Camino Católico
Espacio de Oración
Oración a Santa María Magdalena pidiendo la propia conversión
Por P. Carlos García Malo
* «Santa María Magdalena, apóstol entre los apóstoles. Tu
humildad ante Jesús y el reconocimiento de tu necesidad del Salvador
Jesucristo, obró en ti el milagro de la conversión Resucitado. Ayúdanos en el
camino de la conversión. Que no nos asusten nuestros pecados. Jesús es más
grande que todos ellos… Tú lo experimentaste. Ayúdanos con tu intercesión.
Queremos estar liberados y limpios para cantar al mundo entero las
misericordias del Señor»
P. Carlos García Malo
/Camino Católico.- Cada 22 de julio la Iglesia celebra a Santa María Magdalena, una de las
discípulas más fieles y que el Señor escogió para ser testigo de su
resurrección ante los apóstoles. Asimismo es ejemplo para toda mujer de la
Iglesia y de auténtica evangelizadora, es decir, de una evangelizadora que
anuncia el mensaje gozoso central de la Pascua.
El 10 de junio del 2016 el Cardenal Robert
Sarah, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los
Sacramentos en el Vaticano, emitió un decreto en el que, siguiendo la voluntad
del Papa Francisco, se estableció que
la memoria litúrgica de Santa María Magdalena se eleve al rango de fiesta.
En referencia a ella, Benedicto XVI expresó en
el 2006 que “la historia de María de
Magdala recuerda a todos una verdad fundamental: discípulo de Cristo es quien,
en la experiencia de la debilidad humana, ha tenido la humildad de pedirle
ayuda, ha sido curado por él, y le ha seguido de cerca, convirtiéndose en
testigo de la potencia de su amor misericordioso, que es más fuerte que el
pecado y la muerte”.
En los Evangelios se habla de María Magdalena,
la pecadora (Lc. 7, 37-50); María Magdalena, una de las mujeres que seguían al
Señor (Jn. 20, 10-18) y María de Betania, la hermana de Lázaro (Lc. 10, 38-42).
La liturgia romana identifica a las tres
mujeres con el nombre de María Magdalena, como lo hace la antigua tradición
occidental desde la época de San Gregorio Magno.
María Magdalena siguió a Jesús hasta el
Calvario y estuvo ante el cuerpo yacente del Señor. El domingo de Resurrección
fue la primera que vio a Cristo resucitado y tuvo el honor de ser enviada por
el Señor a anunciar esta buena noticia a los discípulos. Pidamos por
intercesión de Santa María Magdalena la propia conversión:
Santa María Magdalena,
apóstol entre los apóstoles.
Tu humildad ante Jesús
y el reconocimiento de tu necesidad del
Salvador Jesucristo,
obró en ti el milagro de la conversión y la
liberación de esos siete malos espíritus.
Libre ya de verdad decides convertirte en
seguidora incondicional del maestro amándolo,
sin separarte de Él,
hasta el calvario recogiendo,
junto a la Santísima Virgen María,
la sangre derramada del Señor.
Tus lágrimas unidas a las de la Madre Dolorosa
no sólo consolaron a Jesús en la cruz
sino que a nosotros nos ayudan a meditar el Vía
Crucis.
Testigo privilegiado de la resurrección
quisiste,
llena de emoción,
abrazar al maestro en el huerto;
y sales corriendo a Jerusalén a contagiar a los
apóstoles la alegría del Resucitado.
Santa María Magdalena,
así te reconoce hoy la Iglesia entera.
Así acudimos hoy a ti.
Ayúdanos en el camino de la conversión.
Que no nos asusten nuestros pecados.
Jesús es más grande que todos ellos…
Tú lo experimentaste.
Ayúdanos con tu intercesión.
Queremos estar liberados y limpios
para cantar al mundo entero las misericordias
del Señor.
Amén.
Santa María Magdalena, ruega por nosotros.
P. Carlos García Malo
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