"Ventana abierta"
La Buena Semilla
Espera tú un poco para que te declare la
palabra de Dios.
1 Samuel 9: 27
Las palabras del sabio escuchadas en quietud.
Eclesiastés 9: 17
El horario de Alejandro
El despertador suena, Alejandro oprime el botón
y vuelve a dormir durante diez minutos… Por fin sale de la cama, se baña
escuchando la radio y luego desayuna rápidamente mientras echa un vistazo a sus
últimos mensajes del teléfono móvil. Le queda un cuarto de hora para leer su
Biblia, pero ¿cómo puede concentrarse si las vibraciones de su teléfono le
recuerdan las citas del día?
Alejandro ora antes de salir y pide a Dios que
lo guíe en sus decisiones, pues tiene que tomar una decisión importante dentro
de unos días…
Con los auriculares en las orejas, se dirige a
la estación. ¡Veinte minutos de viaje en tren, justo el tiempo necesario para
hacer un juego en su teléfono! Un día de trabajo intenso llega a su fin. Al
atardecer, Alejandro, cansado, se duerme viendo un vídeo…
Uno de sus amigos cristianos le pregunta:
- Alejandro, ¿tomaste tu decisión?
- Oro, dice él, pero parece como si Dios no
respondiese.
- En la Biblia hay pasajes cortos que pueden
ayudarte, por ejemplo: “La comunión íntima del Señor es con los que le temen…
¿Quién es el hombre que teme al Señor? Él le enseñará el camino que ha de
escoger” (Salmo 25: 14, 12).
Temer a Dios significa darle el lugar de honor
en nuestro corazón, en nuestra vida y en nuestro tiempo libre. Él nos ama, por
lo tanto debemos darle el primer lugar. Eso nos conduce a utilizar sobria y
moderadamente todo lo que nos distrae, sobre todo en el ámbito de la
“multimedia”.
Dios le hablará, si usted le da un lugar en su
horario. Pídale, como Salomón, un “corazón entendido” (1 Reyes 3: 9).
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