"Ventana abierta"
Archidiócesis de Sevilla
Manuel Enrique Figueroa
LA MANIFESTACIÓN DEL SEÑOR Y LOS
MAGOS DE ORIENTE
El día 6 de enero la Iglesia celebra la
Epifanía del Señor, en la Eucaristía del día se lee el Evangelio de San Mateo
(Mt, 2, 1-12): “Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en
la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron;
después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra”. El
oro, el incienso y la mirra tienen un profundo significado. El Evangelio de San
Mateo es el único, entre los Evangelios Canónicos, que recoge la venida de los
Magos de Oriente. Una historia narrada por San Mateo con un lenguaje sencillo
que todos entienden. Epifanía significa manifestación, una realidad purificante
y vivificadora.
Don Jesús Arellano, Catedrático de Filosofía de
la Universidad de Sevilla, fallecido en 2009, con quien tuve el privilegio de
hablar en muchas ocasiones, tiene un precioso libro titulado Los Reyes
Magos son verdad (Fundación Altair, 2011). En dicha obra nos hace un
relato del hecho, destacando su mensaje religioso y también su simbología con
su proyección actual, con un afectivo planteamiento hacia los niños. En dicho
libro nos dice que la historia no dice cuántos eran, solo que venían de Oriente
donde habían visto la Estrella de Jesús levantarse en el cielo. Escribe el
Profesor Arellano: “Los Magos llegaron a Belén. Después de la incertidumbre
pasajera, sus ojos habían sido purificados en la esperanza y en la fe. Y para
aquellos ojos, la estrella, aparecida otra vez, se llenó de más luz”. Y más
adelante en el libro: “En Belén se había realizado un gran misterio, una parte
del gran misterio de Cristo. La Encarnación de Dios había consumado una de las
dimensiones de su plenitud: la Epifanía. Epifanía quiere decir manifestación”.
En el libro citado se dice también: “Dios encarnado, Niño aún, se manifiesta al
mundo”. Para el Profesor Arellano, “La Manifestación de Dios es la Llamada de
Dios. A la luz de la llamarada de la Epifanía, los seres humanos surgen desde
los senos de la Historia para formar con el Hombre-Dios un solo pueblo, una
gran familia divina. A la llamada purificante de la Epifanía se alza la
Humanidad desde el fondo de todas las pasiones y amores, formas de cultura, oficio
y profesiones, congojas y esperanzas, ideales y desfallecimientos, risas y
llantos, para formar con Cristo un Corazón solo, un Alma sola, una única
Realidad vital divina”. Por ello, “La Epifanía es la llamada y la primicia de
la incorporación a Cristo de toda la Humanidad”.
De acuerdo con los exégetas hay cuatro
Epifanías del Señor. La primera es la que vivimos en estos días. Pero también
la Epifanía que supone el Bautismo del Señor en el río Jordán, la Epifanía de
las Bodas de Caná y la Epifanía del Cenáculo, en la última cena. Momentos
esenciales de nuestra fe donde Jesús se manifiesta en diferentes ámbitos para
mostrarnos el camino de la verdadera luz. En el libro Hablar con Dios.
Meditaciones para cada día del año. Tomo I (Ediciones Palabra, 1996), de
Francisco Fernández Carvajal, se expone en relación con la Epifanía del Señor,
que la Iglesia celebra este día 6 de enero la manifestación de Jesús al mundo
entero, y en los Magos están representadas las gentes de toda lengua y nación
que se ponen en camino para adorar a Jesús
En las calles, el día 5 de enero los niños son
los protagonistas. No viviremos la cabalgata de los Reyes magos como otros
años, pero ya volverán. Pero la ilusión del día existe y ojalá pudiera vivirla
cada persona. La noche del día 5 de enero es una noche mágica para los niños;
pero también para los mayores. Toda la familia es protagonista este día con la
ilusión puesta en la mañana del Día de Reyes. ¿Qué sorpresas nos traerá este
día especial? El mejor regalo que encontramos es la alegría y el amor compartido,
junto con alguna cosa material que todos agradecemos. Es un día de júbilo y
debería serlo para todo el mundo, para toda la Humanidad doliente, no solo por
la pandemia, la sindemia, de la COVID-19, sino también por las injusticias
reinantes, localmente y globalmente. ¿Cómo vivirán la noche de Reyes las
personas que viven en los Centros de Mayores? Esperemos que con esperanza en
que los protegeremos mejor que hasta ahora, por los datos registrados en
nuestro país.
Yo fui una vez Rey Mago. Bueno, en realidad
representante de sus Majestades de Oriente en el colegio de mis hijos, Enrique
y Teresa, el Colegio Público Joaquín Turina. Representé a Gaspar. Ver los ojos
de los niños, especialmente los más pequeños, tras la barba castaña del Rey
Gaspar es una realidad que nunca olvidaré. Sinceramente lloré de emoción; un
recuerdo que me acompañará siempre. Allí estaban mis hijos que miraban con
ilusión y amor ilusionado a un Rey Mago sin saber que era su padre.
