APRENDER A REZAR
¿Para que sirve rezar?
Rezando, ¿alcanzamos a Dios?
Todo el mundo alguna vez a pedido a algo que está más allá de su alcance. Han rezado. Han dicho palabras y palabras, hermosamente conectadas entre sí para formar bellas oraciones y frases.
Pero sirven realmente?
¿para qué lo hacemos?
A través de los siglos las oraciones han sido las formas más naturales de obtener la gracia divina. Oramos para alabar a Dios, oramos para pedir desde tiempos inmemoriales, y Jesús nos dejó una formula para pedirle al Padre.
Nuestros rezos puede que estén matizados con el color del sufrimiento y por lo tanto van acompañados con lágrimas o manos apretadas.
Mitigar el dolor, sea del alma, sea del cuerpo, las oraciones traen un alivio. Nuestras palabras han sido escuchadas.
Pero no todas las personas saben rezar, ni tampoco se enseña la forma más simple, natural y correcta de hacerlo. Se cree que sólo con la buena intención todo se podrá. Pero no es asi. Por supuesto que la firme intención de hacerlo es realmente un buen comienzo pero, hay formas más correctas.
Recordemos que en la jerarquía universal, el mundo de la materia constituye un escalón, que no es el más alto. Por lo tanto, se debe tener en cuenta esta jerarquía.
Algunas personas dicen hablar directamente con Dios, no se pone en duda esto, sólo que aprender o reaprender a rezar es bueno tanto para el que sabe como para el que no.
No es difícil hacerlo. Sólo debes intentarlo. El secreto está en el silencio. No el silencio del exterior, sino el silencio de la mente. Se practican miles de técnicas para lograr una paz interior, un momento de reposo, pero...saben que es eso?... el silencio de la mente.
Cuando uno logra el silencio en la mente, Dios se manifiesta allí. Por eso logramos, después de un periodo de meditación, esa paz tan ansiada. Si supieras que ese silencio es la puerta abierta que conecta con los salones del Padre, podrías rezar mejor. Tu voz sería escuchada.
En busca de fe, en busca de logros, tanto materiales como espirituales, se pueden olvidar ciertas cosas importantes en el camino. El silencio interior proviene de un dejarse ir y en detener el flujo de pensamientos por un instante. Entonces el mundo se detendrá. El mundo de la materia le abrirá paso al mundo del espíritu. Y Dios te sonreirá por esa puerta abierta.
Cuando la mente acalla su diálogo. Cuando no hay estímulos mentales con que la misma mente se auto sostiene, entonces, se produce el silencio. Y cuando eso sucede el Universo entero te escucha. Una palabra pronunciada en tal situación adquiere tal brillo, tal poder, que las fuerzas universales se subyugarán a tu plegaria. Y Dios te oirá.
Se cree que rezar para pedirle a Dios bienes materiales está mal, más valdría pedirle dones espirituales, pero tampoco esto es cierto. El mundo de la materia no es ni bueno ni malo, como tampoco los dones espirituales. Es la conciencia quien hará que una cosa sea buena o sea mala. Y Dios en ultima instancia lo que quiere es nuestra conciencia para expandir más la conciencia universal. Tampoco es malo el dinero, lo malo es lo que se hace con ese dinero y cómo te lo has ganado. No es cuestión de salir a la calle y repartirlo entre cualquiera que encuentres, pero se puede saldar la deuda espiritual con una dádiva hacia quien lo necesite, y ese puede ser alguien cercano, como alguien a quien no conoces.
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