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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

martes, 19 de enero de 2021

Cuentos con moraleja: "Amar en vida". Martes, 19 - Enero - 2021

 "Ventana abierta"

Amar en vida

Cuentos con moraleja del Padre Lucas Prados

Dos amigos se encontraban tomando un café y uno le comenta en tono de queja al otro: 

— Mi mamá me llama mucho por teléfono para pedirme que vaya a conversar con ella. Yo voy poco y en ocasiones siento que me molesta su forma de ser. Ya sabes cómo son los viejos: Cuentan las mismas cosas una y otra vez. Además, nunca me faltan compromisos: que el trabajo, que los amigos... 

— Yo en cambio -le dijo su compañero-, converso mucho con mi mamá. Cada vez que estoy triste, voy con ella; cuando me siento solo, cuando tengo un problema y necesito fortaleza, acudo a ella y me siento mejor. 

— Caramba, -se apenó el otro. Eres mejor que yo. 

— No lo creas, soy igual que tú, -respondió el amigo con tristeza. Visito a mi mamá en el cementerio. Murió hace tiempo, pero mientras estuvo conmigo, tampoco yo iba a conversar con ella y pensaba lo mismo que tú. No sabes cuánta falta me hace su presencia, cuánto la echo de menos y cuánto la busco ahora que ha partido. Si de algo te sirve mi experiencia, conversa con tu mamá hoy que todavía la tienes, valora su presencia resaltando sus virtudes que seguro las tiene y trata de hacer a un lado sus errores, que de una forma u otra ya forman parte de su ser. No esperes a que esté en un cementerio porque ahí la reflexión duele hasta el fondo del alma, porque entiendes que ya nunca podrás hacer lo que dejaste pendiente, será un hueco que nunca podrás llenar. No permitas que te pase lo que me pasó a mí. 

En el automóvil, iba pensando en las palabras de su amigo. Cuando llegó a la oficina, dijo a su secretaria: 

— Comuníqueme por favor con mi mamá, no me pase más llamadas y también modifique mi agenda porque es muy probable que este día, ¡¡se lo dedique a ella!! 

¿Tú crees que esto solo se refiere a los padres? Desafortunadamente no. Siempre estamos devaluando el cariño o la amistad que otras personas nos ofrecen y en ocasiones los perdemos porque no sabíamos cuán importantes eran, hasta que ya no están a nuestro lado. Con qué facilidad vemos la paja en el ojo ajeno; y en cambio, ¡qué tarde aprendemos a valorar sus virtudes! A veces, cuando ya no hay remedio. 

Honremos a nuestros difuntos; pero el amor cuando más se goza es cuando se da y recibe en vida. Aprende a amar a las personas como son. Reza para que sean mejores. Y de paso, esfuérzate tú también en hacerles la vida más alegre y hermosa a los demás. No esperes que los demás te amen para empezar a amar tú. Haz como Dios, sé tú el primero (1 Jn 4:19). Y si en alguna ocasión te sorprendes con la lupa buscando defectos en los demás, haz el ejercicio de buscar también virtudes. Te sorprenderás al comprobar, que por cada defecto que hayas encontrado, esa persona tiene muchísimas virtudes que se te habían pasado por alto. 

Dale flores a tu madre en vida y mira qué ojos de agradecimiento. Si esperas demasiado, tendrás que llevárselas a la tumba, pero entonces no podrás ver los maravillosos ojos de amor que tiene una madre cuando se siente querida Aprende a amar en vida ¡No esperes a que sea demasiado tarde!

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