"Ventana abierta"
HOY EL RETO DEL AMOR ES COCINAR CON CRISTO
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que
pases un feliz día.
PATATAS CON SABOR A...
Durante toda la Cuaresma y el Adviento, cada noche
cenamos patatas (bueno, todas las noches menos los domingos). Y, como da para
muchos días, pues vamos cambiando: un día son patatas con zanahoria; otro, con
judías verdes; otro, “secas”; otro, con alcachofa; otro con... y así una larga
lista de complementos.
El caso es que hace un par de noches, mientras comía las
patatas, me daba cuenta de que estas cogen el sabor de los ingredientes con los
que han sido cocidas. Pues aquella sencilla comparación me ayudó mucho a
comprender más vivencialmente aquel dicho que dice: “dime con quién andas y te
diré quién eres”.
Y es que ciertamente nuestra vida va tomando forma y
“sabor” contando con todo lo que nos rodea, y que de una manera y de otra nos
ha ido dejando huella. Muchas de las cosas que en la vida nos han influenciado
más no las hemos elegido, otras sin embargo sí. Pero la buena noticia es que
Cristo sí que nos ha elegido a nosotros. Él es el que llena de sabor toda una
vida. Él es la verdadera amistad, a quien nos podemos juntar con plena
confianza para dejarnos configurar la vida entera.
Y si esto sucede con la vida en general, también es lo
mismo con cada día. Sí, porque nosotros, al igual que las patatas, dependiendo
de qué ingrediente escojamos para “cocer” nuestro día, pues con ese sabor
alimentaremos nuestra jornada.
Y hoy... ¿qué sabor queremos dar a nuestro día? Para
ello, lo mejor es ponernos a fuego lento del Amor de Cristo. Ahí es donde
nuestra dureza se va ablandando, donde nuestro sabor tosco va aflojando al
dejarnos empapar por el Suyo, ahí es donde cargamos nuestra vida de Él para
alimentar con su sabor nuestra vida y a cada persona con la que nos cruzamos.
Hoy el reto del amor es cocinar con Cristo. Ya sea para los de casa, o para ti mismo... Escoge los ingredientes para la comida y escoge con Él también los que quieres que llenen de sabor tu día. Uno que nunca suele faltar en ningún plato es la sal, como el Amor, que, si no está, todo es muy soso.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
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