"Ventana abierta"
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Sean bienvenidos
Invitación y bienvenida
Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.
Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.
Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!
Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.
Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...
Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.
Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
viernes, 30 de abril de 2021
Una meditación para cada día. Jesucristo pagó el rescate. Cuarta Semana de Pascua. Viernes, 30 - Abril - 2021
"Ventana abierta"
La Buena Semilla
Ninguno de ellos podrá en manera alguna redimir al hermano, ni dar a Dios su rescate (porque la redención de su vida es de gran precio, y no se logrará jamás).
Salmo 49: 7-8
Jesucristo pagó el rescate
Dios, “que es rico en misericordia”, abrió un camino para que escapes del juicio final que merecías por tu pecado, para librarte de las cadenas de Satanás y de su esclavitud. Él dio a su único y amado Hijo, para que muriera en tu lugar. El Señor Jesús dio su vida en la cruz, derramó su sangre con el fin de pagar tu rescate. Para liberar a los hombres del poder del pecado y de la muerte fue necesario pagar un precio mucho más alto que el valor de todo el oro y la plata del mundo: “La sangre preciosa de Cristo”, dice la Biblia. “Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir… no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación” (1 Pedro 1:18-19).
Debido al pecado, la muerte tenía tal control sobre la humanidad, que la única manera de romperlo era que el Hijo de Dios viniera y muriera en lugar del pecador. “Jesucristo… se dio a sí mismo en rescate por todos” (1 Timoteo 2: 5-6). La buena nueva es para todos los hombres, nos habla de una gran salvación ofrecida gratuitamente a todos, pero solo se benefician de ella los que con todo su corazón creen que Jesús es el Hijo de Dios y lo aceptan como su Salvador personal.
La Biblia, la Palabra de Dios, dice claramente: “Siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5: 8). Y aún más, nos promete que “todo aquel que en él [Jesús] cree”, recibirá la remisión de los pecados. “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6: 23).
Los cinco minutos del Espíritu Santo. Cuarta Semana de Pascua. Viernes, 30 - Abril - 2021
Los cinco minutos del Espíritu Santo
Mons. Víctor Manuel Fernández
"Ven Espíritu Santo. Ilumíname para que sepa decir las mejores palabras, esas que puedan hacer bien a los demás.
Tómame Espíritu Santo, para que a través de mis gestos se exprese el amor de Jesús y los demás puedan crecer en la amistad que les ofreces.
Dame flexibilidad y apertura, para que me adapte con sencillez a las necesidades de los otros.
Dame un oído atento, para escuchar lo que tú me digas a través de ellos.
Fecunda y reaviva los carismas que derramaste en mi vida para cumplir mi misión en el mundo.
Guíame, Espíritu Santo. No dejes que confunda el camino.
Enséñame a discernir, para que no me desgaste cuidando la apariencia o buscando fama.
No dejes que ponga mi apoyo en falsas seguridades que me alejan de ti.
Toca mi interior, Espíritu Santo, para que viva de ti, para que me deje llevar por ti donde quieras, como quieras, cuando quieras.
Para que mi camino me oriente siempre a ti, para que siempre esté contigo, para que sepa de verdad que sólo en ti está la fuente de la vida.
Gracias, Espíritu Santo, porque puedo participar en la construcción del Reino de Dios, y así puedo crecer en tu amor.
Amén."
http://bit.ly/2KTVzEr
#CincoMinutos #EspírituSanto #VíctorManuelFernández #EditorialClaretiana
#CincoMinutos #EspírituSanto #VíctorManuelFernández #EditorialClaretiana
Reflexión: La abuela y el pastel
"Ventana abierta"
La abuela y el pastel
¡Hola amigos, de nuevo nos encontramos aquí en nuestro blog "Seguir la Senda" en nuestra “Ventana abierta”!
“Un pequeño muchachito estaba contándole a su
abuela lo mal que le iba todo: La escuela, problemas familiares, graves
problemas de salud, etc…
Mientras tanto la abuelita estaba haciendo un
pastel.
Entonces ella le preguntó a su nietecito si
deseaba un bocado de algo; a lo que por supuesto él aceptó de inmediato.
- “Sírvete un poco de harina” -le dijo-
- ¡Imposible, abuelita! -contestó el niño-
- “¿Entonces qué te parece servirte un par de
huevos crudos?”
