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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

jueves, 21 de julio de 2011

La felicidad.

Pedro Mario López Juárez,


Érase una vez, un anciano maltrecho llamado José y con las consecuencias naturales de la edad. Vivía en una choza muy humilde y apenas le alcanzaba lo que tenía para llevarse un pan a la boca. Un día, conoció de manera casual, a una niña llamada Miranda, quien siempre pasaba por el frente de su choza para ir al colegio.
La niña lo vio un poco enfermo, sentado en una vieja banca. Le compartió su almuerzo al pobre hombre y le preguntó por qué vivía de esa forma y si no tenía quien lo cuidase. El anciano le respondió:
-Mira niña, ya a mi edad la gente piensa que soy inservible, que soy un estorbo, pero si supieran tan sólo el treinta por ciento de lo que yo sé y de lo que yo he vivido, se darían cuenta que los ancianos tenemos mucho para dar. Por ejemplo, la gente no es feliz porque busca en banalidades la felicidad. Te lo explicaré mejor –agregó.
- La gente sufre porque la olla del guisado se tira, porque el día está nublado, porque tiene que ir a trabajar. La gente se la pasa sufriendo porque buscan en el lugar equivocado la felicidad. Por eso, niña, te digo que tú no busques la felicidad en todo aquello que tus ojos puedan ver, sino que la busques en donde la gente nunca ha buscado y eso es dentro de cada uno. Si tú buscas la felicidad dentro de ti, ten por seguro que la encontrarás y nunca se irá de ti. Además, cuando la encuentres –como yo la he encontrado- no necesitarás nada más que un pan para llevarte a la boca. Además, cuando encuentres la dicha dentro de ti, lo demás llegará por añadidura.
Entonces Miranda quedó por un momento pensando en las palabras del anciano. Se levantó, le dio un beso en la mejilla y le dijo:
- Gracias, nos veremos mañana, me voy a buscar la felicidad.

Fin


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