente e inaudito que ha provocado, a lo largo de los siglos, numerosas controversias y rechazos. Ya cuando habló a los judíos claramente: “el que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitare en el último día”… Entonces, muchos de ellos se echaron atrás y ya no le seguían: “este hablar es duro. ¿Quién puede escucharle?”... La Palabra de Dios escandaliza a los que tienen su vida bien asentada en sus convicciones: “son fieles a sí mismos”, porque esto les da seguridad... Pero Jesús, no ha venido a asentar nuestros proyectos humanos sino a desmontarlos, para que, al quedarnos sin apoyaturas razonables, estemos abiertos a la Palabra de Dios, que lo primero que nos hace es desconcertar... Pero también Jesús ha orado por cada uno de nosotros, para que nuestra fe no se apague y le acojamos con humildad para después entender “las razones divinas”: “lo que yo hago ahora, tú no lo entiendes, lo comprenderás más tarde”, que le dijo a Pedro cuando le desconcertaba y asombraba con sus acciones...
Por esto, la Eucaristía es el Misterio del estupor y el pasmo: ¡que Dios se haga carne y que este Cuerpo lo introduzca en un trozo de pan, para que al comerlo tengamos vida eterna y nos hagamos divinos y comensales en el banquete del cielo junto a Dios!... Esto no puede pasar por nuestra razón, sin que quede destruido: “si cuando os hablo de las cosas de la tierra no creéis, ¿qué será cuando os hable de las cosas del cielo?”... Pero las Palabras de Jesús tienen Espíritu y Vida porque Él es la Verdad del Padre...
¡El pan y el vino son el Cuerpo y la Sangre del Señor!. Y esto sin ver nada, sin tocar la divinidad, sin sentir algo que dé paso a nuestra inteligencia... Así, desnudamente, con el solo apoyo de la fe que cree sin ver ni entender mucho, comemos y bebemos nuestra salvación eterna... ¡Esto es así y “como es verdad, me lo tiene que parecer”! ...
¡Pero a los sencillos, a los simples de corazón, Jesús los lleva de la mano para entrar en estos Misterios por la puerta grande del Amor y de la absoluta confianza en Dios, con acción de gracias!...
¡Demos gracias a Dios que se nos ha entregado a Sí mismo de esta manera!... Él está en el cielo como Sacerdote Eterno, ofreciendo al Padre su sacrificio por amor. Y lo hizo de una vez para siempre, por eso, su intercesión ante la misericordia de Dios, es eterna y durará por los siglos de los siglos... “Si cuando éramos pecadores Jesús murió por nosotros, ¡con cuánta más razón, estando ya justificados por su Sangre, seremos íntimos y hermanos de Jesús, gratos al Padre en su Hijo y amados por Él!” ...
¡Por todo esto, redoblemos nuestra esperanza y confianza en Jesús, que en “su amor loco” por el hombre, nos ha atraído hacia su Corazón y no quiere que nunca más salgamos de Él!… ¡Demos gracias a Dios y alabémosle por los siglos!...
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