- ¡Ni loco! ¡Qué porquería!
- “¿Entonces tal vez te gustaría probar un poco
de aceite de cocina o de levadura para hornear?”
- “¡Abuelita, ¿qué te pasa? Todo eso es
incomestible!
A lo que la abuelita respondió:
- “Es verdad, todas estas cosas se ven muy mal
por sí solas. Pero cuando todas ellas son mezcladas de manera correcta, de
ellas nace un pastel delicioso”.
Dios trabaja de la misma manera.
Muchas veces nos preguntamos por qué Él permite
que pasemos por circunstancias y momentos tan malos. Pero Dios sabe que
ordenando todas estas cosas a Su manera perfecta, ¡éstas siempre obran para
nuestro bien!
Solamente tenemos que confiar en Él y, en su
momento, las cosas malas que nos pasan se convertirán en algo maravilloso.
Dice San Agustín:
“Nada me parece mejor, nada me es más dulce que
mirar el Tesoro Divino sin ruido ni apresuramiento: eso es lo mejor y lo más
dulce. Tener que predicar, que atacar, que lanzar advertencias, que edificar y
sentirme responsable de cada uno de vosotros, es una pesada carga, un gran peso
sobre mí, un trabajo penoso”.
N. Kazantzaki dice:
“Señor, si te amo únicamente porque deseo
entrar en tu Paraíso, envía el ángel de la espada para que me cierre la puerta.
Si te amo porque el infierno me atemoriza,
precipítame en él.
Pero si te quiero por Ti, sólo por Ti, entonces abre los brazos y recíbeme”.
REFLEXIÓN PARA EL VIERNES DE LA CUARTA SEMANA DE PASCUA. 30 - Abril - 2021
"ventana abierta"
De la mano de María
Héctor L. Márquez (Conferencista católico)
REFLEXIÓN PARA EL
VIERNES DE LA CUARTA SEMANA DE PASCUA
Continuamos nuestra
ruta Pascual camino a Pentecostés y, para que no se nos olvide, la Primera
lectura de hoy (Hc 13,26-33) nos recuerda que a Jesús, luego haber sido muerto
y sepultado, “Dios lo resucitó de entre los muertos”.
La lectura evangélica, por su parte, nos presenta nuevamente otro de los
famosos “Yo soy” de Jesús que encontramos en el relato evangélico de Juan
(14,1-6), que nos apuntan a la identidad entre Jesús y el Padre (Cfr. Ex 3,14): “Yo soy el
Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí”. Jesús pronuncia
estas palabras en el contexto de la última cena, después del lavatorio de los
pies a sus discípulos, el anuncio de la traición de Judas, el anuncio de su
glorificación, la institución del mandamiento del amor, y el anuncio de las
negaciones de Pedro (que refiere a la interrogante de ese “lugar” a donde va
Jesús).
Es ahí que Jesús les dice: “Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios
y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera
así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare
sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también
vosotros”. Jesús utiliza ese lenguaje partiendo de la concepción judía de que
el cielo era un lugar de muchas estancias o “habitaciones”. Jesús toma ese
concepto y lo lleva un paso más allá. Relaciona ese “lugar” con la Casa del
Padre hacia donde Él ha dicho que va. Eso les asegura a sus discípulos un lugar
en la Casa del Padre. Y tú, ¿te cuentas entre sus discípulos?
“Y adonde yo voy, ya sabéis el camino”, les dice Jesús a renglón seguido,
lo que suscita la duda de Tomás (¡Tomás siempre dudando!): “Señor, no sabemos
adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?” Es en contestación a esa
interrogante que Jesús pronuncia el Yo
soy que hemos reseñado.
Vemos cómo Jesús se identifica con el Padre. Especialmente en el relato de
Juan, Jesús repite que Él y el Padre son uno, que quien le ve a Él ha visto al
Padre, y quien le escucha a Él escucha al Padre, al punto que a veces suena
como un trabalenguas.
