"Ventana abierta"
La Buena Semilla
Que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
1 Corintios 2: 5
La solución divina a los
problemas humanos
Los problemas fundamentales del ser humano son
y serán siempre los mismos. El Evangelio no es una forma de sabiduría humana
que pasará de moda. Es un mensaje eternamente acertado sobre Dios y sobre su
amor, dirigido a cada uno de nosotros. Conocemos muy bien cuáles son los
problemas existenciales del hombre: necesidad de ser amado, de tener una
esperanza ante la muerte, de ser liberado de las consecuencias de su
desobediencia a Dios. El Evangelio responde a nuestras aspiraciones profundas y
muestra cómo podemos establecer nuestra relación con Dios: teniendo como base
la muerte y la resurrección de Jesucristo.
El Evangelio no se conforma con diagnosticar la
situación del hombre, sino que propone transformarla. No se limita a
identificar nuestros problemas, sino que proclama la solución. Muestra el amor
extraordinario de Dios hacia nosotros y hasta dónde llegó este amor para
salvarnos de una condenación segura: dio a Jesucristo, y ahora quiere
liberarnos para que podamos vivir en su presencia desde hoy.
Además, nos ofrece una esperanza firme e
inalterable para el futuro. Gracias a su muerte y a su resurrección, Jesucristo
tiene el poder para “librar a todos los que por el temor de la muerte” están
“durante toda la vida sujetos a servidumbre” (Hebreos 2: 15).
La fe cristiana no se limita a dar una garantía
para el más allá, lejos de eso. Pero da la respuesta a esta pregunta tan
dolorosa.
(adaptación de A.M.G.)
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