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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

viernes, 22 de julio de 2011

Biblia.

(Este post lo rescaté del cajón del olvido porque aparte de ser un hecho real, me gusta su significado: tener mucha fé cuando la idea


 es buena)

Como soy muy curiosa decidí volver a leer la Biblia.
Algunos relatos me encantaron
y otros para ser sincera, me parecieron raros. Aunque después de un tiempo de mucho ojearla, me paré en seco al llegar a una historia donde Jesús le decía a sus discípulos:
¿PEDID Y OS SERÁ OTORGADO?
¿BUSCAD Y HALLARÉIS?


Mi imaginación desmedida me hizo pensar que aquellas letras
parecían tomar vida.
Seguí leyendo y se volvieron a repetir las mismas palabras.
Algo incrédula pero ilusionada, estuve pensando unos
minutos en lo que podía pedir y al final tomé una decisión...
A la mañana siguiente cuando estaba en la oficina delante
de mi mesa,
vi entrar a mi esposo con cara extraña.
Me miró.
Luego miró hacia la calle y al fin me preguntó:
-¿Qué has hecho?-
-No sé ¿por qué?- le contesté sonriendo.
-Pues ahí fuera hay unos cuantos perros vagabundos...

que parecen hacer cola...

Pensando que tal vez me esperaba una regañina
le dije poniendo cara inocente y mi mejor sonrisa:
-Bueno... pues nada, lo único que hice fue leer la Biblia...
-¿Y? -me preguntó presuroso e intrigado, conociendo mi ?historial? de
antemano.
-Pues decía que si pedía algo, me lo iban a otorgar...
entonces imploré mirando al cielo... un perrito callejero.
-¡Queeeé! ¿Cómo se te ha ocurrido pedir una cosa que abunda tanto
y que no cuesta dinero? Por lo menos hay cinco... -protestó mirando
hacia fuera.
-Bueno, ya lo arreglaré -contesté divertida, mientras él se marchaba
resoplando como los toro de Miura.
De los dieciséis perros que vinieron:


El pastor alemán, el perro de caza y el inteligente y

 baboso San Bernardo
los pude colocar en varias casas.
Cuatro os contaré luego lo que pasó con ellos
Y los restantes: salía a la calle para asustarles con la escoba en la cabeza, enseñándoles los dientes y gruñendo (sin que nadie me viera, claro)
De los cuatro que quedaron no hubo manera de quitármelos de encima.
Me siguen a mi casa, me esperan en la oficina.
Y por la noche duermen pegados a mi puerta, pero claro, cuando alguno de ellos se rasca, parece como si alguien llamara a la puerta, ¡puff! ¡A las cuatro de la mañana!
Son mi escolta en el coche y me siguen a la velocidad que yo quiera,
a veces adivinan donde voy e incluso me adelantan abriendo camino.
Si he de ser sincera, la Biblia ha sido el más poderoso libro,
porque su efecto es tan duradero que van para seis años de aquello.
Incluso he comprobado que después de arrollarlos cinco veces
(¡Eh, sin querer por cierto!) con las poderosas ruedas de mi carro.
Chillan, se sacuden y luego continúan con la única obligación que parecen
tener grabada con letras de fuego: Perseguir a Dorina.
Ah...la Biblia tiene efecto residual, algunas veces cuando vamos paseando
mi querido esposo y yo, me dice con cara divertida y con cierta ironía:


"Ese perro callejero... te mira".




Aquí os presento los objetos de mis pesadillas:


 


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