La misma identidad existe entre la persona de Jesús y el misterio del
Reino. Él en persona es el misterio del Reino de Dios. Por eso puede decir a
los testigos oculares: ¡Dichosos los ojos que ven lo que veis!, pues yo os digo
que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que veis y no lo vieron, quisieron
oír lo que oís y no lo oyeron (Lc 10,23s). La llegada de Jesús, el misterio de su encarnación, es la llegada
del Reino. El “Reino de Dios” no es un concepto territorial; ni
tan siquiera es un lugar (como tampoco lo es el cielo). Se trata del Reinado de
Dios; el hecho de que Dios “reina” sobre toda la creación. Y Jesús es uno con
el Padre.
Él va primero al Padre. Ha prometido que va a prepararnos un lugar, y cuando esté listo ha de venir a buscarnos para que “donde yo esté, estén también ustedes”. Es decir, que nos hace partícipes de Su vida divina. También nos ha dicho que hay un solo camino hacia la Casa del Padre, y ese Camino es Él. ¿Te animas a seguir ese Camino?
HOY EL RETO DEL AMOR ES MOSTRAR TU CORAZÓN A CRISTO. Viernes, 30 - Abril - 2021
"Ventana abierta"
HOY EL RETO DEL AMOR ES MOSTRAR TU CORAZÓN A CRISTO
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que
pases un feliz día.
SORPRENDIDA “IN FRAGANTI”
-¡¡¡Sor Anaaaaa...!!! -gimoteé, poniendo cara de
circunstancias.
-¿Qué pasa? -preguntó ella, visiblemente preocupada.
Me eché las manos a la cabeza, trasmitiéndole mi
desesperación:
-¡¡Un desastre sin precedentes!! ¡¡¡Una catástrofe de magnitudes cósmicas!!!
-Ah, bueno... entonces me dejas mucho más tranquila
-contestó con una sonrisa de lo más relajada.
Ante semejante respuesta... ¡¡no pude evitar reírme!!
Claro que había arruinado mi dramatización, ¡pero me encantó ver cómo me conoce
para saber que no era nada serio!
Además, el motivo del “drama” era que faltaba uno de mis
ingredientes “imprescindibles” en la cocina... pero resulta que sor Ana ya se
había dado cuenta, ¡y tenía más en la despensa! ¡Antes de que llegara a
pedírselo!
Lo cierto es que me sentí completamente “al
descubierto”, conocida... ¡y querida!
Curiosamente, en la Biblia el verbo “conocer” es
sinónimo de “amar”. En efecto, Cristo conoce todo de ti. Él sabe bien de tus
dones y cualidades, ¡pues fue Él quien las diseñó en ti! Y también es
consciente de tus fallos, de tus debilidades... Todo esta presente a sus ojos.
Y conociendo absolutamente todo de ti... te ama.
Cristo nunca dirá que “no sabía lo que hacía” al
elegirte. Lo sabe. Y, con todo, apuesta por ti.
El Señor conoce tu verdad, más aún que tú mismo. Su amor
no depende de lo bueno o malo que hagas. Te ama porque eres tú. Su amor es
infinito e incondicional. Por eso podemos presentarnos ante Él como somos, sin
máscaras, ¡pues no va a asustarse ni a escandalizarse! ¡Qué bueno es estar con
Alguien que, conociéndote, te ama!
Hoy el reto del amor es mostrar tu corazón a Cristo. Te invito a que, en tu rato de oración, le cuentes a Jesús lo que llevas en tu interior, esa o esa preocupación, ese trabajo o aquel imprevisto... Cuéntale cómo estás, lo que sientes... ¡sin miedo ni maquillaje! Disfruta sabiendo que, estés como estés, ¡su amor por ti no cambia!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
Prohibido cualquier reproducción para uso comercial.
Sólo se permite un uso para actividades de evangelización
siempre que se publiquen sin ningún tipo de modificación.
jueves, 29 de abril de 2021
Cuento con valores. Samara y el ruiseñor.
"Ventana abierta"
¿Por qué no pagaste el rescate?. Cuarta Semana de Pascua. Jueves, 29 - Abril - 2021
"Ventana abierta"
La Buena Semilla
En tu mano están mis tiempos; líbrame de la
mano de mis enemigos y de mis perseguidores.
Salmo 31: 15
¿Por qué no pagaste el rescate?
En marzo de 1987, Marco, un niño de ocho años
de edad, fue secuestrado y separado violentamente de su familia. Durante
diecisiete meses lo mantuvieron escondido en una montaña en Italia, mientras
sus secuestradores exigían un rescate de dos millones de dólares. Cuando
finalmente la policía lo localizó y se acercaba a la cabaña donde lo tenían
prisionero, sus secuestradores lo sacaron de su escondite, lo abandonaron en un
sendero de la montaña y le ordenaron que caminara.
La policía lo encontró en ese lugar. El pelo le
había crecido hasta los hombros. Alrededor de su muñeca izquierda tenía marcas
de la cadena que lo sujetaba a la pared, y llevaba puesta la misma camiseta que
tenía el día del secuestro.
Los medios de comunicación informaron sobre la
liberación del niño; muchas personas lloraron de la emoción al enterarse de que
el pequeño estaba a salvo. Sin embargo, la alegría de la madre se disipó cuando
su hijo la miró sin ninguna emoción en sus ojos marrones, y fríamente le
preguntó: “¿Por qué no pagaste el rescate? No querías que volviera, ¿verdad?”.
Probablemente los secuestradores le habían
dicho que sus padres no lo amaban porque no estaban dispuestos a pagar el
rescate. La suma exigida estaba muy por encima de lo que la familia podía
pagar, pero los secuestradores habían repetido su mentira tantas veces al chico
que este había terminado creyéndoles.
A Dios nunca se le puede hacer la pregunta:
“¿Por qué no pagaste el rescate?”, pues él pagó el rescate supremo por nosotros.
Nadie puede dudar de Su amor, debido al costo de ese rescate.
Santa Catalina de Siena. Jueves, 29 - Abril - 2021
"Ventana abierta"
Santa Catalina de Siena
Biografías y vidas
(Catalina o Caterina Benincasa; Siena, 1347 - Roma, 1380) Santa y mística italiana. Su intensa vida espiritual y sus experiencias místicas, dictadas a sus discípulos, no fueron incompatibles con su activa participación en los conflictos políticos y religiosos de la época: promovió una cruzada contra el Islam y trató de evitar el Cisma de Occidente. Canonizada por el papa Pío II en 1461, Pablo VI la declaró doctora de la Iglesia en 1970.
Santa Catalina de Siena
Hija de Jacopo Benincasa y de
Lapa Piangenti, ya desde su tierna infancia tuvo arrebatos místicos y se sintió
llamada por Dios; ello la obligó a luchar contra la incomprensión de sus
familiares, que pretendían casarla. Después de vencer muchas dificultades,
logró ser acogida en la orden tercera de los Dominicos (1363-64). En el
convento vivió años de duras penitencias, aunque consoladas por frecuentes
apariciones sobrenaturales.
La fama de sus virtudes le dio
gran popularidad, pero no la libró de ciertas desconfianzas surgidas en los
medios eclesiásticos, los cuales la sometieron a vigilancia. En 1375 recibió en
Pisa los estigmas de la pasión; en 1376, hallándose en Aviñón, trabajó en favor
del regreso de los papas a Roma. Muy intensa fue la actividad de la santa
durante esta época; así, recorrió las cortes de toda Italia para predicar la
paz, la concordia y la cruzada contra los turcos; trató asimismo en Roma de
evitar el cisma. El fervor de su actuación pública no disminuyó la intensidad
de los éxtasis ni el rigor de las prácticas ascéticas; consumida por el ardor y
las fatigas, murió a los treinta y tres años.
Santa Catalina de Siena dictó
a algunos fieles discípulos el Diálogo de la divina
providencia (1378) y muchísimas Cartas, de las
cuales se conservan cerca de cuatrocientas, aun cuando no todas ellas son
auténticas. Mujer poseedora de una excepcional fuerza de voluntad, gozó de
numerosas experiencias místicas, de cuyos éxtasis y revelaciones nos habla en
la citada correspondencia. Sin embargo, debe su influjo en el mundo político y
eclesiástico del siglo XIV sobre todo a la energía y celo con que actuó en los
conflictos de la época. Su prosa carece de riqueza técnica, pero se apoya en
los infinitos recursos de la imaginación y el instinto de la santa, que
frecuentemente confieren a sus páginas tonos encendidos, tumultuosos y casi
barrocos. La falta de experiencia literaria queda suplida en sus escritos por
toda una serie de virtudes: una sensibilidad sutil y variada, una singular
penetración psicológica, la eficacia de sus razones, la sinceridad de sus
efusiones extáticas y el ardor de su apostolado ascético, todo lo cual da a su
obra momentos de gran intensidad lírica.