Sinceramente atesoraré este regalo a mi vida en mi corazón, un momento
inolvidable. Una parte esencial del Día de Reyes son los niños y sus ilusiones.
Y también las ilusiones de los mayores en un día especial, el Día de Reyes.
Ojalá la realidad social y económica, y también sanitaria especialmente este
año, pudiera permitir una ilusión y alegría generalizada para todos en este
día. También los Reyes Magos, los Magos de Oriente, tienen un papel esencial en
nuestros belenes familiares. Cuando era un niño, mis padres me enseñaron que
había que moverlos en el belén a lo largo del transcurrir de los días
acercándolos a la Sagrada Familia, a Jesús nacido. Y el día 5 de enero se
ponían los Magos delante del Niño, culminando un viaje santificante, quizás
también una imagen de un viaje personal íntimo de cada uno. En mi familia hemos
seguido haciéndolo con nuestros hijos, y el día 5 ellos también culminan
el viaje mágico de los Magos poniendo sus figuras ante el Niño Jesús, el
verdadero centro del belén.
La literatura universal ha recogido la
Adoración de los Magos de Oriente en diferentes obras. A modo de ejemplo,
recogeremos el relato que hace Giovanni Papini en su libro Historia de
Cristo (1921). Para Papini, estos Magos, estos hombres sabios,
representaban el papel del espíritu en medio de un pueblo que vivía para lo
material, en definitiva una tercera fuerza, la del saber. Para Papini “Era
justo que viniesen a inclinarse delante de Jesús. Esta tercera fuerza, la del
saber, se postra de rodillas en el establo de Belén, después de haberlo hecho
las bestias, que representa la Naturaleza, y los pastores que son el pueblo”. Y
continua Papini diciendo que: “Los sabios se arrodillan delante del que ha de
poner la nueva sabiduría del amor por encima de la ciencia de las palabras y
los números”. Me parecen unas bellas palabras y recordarlas me parece oportuno
en el siglo XXI. Muchas palabras carentes de sentido en lo público y demasiado
amor a las finanzas en lo privado, debemos mejorar y trabajar con solidaridad
un mundo donde hace falta más amor, es la sabiduría del amor que Papini nos
dice trajo Jesús. También para este autor, “Los Magos de Belén representan a
las viejas teologías que vienen a reconocer la revelación definitiva; son la
ciencia que se humilla delante de la inocencia, la riqueza que se postra a los
pies de la pobreza”. Este relato de la Historia de Cristo de Giovanni Papini
tiene una gran potencia conceptual.
Retomemos la imagen de la Estrella de Belén,
esa estrella que ponemos, normalmente como final del montaje, en nuestros
belenes familiares coronando el paisaje que nos recuerda el espacio donde nació
Jesús. También en los árboles de Navidad, que tienen un sentido trascendente
para los católicos. Mi esposa Teresa la coloca en la cúspide del árbol que nos
acompaña en la Navidad, adornado con muchos recuerdos entrañables. Muchos hemos
podido vivir un hecho astronómico excepcional este año: la convergencia máxima
de Saturno y Júpiter en un único punto de luz brillante en la tarde del lunes
21 de diciembre. Para algunos, la Estrella de Belén fue precisamente esta
convergencia. Fue muy emocionante pensar que lo que estaba viendo en esa tarde
de diciembre, y agradezco a mi amigo Manuel Vizcaya la foto que nos mandó de
este singular suceso astronómico, era la misma imagen que vieron los Magos de
Oriente. Se puede sentir la llamada de la luz verdadera, al contemplar la
estrella, una luz que vemos e interpretamos con claridad si abrimos los ojos de
nuestro interior, y percibimos el camino de salvación necesario en un mundo
donde reine el bien común, al que nos invita el mensaje evangélico. Jesús con
su mano de amor nos toca para hacer nacer una estrella luminosa en cada alma
para compartir con el proceso transformador que anuncia el Evangelio. Un
mensaje de amor nace esta Navidad de nuevo, señalado por la Estrella de la
Navidad, la Estrella de Belén, para todos marcando un camino de esperanza.
Todos podemos ver la Estrella de Belén cada día, visualizar la luz de Dios.
Hemos de estar atentos a las oportunidades que nos brinda la vida diaria
de ver la estrella en cada persona que tratamos, en cada situación puede
brillar la Estrella de Belén, y con su luz actuar en nosotros, como actuó en
los Magos de Oriente, para hacer un mundo mejor también en nuestra realidad
cercana, laboral y familiar. Tenemos una nueva oportunidad, siguiendo la luz de
la estrella para cambiar y hacer todo mejor, por todos y con todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario