"Ventana abierta"
HOY EL RETO DEL AMOR ES MIRAR A JESÚS
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que
pases un feliz día.
EL MEJOR AMANECER
Al terminar los Ejercicios, el Señor me regaló una
imagen que me encantó y que ponía palabras a lo que había vivido esos días y a
lo que va a suceder ahora.
Hace 10 años, cuando Él me llamaba a dejarlo todo y
seguirlo más de cerca, pude experimentar realmente aquel “rema mar adentro” que
le dijo a Pedro. Y muy contenta me subí con Él en la barca, donde hemos estado
recorriendo nuestro mar durante estos años.
Pero, llegados a este momento, la imagen que me dibujaba
en la mente era como un amanecer, ahí, en medio del océano. Todo el mar
permanece en calma, como suele ser propio de esas horas, y, con los primeros
destellos de luz, Él se sale afuera de la barca y desde ahí me tiende Su mano
preguntándome:
-¿Quieres seguirme ahora el resto del trayecto caminando
sobre las aguas?
-Claro, sí que quiero, no lo dudo ni por un instante.
Esta es la pregunta que realmente Él me hace y la que
quiero responder mañana. ¡Y con todo mi corazón no lo puedo desear más!
Pero... ¿qué le sucede a toda mujer antes de una fiesta?
Pues que necesita sentirse perfecta y apropiada para el momento, y comienza a
“arreglarse”. Esto mismo me ha sucedido a mí en los días de Ejercicios: de
pronto era totalmente consciente de la embargadura del sí que Le voy a dar, y
sentía que quizá mis imperfecciones serían un estorbo para poder caminar sobre
las aguas... y trataba de quitármelas de encima. Por un momento focalicé todo
en mí, como si de mi perfección dependiera andar sobre las aguas. Qué absurdo,
¿verdad?
Pero Él es tan bueno que con Sus palabras me regaló
descansar. Me volvió a tender la mano, indicándome que tan solo mantuviera la
mirada en Él, que con mi sí ya Le basta, que es Él quien se ocuparía de todo,
ya que solo Él da el poder caminar sobre el agua.
Con esa imagen que me mostró, qué fácil me fue
entenderlo. ¡Con Él todo es mucho más bonito y totalmente gratuito!
Así que, llegado este momento, solo puedo darle gracias
por amarme, por haberme tendido Su mano para emprender este viaje hasta el
Cielo caminando sobre las aguas. ¡Sí, Señor! Quiero darte mi sí, mirando tu
rostro, y pisaré el mar con tu Gracia, paso tras paso hasta el Cielo.
Hoy el reto del amor es mirar a Jesús. No tengas miedo, con su presencia todo está asegurado, tan solo mantén tu mirada en Él, deja que su Amor sea más fuerte en ti que todo lo demás. ¡Él te guiará hasta la meta!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
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