Obras
de Santa Catalina de Siena
El Diálogo de la divina
providencia (1378) fue dictado por Santa Catalina de Siena en
un momento de exaltación mística a algunos discípulos, entre los cuales estaban
Cristofano di Gano Guidini, quien dio después forma más literaria al texto en
italiano, y Stefano Maconi, que hizo su traducción al latín y corrigió y aprobó
la redacción del precedente. Tuvo diversos títulos: Libro de la divina doctrina, Tratado o Libro
de la divina providencia, Libro de la divina revelación, Diálogo de la divina
doctrina, o simplemente Diálogos. La obra se
difundió primero en manuscritos (de ahí la cantidad de códices y el número de
sus variantes) y fue impresa por primera vez en 1472 en Bolonia por Baldassarre
Arzoguidi, y otras siete veces de 1472 a 1479. La edición más conocida es la
que cuidó Girolamo Gigli, que publicó las obras de la santa (1707 y años
siguientes).
La división actual en tratados
y capítulos que presenta la obra es de época posterior a los códices más
antiguos. La reducción literaria de Cristofano, por escrúpulo de fidelidad,
conserva todavía la ingenuidad de expresión, los pleonasmos, los idiotismos del
habla vulgar y hasta algunas veces la inconexión sintáctica, fácil en quien
dictaba bajo el fuego de la divina inspiración, y la consiguiente oscuridad o
ambigüedad de algunas expresiones. En su forma actual, el Diálogo
de la divina providencia consta de ciento sesenta y siete
capítulos; los siete primeros constituyen una especie de introducción; del IX
al LXIV llevan el título "Tratado de la discreción"; del LXV al
LXXXIV, "Tratado de la oración"; siguen el "Tratado de la
providencia" (CXXXV-CLIII) y el "Tratado de la obediencia"
(CLIV-CLXVII). Pero, a menudo, la materia de los capítulos no corresponde al
título del tratado, y se extiende a todas las ramas de la ascética y de la
mística.
Un concepto fundamental y que
sirve como hilo conductor de esta obra mística se halla en el propósito de
conducir el alma del "temor servil", esto es, del miedo a los
castigos divinos, al perfecto amor de Dios, a ser "hijos y amigos".
La "discreción" a que alude el primer tratado no es más que un
verdadero conocimiento que el alma debe tener de sí y de Dios. Quebrada por la
desobediencia de Adán la vía del cielo, Dios hizo de su hijo Jesucristo un
puente que consta de tres "escalones", los tres estados o tres
facultades del alma. Los que quieren seguir otro camino perecen
espiritualmente, trastornados por la carnalidad, por la avaricia, por la
injusticia y por el falso juicio.
El "Tratado de la oración" desarrolla el alto grado de perfección a que puede llegar el alma por medio de la oración mental, esto es, de la conversación directa con Dios; pone en guardia contra algunos aspectos engañosos de ella; enuncia "cinco maneras de lágrimas" y sus frutos, y explica cómo la luz de la razón debe ser reforzada por la luz de la fe para llegar a la contemplación de la divina verdad. Se detiene después en la misión de los sacerdotes, lamentando que la indignidad y las culpas de muchos de ellos impidan a las almas llegar a la perfección. El breve "Tratado de la providencia" ilustra todos los modos que Dios usó y usa para conducir a la salvación las almas; y el "Tratado de la obediencia" se ocupa de la obediencia a Dios en sus varias formas según los diversos estados, y de sus frutos e importancia.
Impresas por primera
vez en Bolonia en 1492, las 381 Cartas de Santa
Catalina de Siena constituyen otra estimable obra de la mística cristiana. En
una lectura continuada las cartas de Catalina pueden parecer monótonas, pero es
porque cada una de ellas refleja toda entera la concepción mística, social y
activa de la santa, y arden todas con el mismo ardor de caridad. También desde
un punto de vista puramente literario pueden desagradar las expresiones de
crudo realismo en que abundan, y el contraste que a veces resulta entre lo
sublime del concepto y lo grotesco de la forma; pero la intención de Catalina
de Siena no era literaria, sino religiosa, y para conquistar las almas le
parecía a ella tan útil la claridad de la mente como la sacudida violenta de
los sentidos. De aquí la particular poesía propia de estas efusiones de un
corazón enamorado de Dios y de los hombres como pocos lo han sido. Realmente
circula una férvida corriente lírica por estas Cartas, hechas de
luz, de pasión y de voluntad como la vida de la santa, "bienaventurada y
dolorosa" imagen del verdadero siervo de Dios.
