"Ventana abierta"
La Buena Semilla
Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil
para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.
2 Timoteo 3: 16
¡Atrévase con la Biblia! (4)
Sabemos cómo fue escrita la Biblia, ahora
veremos cómo fue formada. En el siglo 15 antes de Cristo, Moisés escribió lo
que Dios le comunicó, es decir, los cinco primeros libros del Antiguo
Testamento. Luego, diversos autores inspirados escribieron la historia del
pueblo hebreo. Hasta el siglo 10 a. C., cierto número de autores como David y
Salomón escribieron, inspirados por Dios, una serie de poemas, cánticos y
proverbios. Del siglo 9 al siglo 5 a. C. los profetas escribieron o mandaron
escribir sus mensajes, que conforman 17 libros. Para conservar esos tesoros,
Dios utilizó hombres devotos que copiaron sin cesar los textos ya aceptados
entre los judíos. En el siglo 5 a. C., en la época de Esdras, los judíos fueron
dispersados, exiliados. Esto los llevó a agruparse, volviendo a lo que los
unía, es decir, la Palabra de su Dios. Fue entonces cuando los escribas,
doctores de la ley y sacerdotes, reunieron los textos inspirados, mayormente
escritos en hebreo y unos en arameo. A menudo Jesucristo hizo referencia al
Antiguo Testamento. El Señor precisó, por adelantado, las tres “partes” que
formarían el Nuevo Testamento: los evangelios, los Hechos y las epístolas, y
por último el Apocalipsis (Juan 14: 26; 16: 13).
Inicialmente
el cristianismo se extendió gracias a las predicaciones y a los testimonios de
los apóstoles y de los primeros cristianos. Poco a poco fue necesario escribir
la vida de Jesús y la enseñanza de sus apóstoles.
En Cartago, en el año 397, después de muchas
investigaciones y peripecias, el texto bíblico fue reconocido oficialmente.
¡Sepamos ver, nosotros también, su valor excepcional!
(continuará el próximo lunes)
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