"Ventana abierta"
La Buena Semilla
Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
Romanos 8: 28
Clamaré al Dios Altísimo, al Dios que me
favorece.
Salmo 57: 2
Lo que sabemos
El cristiano, como cualquier ser humano, está
confrontado a hechos desagradables, contrariedades, pruebas que no comprende…
Esto puede perturbarlo y confundirlo. Sin embargo, puede decir: “sabemos” (Romanos
8:28). Este “sabemos” es como una roca en medio de un mar agitado, como un
faro en la niebla.
- Sabemos: no significa que
“esperamos”, que “comprendemos”, pues a menudo precisamente ¡no comprendemos!
La expresión “sabemos” es una seguridad absoluta para la fe.
- que a los que aman a Dios: Dios es
amor, y su amor es derramado en el corazón de sus hijos por medio del Espíritu
Santo (Romanos 5: 5). Amar a Dios es, pues, característico de la familia
de Dios, de sus hijos.
- todas las cosas: ningún
acontecimiento puede escapar a “todas las cosas”, ¡engloba todo! Tal vez sin
que lo sepamos, los acontecimientos de nuestra vida se añaden unos a otros para
llegar a un objetivo que Dios fijó. Nada es inútil, nada es fruto del azar.
- ayudan a bien: las situaciones que
él permite pueden ser desagradables, y las circunstancias adversas. Pero,
suceda lo que suceda, Dios siempre quiere nuestro bien. En su gracia, incluso
saca partido del mal (por ejemplo, de nuestras faltas), para hacernos bien.
- a los que conforme a su propósito son
llamados: fue Dios quien se propuso buscarnos, encontrarnos y salvarnos.
Ahora se ocupa de nosotros para siempre.
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