Informadas todas por la misma
e inalterable doctrina e inflamadas por la misma caridad, las cartas revelan la
mente y el corazón, la fe y la acción de Santa Catalina, y compendian su vida
breve y heroica. La santa elegía para sí el retiro y la contemplación sólo
cuando le era necesario conversar con Dios para recibir sus enseñanzas,
consejos y consuelos, pero volvía luego a rezar obrando, sumergiéndose en las
turbulentas olas de la vida pública, dando testimonio de la verdad, serena en
medio de las tempestades. Sus cartas reflejan su figura humilde y con todo
dominadora, su doctrina firme y luminosa, su acción intrépida y benéfica. Habla
con dulzura, humildad y mansedumbre hasta a los corazones más duros y
corrompidos. Pero no transige con el vicio: pone el dedo en la llaga, expresa
clara y francamente su reprobación, e impone la reparación concluyendo con tono
resuelto.
Catalina de Siena no fue únicamente la consoladora de los afligidos, la consejera de los dudosos, la amonestadora de los pecadores y la enfermera de los enfermos, sino una fuerza y una autoridad moral que imprimió un sello indeleble sobre toda la vida de su época. La acción benéfica que ella desarrolló, verdadero apostolado de amor y de sacrificio, resplandece en sus cartas. Más que todo, le causan dolor las guerras por las cuales "se destruye lo de los pobrecitos por obra de los soldados, los cuales devoran la carne y los hombres". Una sola guerra querría: la cruzada contra los infieles para la liberación del Santo Sepulcro, y escribe para ello a todos los príncipes y caudillos de su tiempo. Otra espina cruel tortura su corazón: la corrupción de la Iglesia. Sufre por ella, y en las cartas se acusa como si fuese por su culpa, pero al mismo tiempo advierte en los malos prelados y pastores la fuente de muchos males, y los censura con firmeza.
Los cinco minutos del Espíritu Santo. Cuarta Semana de Pascua. Jueves, 29 - Abril - 2021
Los cinco minutos del Espíritu Santo
Mons. Víctor Manuel Fernández
Hoy contemplamos lo que hizo el Espíritu en la vida de Santa Catalina de Siena. Por una parte, en ella vemos realizada la sabiduría de los sencillos, porque Catalina era una mujer analfabeta, sin formación, que llegó a explicar misterios profundos de la vida espiritual y fue capaz de sacar de sus errores a muchos pretendidos sabios de su época. La acción del Espíritu en quien se deja enseñar por él, produce la más alta sabiduría, e infunde en los aparentemente débiles un arrojo incomprensible. La humilde e inculta Catalina era capaz de dirigirse al Papa dándole consejos y de reprochar de frente las debilidades de los obispos.
Además, el hombre o la mujer donde obra el Espíritu, que se deja llevar en la existencia por el impulso de vida del Espíritu Santo, pierde el temor al desgaste que pueda ocasionarle su misión; ya no le tiene miedo al paso del tiempo, a la pérdida de energías, y cada vez experimenta una seguridad mayor, prueba "gozo y paz en el Espíritu Santo" (Romanos 14,17). Por la firme vitalidad que le ha ido dando el Espíritu con el paso de los años, "en la vejez seguirá dando fruto, y estará frondoso y lleno de vida" (Salmo 92,15).
La vida de Dios en nosotros nos hace experimentar, cuando una parte de nosotros se va desgastando, que hay otro nivel de vida que va creciendo: "Al cansado da vigor, y al que no tiene fuerzas le acrecienta la energía" (lsaías 40,29-31).
Es bueno que hoy pidamos al Espíritu Santo que derrame en nosotros esa sabiduría de los humildes y esa fortaleza de los santos que se dejan conducir por él.
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